Análisis Final Fantasy XII The Zodiac Age, una cuidadísima remasterización (Switch, Xbox One)
Como se suele decir, el tiempo siempre pone a cada cosa en su lugar, y un gran ejemplo de ello lo tenemos en Final Fantasy XII, una de las entregas más controvertidas y divisivas de la mágica saga de Square Enix. Fueron tantos los cambios que introdujo respecto a sus predecesores, con mecánicas complejas y muy adelantadas a su época, que no consiguió calar por igual entre todos los fans.
Una obra incomprendida que no supo ser apreciada como se merecía por el gran público, pero que se ha ido revalorizando con el paso de los años gracias a la sabia perspectiva que nos da el paso del tiempo.
Puede gustarte más o menos, pero lo que es indudable es que se trata de un auténtico juegazo que bien se merece que le demos una oportunidad y que nos adentremos en su mundo, quitándonos todos los posibles prejuicios que podamos tener sobre lo que debe ser un JRPG.
En 2017 tuvimos la suerte de disfrutar de Final Fantasy XII The Zodiac Age, una estupenda y trabajadísima remasterización para PlayStation 4 que también acabaría llegando a PC. Ahora le toca el turno a Xbox One y Nintendo Switch con una conversión que se atreve a incluir algunas novedades y mejoras, ofreciéndonos la versión definitiva de esta genial odisea.
Aventuras en Ivalice
A efectos prácticos, volvemos a encontrarnos ante la misma remasterización que analizamos hace un par de años, así que os recomendamos que le echéis un vistazo al análisis que publicamos para PS4 si queréis profundizar en sus pros y contras, ya que aquí nos vamos a centrar en las novedades y características específicas de estas nuevas ediciones.
Por lo tanto, acompañaremos una vez más a Vaan, Ashe, Balthier y compañía en una aventura con un interesantísimo trasfondo político y unas aspiraciones un poco más maduras que lo que la saga nos tiene acostumbrados. Por desgracia, los enormes problemas que el título tuvo en su desarrollo se cobraron un gran peaje en su narrativa, con un clímax que nunca termina de llegar y una recta final que no está a la altura de todo lo que nos promete su primera mitad, cerrando sus tramas de formas poco satisfactorias o convincentes.
Algo similar pasa con sus dos protagonistas, Vaan y Penelo, quienes pintan entre poco y nada en la trama y cuya presencia se nota forzada y mal implementada, restando carisma a un grupo de héroes que, por otra parte, sí que cuenta con personajes muy trabajados e inolvidables, como Balthier.
De todos modos, se trata de un viaje muy disfrutable y entretenido que en casi ningún momento llega a aburrir y que tiene algunos momentos absolutamente brillantes en lo que a puesta en escena y construcción de mundo se refiere, mezclando a la perfección fantasía clásica con elementos de ciencia ficción que buscan crear su propia mitología dentro de la serie.
Un Final Fantasy único en su especie
A nivel jugable, estamos ante un juego de rol que mezcla con mucho acierto turnos con acción real, automatizando los ataques y dándonos la posibilidad de movernos libremente por escenarios abiertos en los que los enemigos campan a sus anchas, por lo que no hay batallas aleatorias ni nada parecido.
Este es un sistema de combate del que han bebido algunos de los referentes actuales del género, como la saga Xenoblade Chronicles, aunque si hay algo que hace a Final Fantasy XII un juego único en su especie es su sistema de gambits.
Gracias a ellos podemos configurar por completo la IA de nuestros personajes para que actúen según nuestras preferencias ante cualquier tipo de situación. Por ejemplo, con ellos podemos hacer que uno de los miembros del equipo use un antídoto cuando es envenenado o que cure a alguien cuando baje su vitalidad por debajo de cierto punto.
Evidentemente, también podemos ajustar las prioridades de acción, de objetivos y de cada gambit, permitiéndonos tener las batallas controladas hasta las últimas consecuencias. Esto nos ahorra, además, el tener que dar multitud de órdenes básicas (lo que no quita que siempre podamos darlas de forma manual cuando la situación lo requiera), aligerando considerablemente las batallas.
Se trata de un sistema extremadamente completo y satisfactorio como pocos una vez se domina. Una auténtica pasada que nadie ha conseguido volver a replicar, al menos a un nivel tan elaborado como este.
