Análisis de Aliens: Colonial Marines (Xbox 360, PS3)
Ahora que estamos llegando al final de la actual generación de consolas, por fin el prometido Aliens de Gearbox y Sega sale a la venta, un juego que fue anunciado nada más y nada menos que en las navidades de 2006, por lo que ya ha llovido desde entonces. No sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo ha estado en desarrollo, ya que en algunas declaraciones sus creadores han admitido que se equivocaron al anunciarlo tan pronto, ya que no se pusieron manos a la obra, o al menos no totalmente en serio, hasta bastante tiempo después del anuncio.
En cualquier caso ya sean seis años de desarrollo o tres, Aliens: Colonial Marines se siente como un juego antiguo, un shooter en primer persona que recuerda más a los aparecidos a finales de los 90 y principios de la década pasada, que a los más actuales. Esto no es necesariamente negativo como muchos sabréis, y tiene sus cosas positivas y negativas. Nos gusta su falta de pretensiones, el hecho de querer simplemente entretener metiéndonos de lleno en una secuela espiritual de la genial película Aliens: el regreso de James Cameron. Acción sin descanso, una gran ambientación, muchos aliens y marines a los que enfrentarnos, y un montonazo de guiños, homenajes y apariciones relacionadas con esta película que harán las delicias de los fans.
En el lado negativo, pues un aspecto gráfico muy desfasado, con animaciones, físicas y texturas bastante pobres, una inteligencia artificial muy deficiente, tanto en los xenomorfos como en los humanos, ya sean aliados o enemigos, y un desarrollo lineal y poco sorprendente, en el que se explota inadecuadamente a las estrellas de la función, los aliens. Decimos esto porque apenas hay momentos de terror o angustia, y una vez nos hemos cargado nuestra primera tonelada de estas criaturas, les perdemos todo el respeto, no son la amenaza que deberían, temeremos más a los propios soldados enemigos, más dañinos, lo que es sin duda un error.
Nos vamos a desvelaros ningún detalle de la historia, pero creemos que los fans de Aliens: el regreso estarán bastante satisfechos. Armas, personajes, localizaciones, guiños y hasta alguna escena en concreto están inspirados de manera muy acertada en la película, a la que continúa argumentalmente. Visitaremos la nave de guerra Sulaco, la colonia Hadley's Hope en LV-426, y nos cruzaremos con algún personaje como el androide Bishop.
Como historia independiente no es gran cosa, estamos ante el típico argumento de videojuego que bajo cualquier excusa nos lleva de un lado para otro matando enemigos, y que además termina de una manera un tanto abrupta. No quisiéramos ser mal pensados, pero ya hay un pase de temporada disponible y un DLC previsto para el modo historia, por lo que no nos extrañaría que nos quisieran contar el verdadero final en él. Sin duda funciona mejor como homenaje a la película que como continuación de esta, aunque la narrativa es sin duda el menor de sus problemas.
La campaña se puede jugar tanto solos como en cooperativo hasta con cuatro jugadores, ya sea a través de internet o a pantalla partida –de esta manera solo dos jugadores-, una seña de identidad del estudio, creadores de la exitosa saga Borderlands. Si apostamos por jugar solos y buscar una experiencia lo más aterradora posible, por motivos argumentales iremos la mayor parte del tiempo acompañados, lo que estropea esa sensación de "solos antes el peligro" y en inferioridad de condiciones que muchos querrían vivir en una aventura con aliens. De hecho se nota que para nada han querido hacer un juego de terror y ciencia ficción, simplemente un juego más de acción –y mucha- en primera persona.
Si en nuestro primer enfrentamiento nos vemos las caras con un único xenomorfo, creándose algo de tensión, a partir de ese momento el juego no se anda con reparos, y nos enfrentamos a numerosas y descontroladas oleadas de alienígenas, que además no son muy difíciles de vencer. Bastan unos pocos disparos para triturar un alien, y estos carecen de inteligencia artificial alguna, ni siquiera intentan rodearnos o sorprendernos por la espalda, simplemente se limitan a lanzarse de manera suicida a por nosotros, ya sea desde el suelo o las paredes.
Es decepcionante que ni en el combate cuerpo a cuerpo supongan una gran amenaza, ya que basta con pulsar el stick derecho para dar un culatazo con el arma equipada y quitarnos un xenomorfo de encima. Ni inquietan, ni dan miedo, ni nos ponen en demasiados aprietos, lo que es decepcionante en un juego protagonizado por estas míticas criaturas.
