Thriller, terror y una gran novela visual para Nintendo Switch. Análisis Emio - El Sonriente: Famicom Detective Club (Switch)
La campaña de presentación para Emio - El Sonriente: Famicom Detective Club fue todo un acierto. ¿Cómo anunciar una novela visual, lograr que llame la atención y que se especule sobre el juego durante días? Con un intrigante teaser que imprima misterio y terror, pero sin desvelar todas las cartas. Una vez destapado el misterio puede que el nuevo Famicom Detective Club interese o no al grueso de jugadores, pero sin duda el marketing –reforzado por el lanzamiento de demos- ha sido efectivo y ha llegado más lejos que con un tráiler más clásico.
Emio - El Sonriente es un capítulo más de estas aventuras que comenzaron en 1988 con The Missing Heir y un año más tarde la precuela The Girl Who Stands Behind. Se inspiraban en The Portopia Serial Murder Case de Enix y las novelas de detectives con la fantasía o terror del cineasta Dario Argento –maestro del giallo-, unas señas de identidad que se mantienen con esta nueva entrega y que explican el tono oscuro del teaser. Si bien los Famicom Detective Club originales no se lanzaron fuera de Japón, el usuario de Nintendo Switch no tendrá dificultad en jugar a sus remakes con Famicom Detective Club, estrenado en 2021.
"Yo te haré sonreír para siempre"
No revelaremos más que lo imprescindible y conocido de Emio - El Sonriente –y que probablemente ya conocerás si has jugado a la demo- porque en una novela visual su historia supone prácticamente todo el interés por jugarlo. La tragedia comienza con un cuerpo, el asesinato de un joven estudiante en extrañas circunstancias que apuntan al regreso de un asesino en serie. Sobre su cabeza, una bolsa corriente de papel con un rostro toscamente dibujado y una sonrisa, un detalle que conecta esta muerte con varios asesinatos de hace casi dos décadas marcados por el mismo modus operandi. Una noticia que sin duda preocupa a la policía y requiere la participación de la Agencia de Detectives Utsugi, con el protagonista y Ayumi Tachibana –jugable en pequeñas secciones-. Si no has jugado a los originales no te preocupes: no son imprescindibles para entender en Emio - El Sonriente y sus personajes recurrentes, aunque deberías darles una oportunidad si te quedas con ganas de más.
La trama por supuesto tendrá sus enredos y la dosis de ingrediente esotérico, porque Emio forma parte de una leyenda urbana que trata la manera de invocarlo y qué hacer cuando te enfrentas a él. Pero desde la perspectiva de la policía y la agencia las dudas son otras: ¿hablamos del mismo asesino o es un imitador que recoge el testigo? ¿hay inconsistencias en las pruebas? Y sobre todo, ¿estamos al comienzo de una nueva serie de asesinatos? Tu perspicacia y un cuaderno de notas con anotaciones de lo que ves y escuchas son tus únicas armas para detener a este monstruo.
Antes de hablar de Emio - El Sonriente en su conjunto y las virtudes que nos mantienen pegados a la pantalla casi sin pestañear, conviene aclarar ciertos puntos sobre Famicom Detective Club para quienes no han jugado a los títulos previos. Emio - El Sonriente no es muy diferente al resto de la saga –y por proximidad, al remake-, lo que significa que se trata de una aventura de conversaciones prácticamente en su totalidad. Muchas novelas visuales suelen combinar dos o más géneros para dar variedad o quizás atraer a un mayor público; un bloque sería el de los diálogos que avanzan la historia y otro el de los puzles, la exploración o minijuegos: en Danganronpa y otras sagas de misterio recreas crímenes, "luchas" en fases dialécticas donde puedes ser derrotado, en Snatcher o Policenauts de Hideo Kojima tienes un juego de disparos, en el excelente 13 Sentinels: Aegis Rim de Vanillaware tienes todo un juego de estrategia...
Famicom Detective Club entiende que el puzle es la propia conversación con la lista de comandos, principalmente formada por la opción de llamar –hablar con un personaje en pantalla-, hablar/escuchar que trata el tema que deseamos, examinar –movemos el cursor para analizar puntos de interés en la imagen- y pensar, que es una reflexión del protagonista. Por lo general, el proceso consiste en sonsacar declaraciones que arrojen luz sobre un sospechoso, el asesinato, la leyenda de Emio o alguna de las subtramas que se irán añadiendo al misterio. Cuando el caso principal parece atascado es el turno de investigar en otra dirección y quién sabe, quizás ese progreso esclarezca un poco más los asesinatos de Emio.
