Análisis Scott Pilgrim vs. The World: The Game - Complete Edition, la segunda venida de Pilgrim (PS4, Switch, Xbox One, PC)

El formato digital es cómodo. Muy cómodo. Poder comprar o probar juegos sin salir de casa, acceder a servicios como Game Pass o PlayStation Now, o incluso permitir a los desarrolladores lanzar juegos pequeños que serían imposibles de justificar para una editora de otra manera son cosas que no tendríamos con el formato físico. Pero el formato digital también tiene sus inconvenientes. Un juego puede desaparecer de las tiendas y ser imposible de volver a comprar, como es el caso de Scott Pilgrim vs. The World: The Game, suponemos, por temas de licencias con Universal. Tras diez años, Ubisoft ha conseguido recuperarlo, y hoy por fin podemos volver a disfrutar de él en prácticamente todas las plataformas actuales.

Un «yo contra el barrio» de los que ya no se hacían

Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition es un «yo contra el barrio» de los de toda la vida, en el que hasta cuatro jugadores pueden cooperar para darse galletas por las calles de Canadá, mientras buscamos y derrotamos a los siete exnovios malignos de Ramona, algo que tendrá más sentido si os habéis leído los cómics. No hace falta estar familiarizado con el universo creado por Bryan Lee O’Malley para disfrutar del juego pero, obviamente, gana mucho si lo estáis.

Esta edición completa no sólo recupera el juego, sino que también añade multijugador a través de internet sus contenidos adicionales lanzados a posteriori. Estos incluyen dos personajes, Knives Chau y Wallace Wells, así como diferentes modos adicionales, que conforman un total de cuatro, incluyendo un modo de lucha tradicional competitiva, un modo horda o un modo que nos enfrenta a todos los jefes. Tenemos que recordar que el contenido descargable de Wallace introdujo multijugador a través de internet en el original, por lo que no es una novedad como tal en esta Complete Edition, y habría estado bien que Ubisoft hubiese llevado esta propuesta más allá y la hubiese integrado en los modos adicionales; algunos de ellos, muy divertidos.

Así, como veis, no hay novedades propiamente dichas. No es algo malo, ya que Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition ha envejecido genial, y sigue siendo un juego divertidísimo al que da gusto jugar. Tiene un pequeño toque rolero que nos permite subir de nivel para desbloquear nuevos movimientos e incluso comprar –a ciegas– mejoras para nuestros personajes en las diferentes tiendas que encontramos por el juego.

A nivel jugable, eso sí, nos ha chocado un poco más diez años después de su lanzamiento original. La razón, seguramente, es que en estos últimos años hemos visto auténticos juegazos dentro del género de los beat ‘em up, con Streets of Rage 4 a la cabeza, y Scott y compañía no están a la misma altura. Tiene algunos detalles que se nos hacen algo torpes, como cuando los enemigos se quedan en el suelo y tenemos que esperar lo que parece una eternidad para poder seguir pegándoles. Sí, hay ciertos movimientos que nos dejan golpearlos en el suelo, pero son momentos que rompen ese ritmo tan necesario en el género. También hay momentos en los que se vuelve demasiado caótico y si estamos jugando en niveles altos de dificultad, nos pueden llegar las tortas de todas partes sin que podamos hacer nada para evitarlo. No es nada demasiado grave, pero sí que hace que Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition palidezca frente a nuevos exponentes del género.

Arte pixelado

Donde Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition no ha envejecido absolutamente nada es en su apartado audiovisual. Pensamos que el art del pixel art es cuestionable en muchos juegos, pero no aquí. Tanto fondos como personajes están cuidadísimos, fantásticamente animados y repletos de pequeños detalles. Es un juego precioso de principio a fin, que no nos cansamos de ver.

La banda sonora, de Amanamaguchi, es una auténtica genialidad que encaja a la perfección con lo que pasa en pantalla. 24 composiciones maravillosas que hacen que el resto de efectos de sonido sólo tengan que cumplir para ofrecer un apartado sonoro redondo. El juego sigue estando en castellano, y aunque no hay mucho texto, puede ayudar a pillar algunas referencias a otros juegos u otros elementos de la cultura popular presentes por toda la aventura.

El poder del amor

Curiosamente, como en los cómics de Scott Pilgrim, el poder del amor se ha convertido en un arma importantísima, y ha sido la clave para recuperar un juego que se merece estar disponible para todo el mundo. Creemos que tiene sus fallitos, y que hoy se notan más que hace diez años, precisamente, porque hemos visto un resurgir del género (que, quién sabe, quizás se debe a Scott Pilgrim vs. The World: The Game) que ha dejado el listón muy alto, pero eso no quita que nos parezca un título muy recomendable, muy divertido, y que derrocha cariño y amor.

Podría haber sido una pequeña celebración de un juego tan querido, con una pequeña galería de ilustraciones o incluso más detalles sobre los descargables cancelados, o incluso una edición algo más cuidad que introdujese multijugador a través de internet en los modos adicionales, pero bueno, en el fondo tenemos que alegrarnos de que Ubisoft haya hecho el esfuerzo por recuperar Scott Pilgrim vs. The World: The Game y de que podamos disfrutarlo hoy en día sin complicaciones.

Hemos realizado este análisis en Xbox Series X adquiriendo el juego en la tienda digital de Microsoft.