Por supuesto, se incluyen todos los contenidos de la versión International Zodiac Job System, como el sistema de clases (cada una tiene sus propios tableros de licencias, y los héroes podían escoger dos de ellas, permitiéndonos especializarlos y diferenciarlos muchísimo más que en la edición original de PS2) y los modos Nueva Partida+ (manteniendo nuestro nivel hasta 90), Nueva Partida- (sin ganar experiencia) y Desafío (donde libraremos 100 duras batallas).
También contamos con todas las mejoras que recibió en PS4, como la posibilidad de superponer con transparencias el mapa en la pantalla de juego, acelerar la velocidad el doble o el cuádruple (utilísimo para "farmeos") y la introducción de un archivo de autoguardado cuyo uso era completamente opcional.
Más mejoras
A todo lo mencionado tenemos que sumarle una serie de novedades exclusivas de Nintendo Switch y Xbox One que hacen que estemos ante las mejores versiones de esta fantasía final. Para empezar, la más importante a nuestro modo de ver la tenemos en la posibilidad de reiniciar a nuestros protagonistas para cambiar sus clases con tan solo hablar con un personaje que encontraremos en la ciudad inicial.
Gracias a esto, podremos experimentar un poco más con ellos hasta encontrar nuestras combinaciones ideales y, si nos equivocamos o no nos termina de gustar nuestra elección inicial, siempre tendremos la posibilidad de rectificar, algo que en anteriores ediciones no nos permitían y que nos obligaba a consultar guías para no decidir a ciegas.
Otra interesante novedad la tenemos en el hecho de poder guardar varias configuraciones de gambits para cambiar rápidamente entre ellas siempre que lo deseemos. De esta manera, podremos prepararlos para diferentes tipos de situaciones, como jefes, "farmeos", exploración de mazmorras, etcétera, algo muy práctico y útil. Por último, conviene destacar que se ha mejorado el modo Nueva Partida+, pudiendo conservar, además de nuestro nivel, todo nuestro inventario, equipo y dinero.
Magia portátil
A nivel visual, no hay mucho que comentar, ya que incluye todas las mejoras gráficas que vimos en PS4, como modelados de alta calidad en todo momento, retoques en el sistema de iluminación, una imagen limpia y nítida gracias al aumento de la resolución, texturas más elaboradas, tiempos de carga de apenas un segundo o dos al cambiar de zona, etcétera.
En líneas generales, sigue siendo un título muy atractivo para la vista, con un apartado artístico cuidadísimo y con mucha personalidad, y con unos personajes y escenarios muy trabajados y efectivos. Aguanta perfectamente el paso del tiempo y sigue dejándonos estampas muy memorables, hasta el punto de hacer que nos volvamos a preguntar cómo fue posible que alcanzaran este nivel en una consola de 128 bits.
Por lo tanto, la gran novedad la tenemos en la posibilidad de jugar en el modo portátil de Nintendo Switch, un auténtico lujazo con el que podremos llevarnos esta obra maestra a cualquier parte para continuar nuestras aventuras por Ivalice fuera de casa. La buena noticia es que se ve y rinde genial en la pantalla de la consola, así que es una opción perfectamente válida y muy disfrutable que no resiente la experiencia lo más mínimo.
Finalmente, el sonido nos deja con la posibilidad de seleccionar la banda sonora original, sus versiones comercializadas en CD y una con arreglos que suena realmente bien (nuestra favorita). En cualquier caso, la música compuesta Hitoshi Sakimoto sigue siendo toda una delicia para nuestros oídos, capaz de ambientar cada uno de nuestros pasos con mucha maestría y personalidad. Los efectos son de muchísima calidad y el doblaje vuelve a permitirnos escoger entre las voces inglesas y japonesas, con unas interpretaciones excelentes en ambos casos.
Conclusiones
Final Fantasy XII The Zodiac Age para Switch y Xbox One es la mejor versión de una de las entregas más especiales y diferentes de esta veterana saga, aportando todavía más mejoras y novedades a una remasterización que ya era muy completa de por sí. Y encima con el suculento extra de poder jugar en cualquier parte gracias a las posibilidades portátiles de la máquina de Nintendo. Sin duda, sigue siendo un juego divertidísimo y por el que no pasan los años. No os lo perdáis.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha facilitado Koch Media.