Análisis Sniper Elite 3 Ultimate Edition, el arte del francotirador (Switch)
Sin ser la saga de shooters en tercera persona más querida y venerada, Sniper Elite ha conseguido hacerse un hueco en uno de los géneros más saturados de cuantos existen actualmente. Rebellion ha dado forma a un estilo muy particular y centrado siempre en conflictos de naturaleza bélica, combinando unas mecánicas de juego sencillas en su planteamiento pero que, con el paso de los años y las sucesivas entregas, han acabado funcionando de manera muy solvente.
Los usuarios de Switch ya pudieron acercarse a esta saga con el pasado capítulo Sniper Elite V2 Remastered, un título notable no exento de ciertos defectos que apareció hace ya unos meses. Y ahora le llega el turno al tercer episodio, Sniper Elite 3 Ultimate Edition, el cual nos llega en su versión definitiva que incluye todos los extras habituales en este tipo de propuestas y que repasaremos más tarde.
Un francotirador en plena Segunda Guerra Mundial
En plena Segunda Guerra Mundial, un conflicto bélico muy recurrente en el mundo de los videojuegos, tenemos que encarnar el papel de un francotirador que se ve metido de lleno en un buen número de misiones que debe ir solventando. Evidentemente y con esto en mente, es necesario ir colándonos en territorio nazi sin ser detectados. La desventaja numérica (entre otras muchas) es considerable, por lo que el sigilo se convierte en un aliado igual de válido que el rifle de francotirador y el resto de armas que tenemos a nuestra disposición a lo largo de la aventura.
Por lo tanto y desde una perspectiva en tercera persona, tenemos que ir avanzando por entornos abiertos de un tamaño medio e ir cumpliendo las misiones que nos va asignando el alto mando. Estos objetivos son en multitud de ocasiones dinámicos, es decir, que van cambiando a medida que progresamos y van teniendo lugar según qué acontecimientos, algo que se agradece bastante para evitar caer en el encorsetamiento que a veces se produce en este tipo de títulos. Y a esto también contribuye la posibilidad de poder ir efectuando numerosos encargos secundarios (sabotear radios, prender fuego a las cajas de suministros del ejército enemigo, etc.) que aportan una mayor diversidad a la acción.
A pesar de todos nuestros esfuerzos, habrá más de una ocasión en la que no será posible cruzar bajo territorio enemigo sin ser detectados y las tropas rivales darán la voz de alarma. Cuando eso sucede el sigilo da paso a las escenas de acción, las cuales se muestran algo torpes en nuestra opinión y carentes de chispa, aunque cumplen sobradamente con su cometido. Se nota que no es el punto fuerte de este título (nunca lo ha sido), pero tampoco son un desastre. Lo más recomendable en estos casos es liquidar a los rivales que tenemos más a tiro y tratar de huir para reubicarnos y dejar que pase la tormenta de balas. Una retirada a tiempo puede salvarnos la vida más de una vez, tened esto en cuenta.
A pesar de su papel de francotirador, el protagonista puede acceder a un puñado de otras armas, dando forma a un arsenal no muy completo pero funcional que incluye desde pistolas con silenciador a explosivos diversos y ametralladoras. Lo mejor de todo es que es posible personalizar el fusil a nuestro gusto y cambiar las mirillas o las culatas, por ejemplo.
En cuanto al desarrollo del juego en sí, es bastante invariable en el sentido de que, misión tras misión, siempre se reduce a la misma pauta. No existen apenas cambios notorios de unas a otras ni la adición de matices jugables que marquen un cambio palpable de una a otra. ¿Es esto algo necesariamente malo? Pues lo cierto es que no, dado que funciona correctamente y cada misión resulta bastante amena. Pero como ya imaginaréis, va perdiendo chispa a medida que progresamos, lo cual siempre supone un inconveniente.
Por fortuna, sí que existen algunos incentivos que ayudan a mantener el interés durante cada partida, comenzando por la espectacular kill cam. Este elemento clásico dentro de la saga nos permite divisar con todo lujo de detalles la trayectoria y el impacto de las balas que salen de nuestro rifle en los cuerpos de nuestras víctimas cuando van a ser eliminadas. Como si fuera una visión de Rayos X (parecida a la plasmada en otros títulos como las últimas entregas de la serie Mortal Kombat), es posible apreciar cómo reventamos el corazón o la cabeza del rival de turno, con toda la carga gore que eso conlleva.
Por otra parte es posible ir adquiriendo puntos de experiencia en cualquiera de las modalidades que juguemos. Y gracias a esto nuestro soldado puede ir evolucionando para ir disfrutando de nuevas posibilidades para su armamento y equipo, que en las últimas misiones se agradece bastante. Pero lo más interesante de todo puede que sea la posibilidad de poder jugar la campaña entera en compañía de un amigo gracias al modo cooperativo que incluye. Y, junto a esta opción, también podemos jugar en plan competitivo a cuatro bandas en local o hasta en ocho en red, si bien esta última opción seguramente flojeará bastante en cuestiones de actividad por parte de la comunidad de usuarios de Switch.
Por otra parte y al tratarse de la Ultimate Edition, esta versión incluye los 9 DLC aparecidos para el título primigenio. ¿Lo más interesante que nos ofrecen todos estos packs adicionales? Las cuatro misiones adicionales que incluye, las cuales además están desbloqueadas de inicio y es posible acceder a ellas desde la pantalla de menú principal. Y junto a esto es posible disfrutar de una mayor cantidad de armas, equipamiento y otros complementos.
Lo que no ha cambiado en demasía es su apartado técnico. El título original nunca destacó en esta materia y, evidentemente, el paso de los años no ha mejorado precisamente las cosas en esta faceta, aunque por fortuna sigue siendo un juego sólido que goza de una buena ambientación y entornos sólidos pero no muy diversos. El sonido tampoco es impactante, pero el doblaje en español de las ocho misiones principales (las cuatro adicionales están en inglés) no está mal y los efectos sonoros son muy buenos. La banda sonora pasa muy desapercibida salvo en instantes muy puntuales y se echa en falta más presencia.
Un shooter bélico nada despreciable
Sin tratarse del mejor exponente dentro de su género (el propio Sniper Elite 4 es bastante superior, aunque no está disponible en Switch), la consola de Nintendo recibe un buen exponente de este subgénero dentro de los shooters. Dotado de un buen desarrollo (aunque algo invariable a medio plazo), gran cantidad de contenido y una ambientación sólida, se trata de un título bastante destacable dentro del catálogo de juegos de esta misma naturaleza para esta consola.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Badland.