Análisis Zombieland: Double Tap - Road Trip, una floja adaptación (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Hace 9 años Housemarque estrenaba Dead Nation, convirtiéndose en uno de los estudios comprometidos con los juegos arcade más prometedores de la distribución digital, algo que no tardaron en reafirmar con juegos como Alienation –similar, pero con temática alienígena-, o shooters tipo ResoGun y Nex Machina. Para desgracia del estudio, muchas veces no importa su calidad y diversión del proyecto, pues una gran parte del mercado los ve como juegos menores sea por no contar con ediciones físicas, grandes historias o un mínimo de 50 horas. En 2017 anunciaron que probarían otros géneros alejados de los arcades puros.
Sin embargo, hacer juegos de este estilo no es nada fácil, y no todos los estudios cuentan con el talento del equipo finlandés. Con esto no decimos que High Voltage Software no sea capaz de hacer un juego a la altura de Dead Nation, pero sí que Zombieland: Double Tap - Road Trip está muy por debajo de los citados juegos, sea por cuestión de presupuesto, tiempo de desarrollo o experiencia. Y esto nos hace echar todavía más en falta en el panorama actual los arcades de Housemarque.
Otro día en el apocalipsis zombi
Coincidiendo con el estreno de la secuela Zombieland: Mata y remata nos llega ahora este juego que en principio aprovecha la licencia para ofrecer lo que es, efectivamente, una especie de sucedáneo de Dead Nation pero con guiños al universo Zombieland. ¿No has visto ninguna de las películas? En principio no es un problema grave ya que vamos a lo que vamos, que en este caso es conectar las dos cintas con un viaje desde Pacific Playland en California hasta el comienzo de Mata y remata –Double Tap en el nombre original- en Washington D.C. Es obvio que conocer al menos la primera película ayuda a disfrutar más de estos personajes -Tallahassee, Columbus, Wichita y Little Rock, a los que se suman otros de la segunda parte- porque apenas hace esfuerzos por dar un contexto de la historia. Ni un mínimo resumen.
Lo que tenemos es, tal y como se puede ver en las imágenes, un shooter de perspectiva superior al estilo dos sticks; el izquierdo controla el desplazamiento y el derecho el ángulo de disparos. Con apenas un par de acciones más, como los disparos, la recarga, el lanzamiento de granadas o la interacción con el entorno, Zombieland: Double Tap - Road Trip cumple con lo básico. Luego, aunque no tenemos combate cuerpo a cuerpo tipo cuchillo, sí hay un ataque especial propio de cada personaje; en el caso de Tallahassee, gira en torbellino y golpea a los zombis, que puede ser muy útil para acabar con grupos de descerebrados o salir de una encerrona.
El objetivo de cada mapa va variando, y antes de llegar al punto final será necesario obtener llaves o destruir algún objeto concreto. Son tareas sencillas e indicadas en pantalla, y los mapas tampoco es que sean muy complejos, pero está diseñado para que de alguna manera debas limpiar la zona de enemigos. ¿Hay que encender una maquinaria? Eso lleva unos segundos y si pretendes hacerlo con zombis cerca, probablemente recibirás más daño del deseado.
Comenzando por los aspectos positivos, hay que decir que el simple homenaje a Dead Nation hace que Zombieland no pueda ser terriblemente malo. Aquí disparar a los vehículos también los hace explotar, y en sus maleteros –o en ciertas cajas dispersas por el mapa- encontraremos nuevos tipos de armas y granadas. La pistola inicial tiene munición infinita y vale para la mayoría de situaciones tranquilas, pero no cabe duda de que una uzi, fusiles o pistolas en cada mano acabarán antes con los zombis. Se comportan tal y como podríamos esperar: una escopeta no es muy efectiva a larga distancia, pero el área de daño es amplia y no necesitas mucha puntería; el rifle de francotirador requiere más precisión, pero sus balas atraviesan a todos los enemigos de su camino. Igualmente, hay algunas armas blancas, como bates de béisbol o katanas.
El otro aspecto que está cuidado es la variedad de zombis. Desde un principio veremos que, pese a que la inteligencia artificial es bastante floja –que no desentona con los enemigos zombis- hay enemigos lentos, otros corren bastante, hay el típico gordo que aguanta algo más de daño, payasos que lanzan proyectiles, unos zombis ninja muy ágiles, vómitos tóxicos… En solitario ninguno es realmente peligroso, pero la gracia es que nos encontraremos decenas de zombis y necesitaremos priorizar. Como ayuda extra, por el mapa también hay algunos potenciadores que recuperan salud, aumentan el daño o la velocidad.
Por supuesto, incluye cooperativo para cuatro jugadores, aunque limitado a local. Estas aventuras siempre son más divertidas en compañía, con los aciertos y errores de los amigos. Y podremos subir los parámetros de los personajes según progresamos, así que destinarás puntos de mejora para la salud, el daño y otros aspectos de tu perfil según tu estilo de juego. Tampoco es que se trate de un juego mucho más profundo, y al margen de su modo historia tenemos horda, que consiste en liquidar zombis dentro de una arena de combate cerrada mientras van llegando enemigos más difíciles.
Hay mejores alternativas
No es un juego muy difícil, pero sí podríamos perder la concentración y el error de caer rodeado provoca una escalada de daños importantes que acabará con tu vida en unos instantes. ¿Qué sucede? Que no tiene puntos de control, y es un auténtico engorro comenzar cada misión desde un principio. Por si fuera poco, muchas de estas misiones son bastante repetitivas, por no hablar de los típicos encargos de escolta que deberían estar erradicados en muchos juegos.
El gran punto débil del juego es que realmente no destaca en ningún apartado jugable o gráfico, y su mayor atractivo que debería ser el uso de la licencia no está aprovechado. No llega a ser frenético –es lento para nuestro gusto-, ni los niveles tienen mecánicas originales, no hay nada que no hayamos visto antes y mucho mejor en la competencia. Hasta en los aspectos audiovisuales se sitúa por debajo de juegos con una década a sus espaldas, porque los gráficos son un tanto genéricos y no juega tanto con los efectos de iluminación como hacía Dead Nation –de la pasada generación de consolas-. En parte podría deberse a que Zombieland no busca causar miedo ni un ambiente tétrico, sino una estética un poco más cartoon, pero no creemos que eso disimule muchas de sus carencias técnicas y artísticas.
La banda sonora –guitarreos no muy inspirados- y los efectos de sonido son completamente olvidables, pero al menos los personajes hablan bastante durante la partida –si bien no son los actores originales-. Eso sí, aunque nos llega con textos en español, los comentarios durante el juego no tienen subtítulos, así que los jugadores que no comprendan estas frases de oídas en inglés no pillarán algunos gags de los protagonistas.
Conclusiones
Zombieland: Double Tap - Road Trip es la clásica licencia cinematográfica llevada a videojuego: simplemente aspira a ser correcta, está hecha por encargo, sin intención de presentar nada nuevo y con un presupuesto ajustadísimo porque es consciente de que su vida depende del éxito de la película y lo que se hable de ella –que será una semana, con suerte-. Lo más extraño es que dentro de la versión simplificada que es de Dead Nation, ni siquiera exprime los aspectos que podrían hacer más único al juego, como potenciar la narrativa o el humor. En el mejor de los casos, este Zombieland es tan inofensivo como un zombi vegano.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Dead Good Media.