Por supuesto los interrogados no nos lo pondrán siempre fácil. Hay incidentes que no conviene remover, se muestran reacios a colaborar por cualquier razón o simplemente necesitan un empujón para recordar. Este puzle suele resolverse probando diferentes comandos: si meditas qué te ha dicho quizás se te ocurra una nueva pregunta, y si muestras un objeto clave podrían aportar información; otra opción es examinar al personaje y ver su nerviosismo; en casos específicos –pocos, nos habría gustado alguno más- la solución es más creativa o rebuscada. Siempre hay lógica y está a mano, en la lista de comandos: no se trata de navegar por un inventario al estilo de una aventura gráfica, no hay muerte ni falta de pruebas que te hagan volver atrás porque te habías perdido algo en otro escenario.
Este desarrollo de Famicom Detective Club tiene fans y detractores. Los bloqueos se pueden superar probando las alternativas y lo ideal es saber qué se hace en cada contexto en lugar de dar palos de ciego. ¿Buscas los puzles más tradicionales de un Hotel Dusk o Professor Layton? En ese caso, Emio - El Sonriente: Famicom Detective Club no te los dará, ni lo pretende. Su aspiración está en simular las conversaciones y está bien, es parte del ADN de su saga, aunque eso no significa que no podamos pedirle una ligera evolución o profundiad, ya sea una trama con ramificaciones –que incluso nos llevase a conclusiones erróneas en el caso- e influencia en la historia, en resumen, que enmascarase un poco más la linealidad del guion. Eso sí, quién conozca y disfrute de Famicom Detective Club se moverá como pez en el agua.
Si bien en planteamiento y sus limitaciones no tienen por qué enamorar a todos los jugadores –ni siquiera dentro de las novelas visuales y de investigación-, hay una parte positiva en Emio - El Sonriente: Famicom Detective Club que al final es lo que realmente importa: la primera partida, que lleva unas 10 horas, es irrepetible y enganchará a los fans de series como True Detective –la primera temporada, la buena- o Mindhunter. Hay un asesino suelto, muchas interrogantes y una sensación incómoda en varios episodios, incluso si la música y el aspecto visual suelen ser bastante "alegres". Sigue el estilo de los remakes, por supuesto con textos en español, pequeñas animaciones para realzar expresiones o el entorno, y se ha rediseñado algún apartado como la pantalla de anotaciones.
Quizás encasillar a Emio - El Sonriente de aventura de terror le quede grande y de hecho nos pareció más agobiante el infravalorado Paranormasight: The Seven Mysteries of Honjo –una de esas joyas AA que de vez en cuando lanza Square Enix-, pero su PEGI +18 está plenamente justificado por varios momentos escabrosos, crueles y sangrientos –por comparar, Famicom Detective Club era PEGI +16-. Cuando necesita alejarse del tono de compañerismo entre detectives no duda en hacerlo con todas sus consecuencias.
Conoceremos a una lista de personajes peculiares, aunque el núcleo principal se reduce a un puñado –lo que permite centrar el carisma en ellos-. Son creíbles dentro de este mundo, quizás uno o dos sean un poco más caricaturescos y en algún caso se usa un recurso un poco forzado o sintamos que el juego nos explica la resolución –en lugar de formar parte más activa de la investigación-, pero el líneas generales la historia cierra los cabos satisfactoriamente y su recta final tiene sentido y resuelve esas preguntas que te habías hecho en varios puntos. Lo importante en una de estas historias es ese término que tanto se usa, la "experiencia", por encima de aspectos jugables, y aquí Emio - El Sonriente lo borda.
Conclusiones
Es complicado hablar de un juego cargado de narrativa sin concretar giros o qué es lo que más y menos nos ha gustado de tal sorpresa o personaje; la recomendación es clara: prueba su demo y probablemente caerás en sus redes. Tanto si te gustan los Famicom Detective Club, las historias de detectives –sin hacer ascos a las escenas truculentas- o una novela visual con emociones fuertes, Emio - El Sonriente: Famicom Detective Club tiene algo que te va a enganchar y perturbar a partes iguales. Ofrece el encanto y desarrollo pausado de los originales, que probablemente no sea del gusto de las nuevas generaciones de jugadores, pero en nuestra opinión ese es precisamente uno de sus puntos fuertes.
Hemos realizado este análisis gracias a un código proporcionado por Nintendo.