Análisis de Pokémon: Let's Go, Pikachu! / Let's Go, Eevee! (Switch)
Si quieres conocer todos los secretos sobre el juego visita nuestra Guía Pokémon Let's Go Pikachu / Eevee, trucos y consejos
Si os preguntásemos por vuestra generación de Pokémon favorita, probablemente muchos mencionaríais la primera de todas sin pensároslo dos veces.
No en vano, pocos juegos han conseguido tener un impacto tan grande en la industria como Pokémon Edición Roja, Azul y Amarilla, tres cartuchos para Game Boy que desataron una auténtica locura colectiva a finales de los años 90 y cuyo eco sigue resonando a día de hoy con multitud de secuelas y spin-offs capaces de vender millones de unidades con suma facilidad.
Si bien a nivel jugable y de contenidos ha sido superado por sus sucesores, nuestras aventuras por Kanto buscando a las 151 criaturas originales, entrenando a nuestro equipo soñado y aspirando a convertirnos, por primera vez, en los campeones de la Liga Pokémon, nos dejaron una serie de recuerdos imborrables que casi ninguna entrega posterior ha conseguido reproducir.
Ahora, 22 años después de su lanzamiento, Game Freak nos trae un interesantísimo y atípico remake para Nintendo Switch que busca aunar tradición y novedad en un solo juego para crear una aventura que no teme experimentar con nuevas ideas y romper con lo ya establecido, pero que de algún modo se las apaña para mantener la esencia de la serie en todo momento.
El emotivo regreso a Kanto
Resumiendo de forma muy rápida y básica, podríamos definir a Pokémon: Let's Go, Eevee! y Pokémon: Let's Go, Pikachu! como un remake de Pokémon Edición Amarilla que toma prestados algunos elementos de sus secuelas y, sobre todo, de Pokémon GO, el exitoso juego para móviles de Niantic que tantas pasiones levanta en todo el mundo.
Así pues, volvemos a estar ante un juego de rol con combates por turnos en el que recorreremos Kanto y reviviremos la misma historia que nos narraron en Game Boy mientras capturamos todo tipo de criaturas y las entrenamos para que se vuelvan más fuertes. La estructura de su desarrollo no podría ser más clásica y tenemos que admitir que nos ha sorprendido muy gratamente lo tremendamente fiel que es en todo momento a la entrega original.
El diseño de los mapas, la colocación de los entrenadores, la disposición de los secretos, los equipos que nuestros rivales usan contra nosotros... Todo se ha mantenido intacto salvo unas pocas excepciones, como el cambio del casino de Ciudad Azulona por un salón de recreativas. Además, se ha puesto muchísimo esmero en conectar la aventura con sus secuelas a través de multitud de pequeños guiños y detalles que sacarán la sonrisa de complicidad de cualquier fan.
El hecho de que se haya respetado con tantísima fidelidad el diseño del mundo y las mazmorras nos ha parecido un gran acierto, ya que se recuperan sus geniales y laberínticos escenarios repletos de teletransportadores, escaleras, interruptores y puertas que nos obligarán a fijarnos bien y a pensar un poco para abrirnos paso por ellos, algo que, por desgracia, se ha ido perdiendo con las últimas entregas y que le daba un extra de dificultad muy jugoso, tal y como hemos vuelto a comprobar.
Revolucionando las capturas para hacernos con todos
Sin embargo, las novedades llegan en el mismo momento en el que nos damos cuenta de que se ha cambiado por completo la forma de capturar a estos carismáticos monstruos de bolsillo, probablemente uno de los aspectos más controvertidos y que más "miedo" ha generado entre los fans, ya que estamos hablando de modificar uno de los pilares sobre los que la serie lleva sustentándose desde su mismísima concepción.
Nosotros mismos teníamos muchas dudas sobre lo que nos íbamos a encontrar antes de empezar nuestra partida y mirábamos con mucho recelo y escepticismo este nuevo rumbo, pero tenemos que admitir que no solo nos ha convencido, sino que ahora, tras haberlo probado a fondo, probablemente nos costase bastante volver al sistema antiguo.
