Análisis de Castlevania: Harmony of Despair XBLA (Xbox 360, PS3)

El mundo de Castlevania no ha hecho nunca una fuerte apuesta por el multijugador, salvo, claro, en determinadas propuestas en otros géneros, como el puzle o la lucha. Ahora, Xbox Live Arcade recibe Castlevania: Harmony of Despair, un juego que se mantiene en la tradición de acción y exploración bidimensional de la serie, pero incorporando el componente multijugador.

De hecho, lo primero que debe tener en cuenta el jugador es que si plantea superar el reto de esta entrega en solitario, lo mejor que puede hacer es cambiar de idea. El título realmente funciona muy mal para un único jugador, y sus virtudes sólo salen a relucir cuando aprovechamos la posibilidad del juego múltiple en red. Del mismo modo, pese a que mantiene una estética muy en la línea de las entregas bidimensionales desde Symphony of the Night, no debemos llevarnos a engaño: se trata de un juego con un componente arcade mucho más marcado que en las aventuras que hemos visto estos años en GBA y NDS.

Se trata, en definitiva, de una aventura de acción para hasta seis jugadores en un total de seis mapas diferentes, orientados y concebidos por completo para este tipo de acción. Con un límite temporal para superar esas fases, hacerlo en compañía es clave para tener opciones de éxito, y, de hecho, los niveles están tan orientados a esa concepción que no funciona para los jugadores solitarios, lo que es algo a tener muy en cuenta dada la tradición de la serie.

Es decir, que los jugadores que quieran recuperar la experiencia de las aventuras portátiles de la última década en su salón y en alta definición van a tener que seguir esperando, porque Harmony of Despair es otra cosa. Aclarado este punto, la cuestión es si lo que es -y no lo que se puede desear o pretender que sea- está a la altura de las circunstancias.

El título tiene un problema grave para los estándares actuales, y es que se desvela como incapaz de explicarse a sí mismo ante el jugador. Hoy en día estamos acostumbrados a los tutoriales integrados en el juego, en mayor o menor grado, pero este Castlevania prescinde por completo de toda instrucción, y eso es peligroso, porque su cambio en la orientación jugable puede llevar a una profunda frustración a los jugadores veteranos, que verán que no consiguen alcanzar los éxitos esperados, y a los novatos, que simplemente estarán perdidos, ya que algunos puntos de su desarrollo multijugador son poco intuitivos. De esta manera, no queda más remedio que pasar a leer el manual digital; esto no tendría que ser malo, salvo por el hecho de que resulta a todas luces insuficiente, poco y mal explicado, y no muestra en realidad más que una pequeña parte de las posibilidades reales de juego.

En esta misma línea, aunque el juego ofrece seis personajes diferentes extraídos de diferentes entregas de la serie, no nos informa realmente sobre sus peculiaridades, que las hay. Shanoa, por ejemplo, regresa desde Order of Ecclesia (es, por tanto , una de las incorporaciones más recientes a este universo), y tiene poderes específicos sobre los que no se nos informan, así como poderes mágicos. Pero el juego, insistimos, no nos informa bien sobre estos elementos que son esenciales para la jugabilidad, lo que apunta a que no se ha hecho una buena reflexión sobre las necesidades del jugador ante un título de estas características.

Harmony of Despair, eso sí, ofrece en sus mapas una extensión de escenarios bastante amplia. No es enorme, pero lo cierto es que gracias a la dificultad, bastante bien medida, nos ofrece una buena cantidad de horas de juego. Además, empezamos con unos recursos muy limitados, y en realidad casi todo se basa en explorar esos niveles, luchar contra los enemigos, e ir recopilando equipamiento y mejorar nuestro rendimiento. En este sentido, el título mantiene parte de la esencia de la saga en sus encarnaciones aventureras, donde la evolución del personaje, sumar más armas y conjuros, y otros poderes, es básico para abrir nuevas zonas del escenario. Esto se adapta muy bien al concepto multijugador, aunque el grindeo (lo que en juegos masivos se refiere a la realización de tareas repetitivas, como matar enemigos, para obtener mejoras y ventajas), como sucede siempre, acaba siendo agotador.