Algo que sí está bien es que el ácido que recorre sus cuerpo a modo de sangre nos daña al salpicarnos, y se detiene durante unos segundos la regeneración de vida. He aquí otro aspecto que nos ha gustado bastante, el sistema de salud, a medio camino entre la habitual regeneración automática de vida de los últimos tiempos, y uno más clásico en el que tenemos que recoger escudos y botiquines. Contamos con tres segmentos de barra de vida, y estos se regeneran si son dañados, pero si agotamos un segmento por completo solo podremos rellenarlo con un botiquín.
Unos pocos disparos o un golpe son capaces de quitarnos un segmento entero, por lo que tendremos que recoger armadura, otra barra que protege a la de salud, un sistema parecido al de Borderlands. Esto provoca que no podamos jugar a lo loco como en otros juegos de acción en los que la salud se regenera por completo, y tendremos que ir con cuidado. Además los puntos de control están bastante separados, por lo que la muerte se penaliza adecuadamente. Eso sí, como ocurre últimamente, en nivel medio o normal de dificultad es un paseo, así que os animamos a que lo juguéis al menos en experto.
Y decimos esto porque la campaña es muy corta, nos ha durado una 6 horas, un poco por debajo de la media del género, que ya es de por sí corta. Esta duración hace que la campaña sea bastante entretenida, no se llega a hacer repetitiva o pesada, literalmente porque no le da tiempo. Entre combates contra xenomorfos, contra marines, y ambos enemigos mezclados, vamos avanzando sin grandes sorpresas, solo con dos o tres momentos diferentes, incluido algún jefe final. Hay una fase en la primera mitad de la aventura que nos ha encantado, y no por ser especialmente brillante, solo por salirse de la norma. Nos quedamos sin armas y tenemos que escapar de una peligrosa zona sin hacer ruido, una fase de sigilo y terror que rompe totalmente con el desarrollo frenético, acariciando el survival horror.
Por desgracia este capítulo se queda prácticamente como un oasis en el desierto, y si se hubieran incluido más momentos como este, que aportaran frescura y variedad al desarrollo, estaríamos hablando de otra cosa. Pero por desgracia el 95% del tiempo estaremos pegando tiros a decenas de enemigos, y pocas veces se consigue la atmósfera de terror y angustia de las películas, o de otros juegos basados en estas criaturas, ya fueron solos o acompañados de sus "colegas" los predator.
Como único aliciente además de pegar mil y un tiros, tenemos los clásicos coleccionables de los juegos de acción en primera persona, como unas placas identificativas, grabaciones de audio, y las llamadas armas legendarias, pertenecientes a personajes que vimos en Aliens: el regreso. Evidentemente no es muy difícil encontrarlos, los escenarios son pasilleros y poco intrincados, mucho menos de lo que merecería un juego de aliens, que invita a perderse por las laberínticas y tétricas estancias de devastadas instalaciones y naves espaciales, algo que no encontraremos aquí.
Un detalle que sí es ingenioso es el hecho de unir la progresión del personaje en la campaña con el multijugador. Según consigamos determinados desafíos o nos pasemos las misiones obtendremos puntos de experiencia y subiremos de nivel, un progreso que se mantiene en el multijugador competitivo. Al subir de nivel podemos mejorar las armas –rifle de pulso, asalto, fusil de combate, subfusil, escopeta, pistola, etcétera,- pudiendo acoplar nuevas miras, cambiar la apariencia, el modo de disparo, el tamaño del cargador, o incluso añadir disparos secundarios, como lanzagranadas.
Esta campaña tan corta podría hacer pensar que a cambio nos encontraremos con un multijugador muy completo y divertido, pero la verdad es que tampoco es gran cosa. Tenemos cuatro modos de juego multijugador. En Batalla se enfrentan dos equipos, cinco xenomorfos contra cinco marines, y todas las partidas se juegan a dos rondas, para que cada jugador tenga que adoptar los dos roles. En Exterminio el número de jugadores sube a doce, y el bando de los marines tiene que intentar activar unos explosivos para destruir los huevos de xenomorfos, mientras estos tratan de impedirlo. En Escapada como la propia palabra indica, un equipo de cuatro marines tiene que intentar huir del escenario, mientras cuatro aliens tratan de impedírselo. La gracia está en que los xenomorfos aunque mueran reaparecen constantemente, y los marines solo si al menos un compañero ha alcanzado el siguiente objetivo. Y por último tenemos Supervivencia, en el que los marines tienen que sobrevivir a constantes oleadas de xenomorfos mientras cumplen objetivos para sumar puntos extra.
