Análisis de Hyrule Warriors: Definitive Edition (Switch)

Hyrule Warriors ha demostrado tanto en Wii U como en Nintendo 3DS que las batallas masivas de Omega Force se adaptan a la perfección al universo de The Legend of Zelda, dejándonos para el recuerdo uno de los mejores musous jamás realizados, así como todo un festival de puro fan service para cualquier fan de las aventuras de Link.

Sin embargo, hasta ahora ninguna de sus dos versiones se sentían realmente como la "definitiva".

Si bien en Nintendo 3DS gozó de más contenidos y de importantes mejoras jugables, el bajón que supuso a nivel gráfico y de rendimiento lastraron esta edición respecto a la de Wii U, por lo que, al final, si queríamos jugar al juego nos tocaba hacer un sacrificio u otro dependiendo de la versión escogida.

Por ello y para solucionar este problema, Koei Tecmo ha decidido lanzar este genial spin-off por tercera vez, siendo Nintendo Switch esta vez la consola elegida. ¿El resultado? Uno de los juegos más completos e inabarcablemente largos que podemos disfrutar en la nueva plataforma híbrida de Nintendo, reuniendo en un solo título lo mejor de cada una de sus versiones anteriores.

La guerra definitiva por Hyrule

Resumiendo de forma rápida y superficial, Hyrule Warriors: Definitive Edition es el mismo juego que ya pudimos disfrutar en Nintendo 3DS, incluyendo tanto sus mejoras jugables como sus contenidos exclusivos, así como todas sus expansiones descargables, pero revestido con el apartado técnico de la versión de Wii U.

Evidentemente, aquí hay matices que tenemos que aclarar, pero antes de entrar en detalle con ellos no toca comentar que estamos ante una aventura de acción masiva al más puro estilo Dynasty Warriors, solo que cambiando la China del Romance de los Tres Reinos por Hyrule y a sus héroes por los protagonistas y villanos de las diferentes entregas de The Legend of Zelda.

Esto quiere decir que controlando a un personaje tendremos que hacer frente a auténticos ejércitos de enemigos mientras vamos conquistando y defendiendo bases, así como cumpliendo los objetivos que nos vayan indicando durante el transcurso de la batalla, los cuales nos obligarán a tomar una gran cantidad de decisiones tácticas. Y todo ello con un sistema de combate muy accesible (los combos se hacen con apenas dos botones) y que sabe diferenciar enormemente a sus personajes para que nuestro estilo de juego y la experiencia cambie totalmente al pasar de uno a otro.

Al estar basado en una serie tan querida como esta, Koei Tecmo no se ha olvidado de incluir multitud de elementos característicos de la misma, como el uso de objetos o grandes jefes finales con sus patrones únicos, lo que le sirve para diferenciarse del resto de títulos del género.

Si queréis profundizar más en sus peculiaridades jugables, modos e historia, os recomendamos que le echéis un vistazo a los análisis que publicamos en su momento cuando se lanzó en Wii U y Nintendo 3DS, ya que a partir de aquí nos vamos a centrar en las características exclusivas de este lanzamiento para Switch.

Si sumamos todos los contenidos del juego, tenemos un total de 29 personajes jugables (muchos con varios tipos de armas distintos que cambian por completo la forma de jugar con ellos), un Modo Historia que incluye, además de la trama principal las misiones, las misiones de Linkle y The Wind Waker, nueve mapas principales para el Modo Aventura (hay algunos más ocultos), la posibilidad de cambiar el control de un guerrero a otro durante una misión, el completísimo Modo Hada y todos los Modos Desafío, incluyendo los retos de la Furia de Ganon. Y por supuesto, tampoco falta el imprescindible multijugador cooperativo local (una pena que no se haya aprovechado la ocasión para añadirle online).

Como veis, estamos hablando de un juego prácticamente inabarcable que nos llevará más de 500 horas completar al 100% (no exageramos), por lo que si bien podríamos quejarnos de que no se ha añadido nada realmente nuevo, la verdad es que cuesta ponerle algún tipo de pega a los contenidos que incluye, ya que se trata de un producto abrumadoramente completo.

Sin lugar a dudas, la modalidad más beneficiada en esta versión ha sido su espectacular Modo Aventura, la cual ha sufrido un buen número de ajustes que lo hacen mucho más divertido y equilibrado.

Al igual que en las ediciones anteriores, aquí tenemos que progresar por unos mapas gigantescos en los que cada casilla representa una batalla distinta, cada una con sus propias características, restricciones y objetivos, algo que ayuda a darle variedad a su desarrollo y que hace que sea uno de los mejores modos que hemos probado nunca en un musou.

Cada mapa tiene ciertas particularidades, aunque en casi todos ellos tendremos que recolectar cartas de objeto para usar en ciertas casillas y así desbloquear la posibilidad de obtener algún tipo de recompensa exclusiva, muchas de las cuales dependen, a su vez, del rango que consigamos en ella, siendo A lo máximo que podemos obtener.

