Análisis de Wheelspin (Wii)

Aunque tildar a un juego como el peor de todo el catálogo de Wii en un principio pueda sonar exagerado teniendo en cuenta la gran cantidad de juegos mediocres que existen para esta consola lo cierto es que una vez a los mandos y siendo objetivos en cada uno de sus apartados esta afirmación se vuelve completamente real y si no es el peor, no hemos podido jugar a todos y algunos van dirigidos a un público muy específico, es uno de los peores o al menos el peor al que hayamos podido jugar. Vamos a desgranaros punto por punto este lamentable juego que nos hizo frotarnos los ojos en más de una ocasión de puro asombro.

Como si de un juego de autor se tratara podemos leer en la portada Wheelspin, by Archer Maclean, y no sabemos si es que no se pudo negar en este punto porque le debería dar bastante vergüenza firmar semejante título. Este hombre se trata del creador de clásicos como Dropzone o International Karate para los ordenadores Atari y Commodere 64, que tuvo bastante éxito con un sorprendente juego de puzles titulado Mercury Meltdown para PSP también adaptado a Wii. Ahora con su compañía Awesome Studios nos llega Wheelspin, un juego del que no somos capaces de imaginar que pasaba por la cabeza de sus creadores para realizar tan pésimo juego.

Se trata un juego de velocidad de estética futurista en entornos espaciales, en el que aparte de carreras podremos "disfrutar" de batallas entre los vehículos. Cuenta con tres modos principales de juego; Individual, que se trata de dar vueltas a los circuitos haciendo los mejores tiempos posibles, Carrera, en el que disputaremos competiciones contra otros siete vehículos y Batalla, modo en el que en unos espacios reducidos con ítems que nos proporcionan armas tendremos que luchar contra los demás rivales por ver quién consigue más punto obtenidos en proporción al daño que causamos. Estos modos están estructurados en una pirámide y habrá que ir superando carreras para ir accediendo por los pisos de esta, a la vez que con el dinero obtenido podremos mejorar las características de nuestro coche como mayor aceleración, velocidad o estabilidad, incluyendo una mejora que hasta cambia nuestro aspecto externo.

El juego se puede controlar de muy diversas formas, desde usando simplemente el Wiimando, un volante, el mando clásico, el mando de GameCube y hasta un peculiar control con el Nunchuk. Da igual el sistema de control que se use, siendo los menos malos obviamente los del mando clásico y de GC, que el control del juego resulta horrible, muy sensible e incontrolable, basta coger un poco de velocidad y hacer un ligero movimiento para que perdamos el control de nuestro coche, o como cuando caemos de un salto que comienza a dar bandazos de un lado a otro de la carretera acabando en el oscuro espacio exterior, algo que ocurre demasiado a menudo.

Esto unido a una física horrible e inexplicable, que bien podría deberse a la peculiar gravedad de los inhóspitos planetas en los que disputamos las carreras, aunque este punto no se aclara en ningún momento y no creemos que sus creadores nos quisieran torturar aposta, pero es que es increíble la extraña física que rige este juego que provoca que nuestro vehículo salga volando con muchísima facilidad siendo bastante desesperante. Si ya cuesta mantener nuestro vehículo dentro de las amplias calzadas de los circuitos cuando tenemos que luchar en las arenas del modo Batalla alucinamos aún más ya que las carencias del control se acrecientan más todavía volviéndose totalmente injugable e imposible acertar con nuestras armas a los demás rivales.

Un apartado jugable horrible e incontrolable solo apto para amantes del masoquismo o de los grandes y desesperantes retos, para los que hasta podría resultar ligeramente divertido. Como único punto original en todo el juego hemos encontrado la inclusión en el modo Carrera de la recolección de unos objetos escondidos por todo el escenario como si de un plataformas se tratara, algo bastante excéntrico pero original. También contamos con un modo multijugador a pantalla partida ¡para 8 jugadores! que imaginaros lo caótico que puede resultar en estas circunstancias.

Si no fuera por la mayor resolución podría pasar por un juego de Playstation o Nintendo 64 perfectamente, con unas texturas muy pobres, unos modelados totalmente espartanos y un diseño artístico en general horrible. Manejamos los coches más feos que hemos podido ver en juego alguno, más propios de otra época tanto en diseño como en la elección de los colores podrían haber salido perfectamente del diseño de una de las más horribles camisetas de los años 80. Los circuitos no se quedan atrás y son una oda al mal gusto, de nula inspiración y con unos horribles mapa de bits a 256 colores como telón de fondo que son bastante sonrojantes. Recorriendo los circuitos solos en las carreras contrarreloj el juego va bastante fluido, pero cuando disputamos una carrera con otros siete participantes comprobamos incluso que existen ralentizaciones, algo que nos asombra ya que si por desgracia el juego cuenta con unos gráficos de hace 15 años que menos que vaya fluido, lo que unido a las horrendas físicas hacen del juego uno de los peores técnicamente de Wii, que ya es decir.

Si con esto no bastara el sonido no se queda atrás respecto a los otros apartados, con unos casi inexistentes efectos de sonido y unas melodías electrónicas cochambrosas que ni en los peores años de la ruta del bacalao llegaron a existir, haciéndonos pensar en que "genio" ha podido componer semejantes piezas, porque no queremos pensar que encerraron en el estudio de grabación a un mono con un teclado Casio.

Aunque pueda sonar exagerado es un juego que no deberíais aceptar ni regalado, una ofensa hacia los videojuegos y a los usuarios, ya que muchos en plena vorágine de las compras navideñas acabaran con él en su casa y la respectiva cara de tonto que se les quedará. Como hemos visto en muchos otros juegos de Wii los controles de calidad son inexistentes y casi cualquier cosa puede llegar al mercado sin ningún tipo de criterio, juego lamentables que llegado el caso pueden entretener a un niño de cinco años un rato delante de la pantalla, pero es que con este título no se podría entretener ni al jugador menos exigente, careciendo de virtud alguna, ya que ni para reírte de él sirve, a no ser que se cuente con un retorcido y oscuro sentido del humor.

Técnicamente de otra época, jugabilidad horrible, sonoramente molesto, siendo muy rebuscados la única virtud que podemos encontrarle es que pueda servir de ejemplo de cómo no debe hacerse un videojuego, menos mal que hay muchos y muy buenos juegos que poder disfrutar en el amplio catálogo de Wii, esperamos que al menos sus creadores se arrepientan de semejante obra y en un futuro hagan propósito de enmienda.