Lo primero que nos ha llamado muchísimo la atención es el hecho de que se han eliminado los encuentros aleatorios contra los Pokémon, por lo que ahora los veremos deambular por los escenarios y no entablaremos "combate" contra ellos a menos que los toquemos. Este cambio es algo que nos ha encantado y que, sinceramente, esperamos que se mantenga en los próximos juegos de la saga que están por llegar, ya que nos permite "esquivar" estos enfrentamientos para agilizar la exploración de los escenarios si así lo deseamos, además de poder centrarnos únicamente en capturar aquellas criaturas que queramos sin tener que vernos ralentizados por luchas que ni nos interesan ni nos aportan nada.
Además, a nivel visual resulta muy satisfactorio ver a decenas de monstruos correteando por todas partes, transmitiéndonos la sensación de estar ante un mundo mucho más vivo que nunca.
Eso sí, no os penséis que los cambios terminan aquí, ya que, tal y como hemos dicho, la forma de capturar a estas bestias ha cambiado totalmente. En vez de enfrentar a nuestros Pokémon contra los que nos encontremos en estado salvaje para debilitarlos y facilitar su captura, aquí se ha apostado por reproducir el mismo sistema que hemos visto en Pokémon GO.
Es decir, no existe el combate como tal, por lo que nuestro cometido será el de lanzar Poké Balls a diestro y siniestro (y bayas también si queremos para obtener diversos efectos) mientras nuestros objetivos no paran de moverse para evitar que acertemos. De igual modo, podremos aumentar nuestras posibilidades de captura si conseguimos sincronizar el lanzamiento con un círculo que se va estrechando alrededor de las criaturas.
Para lanzar estas bolas, simplemente nos bastará con imitar el gesto de esta acción con un Joy-Con o con la nueva Poké Ball Plus en sobremesa, mientras que si jugamos en portátil dispondremos de unos controles más tradicionales con stick y botones, e incluso con giroscopio si así lo deseamos.
En cualquier caso, nos ha parecido un método de captura sencillo pero ágil y divertido, especialmente cuando entran en juego las rachas. Si conseguimos atrapar varios monstruos del mismo tipo seguidos sin que ninguno de ellos escape, aumentaremos las probabilidades de que aparezcan Pokémon raros y la frecuencia con la que se muestran las criaturas con las que estamos realizando la cadena. Es más, estas últimas también tendrán más posibilidades de contar con estadísticas perfectas y, por si fuese poco, de que sean variocolor (shiny), mezclando de esta manera y con mucho acierto crianza, captura y entrenamiento (cada vez que atrapemos algo nos dará experiencia para todo nuestro equipo).
Como podréis intuir, cuando la racha es alta suelen ser momentos de mucha tensión, ya que basta con que se nos escape uno para echar por tierra todo nuestro trabajo y tener que volver a empezar desde el principio, animándonos a que afinemos muy bien nuestros lanzamientos para intentar asegurar todas las capturas. Sin duda, se trata de un sistema mucho más entretenido de lo que cabría imaginar y al que no podemos ponerle demasiadas pegas.
Combatiendo a la antigua usanza
Pero tranquilos, esto no significa que no vayamos a tener combates tradicionales, más bien al contrario. Las luchas contra otros entrenadores y jugadores siguen las mismas reglas de siempre: batallas de uno contra uno o dos contra dos (estas últimas a lo largo de la historia son testimoniales) que se resuelven por turnos y en las que cada criatura cuenta con cuatro movimientos distintos para poner en práctica.
Regresan las debilidades que podemos explotar para hacer más daño, la división de movimientos en físicos y especiales, todos los tipos se han actualizado convenientemente para incluir Acero, Siniestro y Hada (recordemos que estos no estaban presentes en la ediciones originales de Game Boy) y se han recuperado las megaevoluciones.
Sin embargo, por el camino se han caído las habilidades, los Movimientos Z y la posibilidad de equipar objetos, algo que, tal y como podréis intuir, cambia por completo el "meta" de la saga hacia algo más sencillo y simple que facilitará la entrada de nuevos jugadores a su mundo competitivo. De todos modos, sigue contando con una buena profundidad jugable para todo aquel que se preocupe por buscarla, ya que tendremos que readaptar todas nuestras estrategias y aprender a jugar de una manera distinta si queremos llegar a lo más alto.
En líneas generales, combatir en Pokémon Let's Go es tan divertido como siempre y os podemos asegurar que no os van a faltar peleas, ya que en nuestro viaje nos encontraremos con una ingente cantidad de entrenadores con ganas de gresca, hasta el punto incluso de poder llegar a saturar si decidimos enfrentarnos a todos ellos.
