Análisis de Werewolves Within (PS4, PC)
Con la tecnología convirtiéndose en una parte cada vez más importante en nuestras vidas, uno de los aspectos que más debate genera es si ésta nos aísla de la sociedad. Con la realidad virtual intentando implementarse, se introduce una tecnología que por definición nos aleja de nuestra realidad para introducirnos en otra. Eso sí, como vamos a ver hoy, también nos puede ofrecer nuevas maneras de socializar.
Ubisoft está apostando fuerte por la realidad virtual, con tres proyectos bastante diferentes entre sí, como son Eagle Flight, Star Trek: Bridge Crew y el que hoy nos ocupa, Werewolves Within, basado en el juego de cartas llamado Werewolf, con un planteamiento que seguro que conocéis incluso si no os suena éste, ya que hay multitud de variantes, incluyendo el "Policía y ladrón", "Policías y ladrones", "Poliladron" o como le dijesen en vuestra tierra a este juego de la baraja española.
El juego del engaño
Werewolves Within es un juego en el que, sentados alrededor de una hoguera (o una mesa, o lo que sea, pero de manera circular), tenemos que interpretar un determinado papel con el objetivo de engañar o de no ser engañados. Jugando como hombres lobos, aldeanos u otros roles, tendremos que descubrir cuál es la verdadera identidad de cada jugador, ya que en apariencia todos son humanos.
A cada jugador se le asigna un rol al principio de cada partida, perfectamente detallado en nuestro libro de referencia, que incluye también consejos. Hay multitud de clases, y básicamente nos ponen a favor o en contra de los hombres lobo. Todos los roles están muy bien diferenciados, y es necesario colaborar con aquellos que estén en nuestro equipo para engañar o no ser engañados.
Esta colaboración se hace a base de interactuar con otros a través del chat de voz, de manera muy natural e intuitiva, y que consigue darle una excelente inmersión social. Es la magia del juego: estamos hablando con otras personas, con avatares que interactúan de manera convincente, y creando vínculos con ellos. Podemos jugar con amigos y podemos jugar con extraños, pero las sensaciones son siempre geniales.
La sensación de presencia es quizás lo que más sorprende. Todas las acciones se ejecutan de manera muy natural, y por ejemplo, podemos ponernos de pie para decir algo importante, o inclinarnos hacia otro jugador para susurrarle algo al oído sin que los demás se enteren. Son pequeños detalles, pero todos van sumando poco a poco inmersión a la experiencia, que acaba siendo muy creíble.
Un juego online, para bien y para mal
Werewolves Within sólo incluye un modo de juego. Esto no es necesariamente malo al principio, ya que tenemos multitud de roles que representar y cada partida es diferente. El problema es que a la larga se puede echar de menos más variedad y más opciones, teniendo en cuenta que, al final, las interacciones son las que son y no pueden parecer siempre nuevas.
Sobre el online, hay que decir que es un arma de doble filo y, además, peligrosísima. Su parte positiva es que siempre vamos a jugar con alguien real, que nos da esa sensación tan auténtica de estar sentándonos con un grupo de personas alrededor de una hoguera, y que nos ayuda a crear esa desconfianza de no saber quién es quién, si dicen la verdad o si mienten. Como decíamos antes, es una experiencia social muy auténtica.
Los problemas vienen a la hora de buscar partida. La realidad virtual es todavía un mercado muy pequeño, y necesitamos que haya al menos cinco personas conectadas a la vez para jugar. No creemos que un título un tanto experimental para una tecnología todavía experimental deba permitirse el lujo de ser exclusivamente online, y al menos introducir algún tipo de inteligencia artificial, por simple que sea, para poder jugar offline. Al menos tiene juego cruzado entre PlayStation 4 y PC, pero nos parece necesario destacarlo, porque si te compras el juego y no hay cinco personas disponibles online cuando tú quieres jugar, no juegas.
Buena ambientación
Werewolves Within no es, ni mucho menos, el juego con mejores gráficos para la realidad virtual, pero consigue su propósito con creces: crear un mundo en el que sumergirnos. Todo tiene un ambiente de misterio muy acertado, y la interfaz es ideal para no romper la inmersión, centrándose en un libro que contiene toda la información y opciones que necesitamos.
Además, cuando hablamos los personajes mueven la boca y gesticulan, haciéndolos más humanos. Obviamente, los movimientos los hacen de manera un tanto aleatoria, pero el resultado es mucho mejor que si fuesen unos peleles sentados ahí sin inmutarse. Dentro de su sencillez visual, es un juego que cumple, de manera similar a lo que hizo Eagle Flight, aunque al tratarse de un escenario pequeño en el que no nos podemos mover los resultados son mejores.
Una gran idea con un gran riesgo
Werewolves Within nos ha sorprendido. Es un juego que nos ha hecho sentir que estamos en otro sitio con más personas, que nos ha divertido y que ha superado las expectativas que teníamos. Reunirnos alrededor de una hoguera con un grupo de amigos o desconocidos para intentar descubrir quién es un hombre lobo, quién miente y quién no, es una experiencia que nos ha hecho olvidarnos de que esa persona que está a mi lado en el juego, en realidad está a miles de kilómetros, en su casa.
El problema es que se trata de un juego exclusivamente online para el que necesitas un mínimo de cinco personas conectadas a la vez, y si no las hay no juegas. Así de contundente. Con una base de usuarios tan pequeña como es la de la realidad virtual en este momento, con un precio de 30 euros y sin ninguna opción offline o sin casco, Werewolves Within también es una opción bastante peligrosa. La experiencia merece mucho la pena, pero quizás sea mejor ver primero si consigue crear una comunidad a su alrededor.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Ubisoft.