Análisis de The Persistence (PS4, Xbox One, Switch, PC, PS5, Xbox Series X/S)
Uno de los principales problemas que alejan a la realidad virtual de aventuras más tradicionales son los mareos. Realizar experiencias que permitan al jugador moverse libremente normalmente causan mareos a muchos de los jugadores, pero si dejamos esa limitación aparte, podemos hacer prácticamente lo que queramos. Y esa arriesgada apuesta es la que ha decidido hacer Firesprite, el equipo de The Persistence.
Un poquito de aquí, un poquito de allá
The Persistence es un juego que mezcla un poco de todo. Es una aventura de terror y ciencia ficción en primera persona con escenarios generados procedimentalmente, roguelike, y que incluye hasta elementos de juego competitivo y cooperativo asimétrico a través de una aplicación para el móvil. A modo de resumen, es una especie de Dead Space con el sistema de vidas de ZombiU.
Tenemos a un protagonista, Zimri Eder, cuyos recuerdos, personalidad y habilidades se imprimen en un nuevo cuerpo cada vez que muere. Así, si morimos simplemente pasaremos a tener otro cuerpo con las mismas habilidades… pero sin nuestras armas. Y toca empezar desde cero. Además, con cada vida la distribución de la nave cambia, por lo que toca redescubrirla de nuevo.
Obviamente, eso puede generar una experiencia un tanto tediosa para los que prefieran experiencias tradicionales, pero si disfrutáis con el concepto roguelike creemos que os va a gustar mucho. A pesar de tener que empezar una y otra vez si morimos, cada vez somos un poquito más fuertes (y más sabios) y llegaremos un poquito más lejos.
Nos encontramos en una nave perdida en el espacio, donde algo ha ido mal y tendremos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para repararla y volver a la Tierra. Por supuesto, tenemos un buen puñado de antiguos compañeros de viaje convertidos en terribles bestias que no dudarán en atacarnos y que tendremos que esquivar o derrotar. Para ello tenemos una serie de armas y posibilidades.
En The Persistence la prioridad no es combatir, sino infiltrarnos y atacar con nuestra arma principal, que nos permite aniquilar a los enemigos mientras les robamos sus células madre, una de las "monedas" del juego. Según progresamos encontraremos otras armas, hasta un total de 17, como pistolas y granadas (y algunas secretas), pero si hay que recurrir al cuerpo a cuerpo, se recurre. Tenemos un sencillo pero bien planteado sistema de combate, en el que tenemos que pulsar L2 para activar un escudo en el momento justo en el que los enemigos nos golpean, para noquearlos momentaneamente y poder nosotros pasar a la acción.
La verdad es que el combate y la infiltración está muy bien resuelto para un juego de realidad virtual. Es muy fácil movernos por los escenarios con cuidado, asomarnos por las esquinas, usar nuestra visión térmica para detectar a los rivales… El apuntado se realiza simplemente mirando, y para abrir puertas o recoger objetos sólo tenemos que mirar hacia ellos durante unos segundos. Todo es ágil, directo e intuitivo.
Además, se trata de un juego muy completo. Tiene un montón de opciones para mejorar a nuestro personaje, nuestro traje y nuestras armas, e incluso para conseguir ADN de nuestros compañeros caídos y poder jugar como ellos. Todas las mejoras se mantienen entre personajes, pero las armas las tendremos que volver a recoger, si bien estarán ya mejoradas.
La estructura de misiones está muy bien planteada, con varias tareas a realizar que podemos hacer como mejor nos venga. Podemos consultarlas en cualquier momento, al igual que el mapa. Además, tenemos pistas visuales que nos indican el camino, como que, por ejemplo, las puertas que hemos abierto se quedan marcadas en amarillo.
Explorando la nave
The Persistence luce muy, muy bien, gracias sobre todo al gran trabajo de iluminación que han hecho. Los reflejos, las luces y las sombras crean un ambiente muy inmersivo, lo que unido al sonido nos deja momentos de auténtica tensión. Ya sabéis que los juegos de miedo se disfrutan a otro nivel con la realidad virtual, y éste no es una excepción.
Para ser un juego de realidad virtual de un estudio humilde creemos que el resultado es muy bueno, aunque tiene la gran pega que encontramos muchas veces en este medio: la falta de voces en castellano. Sí, tiene subtítulos, pero ya sabéis que están lejos de ser lo ideal. Además, éstos aparecen en mitad de la pantalla y, a diferencia de una pantalla tradicional, en VR tenemos que enfocar la vista para leerlos.
El otro problema, como en todos los juegos de libre movimiento, es el mareo. Tenemos muchísimas opciones para ajustarlo, pero si no estáis acostumbrados es muy probable que os mareéis. Nos ha llamado la atención que el juego ofrezca la posibilidad de usar el teletransporte pero sólo como habilidad, por lo que tenemos que esperar unos segundos para que se regenere, haciendo que sea inviable como sistema de desplazamiento.
Una interesante propuesta para un público determinado
The Persistence es un buen juego, pero dirigido a un público muy terminado. El elemento roguelike tiene mucha presencia en la aventura, así que si esto no os atrae, seguramente no sea una buena apuesta. Si por el contrario os gusta como suena y os interesa verlo en un universo que recuerda a Dead Space con algunos toques de ZombiU, seguramente lo disfrutéis mucho.
Es un juego bastante completo, que entre el modo principal y el modo supervivencia nos puede dar una buena cantidad de horas de juego, y salvo la falta de doblaje y la falta de una alternativa al movimiento libre, creemos que todo lo que hace (y tiene mérito, porque son muchas cosas) lo hace razonablemente bien.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código de descarga proporcionado por Sony.