Análisis de The Inpatient (PS4)

Uno de los juegos de lanzamiento de PlayStation VR fue Until Dawn: Rush of Blood, un interesante arcade de disparos que nos ofrecía lo mejor de las experiencias recreativas combinado con la espectacularidad de vivir una montaña rusa en realidad virtual. Desde entonces, Supermassive Games ha lanzado Intenciones Ocultas para PlayLink, y ahora nos ofrece un nuevo proyecto para las gafas de realidad virtual de Sony: The Inpatient.

El estudio está sacando adelante multitud de proyectos de manera simultánea, y parece que el juego en el que están invirtiendo más recursos es Bravo Team, un shooter táctico también para PS VR. Esto nos hace pensar que sus otros proyectos son un poco secundarios, y tal y como ya pasara con Intenciones Ocultas, The Inpatient ha resultado ser un tanto decepcionante.

De vuelta a Blackwood

The Inpatient es un juego de terror que nos lleva de vuelta al Sanatorio de Blackwood en los años 50, donde conoceremos el origen de las criaturas que "conocimos" en Until Dawn. La experiencia se limita a la exploración y a la toma de decisiones, y no tiene ningún tipo de mecánica jugable más allá de poder coger algún objeto o abrir alguna puerta. Es decir, no hay que combatir, no hay que correr, no hay que resolver ningún puzle…

Lo nuevo de Supermassive podría calificarse de walking simulator, lo cual nos parecería fantástico si la historia estuviese a la altura… pero no es el caso. The Inpatient es un tren de la bruja en el que vamos a descubrir algo más sobre el universo de Until Dawn, pero que no tienen ninguna fuerza narrativa que justifique la falta de mecánicas.

Para que os hagáis una idea, el transcurso del juego combina un diálogo en el que avanza la historia, y donde tenemos que tomar una o varias decisiones. Luego, tenemos una secuencia "jugable", que normalmente implica explorar la habitación del psiquiátrico en el que nos alojamos hasta activar un recuerdo o una pesadilla que nos permita progresar en la narrativa. La segunda parte del juego es algo más variada, pero a nivel jugable sigue siendo planísimo.

Al menos tiene una mecánica que nos ha parecido interesante e inmersiva, y es que podemos responder a las preguntas de los personajes con nuestra voz, si así lo queremos. Es una pena que no haya más libertad y sólo podamos leer en voz alta las opciones que nos dan, pero funciona bien y consigue que nos sintamos más presentes en el mundo virtual.

La parte más positiva de la experiencia es que, como walking simulator de terror, sí que cumple. Nos va a tener en tensión en casi todo momento, y guarda algún que otro susto de los gordos. Estamos constantemente esperando que pase algo, y pase o no, el miedo lo llevamos en el cuerpo. Ahora, toda esta tensión que va formando también juega en su contra, porque nos pasamos todo el juego esperando que pase algo grande que nunca pasa. No tiene ese clímax, ese momento épico memorable o que cierre el juego, y cuando acaba nos deja con esa sensación de que falta algo.

Recorriendo Blackwood

En lo audiovisual, The Inpatient está a un nivel bastante bueno. Usando el Unreal Engine, nos transporta a escenarios conocidos de la aventura principal, que redescubrimos en otra época. Los entornos están bien –sin resultar tampoco espectaculares–, pero los personajes ofrecen un nivel de detalle bastante alto. Es algo que se agradece bastante, ya que nos sumerge más en la narrativa y a la hora de interactuar con ellos.

Por supuesto, como es habitual con las producciones de Sony, nos llega traducido y doblado a nuestro idioma, algo que siempre agradeceremos en juegos de realidad virtual. Las interpretaciones son de calidad, algo que unido al gran uso del sonido hacen que The Inpatient destaque en lo sonoro.

Algo que no va a gustar a todo el mundo, pero que es comprensible, es que no se pueda jugar con teletransporte. El movimiento libre puede marear a algunos usuarios de la realidad virtual, pero al menos en este caso los desplazamientos son muy suaves y lentos, y nosotros no nos hemos mareado o sentido nauseas en ningún momento. De todos modos, si sois muy sensibles a este tipo de desplazamiento y os mareáis con, por ejemplo, el minijuego de plataformas de The Playroom, probad The Inpatient antes de comprarlo.

Por último, comentar que la duración de una única vuelta se nos ha ido a algo más de tres horas. Es un título al que se le puede dar una segunda vuelta fácilmente tomando otras decisiones, y si queremos conseguir todos los coleccionables nos va a obligar a explorar un poco, aumentando así su duración. En cualquier caso, los 39,99 euros que cuesta puede ser un precio demasiado elevado si no tenemos intención de exprimirlo.

Escapando de Blackwood

The Inpatient es un título extraño. Entendemos que es un juego menor de Supermassive Games, pero no nos queda claro su objetivo. Como walking simulator falla por lo floja y plana que es su historia, y como juego de terror se queda corto de mecánicas. Sí, da sustos, nos mantiene en tensión y siempre es interesante aprender algo más sobre el universo de Until Dawn, pero más allá de eso no hace mucho más.

Si quieres que te asusten en realidad virtual y no te importa ni la historia ni la falta de mecánicas jugables, seguramente te quedarás contento con The Inpatient. Si quieres un juego que te demuestre las posibilidades de la realidad virtual como medio, mejor que busques en otra parte. Quizás es hora de que Supermassive Games deje de diversificarse con tantos juegos y se centren en un único proyecto para ver algo a la altura de Until Dawn.

Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Sony.