Análisis de SteamWorld Dig (PS4, Wii U, PC, Switch, Xbox One, PSVITA)

SteamWorld Dig es un juego independiente que ya debutó en Nintendo 3DS y ordenadores, y que, a simple vista, quizás no parezca un título que deba despertar ahora demasiado interés entre los poseedores de PlayStation 4 y PlayStation Vita. Sus mecánicas no son particularmente originales, sus gráficos no aprovechan ninguna de las máquinas y es "otro indie más". Pero es tan divertido y adictivo que se merece que, al menos, sigáis leyendo.

Robots mineros

En SteamWorld Dig, nos ponemos en la piel de Rusty, un robot que se traslada hasta Tumbleton, un pueblo de tres habitantes en el lejano Oeste, para recibir como herencia de su tío Joe una mina. Al llegar, descubrirá que su tío desapareció mientras cavaba más y más profundo en busca de los restos de una antigua civilización que existió hace muchísimo tiempo, y consecuentemente, nuestra aventura da un pequeño giro mientras intentamos descubrir qué pasa allí abajo.

Esto no deja de ser una excusa argumental para ponernos a picar piedra mina abajo, que será la mecánica principal del juego. Aunque esto de los juegos independientes parece cosa reciente, seguro que muchos recordaréis los juegos de la Net Yaroze que venían en las demos oficiales de PlayStation, que eran como los abuelos de los títulos descargables de hoy en día. Yo, como el redactor que firma este análisis, quiero pensar que no soy el único que se pasó un buen puñado de horas con uno de esos juegos, llamado Rock’n’Gems, en el que explorábamos una especie de mina mientras cogíamos gemas y esquivábamos piedras. Pues si lo combinamos con Drill Dozer de Game Boy Advance, tenemos SteamWorld Dig.

Para los que no conozcan ninguno de estos dos títulos –algo bastante probable–, señalar que SteamWorld Dig es un juego que combina exploración, plataformas y, sobre todo, picar, mucho picar. Así, tendremos que ir descendiendo, consiguiendo minerales de valor progresivo, orbes y descubrir habitaciones más o menos secretas donde continuar con la recolección o desbloquear herramientas y habilidades. Y periódicamente, claro, subir para vender los minerales y mejorar a nuestro personaje.

Sencilla y directo

SteamWorld Dig es un juego sencillo y directo en su planteamiento, pero también en su jugabilidad. Los controles son claros y concisos, y cualquier duda al respecto se nos resuelve con una simple pulsación a Start, ya que el esquema de control aparece indicado perfectamente acompañando al menú de pausa. Claro que son muchos los matices que irán haciendo que la aventura se vuelva más interesante y adictiva.

Por ejemplo, tendremos que preocuparnos de que no se nos gaste el pequeño farol que nos ilumina el entorno. No porque no veamos el escenario, sino porque no podremos ver la naturaleza de las piedras –si son preciosas, irrompibles, etcétera–. Tendremos que preocuparnos de tener agua para realizar determinadas actividades, de tener sitio para los minerales que cojamos, o de aprender a explotar el entorno en nuestro favor.

Como decimos, hay algunas características más notables de su jugabilidad, mientras que otras son pequeños matices que la hacen más interesante. No sabríamos decir cuál es la clave, pero nos parece que su fórmula funciona tan bien y está tan equilibrada que consigue convertir su simpleza en adictividad. Por alguna razón queremos seguir explorando, ver cuál es el siguiente paso, adquirir la siguiente mejora y averiguar cómo termina la historia.

Otros aspectos

Que un juego sea accesible y adictivo sirve para asentar dos de sus principales pilares de cara al público, pero si además cuenta con un buen envoltorio, pues mejor que mejor. Y lo cierto es que, sin grandes alardes, SteamWorld Dig lo tiene. Su diseño es atractivo, y además los escenarios progresan mientras cavamos. Así, evitamos aburrirnos de ver el mismo entorno una y otra vez, algo que también consigue la dificultad progresiva.

El sistema de juego está muy bien diseñado, y nosotros mismos nos podremos los desafíos –¿"perder" el tiempo subiendo a vender los minerales y guardar la partida, o arriesgarnos a conseguir más y poder morir en el intento?– que le den vidilla a la experiencia. Dar prioridad a un pico más fuerte o a un farol que nos dure más, a una habilidad o a comprar un teletransportador... son decisiones a las que tendremos que enfrentarnos, y que consideramos parte igualmente imprescindible del concepto.

Su punto más negativo puede ser la duración. El juego puede completarse bastante rápido –hay un trofeo que nos recompensa por hacerlo en menos de dos horas y media–, pero jugando sin prisas, a nosotros nos ha durado algo más de cinco horas y media. El juego, como decimos, tiene una historia, por lo que no es picar hasta el infinito, aunque las minas se desarrollan aleatoriamente en cada partida, por lo que podemos volver a jugar una vez lo completemos y vivir una experiencia algo diferente. Eso sí, dada la naturaleza del juego, no será nada que revolucione por completo con la partida anterior. Nosotros animamos a disfrutar de la experiencia, a recolectar, a explorar y a desbloquear todas las mejoras, ya que pensamos que merece la pena disfrutarse en toda su expansión.

Un juego que sorprende a quien lo prueba

SteamWorld Dig puede parecer el típico juego de recolectar objetos para construir cosas, etcétera, etcétera. Pero no es así. Es un juego de aventuras cuya mecánica principal es explorar una mina, pero que se adereza con la inclusión de nuevas mecánicas –tanto de explotación minera como de plataformeo–, así como una muy bien ajustada dificultad progresiva, que lo convierte en una experiencia sorprendentemente adictiva.

Aunque no hay revoluciones en estas versiones, obviamente, cuenta con algunas ventajas como la compra cruzada, que nos da la versión de PS Vita y PS4 por el mismo precio, y es compatible con el Uso a distancia, algo que puede parecer bastante absurdo con una versión nativa para la portátil, pero que puede resultar útil teniendo en cuenta que, según parece, no comparten guardado en la nube. De todos modos, si ya habéis jugado a alguna de sus versiones anteriores, no hay nada que justifique éstas, pero si no, bien que merece una oportunidad. Aunque no os atraiga a priori su oferta, si podéis dedicarle media hora de vuestro tiempo, creemos que sabrá atraparos.