Este farmeo de objetos nos obligaba en Nintendo 3DS y Wii U a repetir innumerables veces ciertas misiones para poder progresar, algo que ralentizaba artificialmente nuestro progreso mucho más de la cuenta y que podía convertirse en una actividad muy aburrida. Por suerte, esta vez Omega Force ha incluido una tienda en la que podemos comprar estos ítems siempre que queramos a cambio de rupias, una decisión acertadísima y que aplaudimos por todo lo alto.

De hecho, para nosotros esta tienda es probablemente la mejor novedad de todo el juego, ya que nos ahorra decenas de horas de puro relleno y tedio, por lo que os podéis hacer una idea de su importancia.

Por otra parte, ahora las recompensas se han dividido entre todos los mapas, reestructurando por completo la progresión y la dificultad de los mismos, obligándonos a jugarlos para desbloquear a los que antes eran personajes descargables y las armas de diferente rango. La curva de dificultad es mucho más suave y resulta más complicado encontrarse con esos momentos de "atascamiento" en los que nos teníamos que parar a subir de nivel algún héroe que hubiésemos descuidado.

También nos encontramos con otros cambios menores que ayudan a hacer de este un juego más equilibrado y accesible, como que se haya rebajado el precio de algunos servicios (ahora eliminar habilidades de un arma es mucho más asequible) e insignias, o que podamos almacenar el doble de armas de un mismo tipo en nuestro inventario.

En lo referente a su apartado gráfico, el título se ve prácticamente igual que en Wii U, aunque esta vez se ha aprovechado la ocasión para subir su resolución hasta los 1080p en sobremesa. A día de hoy, hay ciertos detalles que cantan bastante, como la pobre resolución de las texturas y de los elementos del escenario, así como la gran cantidad de popping que hay en todo momento, algo que consigue compensar con el modelado de personajes, cantidad de enemigos en pantalla y los constantes efectos que plagan la pantalla.

El problema aquí lo tenemos en que no se ha mejorado demasiado el rendimiento, por lo que hemos vuelto a experimentar las mismas caídas en la tasa de imágenes por segundo que ya sufrimos en su versión original, las cuales son especialmente notorias en el escenario de la Cueva de Eldin. Eso sí, el juego se deja jugar perfectamente en todo momento, por lo que tampoco os penséis que son demasiado abundantes o molestas.

Tampoco nos ha gustado demasiado la calidad visual de los vídeos que nos van narrando la historia, ya que se ven mucho más borrosos que el resto del juego, por lo que da la impresión de que no han sido remasterizados, trabajo que ha quedado relegado para los que eran exclusivos de la edición de Nintendo 3DS.

Las buenas noticias las tenemos en lo bien que se ve y rinde en portátil, donde casi no se aprecia pérdida de calidad visual, lo que sumado a su propia propuesta jugable, se convierte en una opción ideal para disfrutar de las intensas batallas que aquí nos esperan.

También conviene destacar lo mucho que se ha mejorado a nivel gráfico el modo cooperativo para dos jugadores. Sí, no hay tantos elementos en pantalla como cuando jugamos solos, pero los modelados y los escenarios apenas se resienten, mostrando siempre una imagen limpia y nítida, lo que supone un salto gigantesco respecto al cooperativo de Wii U, donde el downgrade técnico era realmente exagerado y hasta molesto.

El sonido por su parte vuelve a deleitarnos con la misma banda sonora, repleta de grandes remezclas de temas clásicos de la saga y de composiciones totalmente nuevas que ambientan perfectamente nuestras partidas. Los efectos tampoco se quedan atrás y cualquier fan de The Legend of Zelda los reconocerá todos al instante. Finalmente, es una pena que no se haya aprovechado para incluir doblaje a todos los personajes, lo que desluce un tanto los vídeos.

Conclusiones

Hyrule Warriors: Definitive Edition es uno de los mejores musous que podéis encontrar actualmente en plataforma alguna. Si bien a día de hoy se ha quedado un poco por detrás de Fire Emblem Warriors en lo que a jugabilidad, gráficos y diseño de niveles se refiere, sabe compensarlo con su fantástico Modo Aventura y su abrumadora cantidad de desafiantes contenidos, por no hablar del enorme carisma y tirón que tiene una saga tan querida como es The Legend of Zelda, dándonos por fin la oportunidad de controlar a muchos de nuestros personajes favoritos.

Si os atrae este universo o el género y nunca le habéis dado una oportunidad, este lanzamiento se convierte en una opción de compra tremendamente interesante y que os recomendamos casi con los ojos cerrados, siempre y cuando tengáis claro que aquí se viene únicamente a repartir mamporros sin descanso durante horas, horas y horas.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.