Análisis de Diabolik: The Original Sin (Wii)

Hace varios años que el género de las aventuras gráficas se ve indudablemente eclipsado por otros que dan paso a un estilo de juego mucho más directo, con más dinamismo y, en esencia, con otro punto de vista a la hora de contar el hilo argumental. Lamentablemente el paso a la tercera dimensión sumado a las nuevas generaciones de jugadores hacen que las aventuras gráficas estén en un -injusto- segundo plano, pese a que de vez en cuando aparece alguna sorpresa que alegra la vida a los seguidores de este peculiar género.

De esta manera podemos decir que los fans de los videojuegos en los que disparar no tiene lugar están de enhorabuena, y no es para menos, puesto que en un año ya han anunciado varios títulos del género tanto para videoconsolas como para compatibles, como es el inminente regreso de la franquicia Monkey Island (con una adaptación del original y una nueva serie de aventuras en tres dimensiones) o las nuevas aventuras que van surgiendo tanto de Sam & Max como de otros héroes de los noventa, como Simon The Sorcerer. Es por eso que cada vez más las compañías apuestan por este olvidado género para dar rienda suelta a sus ideas, y Diabolik: The Original Sin es, sin duda alguna, una de ellas, pese a que no ha salido como muchos esperaban.

Del cómic a los videojuegos

La historia de Diabolik es conocida por los aficionados al mundo del cómic occidental, presentando en Italia en pleno año 1962 un personaje que dio mucho que hablar entre los aficionados. Creado por las hermanas Angela y Luciana Giussani, la historia de Diabolik se centra en un conflicto de intereses donde el valor y la justicia están a la orden del día y, como todo el mundo sabe, un héroe enmascarado es mucho más eficaz que la policía que patrulla cada día las calles.

Y ahí es donde comienza nuestra historia, precisamente, con un personaje enmascarado que se dedica a robar a los criminales más poderosos para repartir los beneficios entre los más necesitados, algo así como un Robin Hood desconocido.

De todas maneras, la historia de Original Sin no nos pone en los inicios de Diabolik, sino que comienza bien avanzado el cómic, con Eva -su compañera y amor de siempre- secuestrada por la organización de la Rosa Blanca y un Diabolik enfurecido y con ganas de acabar con todo. Aún así, nuestro personaje no va armado con demasiadas armas, sino que su principal baza es su aguda inteligencia, que da lugar a unos ingeniosos puzles y eventos que, como decíamos, encantarán dentro de los jugadores que buscan otro tipo de videojuegos.

De la vieja escuela

La obra se presenta, pues, como las antiguas aventuras gráficas de antaño, con un puntero que tendremos que mover para seleccionar el objeto en cuestión y multitud de escenarios que explorar, secretos que descubrir y, cómo no, puzles que resolver. Pese a lo que suele ocurrir en estos videojuegos, Diabolik no cuenta con escenarios prerenderizados, sino que opta más por una sensación tridimensional que, lamentablemente, no funcionará con el usuario más adepto a las aventuras gráficas. Además, el juego se desentiende de la interfaz típica que utilizaban los juegos antiguos, haciendo que cada vez que pasemos el cursor por algún elemento destacable, el puntero cambie en función si lo que necesitamos es utilizar, coger, hablar, etcétera.

Así pues, nuestro cometido principal será salvar a Eva, contando con nuestro ingenio y los objetos procedentes del entorno para llevar a cabo la labor de rescate. Como es de esperar, multitud de giros inesperados estarán en la obra, para evitar así que el jugador se duerma en los laureles o que acabe dejando el juego por puro aburrimiento. Además, el control de Diabolik se verá compaginado por dos personajes femeninos más: Eva, la recién secuestrada compañera del protagonista y Helena, una chica misteriosa que tiene que dar muchas explicaciones.

A medida que vayamos superando fases dará lugar al cambio de personajes automáticamente, y se irán conociendo detalles de la historia actual -así como de los personajes y pasado de éstos-, algo que sin duda refleja el trabajo de documentación de la compañía a la hora de trasladar el cómic al mundo de los videojuegos. Los puzles son sencillos, aunque en muchas ocasiones nos quedaremos atascados al no contar con el objeto necesitado, obligándonos a recorrer pasillo por pasillo en busca del preciado ítem.

El control no podía ser más simple, puesto que sólo necesitaremos el mando principal de la consola de Nintendo para hacernos con la aventura, prescindiendo así de su componente -casi- inseparable, el nunchuk. De esta manera utilizaremos el puntero del wiimote para hacer el conocido barrido de la zona, y pulsaremos el botón "A" para dirigir la acción correspondiente. Al tratarse de una aventura gráfica, los diálogos y conversaciones estarán a la orden del día, dando lugar así a varios personajes de lo más carismáticos que nos ayudarán -o entorpecerán- en nuestra aventura.

