Análisis Godfall, un descafeinado looter slasher (PS5, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One, PC)
Resulta irónico que Godfall, el primer juego anunciado para PlayStation 5, se haya convertido también en la primera gran decepción de la consola, ofreciéndonos una aventura de acción con un entretenido sistema de combate y progresión que se ve lastrada por multitud de inexplicables problemas de diseño que acaban por llevarnos al tedio muchísimo antes de lo que hubiese sido deseable.
Una olvidable historia de Alta Fantasía
Así pues, nos encontramos ante lo que Counterplay Games ha bautizado como un looter slasher, lo que vendría a ser algo similar a lo que hemos visto en títulos como Warframe o Destiny, pero centrando su acción única y exclusivamente en los combates cuerpo a cuerpo con armas. De este modo, nuestro objetivo será superar y repetir montones de misiones para subir de nivel y obtener recursos y mejores piezas de equipo que nos permitan hacernos más fuertes para así poder afrontar con garantías retos cada vez más complicados.
Su historia se desarrolla en un mundo de Alta Fantasía en el que sus guerreros portan unas armaduras especiales que les dan todo tipo de poderes sobrehumanos, las cuales podremos ir desbloqueando a medida que obtengamos los materiales que nos pidan para fabricarlas. Aquí se nota un esfuerzo por crear un mundo coherente y elaborado, cuidando detalles como el hecho de que cada armadura tenga su propio trasfondo argumental. Por desgracia, la narrativa es un auténtico desastre y el guion difícilmente podría ser más olvidable, predecible y aburrido, por lo que rara vez consigue captar nuestra atención, con unos diálogos terriblemente escritos y una presentación que dista de ser la ideal. Tampoco es que sea un tipo de juego que requiera de una gran historia, pero sí que es algo que conviene señalar.
Buenos combates y poco más
Centrándonos en su jugabilidad, cabe destacar que lo mejor de todo el juego es, sin duda, su sistema de combate. Los combos que podemos realizar son muy sencillo y apenas nos requerirán que combinemos un par de botones (flojo y fuerte), pero el peso y la sensación de impacto de las armas está muy conseguido y resulta mucho más satisfactorio de lo que en un principio podría parecer. Además, las batallas ganan mucho en cuanto empezamos a hacer uso de nuestras habilidades especiales, desatamos el poder único de nuestra armadura, usamos el escudo como proyectil arrojadizo y ejecutamos bloqueos perfectos, esquivamos, etcétera.
Al final, todas estas mecánicas acaban combinándose de una forma más o menos inteligente y dan como resultado unos duelos muy interesantes y tensos en los que tenemos que medir muy bien todo lo que hacemos y tomar constantes decisiones en milésimas de segundo, ya que si nos dedicamos a aporrear los botones de ataque lo más probable será que no lleguemos muy lejos y recibamos golpes por todos lados, ya que las animaciones de ataque no se pueden cancelar para realizar un bloqueo.
La pena es que la variedad de enemigos no es demasiado alta y que sus diseños no podrían ser más insípidos, por lo que al final se nos acaban repitiendo las mismas combinaciones de rivales una y otra vez en luchas que casi no evolucionan y acaban hastiando más pronto que tarde. De igual modo, los jefes no pasan de lo simplemente "correcto".
Otro punto positivo lo tenemos en su sistema de loot y de personalización de personaje, sorprendentemente bien equilibrado para conseguir que siempre sintamos que estamos avanzando y mejorando. Además, el árbol de talentos es muy extenso, permitiéndonos marcar nuestro camino y nuestras preferencias a la hora de desbloquear nuevas técnicas y aumentos de estadísticas para nuestro guerrero, siendo un juego que nos anima a experimentar y a probar diferentes tipos de armas, atributos y efectos especiales.
Eso sí, os avisamos que la interfaz de los menús deja mucho que desear, ya que la navegación por ella es muy lenta y engorrosa, lo que se acaba traduciendo en que el simple hecho de gestionar nuestro inventario y equipo sea un proceso incómodo y muy pesado, algo que no le hace ningún bien a un juego de estas características.
Lamentablemente, no tenemos muchas más buenas noticias que daros, ya que todo lo que queda fuera de los combates y el sistema de progresión hace aguas, empezando por un diseño de misiones pobre y muy poco trabajado en el que nos dedicaremos únicamente a seguir el marcador de turno de una arena a otra sin tener muy claro qué estamos haciendo ni por qué. Si al menos los enfrentamientos buscasen ofrecer un mínimo de variedad sería algo que se podría perdonar, pero la sensación de déjà vu al cumplir los mismos objetivos, jefes y combinaciones de rivales es una constante de la que nunca nos libraremos.
A esto hay que sumarle a que las fases de exploración libre de cada región se hacen muy pesadas al tener que dar vueltas como pollos sin cabeza mientras activamos nuestro "modo detective" para encontrar alguna actividad con la que entretenernos, constantes (aunque leves) bloqueos que nos requieren de cierto "farmeo" para así poder avanzar en la historia y la inexplicable necesidad de estar conectados a internet en un juego que está diseñado para poderse jugar en solitario desde el principio hasta el final.
De hecho, existe la posibilidad de compartir nuestras aventuras con un par de amigos más, algo que hace que el juego sea sensiblemente más divertido y entretenido, aunque no se entiende la inexplicable ausencia de un sistema de emparejamiento que nos permita buscar compañeros de armas cuando no tengamos ningún conocido conectado y dispuesto a jugar, lo que nos parece un error garrafal e imperdonable.
Llamativo en lo visual
A nivel gráfico tenemos un juego que sorprende por sus buenos modelados, animaciones, iluminación y detallados escenarios, además de hacer gala de una dirección artística muy llamativa. La parte negativa la tenemos en lo similares que resultan los parajes por los que nos movemos, llegando a un punto en el que es fácil desorientarse mientras avanzamos por infinidad de pasillos sin apenas diferencias estéticas, más allá de cambios en el uso de los colores y en determinados elementos decorativos. Además, la niebla que siempre usa para ocultar una distancia de dibujado algo limitada no termina de quedar del todo bien. Pero, sin duda, lo peor son sus problemas técnicos, así que preparaos para sufrir una buena cantidad de bugs, cuelgues y "microparones" que resultan de lo más molestos.
Finalmente, el sonido nos deja con una banda sonora de tinte épico bastante impersonal y con unas melodías que se repiten una y otra vez a lo largo de toda la aventura, aunque rara vez suelen reclamar el protagonismo, ya que este suele recaer en los efectos de sonido, de calidad y muy contundentes. El doblaje nos llega en inglés con textos en español y unas buenas interpretaciones.
Conclusiones
Como dijimos al inicio del texto, Godfall se ha convertido en nuestra primera gran decepción del catálogo de PlayStation 5. Es un juego que tiene una buena base en lo que a su sistema de combate y progresión se refiere, pero que hace aguas en todo lo demás y comete algunos errores de diseño inexplicables y sin justificación alguna, como su ausencia de matchmaking. Quizá con el paso del tiempo y a base de actualizaciones, parches y expansiones, Counterplay Games consiga darle la vuelta a la situación y dejarnos con un gran título que realmente merezca la pena jugar, pero ahora mismo tenéis opciones mucho más recomendables en las que invertir vuestro tiempo y dinero, tanto dentro como fuera de su género.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Gearbox.