Análisis de Pode (Switch, PS4)
Jugar a través de internet cada vez es más habitual. Por suerte, muchos desarrolladores se acuerdan de que a muchos de nosotros todavía nos gusta jugar con nuestros amigos en el sofá, compartiendo vivencias de manera presencial. Hoy recibimos un juego de esos que podemos disfrutar de manera cooperativa no sólo en nuestro sofá, sino en cualquier parte gracias al concepto de Switch.
La luz y la oscuridad
Pode es un juego de puzles cooperativo, que podemos jugar solos o acompañados. Este título nos propone una aventura en la que una estrella y un meteorito (creemos) unen sus fuerzas para poder volver al cielo. Cada uno, obviamente, tiene sus habilidades propias, sus ventajas y sus inconvenientes, y tendremos que combinarlas para resolver las situaciones que encontraremos ante nosotros.
Se trata de, en líneas generales, una experiencia un tanto exigente que nos obliga a pensar para poder continuar. Creemos que nunca llega a ser agobiante ni frustrante y que, si nos quedamos pillados, es porque nos hemos perdido algún detalle. Esto se debe en parte a que el juego no tiene tutoriales tradicionales, sino pequeños puzles en los que, con grabados en las paredes, nos dan las indicaciones para aprender a utilizar nuestras habilidades.
A nosotros, personalmente, nos encanta cuando un juego trata al jugador con respeto, sin llevarlo constantemente de la mano, y confía en él para que interprete todas las pistas que va dando. De hecho, no hay ni una sola línea de texto fuera de los menús y todo se explica de manera muy visual.
El título se desarrolla en una serie de escenarios divididos por zonas que tendremos que ir desbloqueando poco a poco. Con los nuevos escenarios iremos desbloqueando también nuevas habilidades que tendremos que aprender a dominar para poder completar los nuevos desafíos. Está todo muy bien medido, con una curva de dificultad muy bien diseñada que sabe ponernos siempre a prueba sin desesperarnos.
Además, creemos que tiene una buena cantidad de contenido. No es un juego particularmente largo, pero sí que nos va a dar unas cuantas horas de juego. Como es habitual en estos casos, depende de lo que tardemos en resolver los escenarios y si queremos hacerlo al 100% o no, porque tiene un buen puñado de coleccionables a encontrar explorando los escenarios.
Sencillo, efectivo y precioso
Una de las partes más llamativas de Pode es el trabajo artístico tan bien ejecutado. Los escenarios, austeros por defecto, se vuelven coloridos y vibrantes cuando usamos nuestros poderes. Vemos cómo la fría roca se va llenando poco a poco de vegetación, o cómo surgen formaciones de coloridas piedras. Tanto los escenarios como los personajes están perfectamente animados y el conjunto ofrece un resultado que, de verdad, es genial.
Los escenarios pueden parecer no tener mucha variedad en un primer momento, pero cuando los "transformamos" apreciamos mejor la personalidad que se le ha dado a cada mundo. Además, la transformación no es sólo por motivos estéticos, también nos ayuda a progresar y encontrar secretos.
La música también está a un gran nivel. Recurre a melodías ambientales muy relajantes, que acompañan con acierto no sólo la ambientación, sino el tipo de juego que es. Otros juegos de puzles te meten una música machacona que te destroza los nervios mientras intentas resolver la situación; aquí la música te ayuda a calmarte y a pensar con claridad.
En general, lo audiovisual está muy cuidado, con secuencias de vídeo para contarnos las partes más importantes de la historia y muchos pequeños detalles que te demuestran cuánto se han preocupado los desarrolladores por su juego. La única pega que podemos ponerle es que a veces el rendimiento es mejorable, tanto en el dock como en el modo portátil. Siendo el tipo de juego que es tampoco pasa nada si pierde unos frames por aquí o por allá, pero es cierto que afea un poco un conjunto que, rendimiento aparte, es muy redondo.
Los puzles más bonitos de Switch
Pode nos ha encantado. En esencia, es sólo otro juego de puzles y plataformas, pero lo hace todo tan bien y es tan bonito, que la experiencia final es muy, muy recomendable. Su puesta en escena, su dirección artística, su respeto por el jugador y, obviamente, sus puzles, nos parecen acertadísimos y, además, perfectos para el concepto de Switch.
Si te apetece una aventura de puzles, ésta es ideal para jugarla tanto en solitario como en cooperativo. Obviamente, siempre se disfruta más en cooperativo, pero se puede jugar perfectamente de las dos maneras, con un control muy bien ajustado para cualquiera de los dos modos. A poco que te apetezca lo que ves en nuestro análisis, te recomendamos que le des una oportunidad.
Hemos realizado este análisis con un código proporcionado por Plan of Attack.