Análisis de Yesterday Origins (PS4, Switch, Android, iPhone, PC, Xbox One)
Cuando se fundó el estudio español Pendulo Studios en 1994 las aventuras gráficas todavía era uno de los géneros favoritos del gran público, al menos en PC. En 20 años desde Igor: Objective Uikokahonia, la industria ha perdido a uno de los grandes referentes de estos juegos, LucasArts, y se podría decir que estos juegos de exploración y puzle han pasado por épocas mejores. Sin embargo ahí sigue al pie del cañón Pendulo, ya sea con Hollywood Monsters, la saga Runaway o Yesterday. Por algo será.
Nos llega ahora Yesterday Origins, nueva historia de John Yesterday y Pauline Petit, dos personajes agraciados con el don de la inmortalidad; la pequeña diferencia entre ellos es que John pierde la memoria con cada muerte, mientras que ella no –algo aprovechado en un gag de humor muy negro-. El juego repasa en sus primeras horas los acontecimientos más relevantes y el pasado de los personajes, e introduce mediante recuerdos y diálogos la opción de saber un poco más de los personajes importantes. Por tanto, siendo recomendable conocer Yesterday/New York Crimes, tampoco es un requisito absolutamente imprescindible para disfrutar del juego.
La historia comienza con un vistazo al joven John, hace 500 años, con su nombre original y en la España de la Inquisición. Condenado por ser "hijo del diablo", nuestra primera misión es escapar de su encarcelamiento. Es la misma sección de la que os hablamos en nuestras impresiones. En Yesterday Origins jugaremos en varias épocas, de ahí que sea mitad precuela y mitad secuela de Yesterday. Por ejemplo, uno de los episodios nos llevará a un convento con tintes a El nombre de la rosa, y una vez superado la vista vuelve a la actualidad.
Este inicio en una prisión hace de breve tutorial para conocer el funcionamiento básico de Yesterday Origins, la recolección de objetos, las pistas que extraemos de conversaciones –se coleccionan como si fueran ítems, con en su propio apartado- y especialmente la combinación de varios elementos. Muchos puzles se resuelven con una secuencia lógica que incluye tres o cuatro ítems, creando "una frase" que tenga sentido: utilizo tal objeto con este otro por este motivo.
Pendulo minimiza de esta manera que se resuelvan puzles por ensayo y error, pues hay que demostrar que sabes qué hacer con tus recursos y su fin. Es tan importante acumular objetos físicos como las ideas que cuentan otros personajes. Si has recogido todos los ítems posibles y desconoces cómo avanzar, la mayoría de ocasiones se resuelven por una combinación o presentando un descubrimiento a un interlocutor.
Esta introducción funciona bien para enseñar por dónde van los tiros con los acertijos: observar el entorno, prestar atención a los diálogos y leer entre líneas lo que nos pide tal personaje. Es una aventura gráfica y los bloqueos son habituales, es parte de la gracia. En más de una ocasión hemos pasado 30 minutos –o más- dando vueltas en una habitación hasta dar con la clave, hasta encontrar la utilidad de un objeto que parecía inservible.
No obstante, en Yesterday Origins tampoco acumulamos una cantidad ingente de objetos, así que la mayoría de las ocasiones basta con pensar un poco qué podemos hacer con el puñado que hay en nuestro poder; un puzle suele recompensar con un objeto útil para otro acertijo. Cada escenario está muy delimitado en exploración, y lo que podría considerarse un recorte en la libertad –así lo reflejamos en Yesterday-, ayuda a que la acción transcurra en espacios controlados. Que sea un aspecto positivo o negativo dependerá un poco según nuestros gustos, pero tiene su lógica que cada reto no permita ver más que un número reducido de habitaciones.
En ocasiones podremos controlar a dos protagonistas, y será necesario resolver los puzles compartiendo inventario. La dificultad está bien ajustada, la mayoría de problemas se resuelven con lógica; hay algún caso, como en casi todas las aventuras gráficas, que la solución está más pillada con pinzas o las pistas no resultan tan obvias –ese código del criptex…-, aunque los pensamientos del personaje suelen guiar en estas ocasiones para que sepamos por dónde van los tiros. Eso sí, la exigencia nos ha parecido un poco irregular –un capítulo difícil seguido por otro más sencillo-, en lugar de ir progresivamente subiendo el nivel.
Está disponible en PC y consolas, y lo cierto es que teníamos algunas dudas por ver cómo adaptaría el estudio un control –y género- pensado para ratón al pad. La decisión tomada es bastante práctica, según la dirección que encara nuestro personaje aparece el botón de interactividad sobre los objetos, mientras que con la cruceta o la palanca derecha pasamos entre esos iconos. De esta manera, no importa que los objetos estén muy cercanos entre sí, no hay equivocación posible al elegir objeto.
El pad no alcanza la rapidez del puntero, pero no es ningún impedimento para que sea entretenido y, después de practicar con este sistema, la verdad es que funciona bastante bien. Estos símbolos ayudan a identificar mejor los objetos interactivos de la imagen, lo que además evita que el jugador deba desplazarse por el escenario dando palos de ciego.
Yesterday Origins combina muy bien ilustraciones y modelados 2D. La secuela mantiene los guiños al cómic de su predecesor –viñetas en determinados momentos, trazos irregulares-, pero esta vez estilo da un aspecto más realista. Los objetos recogidos están modelados en 3D, se pueden girar para descubrir nuevas puntos ocultos, y en muchos lugares la ventana de detalle presenta un rincón del escenario recreado en tres dimensiones, facilitando desplazar la cámara por la superficie. Además de ser un efecto llamativo, logra evitar que sea demasiado estático. Gráficamente, nos ha gustado.
Los efectos de sonido ambientan muy bien –además aprovecha con gran acierto el altavoz del mando de PS4- y la música destaca cuando tiene protagonismo. Hay situaciones un poco extrañas de silencios incómodos, pero realmente la única crítica es la que ya os advertimos en nuestro primer contacto: una lástima no disfrutar de los diálogos en nuestro idioma. Se lanza con subtítulos en español y voces únicamente en inglés y francés. La mayoría de actores hace un buen papel aunque precisamente John da una sensación de apatía, de tener horchata en las venas -por exigencias del guión o voz elegida-.
Conclusiones
Puzles con el punto justo de dificultad, diferentes líneas temporales, misterios sobre el extraño ritual de inmortalidad y pequeñas dosis de humor… No es que Yesterday Origins sea precisamente el culmen de la originalidad, pero es una sólida aventura gráfica al estilo clásico con una sabia evolución en gráficos y mecánicas, perfectamente jugable en consolas. De hecho en estos sistemas tiene el valor añadido de la escasa competencia disponible –a excepción de las revisiones que Double Fine está realizando de LucasArts-.
En definitiva, un juego muy recomendable que ningún aficionado al género debería dejar escapar.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PS4 que nos ha proporcionado Meridiem Games.