Análisis 13 Sentinels: Aegis Rim en Switch, llévate la joya de Vanillware a todas partes (Switch)
Hace año y medio Vanillaware nos sorprendió con 13 Sentinels: Aegis Rim, una genial historia de ciencia ficción para PS4 que ahora llega adaptado a Nintendo Switch. Y la sorpresa no viene por la calidad del juego, algo que este estudio ha demostrado con Dragon’s Crown, Muramasa: The Demon Blade y Odin’s Sphere, sino por el cambio de temática e incluso gameplay. Acostumbrados a la acción con elementos de rol en mundos de fantasía, 13 Sentinels: Aegis Rim cambió de registro por una novela visual combinada con estrategia de defensa de torres. Una historia épica, compleja, con giros inesperados, personajes memorables y un apartado audiovisual como sólo puede conseguir el equipo de George Kamitani.
13 historias entrelazadas
Todo lo que ofrece 13 Sentinels: Aegis Rim os lo contamos en su análisis original, ya que en su salto a Nintendo Switch no incluye cambios en contenido y su principal novedad es la aparición en esta plataforma, que además recupera la característica que habría dado la versión cancelada en PS Vita: su portabilidad, que en un juego de estas características –con unas secciones de mucha lectura y relajadas- parece que se ajusta como un guante. No obstante, vamos a resumir las líneas maestras de esta historia narrada con más de una docena de puntos de vista.
13 Sentinels: Aegis Rim se diferencia en dos grandes bloques jugables aunque ambos están estrechamente relacionados.
Por una parte es una novela visual 2D presentada con la belleza habitual de este estudio, pero bastante influenciado por el trabajo anterior de Vanillaware, es decir, que en lugar de contemplar una larga serie de diálogos con retratos estáticos, aquí controlamos a nuestro protagonista, charlamos con personajes y tomamos decisiones que van moldeando los acontecimientos en sus numerosas ramificaciones.
Sin entrar en terreno spoiler, y de hecho os animamos a huir de cualquier información detallada, el argumento nos habla de 13 jóvenes que deben hacer frente a una amenaza de enormes monstruos, los kaijus, gracias a unos robots también de tamaño descomunal. Sí, el punto de partida no es precisamente original, pero está lejos de ser un sucedáneo de Evangelion o similares, de hecho el gran atractivo es el puzle de sus relatos y cómo se juega al despiste con la información que vamos recibiendo con cuentagotas, no tanto su trasfondo –que también, dada la cantidad de temas que se tocan-.
Es normal sentir confusión durante horas porque cada personaje ve una parte de este conflicto, tienen diferentes motivaciones y lazos de amistad. Una de las características a destacar es que la narración es muy libre y casi siempre podremos elegir la siguiente historia que vamos a ver: quizás prefieras darte un "atracón" con uno de los protagonistas o en cambio te va más saltar entre las opciones disponibles. Hay bloqueos que en ocasiones nos obligan a continuar la historia de otro personaje por cuestiones de coherencia, o superar una batalla concreta, pero sin duda el desarrollo es suficientemente divertido y flexible para que la novela visual tenga su miga: cambiar las decisiones en puntos clave, descubrir información que permita progresar o simplemente, disfrutar del carisma de Juro, Minami, Iori, Shu, Renya, Yuki y tantos otros.
Únicamente podríamos señalar como pega que la historia sufre el clásico enredo anime, sobre todo en la recta final cuando la ciencia ficción se despliega por completo, empantanando un poco el ritmo cotidiano de la primera parte del argumento, y que el peso de los personajes en la trama principal no se reparte por igual. Con todo, el viaje que propone Vanillaware es tan memorable que ni siquiera el alto número de historias y personajes resta calidad a la narrativa.
Pero 13 Sentinels: Aegis Rim también es un juego de estrategia donde se pone en práctica esas batallas de las que se habla en la novela visual. La idea general consiste en defender un terminal situado en el mapa de una ciudad mientras las oleadas de kaijus intentan destruirlo. Son oleadas de monstruos con distinto poder ofensivo, resistencia y número, terrestres o voladores; los menos peligrosos se contarán por decenas, mientras que otros acorazados quizás sean más lentos. De la misma manera, los mechas que podemos sacar en la partida se dividen en distintas generaciones de tecnología, y algunos se desplazan libremente –hasta donde la distancia les permite- gracias a sus propulsores mientras que otros están limitados al movimiento de las calles.
Esta es la idea resumida, pues entra en juego la personalización de habilidades o mejoras de cada unidad, y un sistema nos impide abusar siempre de los mismos personajes/mechas constantemente, así que necesitarás equilibrar el potencial de todas las unidades, unas orientadas a daños de área, otras a golpear con precisión y a distancia, otras con golpes físicos. Teníamos dudas de Vanillaware en este tipo de gameplay tan alejado de sus géneros habituales, pero la verdad es que una vez empiezas a sacar partido a sus posibilidades se hace muy ameno. Los defectos de este modo, al igual que os contamos en el lanzamiento original, es que la dificultad es un poco baja –rara vez nos derrotarán-, la poca evolución que hay salvo por la introducción de nuevos enemigos y que apenas supone una fracción del tiempo total del juego, que nos puede llevar entre 30 y 40 horas. Al menos al terminar el juego se desbloquean más batallas en caso de querer exprimir el componente táctico.
La versión de Nintendo Switch
La versión para la híbrida de Nintendo no muestra grandes diferencias gráficas con PS4, así que en ningún momento hemos notado que se pierda espectacularidad en su paso a Switch, ni en la parte de novela visual –donde obviamente no se esperaba mucho cambio- ni en la acción, de gráficos sencillos pero con multitud de efectos, partículas, explosiones y hordas de enemigos. Vanillaware no ha añadido funciones con la pantalla táctil, que podría dar una nuevo tipo de control a la acción; el pequeño cambio se ve en unos equilibrios de daño durante las batallas y algunas habilidades nuevas para las unidades.
Si miramos con lupa, el único punto reseñable entre las consolas se encuentra en la calidad de algunos elementos y la resolución, a favor de PS4 y especialmente de PS4 Pro o PS5 donde funciona a 4K. En las secciones 2D es difícil notar esto a no ser que juegues en una pantalla grande y pongas una imagen junto a la otra, mientras que en las batallas 3D sí hay un poco más de recorte en el detalle, el efecto de desenfoque de profundidad que desaparece en Nintendo Switch y con los combates más épicos los fps se pueden resentir un poco. Realmente minucias que no afectan a la experiencia, de hecho nuestra recomendación sería olvidarse de resoluciones y jugarlo directamente en modo portátil, donde los textos -en español- son suficientemente legibles para no echar en falta una televisión.
Conclusiones
La opinión no puede ser muy diferente a la original: una joya que engancha en la narrativa y lo redondea con un elemento estratégico adictivo. Requiere su tiempo para mostrar sus cartas y un mínimo de paciencia para la novela visual, pero una vez pone velocidad de crucero 13 Sentinels: Aegis Rim se devora de principio a fin. Los gráficos, las voces, su banda sonora y el cariño que cogeremos a estos personajes convierten a esta producción en el juego más arriesgado e inolvidable de Vanillaware. Si es la primera vez que entras en este mundo de estudiantes y mechas, huye de informaciones que te puedan arruinar las muchas sorpresas que trae: es una compra obligada para tu Nintendo Switch sin pensárselo dos veces.
Hemos realizado este análisis con un código facilitado por Koch Media.