La peculiaridad del multijugador es que cuando encarnamos a los aliens lo hacemos desde una perspectiva en tercera persona, y el control deja bastante que desear. Los golpes de los xenomorfos son muy débiles -exceptuando las ejecuciones que matan de un golpe pero son difíciles de realizar-, pero tienen otras ventajas como ver a los marines a través de las paredes, o poder trepar por techos y paredes, momento en el que los controles demuestran sus carencias y se vuelven bastante desesperantes. Hay tres clases de aliens, con diferentes habilidades, aunque a la hora de la verdad no se sienten demasiado distintos, y podemos mejorar sus golpes, habilidades y hasta el material de su piel. Estos cuentan con un sistema de progresión totalmente diferenciado de los marines, por lo que al acabar cada partida obtenemos puntos de experiencia tanto para uno como para otro bando.
El número de mapas se antoja muy escaso, solo cinco en los modos Batalla y Exterminio, y dos mapas en Escapada y Exterminio. Su diseño y ambientación están bien, pero es un número a todas luces corto. El hecho de que ha hayan anunciado contenidos descargables para el modo multijugador, teniendo el juego tan poco mapas de serie, es muy criticable, por no decir indignante. Un multijugador al que le va a costar destacar y hacerse un hueco ante propuestas muchos mejores, no le auguramos demasiado futuro, ya que ni es demasiado original, ni está brillantemente ejecutado, ni tiene mucho contenido.
Los gráficos no son ninguna maravilla, están bastante anticuados en muchos aspectos, y eso que lo hemos jugado en PC. Lo bueno es que con un ordenador no demasiado potente lo podrás mover a 60 fps y 1920x1080, pero tanto las texturas, los modelados, las animaciones y las físicas dan la sensación de ser más propias de un juego de hace unos años. La detección de impactos en los cuerpos de los enemigos es horrible, y es algo que lastra mucho la satisfacción que sientes al dispararlos, y por tanto la diversión en general. En consolas la cosa empeora, hemos podido probarlo en PlayStation 3 y la tasa de imágenes se vuelve muy inestable, tan pronto va a 60fps como a 20fps, y lo que es peor, con un molesto tearing o falta de sincronización vertical. Estos errores no son justificables, ya que las texturas no pueden ser más simplonas y la carga gráfica no suele ser muy elevada. Pocos gráficos para tantos problemas.
Hay otros detalles que dan pistas de que estamos ante una producción muy modesta, como las escenas de vídeo, bastante anticuadas, los prehistóricos modelados y expresiones faciales, y clipping a borbotones con todo tipo de objetos que se atraviesan, incluso nos hemos metido alguna que otra vez dentro del cuerpo de otros compañeros marines –lo que da bastante mal rollo-, y más de un alien que se nos ha quedado atravesado en alguna pared o barandilla, hay bugs de todas las formas y colores. No todo es malo, y la dirección artística en general es destacable, con unas localizaciones que captan bastante bien el espíritu de la segunda película de la saga.
El sonido es uno de los apartados que mejor cumplen, la música es muy peliculera y ambienta a la perfección, metiéndote cierta presión y urgencia en el cuerpo, y los efectos de sonido de las armas y los aliens son muy fieles a los de las películas, aunque puedan sonar un tanto raros hoy en día, poco contundentes. A nuestro país llega con voces y textos en castellano, con un doblaje correcto, en el que podemos escuchar alguna voz conocida como la de la actriz que dobla habitualmente a Natalie Portman. Con momentos mejores y peores, el juego arrastra un problema recurrente, la falta de sincronización labial, lo que empobrece más si cabe unas cinemáticas poco brillantes.
Los xenomorfos se merecen un juego mejor
Sin explotar adecuadamente su principal elemento diferenciador que son los aliens, ya fuera desde el lado del terror –la primera película de Ridley Scott-, o desde el lado de la acción más intensa y nerviosa –el film de James Cameron-, nos queda un shooter un tanto genérico y desangelado, más propio del principio de la generación o el final de la anterior. Se las apaña para ser moderadamente divertido en la corta campaña, y es curioso que al público que más puede decepcionar, los fans de las películas que esperaban un gran juego, creemos que es el que más lo va a disfrutar, ya que homenajea con bastante cariño y detalle la película de James Cameron. Para el resto de mortales un juego más de acción en primera persona que no destaca en ningún apartado, y que a estas alturas de la "película" no aporta absolutamente nada al género, llueve sobre mojado. Parece que tendremos que volver a esperar una buena temporada para poder disfrutar de un juego que haga justicia a estas criaturas.