Análisis de Diabolik: The Original Sin (PSP)

Diabolik es un ladrón de guante blanco, experto en el robo de joyas y piedras preciosas: todo un profesional del arte del disfraz y un maestro en pasar desapercibido y evitar a las autoridades, saliendo ileso de las situaciones más comprometidas. Sin duda, no ha perdido un ápice de su popularidad desde su creación en 1962 por las italianas Angela y Luciana Giussani. Fundamentalmente, se le reconoce como todo un referente dentro de la novela gráfica en el país que le vio nacer, aunque desde siempre su fama ha traspasado fronteras, llegando a diferentes lugares del mundo, sobre todo dentro del ámbito europeo. Tanta es la resonancia de este famoso antihéroe, que la desarrolladora Black Bean ha decidido meterse de lleno en la creación de un videojuego para cada una de las plataformas del mercado, basándose en las aventuras y desventuras del popular personaje.

En colaboración con Artematica, compañía que, por otro lado, ha desarrollado bastantes juegos pensados para su comercio dentro del mercado italiano (aunque muchos de ellos hayan traspasado fronteras, llegando a nuestro país, así como a otros países europeos), el desarrollo del juego ha visto por fin sus frutos, y para la ocasión tenemos ante nosotros la versión del juego para la consola portátil de Sony.

Un juego que, lamentablemente, no está a la altura en ningún aspecto, tanto a nivel técnico como jugable. La belleza estética del juego es prácticamente inexistente, su diseño es burdo y su jugabilidad muy limitada, por lo que la experiencia general de juego puede resultar un tanto exasperante hasta para el jugador más condescendiente. Pasemos, seguidamente, a desgajar una a una las "virtudes" del título que nos ocupa.

Un apartado gráfico tosco y falto de gracia

Lo primero que nos sorprende es la falta de cuidado con la que se ha tratado el aspecto gráfico del juego. Si bien el cómic original contaba con un diseño de personajes y un trazo de una calidad incuestionable, al convertir los personajes y escenarios de la novela gráfica original a modelos en tres dimensiones se ha realizado un trabajo desastroso. La acción en tres dimensiones se intercala con escenas de animación en forma de viñetas de cómic, así como también con escenas cinemáticas tridimensionales. El resultado en todo ello es irregular, tirando a malo. Ni siquiera las escenas en forma de viñetas móviles se corresponden con la calidad gráfica real del cómic en el cual se basan, lo cual no es, de ningún modo, comprensible ni aceptable.

Por otro lado, las escenas cinemáticas son, en algunos casos, aceptables, aunque en los planos secuenciales más cercanos vemos como las expresiones faciales de los personajes son prácticamente inexistentes, provocando un resultado poco creíble que, a malas, podría haberse, simplemente, evitado no incluyendo dichas escenas en el juego. Si bien en ocasiones las animaciones son correctas, sorprende el hecho de que, por lo general, éstas sean muy antinaturales y toscas, tanto en las escenas cinemáticas como en la acción del juego en sí.

La acción del juego, por otro lado, lvendrá constantemente interrumpida por las dichosas escenas cinemáticas, aparte de por pesados monólogos de nuestros personaje que, lamentablemente, no nos podremos saltar de ninguna manera, alterando la experiencia jugable de manera constante y reiterativa, y haciendo que el jugador pronto caiga en el tedio y el aburrimiento. Todo hay que decirlo, el juego en sí es bastante soso y el argumento extremamente predecible, por lo que tampoco encontramos muchas razones para pasar varias horas seguidas con él en nuestra consola. Los sistemas de cámara del juego son poco prácticos a nivel jugable, y no han sido bien implementados con el control del mismo, lo cual ocasiona que, a veces, los controles del juego se vuelvan un poco locos, dirigiendo a nuestro personaje hacia el lado opuesto al que estamos indicando.

Los escenarios están prácticamente vacíos, y los modelados en tres dimensiones son bastante feos, lo que ciertamente no dice mucho del equipo artístico encargado del desarrollo del juego. Por otra parte, en ocasiones veremos fallos de colisiones, así como texturas de calidad irrisoria, cosa incomprensible a estas alturas en una consola como la PSP.

