Análisis de Disaster: Day of Crisis (Wii)
Raymond Bryce era uno de los mejores agentes de la agencia internacional de rescates, especializada en asistir en desastres de todo tipo, hasta que un día lo abandonó todo. Fue el día en el que su compañero y amigo Steve murió en plena misión cayendo a un volcán. Le dijo que no se puede salvar a todo el mundo antes de caer hacia el abismo, y eso destrozó a Ray, que dejó la agencia. Ahora ha sido requerido una vez más porque una situación muy especial y peligrosa está a punto de desencadenarse, y así él mismo tendrá que enfrentarse a sus fantasmas y mirar a los ojos a la hermana del difunto Steve.
Disaster: Day of Crisis es una original apuesta que combina géneros y usos del mando remoto de Wii firmada por Monolith, estudio ahora propiedad de Nintendo, y creadores de juegos como Xenosaga o Baten Kaitos, aunque han dejado momentáneamente el rol para ofrecernos este juego diferente, en muchos sentidos.
La trama va a ser una excusa para ponernos en una situación límite cuando un grupo paramilitar conformado por antiguos soldados de elite, SURGE, ha secuestrado a un sismólogo, a la hermana de Steve, y prepara un peligroso plan de destrucción nuclear. Ahora, toda la costa oeste de los EE.UU. afronta el más oscuro de sus destinos, y es sólo el primer paso para la aniquilación total. El guión está lleno de tópicos del género de acción, con unas líneas de diálogo propias de la más aberrante cinta de Steven Seagal (e incluso de Seagal a dúo con Van Damme), y unas interpretaciones encorsetadas.
En cierto modo, lo mejor que nos puede suceder es abstraernos por completo de la historia, y centrarnos en sus escenas cinemáticas, habiendo algunas de gran espectacularidad y buena realización, lo que contrasta con el ya citado guión y las actuaciones de los intérpretes que le ponen voz. La estructura narrativa es bastante deficiente, sobre todo cuando en ocasiones nos encontramos con momentos en los que nos movemos unos segundos (no, no exageramos) y todo se corta para dar paso a un vídeo o a un cambio en el tipo de secuencia jugable; y lo mismo para el ritmo de las fases en sí mismas. En última instancia, éste es el mayor defecto del juego y lo que le da una sensación de poco pulido.
Básicamente, la jugabilidad de Disaster: Day of Crisis se divide en tres bloques principales: aventura en tercera persona, disparos y conducción. La única realmente bien conseguida es la de disparos al estilo de juego de pistola en la línea de, por ejemplo, Residente Evil: Umbrella Chronicles, con una pistola básica de munición infinita y la opción de llevar tres armas más adicionales, con munición limitada. Como es de esperar, esto se hace empleando la función de puntero del mando remoto y son secuencias con tendencia a ser intensas y con un buen estilo jugable, gracias a las opciones de cobertura. Además, sumamos puntos que luego podemos invertir en comprar armas o en mejorar las que ya tenemos, en una línea que nos recuerda bastante al rol.
Las partes de conducción se manejan con el control remoto en horizontal, y no resultan muy interesantes porque más que de habilidad en ocasiones son de suerte, ya que no es fácil ver por dónde hay que ir y nos encontramos fuera del camino (lo que puede significar caer por un abismo, por muchas señalas que se nos den en pantalla), mostrando algunos fallos en su diseño de diversa gravedad, acentuados por la distancia en ocasiones notable entre los puntos de control y el tener que ver, en ocasiones, una escena cinemática que no nos podemos saltar y que no nos interesa. En cualquier caso, el principal inconveniente es que la sensación de velocidad es bajísima y se percibe claramente la generación de objetos, como los obstáculos, por su escasa distancia de dibujado.
Por último, están las partes de aventura en tercera persona, que son una suerte de cajón de sastre donde se integran múltiples tipos de minijuegos con control y dificultad variable que hacen que nos tengan que instruir en el manejo incluso cuando ya vamos bien avanzados en la historia de Disaster. En estos momentos, nos moveremos con la palanca analógica y controlaremos las acciones de Ray con los botones del mando remoto, tal y como es habitual en la mayoría de juegos de acción en tercera persona publicados para Wii, aunque la verdad es que ese componente aventurero es exiguo pues vamos de un punto a otro por caminos prefijados por completo que nos muestran un título lineal. El movimiento por escenarios es muy entrecortado, con pasajes brevísimos, y nos volvemos a encontrar con el sistema narrativo, deficiente, incapaz de hilar la acción y los cambios de secuencias jugables.
La cosa, al menos, es muy diversa en líneas generales y nos encontramos con algunos puntos en los que hay que, por ejemplo, agitar el mando a toda velocidad para huir de un peligro que se nos echa encima, muy en la línea de algunas de las escenas interactivas de Resident Evil 4, y en otras son minijuegos un poco más elaborados, como los de curación o reanimación de heridos. Al fin y al cabo, aunque Ray tenga que enfrentarse a terroristas nucleares su pasión sigue siendo ser una suerte de paramédico y darle una brújula a la hermana de Steve (se lo pidió poco antes de morir), aunque sea lo último que haga.