Precisamente por ello nos ha gustado tanto el nuevo sistema de captura, ya que nos permite cambiar de aires entre combate y combate, aportando variedad y frescura al desarrollo de la aventura para que no echemos de menos los enfrentamientos clásicos contra los Pokémon salvajes.
Entrenando para ser el mejor que habrá jamás
Otro cambio que nos ha parecido muy destacable y llamativo en esta entrega lo tenemos en la nueva forma de conseguir criaturas "perfectas" y entrenarlas adecuadamente para que sean válidas en el terreno competitivo.
Lo primero que hay que decir es que se ha eliminado por completo el sistema de crianza tradicional, así que no podremos usar la guardería para aparear a nuestros monstruos. Esto significa que se acabó el tedio de incubar infinidad de huevos durante tardes enteras hasta obtener los resultados deseados, una tarea tan aburrida como poco satisfactoria por la que no muchos están dispuestos a pasar.
En vez de eso, gracias a las rachas de capturas que hemos mencionado, obtener un Pokémon con estadísticas perfectas es relativamente sencillo y, a unas malas, existe un personaje del que no podemos decir demasiado que nos ayudará a maximizar los atributos que se nos queden algo cojos, de modo que aquí lo realmente importante es conseguir un monstruo con la naturaleza adecuada para la función que queramos que desempeñe.
Y sí, esto también es facilísimo, ya que visitando a una adivina y pagando por sus servicios conseguiremos que todos los Pokémon que atrapemos durante el resto del día sean de la naturaleza que nosotros queramos. Como veis, Game Freak ha hecho todo lo posible para facilitar el acceso al competitivo y evitar que se usen programas de dudosa calidad para ello, como tristemente suele ser habitual en la serie, y viendo lo entretenido del resultado, no podemos hacer otra cosa que no sea aplaudir la decisión que han tomado con todos estos ajustes.
Continuando con los cambios, tenemos que señalar que se ha eliminado el antiguo sistema de EVs (puntos de esfuerzo). Ahora únicamente los obtendremos al alimentar a nuestras mascotas con los caramelos que obtengamos de las capturas que realicemos y al transferir Pokémon al Profesor Oak (funciona de la misma forma que en Pokémon GO), pudiendo subir cada estadística en 200 puntos, eliminando así el límite de 510 EVs globales.
Como podréis imaginar, esto se traduce en que ahora nuestras criaturas pueden llegar a alcanzar unas cifras altísimas en sus atributos y realmente demoledoras que prometen alterar por completo el panorama competitivo de la serie. No sabemos si esto se aplicará en las próximas generaciones (probablemente necesite algunos retoques y ajustes), pero, desde luego, nos ha parecido un sistema mucho más intuitivo y claro que el anterior, y que bien merece la pena pulir y explorar en el futuro.
Un postgame mejorable
En otro orden de cosas, completar la historia principal es algo que nos llevará entre 20 y 25 horas de juego, dependiendo de lo mucho o poco que nos queramos parar a entrenar y capturar. El problema aquí lo tenemos en su "postgame", el cual se nos ha antojado un tanto escaso en cuanto a actividades en las que podemos participar.
No podemos decir mucho al respecto, simplemente que no esperéis demasiadas sorpresas, ya que completar la Pokédex es algo relativamente sencillo al haberse incluido únicamente a los 151 monstruos originales de la primera generación (en cuestión de 30 horas nos hicimos con todos, realizando los intercambios pertinentes para obtener los Pokémon exclusivos de la edición contraria a la nuestra) y la mayoría de nuestras horas tras ver los créditos nos las pasaremos entrenando criaturas para poder hacer frente a los llamados Entrenadores Maestros.
Estos rivales se especializan en una bestia concreta y nos retarán a que los derrotemos en un combate singular y sin objetos usando otra igual que hayamos entrenado. Evidentemente, esta no es una tarea sencilla, ya que tienen muchísimo nivel, obligándonos a entrenar cada tipo de Pokémon durante horas para poder derrotarlos.
