Análisis de Lumines 2 (PSP)
En una consola portátil que hacía de la potencia de sus entrañas y gran pantalla preparada para mostrar esos gráficos de los que era capaz, acompañado de títulos tan impresionantes como Ridge Racer, Lumines, un puzle sencillo, como todos los grandes del género, se convirtió en uno de nuestros favoritos y, muy posiblemente, en uno de los juegos a los que más horas hemos dedicado hasta el momento en PlayStation Portable. Basado en una premisa clásica (juntar fichas para que desaparezcan) combinada con la relevancia de la música, que bien le valió la clasificación de puzle musical, su apuesta convenció a muchos jugadores mientras otros no acaban de verse disfrutando de un juego "simple" técnicamente. Ahora tienen otra oportunidad con la secuela de ese puzle, que ha dado el salto de manera más que satisfactoria a otras plataformas, como el sistema Xbox Live Arcade de Xbox 360, y también a PlayStation 2.
Con las bases del juego definidas a la perfección en la anterior entrega, el trabajo de Q Entertainment en esta secuela para PSP consistía básicamente en potenciar los diferentes modos de juego, refinar algunos puntos y ofrecer un producto que siendo fiel al original siguiese resultando fresco a los jugadores, sin llegar a extrañar a quienes no han probado todavía este puzle. Su premisa de juego es sencillo, ya que consiste en colocar los bloques que caen desde la parte superior de la zona de juego (en formato apaisado, para aprovechar el tipo de pantalla de la consola, frente a la más típica verticalidad del género) de manera que formamos bloques de mayor tamaño y un mismo color que desaparecerán posteriormente.
Los bloques que caen son siempre de 2x2 fichas, combinando dos colores, y son indivisibles mientras los movemos por la pantalla, si bien pueden dividirse si los dejamos con medio cuerpo sin un punto de apoyo. Girando los bloques sobre su eje y moviéndolos por la pantalla tendremos que formar cuadrados o rectángulos de un mismo color que irán desapareciendo según pase sobre ellos la línea musical.
El concepto es de gran sencillez, pero la combinación de puzle con el ritmo impuesto por la música, que hace que la barra musical que influye en lo rápido o lento que se van eliminando los bloques del mismo color que hemos formado le da una profundidad de juego extra, así como una dificultad añadida. Si va muy rápido, no podremos hacer combos (eliminar múltiples grupos simultáneamente); si va muy lenta, podemos hacer muchos combos pero el lento ritmo de eliminación de fichas puede costarnos la partida al no tener sitio para colocar las nuevas que vayan apareciendo.
A esa importancia de la música se añade el del aspecto. No es tanto que Lumines 2 sea un juego superficial, sino que añade diferentes aspectos (cambia el fondo, el tipo de las fichas, la gama de colores, etc.) que van vinculados a los diferentes temas musicales. Y, por su composición, hay aspectos que son más fáciles que otros, ya que el contraste entre fichas puede ser más notable, o más sutil, mientras el ritmo de la música nos impone un ritmo inevitable. Un último modificador del juego es la aparición ocasional de fichas especiales que eliminan a todas las que sean del mismo color y estén en contacto entre sí una vez hemos formado un cuadrado con ella.
Todas esas mecánicas de juego son las mismas que regían en el Lumines original, y esta entrega no aporta modificaciones sobre ellas, algo que sí ha sucedido en las secuelas de otros juegos famosos del género. El equipo dirigido por Tetsuya Mizuguchi se ha dedicado, en cambio, a aplicar cambios a los modos de juego, ampliando las posibilidades del título a través de la ampliación de las modalidades del sistema y no a modificar el esquema sin potenciar la duración y rejugabilidad del título por esa vertiente.
Como valor añadido, se han incluido diversos temas de varios artistas que se suman a los temas rave, j-pop y de otros géneros compuestos específicamente para el juego. Beck Black Eyed Peas y Fatboy Slim son sólo algunos ejemplos, que van acompañados no sólo de canciones, sino también de videoclips en segundo plano. Hay que tener en cuenta, eso sí, que a diferencia de los aspectos "estándar" del juego, los que ahora nos ocupan no nos permiten saltar rápidamente a otro aspecto por realizar un combo espectacular, sino que tendremos que escuchar toda la canción.
