Análisis de Super Monkey Ball Banana Splitz (PSVITA)

La saga Monkey Ball ya lleva más de una discreta década entre nosotros. Ha llovido mucho desde que este título se estrenó en las máquinas recreativas allá por 2001, y desde entonces, multitud de versiones han llegado a infinidad de consolas y plataformas móviles. Una de las pocas plataformas que no habían recibido una visita de estos esféricos monos hasta el momento era PlayStation Vita, aunque la breve espera ha merecido la pena, al menos en lo que respecta a la adaptación a las bondades de la consola portátil de Sony.

Para los jugones menos familiarizados con ella, la saga ya bautizada como Super Monkey Ball consiste en llevar a un simio dentro de una bola semitransparente por distintos recorridos mientras modificamos la inclinación de éste. Según progresa, los escenarios se hacen más retorcidos, obligándonos a esquivar obstáculos y plataformas móviles, entre otras complejidades propias del circuito. Super Monkey Ball Banana Splitz no sólo se mantiene fiel a la saga, sino que además se muestra cómo en PlayStation Vita, consola en la que añade además algunos interesantes contenidos.

Sin perder la esencia

Super Monkey Ball Banana Splitz se presenta en la portátil de Sony fiel a su espíritu plataformero. Nos brinda un modo principal que se centra en recorrer, tal y como cabe esperar, gran cantidad de pistas mientras intentamos recoger la mayor cifra de plátanos posible mientras llegamos a la meta a tiempo. Dentro de este modo principal, llamado ‘desafío’, Super Monkey Ball Banana Splitz nos ofrece tres dificultades (más un desafío experto especial, bloqueado hasta superar todos los circuitos en difícil), cada una de ellas aumentando la complejidad y el número de recorridos por completar.

En este modo, podemos elegir si controlar la inclinación del escenario con el stick izquierdo de la consola o, si por otra parte, queremos hacerlo con el ‘Sixaxis’ o giroscopio de la consola. De optar por esto último nos aparece un pequeño indicador en pantalla que nos muestra la posición en la que tenemos la consola, ya que es bastante sensible y el juego puede detectar ciertos niveles de inclinación imperceptibles si simplemente miramos a la consola. Aunque leyendo estas líneas pueda parecer que el control basado en el giroscopio es demasiado exigente, en general es muy preciso tras un breve periodo de adaptación. En las características oficiales ofrecidas por Sega, se incluye también la posibilidad de soplar para guiar a los monos, pero tras intentarlo hasta quedar al borde del síncope hemos concluido que, o en la versión que tenemos no ha sido implementada, o que somos demasiado torpes para descubrir su funcionamiento.

Super Monkey Ball Banana Splitz ofrece bastantes horas de juego frente al modo desafío, salvo que seamos unos maestros de este título y podamos completarlo en un sólo día. El juego, sobre todo en los niveles más avanzados, nos exige que nos familiaricemos con los circuitos que tenemos que superar a toda velocidad, así que difícilmente podremos completar un bloque de dificultad a la primera. Y es que el juego llega a algunos puntos de dificultad que exigen la máxima concentración por parte del jugador. A esto, tenemos que añadir que no se puede guardar hasta que no hayamos terminado los desafíos, por lo que tenemos que hacerlo de una sola vez. Sí, es cierto que podemos hibernar la consola y continuar luego, pero esto nos obliga a gastar batería y no nos permite jugar a ningún otro juego. Suponemos que la razón detrás de esto es evitar que podamos cargar todas las veces que queramos un nivel para no perder vidas, pero podría haberse recurrido a un guardado de un sólo uso igual que el que vemos en juegos como New Super Mario Bros..

Sin quedarse atascado

Como mencionábamos anteriormente, Super Monkey Ball Banana Splitz se adapta estupendamente a la plataforma portátil de Sony. No sólo el giroscopio permite controlar a los monos, sino que además se han añadido distintos aspectos para aprovechar las funciones de la consola. Por ejemplo, el título cuenta con un editor de niveles. Cabría esperar que nos ofreciese los elementos para construir nuestras propias fases... ¡pero no! Super Monkey Ball Banana Splitz utiliza las cámaras de la consola (tanto la frontal como la trasera) para crear niveles. Así, partiendo de la instantánea tomada y tras agitar más o menos la consola, Super Monkey Ball Banana Splitz tomará las líneas más básicas de la composición para crear un escenario. No siempre podremos identificar las formas que toma de referencia, pero aun así es un interesante añadido que además expande la duración del juego.

Las fases que creemos las podemos jugar, guardar, subir a los servidores del juego y compartir, además de descargarnos las fases de nuestros amigos. De igual modo, el juego favorece este componente creativo con la posibilidad de guardar repeticiones. También cuenta la posibilidad de conectarnos a nuestro perfil en la red social Facebook para compartir nuestros logros con nuestros amigos.

