Análisis de Dance Central 3 (Xbox 360)
Si Harmonix fuese un coche sería un supedeportivo capaz de pasar de 0 a 100 en 3 segundos. En los tres juegos de baile que ha publicado para Kinect el estudio ha pasado de ser un juego muy bueno pero con posibilidades de juego limitadas y para un jugador a una locura de opciones para el multijugador, una jugabilidad cada vez más depurada y un control excelente (contando con el pequeño retardo inherente a Kinect).
Dance Central 3 es mucho más de todo, detecta más jugadores –hasta ocho-, incluye más variedad en el repertorio, más niveles de dificultad (con uno nuevo, principiante, para los que tienen dos pies izquierdos y quieren competir contra otros jugadores bailando), más maneras de demostrar que eres el amo de la pista…
En todo destaca, hasta en el modo historia, extraño y alocado.
El juego te convierte en un aprendiz de agente de la Dance Central Intelligence (DCI) que debe ir viajando por el tiempo aprendiendo los pasos de baile de las canciones de cada época para luchar contra el malvado doctor Tan, que quiere acabar con la diversión.
Es algo tan disparatado que funciona muy bien. Si en Dance Central 2 tenías que conseguir un número de estrellas para poder pasar al siguiente grupo de canciones, en este caso de verdad sentirás que estás atrapado en el tiempo ya que deberás conseguir un mínimo de estrellas y realizar bien unos movimientos especiales que aparecen un par de veces en algunas canciones.
Así, si te quedas bloqueado deberás ver en qué temas están estos pasos y ensayar hasta hacerte con ellos y poder avanzar. Durante el baile las tarjetas de baile que indica que son pasos especiales aparecen borrosas y en rojo hasta que las desbloquees.
Al mismo tiempo que te entrega más herramientas para divertirte, el juego también se ha vuelto más exigente, y lo deja claro desde el principio. En lugar de contarte la introducción de la historia y comenzar con algún tema sencillo que sirva de tutorial, empieza con un tema que no es de los más fáciles, Sexy and I Know it ,de LMFAO, aunque tampoco hay que ser un John Travolta –en sus mejores tiempos-.
La fama cuesta y aquí vas a empezar a pagar
Como ya ocurriera con Harmonix en el pasado, a estas alturas de la serie el estudio pide a sus jugadores que demuestren que son merecedores de todo lo que les espera. En estos momentos iniciales la canción de LMFAO puede que asuste un poco en las dificultades más altas, pero sirve para que no se espanten los jugadores que se imaginan horas bailando con pantalón de campana antes de pasar a temas actuales.
Esa exigencia del estudio se nota en cada tema. Es más difícil subir ahora los marcadores aun en los primeros temas, de menor complejidad. Si en anteriores juegos de la serie daba tiempo a mirar la tarjeta y seguir al bailarín, ahora es complicado hacerlo si no has ensayado antes la canción. Los movimientos son más rápidos, complejos y variados que en los juegos anteriores.
Los logros no quedan al margen de este nivel de exigencia; despídete de conseguir un logro tras otro por superar el primer tema, conseguir las primeras cinco estrellas…
Al tiempo que se han complicado las coreografías es más fácil que el juego de por buenos los pasos. No hay que ser tan exacto y da la sensación de que se trata más de seguir el ritmo que de colocar el brazo en la inclinación más adecuada.
Una buena novedad es que se han eliminado los momentos de baile libre de cada canción excepto en algunos modos multijugador. En este caso, romperían el rápido ritmo del baile de cada tema para dejarte sin inspiración. Si se incluye, hay que seguir el estilo de cada tema para conseguir más puntos.
Una vez que has logrado las estrellas suficientes y desbloqueado los pasos emblemáticos debes unirlos todos en un tema especial y te envían a la siguiente década musical. El repertorio del juego es excelente, con temas conocidísimos y que aseguran momentos inolvidables en el multijugador.
Sorprende, por ejemplo, que, aunque tenga una buena coreografía, el I Will Survive de Gloria Gaynor no tenga la fuerza esperada, mientras que YMCA responde mucho más al estilo de baile de los años 70, aquella época en que se podía lograr que toda la discoteca siguiera los mismos pasos a la vez.