El modo de juego principal para un jugador presenta ahora tres niveles de dificultad, tres clases, una para novatos (clase B), para jugados intermedios (clase A) y para jugadores avanzados (clase S), con la lógica y previsible dificultad creciente. En cada una de esas clases tendremos que ir eliminando bloques de fichas para superar un aspecto y pasar al siguiente, que, por supuesto, nos dará acceso a nuevos aspectos que podremos escoger y disfrutar independientemente en otros modos de juego. Por ejemplo, podemos reorganizar los aspectos desbloqueados a través de una nueva opción del menú, recolocándolos e incluso excluyendo las que no nos gusten, para conformar partidas a nuestro gusto, ya sea estético o musical.
Y por si esto fuera poco, al conformar una "lista de reproducción" accedemos a otros modos de juego: vuelta única, y sinfín. En vuelta única podemos sumar hasta diez aspectos diferentes para alcanzar un récord de puntuación; en sinfín, configuramos exactamente qué aspectos jugar (aunque no podemos desbloquear otros.) Teniendo en cuenta que Lumines 2 suma más de sesenta aspectos diferentes y una cincuentena de personajes diferentes para desbloquear, parece que hay muy buenos argumentos para jugar mucho con este puzle en sus diferentes modos de juego, pero sigamos viendo sus novedades.
Una gran novedad es el modo misión, en el que se nos darán tareas específicas a desarrollar para superar el reto. Es decir, no se trata de hacer bloques, sino, por ejemplo, eliminar todas las fichas de la pantalla con único movimiento, y puede ser realmente adictivo, ya que representará un reto no sólo a nuestra habilidad sino también a nuestro ingenio.
El resto de modalidades que ya disfrutamos en su momento, regresan, como el –siempre puñetero- modo rompecocos en el que tenemos que formar dibujos, como una cruz, una jirafa, una flor, etc.; el contrarreloj y los enfrentamientos contra la consola, donde vamos desbloqueando nuevos personajes. La curva de dificultad está mejor diseñada que en el original, resultando más suave y, por tanto, atractiva para la mayoría de jugadores, sin olvidar a los expertos, que tendrán su buena dosis de dificultad en las partes más avanzadas de ese enfrentamiento contra la máquina. Y si eso no es suficiente, siempre se podrá jugar contra otro amigo en modo local, con opción de compartir el juego (es decir, jugar con dos consolas y una única copia).
Cabe señalar también la inclusión de una demo, breve pero más que suficiente para conocer los mecanismos de juego y lo que podrán ofrecernos sus creadores cuando salga a la venta, de Every Extend Extra. En definitiva, esta nueva entrega del juego de puzles llega carga de contenidos en todos y cada uno de sus apartados, siendo éste uno de los alicientes más relevantes para hacerse con esta continuación.
Otra opción derivada de la conectividad entre consolas es la posibilidad de intercambiar las diferentes combinaciones creadas en el editor de aspectos (editor de skins) con otros jugadores, que si bien no es algo directamente interactivo, sí potencia la rejugabilidad de Lumines 2. En caso de que esto no sea suficiente, podremos disfrutar de un Secuenciador, con el que crear nuestros propios temas musicales para emplearlos, luego, en el juego, de manera que la lista de música se convierte en virtualmente ilimitada. Es decir, cuando estemos cansados de jugar a los mismos aspectos una y otra vez con el paso del tiempo, tan sólo habrá que dar rienda suelta a nuestra creatividad para crear más melodías con las que seguir disfrutando del juego. Aunque algo tosca, es una opción más que agradecida, sobre todo a largo plazo. Puede costar un poco hacerse con él, pero a poco que le dediquemos algo de tiempo empezaremos a generar temas agradecidos que nos gustará jugar.