Música de ascensor y voces inexpresivas

La música del juego, si bien cuenta con temas que suenan agradables al oído durante la partida, acabarán por resultar muy repetitivas, ya que no sólo no contaremos con excesivos temas musicales durante la acción del juego, sino que todos se parecen bastante entre sí. Por otro lado, contaremos con voces digitalizadas de los personajes del juego, sí, pero con un doblaje horroroso a nuestro idioma. La inexpresividad y pasividad emotiva del doblaje del personaje de Diabolik, al cual escucharemos durante casi todo el tiempo, resultará cómica al principio, aunque a la larga nos sacará bastante de quicio, teniendo en cuenta sobre todo que no podremos saltarnos ninguna línea de diálogo.

Cómo hacer de un juego algo realmente incómodo...

La jugabilidad del juego es, posiblemente, el aspecto del mismo que se lleva la peor parte en la valoración del conjunto. Podríamos perdonar un diseño gráfico y sonoro tosco y falto de detalles, pero no podemos perdonar que el juego se torne en algo realmente incómodo de jugar. El disfrute del juego, a la larga, es prácticamente imposible, debido a la fragmentación de las escenas y el incómodo sistema de juego, presumiblemente basado en el de las aventuras gráficas clásicas de toda la vida.

La historia del juego, bastante insulsa de por sí, nos cuenta que Eva, la pareja profesional de Diabolik, ha sido secuestrada por una organización secreta. Para liberarla, deberemos de robar un cuadro llamado The Original Sin de un tren en marcha. Una vez robado el cuadro, nos daremos cuenta de que nos han utilizado de mala manera, e iremos en busca de los malhechores que tienen presa a nuestra querida compañera de andanzas.

Fundamentalmente, el juego se desarrolla como una aventura gráfica de las de siempre, en la cual deberemos de interactuar con otros personajes y con los diferentes objetos que encontremos en los escenarios del juego para completar una serie de puzles y enigmas que nos llevarán al objetivo final del título. Pero en el caso que nos ocupa, prácticamente no tendremos puzles a resolver (y éstos se desplegarán en espacios de gran tamaño, por los que, por otra parte, nos resultará realmente incómodo movernos, debido al pésimo sistema de cámaras y el burdo manejo del personaje dentro del juego), y éstos será, francamente, fáciles y predecibles. Por otro lado, la mayor dificultad con la que nos encontraremos es que la lógica de algunos puzles es cuestionable, por lo que daremos vueltas y vueltas a los escenarios, probando todos los objetos del mismo con todo nuestro inventario en busca de una posible solución.

Tendremos, en algunos momentos del juego, la posibilidad de enfrentarnos a diálogos con otros personajes de la aventura, en los cuales deberemos de imaginar la respuesta correcta a cada una de las inquisidoras preguntas que se nos planteen, si queremos salir bien parados de todo el asunto. Por otra parte, contaremos con algunas escenas de acción interactiva en las que se nos pedirá que movamos el mando analógico de nuestra consola en una dirección determinada, llevando un punto hasta una zona iluminada en una representación esquemática del mismo mando en nuestra pantalla. Este minijuego es poco afortunado, sin duda, ya que no ofrece ningún interés al jugador y entorpece la acción del juego más que favorecerla.

Contamos con una interfaz de juego que nos permite interactuar con el escenario a través de ciertos puntos de interés, que podremos mover a través de los botones laterales de nuestra consola. Por otro lado, podremos observar dichos puntos o accionarlos con nuestras manos, así como combinarlos con algunos de los objetos de nuestro inventario. Pero, sinceramente, el desarrollo de la interfaz jugable ha sido desarrollada muy torpemente, ninguna de las opciones que se nos ofrecen funciona realmente como cabría esperar (ya que, en muchos momentos, no sabemos cuál es la acción más conveniente para cada objeto, por lo que deberemos probarlas todas hasta dar con la adecuada).

Extras

El juego nos ofrece una galería de extras, en la que podremos ver algunas imágenes del juego, así como escenas cinemáticas del mismo, y escuchar algunas de las pistas de audio de la aventura. Por otro lado, cuando completemos un capítulo del juego, se nos planteará la posibilidad de volver a completarlo en el modo misión, cosa que, por otra parte, no aumenta en absoluto la rejugabilidad del título, debido al escaso interés que suscita volver a jugar a las misiones que hemos conseguido superar.

Conclusiones

La industria del videojuego europeo, sin duda, produce títulos de manufactura notable e, incluso, excelente, y cada vez con más asiduidad. Lamentablemente, este no es el caso de Diabolik, un juego que pasará por nuestras portátiles con más pena que gloria y que, afortunadamente, pronto será olvidado por los aficionados en pos de otros títulos de mejor calidad.