Huelga decir que vencer a los Entrenadores Maestros de cada una de las 151 criaturas existentes es una tarea titánica y que nos llevará una infinidad de horas completar, aunque más que un reto lo que aquí tenemos es una tarea aburrida y monótona que pondrá a prueba nuestra paciencia, por lo que os recomendamos que simplemente os centréis en derrotar a los de vuestros seres favoritos.
Es una pena que no se haya aprovechado la ocasión para recuperar cosas como las nuevas regiones que se incluyeron en Pokémon Rojo Fuego y Verde Hoja, una Torre Batalla o un Frente de Batalla, ya que le habría dado mucha vidilla al juego tras sus títulos de crédito.
De hecho, tampoco nos ofrece demasiados alicientes en este punto, pues sus funcionalidades online están limitadísimas al no haberse incluido ningún tipo de sistema de emparejamientos, así que si queremos competir a través de internet solo podremos hacerlo contra amigos o usando una serie de códigos con iconos de Pokémon esperando encontrar a alguien que haya utilizado el mismo.
Esta decisión nos resulta incomprensible, quitándonos el atractivo de entrenar a un equipo para medirnos con rivales desconocidos a través de la red, ponernos a prueba y mejorar nuestras estrategias. Evidentemente, huelga decir que también podemos jugar de forma local con nuestros amigos y familiares cercanos.
La belleza de Kanto
A nivel gráfico estamos ante un título que no destaca por su apartado técnico, ya que los modelados son un tanto simples, las texturas no brillan demasiado, efectos como las sombras no están a la altura (se ven extremadamente pixeladas) y echamos de menos unas animaciones algo más elaboradas en las que nos muestren de una vez algún tipo de contacto e interactividad entre las criaturas cuando combaten.
Eso sí, todo esto sabe compensarlo de sobra gracias a su genial diseño artístico, tan colorido y lleno de vida como cabría esperar, haciendo gala de escenarios muy bonitos y de una acertada recreación de personajes y Pokémon que consiguen que luzca realmente bien en todo momento. Destacar que la imagen se ve muy nítida tanto en portátil como en sobremesa.
Finalmente, decir que la banda sonora es simplemente espectacular, recuperando todos los temas clásicos de la primera generación, pero reinterpretándolos con instrumentos musicales reales para deleite de nuestros oídos. Los efectos, son los mismos que llevamos escuchando desde hace años, tan reconocibles y variados como cabría esperar, aunque, una vez más, se ha desaprovechado la oportunidad de doblar a las criaturas e incluso a los personajes, de modo que las únicas voces que escucharemos serán las de Eevee y Pikachu.
Conclusiones
Pokémon: Let's Go, Eevee! y Pokémon: Let's Go, Pikachu! es una experiencia muy divertida y recomendable tanto para quienes busquen iniciarse en la saga por primera vez como para los fans de toda la vida. Se nota en todo momento que es un campo de pruebas para Game Freak, pues no duda a la hora de experimentar con nuevas ideas y revolucionar con mucho acierto algunos de sus pilares "sagrados".
A pesar de ello, no hay un solo instante en el que no se sienta como un auténtico juego de Pokémon, lo que habla muy bien del trabajo que aquí se ha realizado. Sí, hay mecánicas que se han simplificado o se han perdido por el camino y que le restan algo de complejidad, así como el hecho de solo tener 151 criaturas en vez de más de 800, pero sigue teniendo la suficiente profundidad como para garantizar batallas muy divertidas y estratégicas con nuestros amigos.
Más preocupante nos parece su desangelado modo online y la falta de un "postgame" realmente atractivo y divertido, fallos que le impiden llegar más lejos, aunque no han evitado que hayamos vuelto a disfrutar redescubriendo Kanto y recordando lo que nos hizo enamorarnos de estos icónicos monstruos de bolsillo hace ya la friolera de 20 años.
Entendemos perfectamente que podáis tener recelos ante tanto cambio (nosotros mismos hemos estado en esa misma situación), pero si os libráis de esos prejuicios encontraréis una genial aventura que sabe respetar su legado y aportar frescura, buenas ideas y cosas muy positivas a esa fórmula que tantísimas horas de diversión nos ha dado a lo largo de dos décadas. No dudéis en darle una oportunidad.
Hemos realizado este artículo gracias a una copia final de Pokémon: Let's Go Eevee! que nos ha facilitado Nintendo en un evento de prensa para su análisis. También se nos ha facilitado una Poké Ball Plus.