Una de las adiciones que ofrece Super Monkey Ball Banana Splitz y que más horas de juego puede brindarnos son sus minijuegos. Ocho minijuegos, entre los que se incluyen algunos como Monkey Target, Monkey Bingo o Bolas Numeradas, y que se aprovechan las funciones que PlayStation Vita pone a disposición de los desarrolladores. Así, en función del minijuego podremos recurrir también a la pantalla táctil, al panel trasero o a los dos sticks analógicos, además de la ya mencionada cámara. La calidad de los minijuegos nos ha sorprendido gratamente, y muchas veces hemos encendido la consola sólo para jugar a éstos. La mayoría de los minijuegos incluyen subniveles que amplían la dificultad o modifican la experiencia añadiendo profundidad, lo que sin duda alargarán la vida de los mismos.

Técnicamente, una monada

Sega ha realizado una muy buena presentación de Super Monkey Ball Banana Splitz. La primera impresión en la pantalla de PlayStation Vita es sobresaliente, y nos perdemos en ese conjunto jugable de fluidez, solidez y colores. El juego se mueve estupendamente y nos absorbe por segundos, aunque el ojo más experto no tardará en comenzar a fijarse en los detalles importantes que hacen bajar algunos enteros a este aspecto técnico. El circuito y los personajes se muestran a un buen nivel, pero incomprensiblemente, los fondos bajan en exceso de detalle y resolución, y aunque parecen intentar recrear un desenfoque a causa de la distancia, realmente hacen que en ciertos momentos el nivel gráfico desentone demasiado en comparación con los elementos protagonistas.

Poco más podemos añadir a nivel gráfico, ya que como os podéis imaginar, es un juego bastante simplista. Las animaciones de los monos dentro de la bola son únicas para cada personaje (que serán en un principio cuatro, aunque podremos seleccionar hasta ocho en función del modo de juego), y las físicas responden con realismo a la inclinación de la pista, los choques, los bumpers, etcétera. El juego mezcla siempre tonos vivos y coloridos con cambios de iluminación que variarán dependiendo de la dificultad y el material/temática del que estén hechos (selva, arcilla, madera, metal y cartón). Estos muestran unos estilos claramente diferenciados entre sí, con elementos a priori ornamentales que se convierten en obstáculos reales y algunas sorpresitas que nos esperan mientras progresamos.

Las composiciones que acompañan a Super Monkey Ball Banana Splitz no se grabarán a fuego en nuestra mente ni pasarán a la historia de los videojuegos; pero estos es algo que tampoco se proponen. Son melodías animadas, propias de la saga, compañeras que se adecuan a la acción como un guante y que cumplen su propósito sin hacerse notar. Cada simio tiene su propia "voz", aunque como os podéis imaginar tampoco son unos animales muy dicharacheros. El juego está completamente traducido al castellano, y una voz nos acompaña por los menús y el juego, para darnos avisos o las instrucciones básicas. Como siempre, y aunque apenas sean unas líneas, es de agradecer que las compañías se tomen la molestia de doblar un título a nuestro idioma.

Lleno de posibilidades

A todo lo que señalamos previamente, tenemos que añadir aun más. Super Monkey Ball Banana Splitz cuenta con modo multijugador a través de internet, ad-hoc (entre dos consolas cercanas) y por turnos en la misma máquina. Los minijuegos se adaptan a las circunstancias de cada método, y por ejemplo, uno que se basa en la cámara no podrá ser jugado a través de internet (suponemos que para evitar la distribución de imágenes inapropiadas), y obviamente, aquellos que se basan en una mecánica de juego simultánea no podrán ser jugados en una consola por turnos.

También contamos con un modo entrenamiento, en el que podremos recorrer las pistas del título para adaptarnos a ella, hacernos con truco de cada una, encontrarlos plátanos secretos, etcétera, sin derrochar las apreciadas vidas que nos mantendrán jugando en el modo principal de juego. Eso sí, para entrenar en estas fases primero tenemos que desbloquearlas en el modo que acabamos de mencionar. Super Monkey Ball Banana Splitz también ofrece tablas de clasificación, llamadas "récords", en las que podremos comparar nuestros logros jugables con los de los jugadores de todo el mundo.

Conclusiones

Super Monkey Ball Banana Splitz es un gran ejemplo de cómo adaptarse a las posibilidades que ofrece una consola. Aprovecha, ya sea en su modo principal o con sus minijuegos, el giroscopio, la pantalla táctil, el panel trasero, la cámara y los dos sticks, sin transmitir sensación de haber sido forzados en su jugabilidad. Ofrece más de 100 niveles, una dificultad considerable y distintos minijuegos para tenernos entretenidos en solitario, con amigos en persona o a través de internet.

Podría quedarse algo corto para los que sólo estén interesados en el modo principal y dominen la jugabilidad del título, pero para la inmensa mayoría de jugadores tiene bastantes horas de diversión preparada. Si somos capaces de perdonar la falta de guardado durante el modo desafío, es sin duda alguna, un juego muy recomendado para los que busquen una mezcla de habilidad y plataformas y quieran disfrutar con varios y completos minijuegos en PlayStation Vita.