Los objetos, por su parte, son de gran ayuda a la hora de resolver los puzles, así como el ingenio que tengamos como jugadores de aventuras gráficas. Es decir, existen puzles de lo más sencillos que no hará falta usar demasiado la cabeza para completarlos, como utilizar una ganzúa con una puerta de madera; sin embargo hay otros que pueden convertirse en un auténtico quebradero de cabeza si no ampliamos horizontes e imaginamos otros usos para objetos particulares. Con la cruceta direccional del mando tendremos la posibilidad de mirar nuestro inventario, aunque también contamos con los botones "1" y "2" para ir pasando objetos directamente, sin necesidad de abrir el menú de objetos y dándole un poco más de dinamismo a la aventura.

Desfasado, por desgracia

Diabolik: Original Sin es uno de esos videojuegos en los que el apartado gráfico se ha descuidado en exceso para centrar todas las miradas en su cuidada historia y planteamiento de juego. Lamentablemente no podemos decir que la cosa haya salido victoriosa, puesto que estamos ante uno de los peores apartados audiovisuales de la videoconsola, en comparación directa a lo que vimos en la primera hornada de videojuegos de la anterior generación. Los escenarios son vistosos y están bien trabajados, así como los puzles y situaciones en donde tendremos que usar nuestra inteligencia para salir del paso, pero por desgracia no compensa el apartado técnico de la obra, puesto que tanto los movimientos de los personajes como la representación de los mismos es más bien mediocre.

En la otra cara de la moneda tenemos un diseño de personajes que fielmente reconocerán los seguidores del cómic italiano, con una puesta en escena bastante evidente y fiel al original. Estos interludios que darán vida a los eventos que completan la aventura serán una constante dentro del juego, pues pese a que la obra está realizada en tres dimensiones, la mayoría de interludios para presentar la trama están realizados bajo esta estética de cómic, muy similar a la que utilizó Ubisoft en XIII, pero sin cell shading, claro. También veremos algunas secuencias de video que puntualizarán los momentos más dramáticos de la aventura, pero, como decíamos, los gráficos que presenta el videojuego son bastante paupérrimos, y ni sorprenden ni emocionan, dándole al jugador una experiencia de juego que dista mucho de ser completa.

Por otra parte nos encontramos con una banda sonora que cuenta con muchos altibajos. Especial mención tienen un par de temas de la selección de temas interpretadas para la ocasión, sobre todo la pieza que acompaña la presentación inicial y los momentos en los que Diabolik ha de hacer de las suyas, con una música muy de la época del cómic y con ese tono a lo James Bond que tanto gusta entre la multitud. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, puesto que también veremos como unos desfasados efectos de sonido intentan plasmar las acciones que suceden en la pantalla, dando así una combinación mediocre entre gráficos y audio que, sin duda, generará malestar entre los jugadores más dedicados.

Es importante destacar que la música de Original Sin es bastante irregular, dando pie a piezas que sin duda sobrepasan el nivel medio de pistas de otros exponentes del género, pero sin embargo existen otras que cuentan con un desarrollo plano, sin variedad, con una falta de armonía que sin duda hará que el jugador decida, en una última instancia, apagar el volumen del televisor. A esto hay que sumarle un doblaje que, pese a estar en castellano, tampoco cuenta con una calidad digna de la actual generación. Las voces españolas que suenan en Diabolik serán rápidamente conocidas por aquellos quienes hayan jugado a Broken Sword, puesto que el -polémico- actor de doblaje que dio vida a George Stobbart también da vida a Diabolik, algo que sin duda no dejará indiferente a nadie. Además, por si eso fuera poco, en ocasiones las voces no suenan con la calidad actual que ofrece la consola de Nintendo, reproduciendo un sonido que a duras penas se puede decir que sea de una videoconsola de 2009.

Buen cómic, mal juego

La inclusión a la industria del videojuego del héroe Diabolik ha sido todo lo contrario a lo que los seguidores esperaban. Una puesta en escena bastante decepcionante, un estilo de juego demasiado pausado y cargado de situaciones irrisorias y, por si eso fuera poco, unos errores que hacen que la experiencia de juego sea negativa para el jugador. Es una lástima, puesto que este tipo de juegos todavía no se han hecho un hueco demasiado profundo dentro del catálogo de Wii, y Diabolik podría haber profundizado un poco más en este maltratado género.

Pese a todo, y dejando atrás los errores que presenta la obra, Original Sin es una aventura bastante aceptable, con una historia de intriga que promete desde los primeros compases de la aventura y que no cae en los tópicos más comunes de la industria. Además, todos los seguidores de Diabolik deberían ver, como mínimo, qué tal le sientan las tres dimensiones al particular universo creado por las hermanas Giussani.