La carta de la diversidad se juega gracias a que la pauta inicial del terremoto es tan sólo el principio, y a partir de ahí los entornos van cambiando y con ellos las situaciones, pues desde ese momento se desencadena toda una serie de desastres naturales, y los peligros de morir ahogado bajo un maremoto no son iguales a ser atacados por un oso en el bosque, o abrasados por lava. Y todo ello, insistimos, con la búsqueda de heridos a los que salvar, una de las constantes del juego. Por ejemplo, si nos encontramos a alguien atrapado bajo escombros, debemos hacer fuerza pulsando repetidamente A y luego mover el mando hacia arriba para emular ese movimiento; si tenemos que hacerle la reanimación hay que mover el mando emulando la presión sobre el pecho para comprimir el corazón imitando los movimientos de un masaje cardiopulmonar.
Por cada persona que salvemos, recibiremos un puntos que luego podremos invertir en mejorar a Ray, como si fuesen los puntos de experiencia de un juego de rol... y es que de casta le viene al galgo. Todos esos momentos de minijuegos se mezclan con los momentos de búsqueda de objetos y personas por los escenarios y la resolución ocasional de puzles, más en plan aventurero, y una de las peores cámaras de los últimos tiempos, tanto en manual como en automático. Al menos la interfaz es interesante y nos hace preocuparnos de nuestro ritmo cardiaco, el estado de los pulmones y la adrenalina.
Los minijuegos y las secuencias de rescate funcionan bien, aunque el movimiento por el escenario es un poco torpe y bastante tosco en realidad, y lo mismo para los momentos de disparo, lo que nos deja con tan sólo un estilo jugable realmente negativo, que es de la conducción por su mal planteamiento de la perspectiva y el desarrollo de las secuencias. Pero la manera de hilarlo todo y las secuencias jugables incomprensiblemente breves hasta el extremo no hacen más que ralentizar el juego, cortar el ritmo, y estropear la diversión. Luego, la verdad es que ni disparar ni salvar a la gente se le da mal al juego, es simplemente que no consigue destacar ni hacer nada por encima de la media en todo lo que propone. Si al menos esas partes tuvieran un desarrollo intenso y bien planteado...
Disaster: Day of Crisis es un juego que vive por y para la espectacularidad y está fuertemente llevado por el guión, como muestran sus abundantes secuencias y su planteamiento de desastres con terroristas nucleares dando vueltas. Parece deliberado su guión de telefilm catastrófico hasta cierto punto, y rematado por una producción que no acaba de ser convincente, con algunos momentos de intensidad. Aunque como suele suceder con este tipo de cine, lo mejor ya lo habremos visto en el tráiler, y esto mismo afecta también a otros juegos con supuestos buenos y complejos guiones que resultan en una fantasmada constante protagonizada por ofidios varios (y ahí pocos se quejan de esto, aunque dan tantos motivos o más).
En el lado positivo, la historia se lleva al extremo en todo momento. En el momento más mortífero de la peor catástrofe, aparecen los malos armados hasta los dientes dispuestos a darnos muerte (como si no hubiese suficiente peligro sin su intervención directa). Eso potencia la tensión, el espectáculo, y es tan exagerado, tan hiperbólico, que puede llegar a tener su encanto. Es más o menos lo que sucede con los diálogos, donde las tonterías que llegan a decir, los clichés sobreexplotados y demás parafernalia tienen cierto punto atractivo. Es, al fin y al cabo, la misma combinación de tonterías que se ven en una película del género de catástrofes sacada de los 80 (las de los siguientes veinte años son incluso peores, pese a la entrada en escena de los efectos especiales por ordenador), y si eso nos entretiene ante la pantalla, está claro que en un videojuego tiene potencial, y está claro que pese al intensísimo dramatismo inyectado en algunos momentos clave no pretende tomarse a sí mismo demasiado en serio, o eso esperamos.
Técnicamente, Disaster: Day of Crisis es un juego bueno que se ve muy favorecido en su introducción y un poco menos en las escenas hechas con el motor del juego, que es de lo poco que se pueda decir que está bien producido del juego. Su espectacularidad se diluye muchas veces al dar paso a la acción real, aunque los gráficos mantienen un buen nivel en los momentos de disparos, salvo por las texturas de muy baja resolución. Por desgracia, animaciones y una cámara incomprensiblemente nefasta estropean los momentos de aventura, aunque al menos nos queda el consuelo de que llega a 480p, algo que incomprensiblemente no hacen todos los títulos para Wii. Y el sonido anda en líneas generales: efectos sonoros genéricos, poco consistentes, malas voces, y una banda sonora buena, que cumple con su cometido, y nada más, salvo cuando se pone en plan magistral, que es estupenda. Demasiados altibajos, en definitiva, en el apartado sonoro que lo hacen poco sólido.
Conclusiones
Disaster: Day of Crisis es un juego bueno, que propone algunas cosas interesantes, empezando por su combinación de elementos jugables muy diversos. En ocasiones funcionan bien, y en otros momentos son irrelevantes por completo, o no del todo bien plasmados. Pero fracasa a la hora de dar una sensación de conjunto, aportar ritmo a su desarrollo, y hacer algo que realmente sea un punto de calidad. No hace nada mal, pero tampoco hace cosas más allá de lo que es exigible para cumplir. Su historia, ambientación y escenas son interesantes por la exageración y los giros que se dan en todo momento, caminando siempre hacia el más difícil todavía, lo que se hubiese visto mejor plasmado con una producción más cuidada en aspectos técnicos clave. La aventura de Ray es, con todo, interesante y nos dará diversión sin complejos durante una docena de horas si le sabemos perdonar los errores expuestos en una aventura extrema que tiene en la variedad de situaciones su mayor virtud.