Sin embargo, los jugadores que gusten de ese tipo de jugabilidad, tan habitual en los juegos de rol clásicos, y en la inmensa mayoría de los juegos en línea, van a encontrarse con una propuesta muy bien compensada y puesta en práctica, gracias al acertado diseño de los niveles y, también, a la dosificación de todas esas mejoras clave. En esta entrega todo se hace a través de los objetos, descartando el subir de nivel, lo que quizás no convenza a todos los jugadores, pero una vez le hemos dado una oportunidad, funciona. Eso sí, creemos que realmente se habría visto muy beneficiado con un sistema de experiencia que completase al coleccionismo de objetos para ofrecer más variables..

Lo que está claro es que Harmony of Despair es un juego multijugador de pleno derecho, y donde realmente no alcanza ninguna de sus posibilidades es a la hora de intentar jugarlo en solitario: carece, en ese terreno, de ritmo, intensidad apropiada, e incluso interés. El problema principal es que el tiempo es un gran enemigo en este juego, y cuando estamos en equipo es posible ganar mucho tiempo, ya sea en atajos o en enfrentamientos; pero solos tendremos en el reloj a un enemigo mucho más poderoso que cualquier otro reto propuesto, y es ahí donde uno se da cuenta de que el juego podría haber mejorado mucho si se hubiese redefinido mejor este aspecto de la jugabilidad al estar solos ante el título. Cambios menores hubiesen resultado en sustanciales mejoras, y es una pena que no se hayan realizado para obtener un juego mucho más equilibrado.

En el modo multijugador, aunque sí funciona, lo cierto es que lo hace sin presentarse como una de las mejores apuestas dentro de ese terreno que hay en Xbox Live. Su principal atractivo reside mucho más en tentar a los aficionados de la saga Castlevania, que pueden llegar a ser muy apasionados, y en adaptar algo tan habitual como la acción multijugador en línea al campo de los juegos de desarrollo bidimensional, que no han resultado ser tan prolijos en este campo.

Lo más importante, quizás, es que prueba algo nuevo en una saga que había funcionado bien repitiendo una fórmula contrastada en portátiles, pero que había ido a la deriva en sistemas domésticos (por suerte, eso parece que va a cambiar dentro de poco), pero -con todo- cosechando sólo éxitos relativos en el apartado comercial. El hacer algo nuevo, el buscar dar un nuevo giro a la propuesta Castlevania ha resultado ser atrevido, y el experimento funciona, pero con puntos que todavía deberían mejorar mucho.

En este sentido, el aspecto técnico no está a la altura de las circunstancias. Visualmente podemos manejar el zoom, acercando y alejando la acción hasta niveles máximos (esto es, visualizar todo el nivel, que no es moco de pavo), y siempre es un puntito complicado manejar gráficos bidimensionales que deben estirarse y encogerse tanto. Los resultados, sin embargo, podrían haber sido mejores, y, sobre todo, no dar una sensación tan intensa de haber reciclado el trabajo visual de consolas portátiles… porque luego, en una televisión en alta definición, cumple, pero poco más. Su aspecto se parece demasiado al de las últimas entregas de Nintendo DS, y aunque es más que suficiente para lo que propone a nivel jugable, uno espera algo más, un mejor aprovechamiento del potencial de la consola. En la misma línea, la música no acaba de cuajar, y es una pena, porque las bandas sonoras de la saga siempre han brillado por su enorme calidad. Aquí, sin embargo, resulta muy genérica e insustancial, faltándole mucho del espíritu de la serie.

Conclusiones

Castlevania: Harmony of Despair funciona como juego multijugador para aficionados a la serie, pero tendrá problemas para convencer a los demás. Para empezar, su planteamiento inicial (ausencia de tutorial, escasas explicaciones, etc.) echará atrás a quienes no se sientan interesados en darle una oportunidad, y ése es un problema grave en la actualidad. Si siguen progresando, descubrirán que les ofrece una buena experiencia en línea, pero seis niveles pueden resultar escasos en ocasiones, por muchos objetos que podamos ir sumando. Además, la jugabilidad resulta algo escasa de profundidad en algunos aspectos, como no poder sumar experiencia, aunque se compensa por la presencia de los diferentes personajes y sus habilidades. Es, en definitiva, una buena propuesta, y un giro más que interesante en al serie, pero con mucho espacio para la mejora, en el que se nota que quizás algunas cosas importantes deberían de haber recibido más tiempo de reflexión por parte del equipo de desarrollo.