Análisis de Earth Defense Force 2: Invaders from Planet Space (PSVITA)
La saga Earth Defense Force ha tenido varios nombres en Occidente, especialmente en sus primeras entregas. Así, si la primera parte de PlayStation 2 se conoce por estas tierras como Monster Attack, el segundo ya tuvo un más reconocible Global Defence Force (y a diferencia de lo que creen en algunos sitios, si salió en Occidente, pero solo en Europa). Después de un flojo Global Defence Force Tactics (que de hecho ni está desarrollado por sus padres originales) ya adoptó el definitivo Earth Defense Force, hasta para cuando se lanzó un spin-off "hecho en Occidente".
La versión que analizamos ahora, y que es el segundo juego en PlayStation Vita tras su versión de la tercera entrega de la saga (Earth Defense Force 2017), y retoma de nuevo los acontecimientos ocurridos en Global Defence Force, pero adaptándolos a los tiempos que corren en la última portátil de Sony.
Para quien no conozca la saga, se trata de una serie de juegos de disparos en tercera persona con la cámara detrás del jugador, en la que manejamos a un miembro de la fuerza de defensa de la Tierra, encargada de dar soluciones a problemas como invasiones alienígenas. Algo que, viendo la cantidad de juegos que ya tiene esta saga, no es tan poco común ni sorprendente, aunque a nosotros nos siga encantando que ocurra en tantos videojuegos como sea posible.
Para ello antes de lanzarnos a la carga en la primera misión podemos elegir que personaje manejar (y por cierto, esto se realiza en unos menús secundarios que como te descuides ni ves, ya que no son de obligado cumplimiento para lanzarnos a la acción). Los tres personajes en liza son bastante distintos entre sí, y a la postre son el soldado de infantería, un típico soldado con una buena resistencia, capacidad de usar armas de todo tipo y con la habilidad para poder usar los diferentes vehículos que se encuentre por la pantalla-, la llamada Pale Wing, que es una guerrera voladora con unas armas futuristas y poco aguante, además de no poder usar vehículos externos, y el llamado con el curioso nombre Air Raider (curioso porque no tiene nada que ver), que sí que puede usar tanques y otros ingenios que nos encontremos en el campo de batalla, tiene buen aguante, pero sus armas están más pensadas en el apoyo a compañeros que en hacer la guerra por su cuenta, así que es muy posible que prefiráis usar los otros dos personajes en partidas para un jugador.
Durante cada misión nos tocará enfrentarnos a una cantidad indecente de enemigos, grandes como casas. Desde las hormigas del inicio, que ya pueden suponer un buen reto, a unas pesadísimas arañas, platillos gigantes, robots andadores, ciempiés, o incluso monstruos al más puro estilo Godzilla. La variedad de enemigos es relativamente alta, aunque al final puede que os de la sensación de un exceso de repetición, lo cual es normal porque vemos muchos enemigos del mismo tipo por pantalla (pensad en un Dinasty Warriors pero con muchos tiros).
Cuando derrotemos a los enemigos es posible que dejen caer algo de vida, armadura o armas. Este es uno de los puntos fuertes del juego, ya que recogiendo estas armas luego las podemos usar, y es muy entretenido ver cómo funcionan los diferentes ingenios de la destrucción que podemos conseguir. Nos hace infinita gracia tirar abajo un edificio por un misil de gran potencia, y ver cómo se derrumba cual castillo de naipes. Las armas, junto con la posibilidad de coger diferentes vehículos, le da mucho juego a este título, a pesar de que de los tres ingenios el más práctico es el tanque, ya que la moto es demasiado rápida para usuarios que no tengan muchas horas de carnet dentro de este juego, y el helicóptero tiene un arma que no es demasiado útil en la mayoría de casos. Con todo, siempre hace gracia usarlas, salvo cuando llevamos a Pale Wing, que además de no dejarnos usar ningún vehículo ya se apaña bastante bien con su jetpack.
Si que os tengo que avisar de algo, y es que si bien al principio los niveles no suponen demasiada dificultad, conforme avancemos en la partida ésta se torna más y más complicada. Así que si de repente decidimos cambiar de personaje controlable y coger uno que no tengamos tan entrenado, es muy posible que no pueda dar la talla ante lo que se le viene encima, salvo que podamos encontrar más amigos con los que jugar en los modos multijugador, y de esa manera poder dividir la atención de la turba de bichos gigantes u otras variantes entre los diferentes componentes de la partida.
Y eso que en esta versión se han conseguido eliminar prácticamente las ralentizaciones que hacían prácticamente imposible jugar a la versión original de Global Defence Force, lo que habla muy bien de esta conversión a PlayStation Vita a nivel técnico. Sí, ya sabemos de sobra que esta saga no es ningún pináculo de la estética y el buen gusto, pero tiene mucho mérito poner un montón de bichos en pantalla, permitir elevarnos a gran distancia y ver cómo todo sigue funcionando a la perfección.
A nivel sonoro destacan los sonidos sobre las músicas, especialmente disparos y los gritos de los diferentes enemigos que nos encontremos, de manera que si en alguna ocasión tenemos la mala suerte de vernos absolutamente rodeados de, por ejemplo, hormigas gigantes, notaremos esa presión de ruidos múltiples mientras buscamos una vía de escape.
Conclusiones
Tal vez por el tono de serie Z se puede pensar que Earth Defense Force 2: Invaders from Planet Space no es un juego especialmente recomendado para Playstation Vita, y nada más lejos de la realidad. No sólo es un juego muy completo y divertido, sino que se adapta fantásticamente a las posibilidades de la portátil, y posiblemente sea uno de los juegos de disparos en tercera persona más recomendables en esta plataforma, por la cantidad de horas que ofrece, la posibilidad de jugar con otros usuarios, o bien que se adapta el sistema de control a las posibilidades de la portátil de Sony. Así que si estáis buscando un juego de tiros con el que darle algo de vidilla a vuestra PS Vita, no lo dudéis demasiado.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha proporcionado PQube.