En cada bloque temporal el juego logra transmitir la ambientación correcta. Por ejemplo, las discotecas de los 70 son sustituidas por escenarios y movimientos mucho más callejeros en los 80. Según avanzas por el tiempo y vas subiendo de nivel como bailarín encontrarás alguna rareza más.
El modo para un jugador sigue siendo una buena manera de aprender distintos pasos de baile, de ponerse en forma (con el contador de calorías que permite ahora incluso establecer objetivos semanales) o de prepararse para arrasar en las fiestas compitiendo contra los amigos.
Un multijugador de locura
El único requisito para que te guste Dance Central 3 es que te diviertas moviéndote al ritmo de la música. Si lo cumples, seguro que encuentras alguna opción que te satisfará. Puedes competir contra otro jugador, por equipos, marcar tu propia coreografía, responder a desafíos online…
Aunque casi todo el juego puede disfrutarse bailando en pareja, el multijugador se engloba bajo el resultón nombre de Que Empiece la Fiesta. Por si los más de 40 temas que hay en total no fueran suficientes, puedes importar las canciones que hayas descargado en la serie antes. Para empezar a bailar lo único que debes hacer es chocar cinco con tu rival y comenzar a bailar.
Las elecciones son muchas, desde la elección aleatoria de temas sin fin a un repertorio personalizado. Los tipos de competición también son variados: Batalla repite de Dance Central 2 y es un duelo que incluye la opción de foco para quien mejor baile. Es uno de los modos que mantiene el baile libre, aunque incluye tres tarjetas y, si realizas alguno de los pasos que aparece en esas tarjetas consigues bonificaciones.
Junto a este modo tradicional hay otros dos innovadores: en Imita una postura debes imitar las posturas de tu rival. Cuantas más posturas imites más rápido va el juego y puedes llegar a hacer combos de ocho posturas. Una locura divertidísima en momentos de fiesta.
En Duelo por Equipos Dance Central se convierte en un juego masivo para entre dos y ocho personas. No ha sido posible probar esta opción con tanta gente, pero es fácil imaginar las risas compitiendo dos equipos de cuatro personas entre sí.
En Haz tu Movimiento debéis dos personas repetir los movimientos que queráis que formen parte de la coreografía para diseñar una nueva tarjeta de baile y después comprobar cómo queda la rutina.
Mantén el Ritmo ahonda en la sensación de que en esta ocasión no importa tanto la fidelidad al movimiento marcado como al ritmo de la música. Puedes bailar como quieras, pero manteniendo el ritmo. Si entras en racha y tu rival imita tus movimientos puede sacarte de la zona, bajando tu puntuación.
Imita una Postura es la exaltación de Simón Dice y la conversión al baile de esa costumbre tan molesta que solía proceder de un hermano de imitar todo lo que hacías. Debes copiar los movimientos de tu rival. A más posturas seguidas copiadas, más rápido va todo. Hasta puedes hacer combos de imitaciones.
Es difícil pedir más a un modo multijugador de un juego de baile.
El control más fácil y accesible para el jugador
El control siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Dance Central. El juego ha detectado con exactitud los movimientos del jugador, incluso cuando se trataba de dos jugadores. Ahora se mantiene en buena medida, aunque a veces parece que tiene un poco más de retardo y de imprecisión, sobre todo para el movimiento de las piernas. Claro que, tratándose de un periférico que depende de la iluminación es difícil saber si se debe al entorno en que juegas o al juego. Es una pena no haber podido comprobar la detección del movimiento de cuatro jugadores.
La novedad en el control está en la voz. Ahora te puedes mover por casi todos los menús hablando. Aunque a veces es algo complicado saber si te conviene más usar las manos o la voz, resulta útil y cómodo.
Este nuevo capítulo sigue manteniendo el doble objetivo de servir para intentar bailar "en serio", aprendiendo a moverse con canciones famosas de los últimos cuarenta años y de ser un entretenimiento para las fiestas sociales.
Dance Central 3 va quemando etapas con solvencia y avanzando con paso firme. La base que lo sustenta es tan firme y está tan bien diseñada que puede soportar ideas locas sin que dé la sensación de que son un disparate y convertirlas en pura diversión.
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