Análisis Relicta, un juego de puzles desarrollado en España (PS4, Switch, PC, Xbox One)
Sin vistas en el horizonte de un Portal 3, ni siquiera para realidad virtual, son muchos los estudios que intentan convertirse en el siguiente éxito en los puzles en primera persona. Lo bueno es que cada título pone un poco de su parte para ser original dentro de lo que cabe, con sus propias reglas, con más o menos peso en la historia. The Talos Principle y sus trípodes reflectantes de rayos –entre otras mecánicas-, Q.U.B.E. 2 y sus cubos de propiedades cambiantes, The Turing Test y sus núcleos de energía, los escenarios infinitos y el desafío de las leyes físicas de Manifold Garden, los tableros en el mundo abierto de The Witness, las dimensiones de Quantum Conundrum… Nadie intenta clonar los portales de Valve porque las comparativas serían odiosas.
A estos títulos y muchos otros se suma ahora Relicta, del estudio valenciano Mighty Polygon, del cual ya os hablamos hace no mucho en nuestras impresiones. Prepárate para una nueva historia de ciencia ficción y traslado de cubos, porque estamos ante retos que pondrán a prueba nuestra capacidad de adaptación e inventiva.
Un nuevo FPS: first person puzzle
Quizás por el camino marcado por Portal, la mayoría de aventuras de este tipo apuestan por historias futuristas, laboratorios o bases espaciales, y Relicta no lo es menos. El juego se ambienta en 2120, cuando la Luna ha sido terraformada, en algunas zonas totalmente, así que podemos esperar paisajes frondosos y con diversos climas que asociaríamos más a nuestro planeta que al satélite. Allí se encuentra una base científica y, claro, una trama con temas familiares y secretos oscuros. Sin desvelar demasiado, la científica Angelica Patel se verá obligada a explorar estas zonas acompañada de unos guantes gravitoelectromagnéticos que son la clave de sus puzles de lógica y físicas.
Relicta no pretende arriesgar mucho con el planteamiento y hace lo mismo que otros juegos del estilo: superar una sucesión de salas jugando con cubos que activan paneles en un progreso lineal completado con algunos coleccionables que aportan más información. Hasta aquí, pocas sorpresa. Cada sección suele estar dividida en barreras que permiten el paso de la protagonista pero no de los cubos, de manera que debemos buscar la vía de trasladar las cajas que nos interesan al interruptor adecuado: no será tan sencillo como cargar con el objeto hasta la otra esquina del mapa, hay que buscar formas de sortear estos obstáculos y activar uno o varias placas de peso que abren una puerta.
Para resolver los puzles podemos hacer varias cosas con los guantes. Con el magnetismo se cambia la polaridad de cada bloque en el sentido que deseemos, y se comportan tal y como se esperaría: dos rojos se repelen, los opuestos se atraen. Esto es aplicable a dos cajas que pueden unirse o rechazarse, movimiento que aprovechamos para "lanzar" los cubos con impulso en una dirección concreta. Lo mismo sucede con paneles dispuestos por el escenario, que se utilizan para mover las cajas en un sentido u otro según la polaridad. El campo de fuerza es visible –área y color-, de manera que puedes predecir con facilidad qué va a suceder si colocas un cubo encima de otro y transformas los dos en "rojos": el de arriba saldrá despedido en vertical.
Esto se combina con otras mecánicas que incluyen zonas de teletransporte de cajas, drones, acciones con precisión –disparo de magnetismo durante un salto, cambio de pulsación de plataforma para despejar la ruta de un bloque en movimiento- y sobre todo, el cambio de gravedad. Este tercer poder de los guantes hace que un bloque se comporte de manera normal –le afecta la gravedad- o no, con lo cual puede quedar flotando e incluso volar si sale despedido. Como vemos, son unos conceptos muy sencillos de aprender, pero dan bastante juego según se introducen otras ideas y gadgets. Es justo lo que buscamos con títulos como Portal y demás: reglas sencillas de aprender que se hacen más complejas por el número de pasos de la resolución. Por ejemplo, pronto nos daremos cuenta de la utilidad de usar los bloques como vehículos, ascensores o plataformas para subir a la protagonista a ellos y cruzar un barranco, e incluso en algún momento colocaremos cubos con polaridad que desvíen su trayectoria durante el vuelo.
El arma de doble filo para Relicta y juegos del género es equilibrar ese grado de familiaridad del género con suficiente originalidad, que aporte un granito de innovación. En este sentido, aunque los puzles con magnetismo no sean completamente nuevos, todo funciona mejor que en títulos como Magnetic: Cage Closed. La dificultad está bien medida: una vez pasada la zona que actúa de tutorial, que repasa la mayoría de movimientos básicos, empezaremos a dar varias vueltas a ciertas secciones hasta dar con la chispa de la solución. A más dificultad del puzle resuelto, más sensación de recompensa.
Aun así, sabemos que muchos jugadores sentirán algo de déjà vu general por la repetición de planteamientos o encontrarán las secuencias de historia un tanto innecesarias –especialmente al principio, que son más habituales-, no tanto porque no disfrutemos de contextos para la historia, sino porque muchas veces no son tan relevantes ni aportan mucho al conjunto. En otros puzles similares, incluso con tintes pseudofilosóficos que podían sobrar completamente, estaban mejor integrados en la experiencia –voz en off mientras juegas, menos intrusismo en el gameplay, etc.-.
Una Luna terraformada
Es sorprendente que Relicta esté creado por un núcleo de desarrolladores tan pequeño –cinco- y ofrezca un buen nivel en el apartado audiovisual. Las voces están únicamente en inglés, pero con subtítulos en español, ofrece una música que no molesta y suena cuando debe, y sobre todo, una ambientación que intencionadamente es más abierta que Portal –de ahí que en un primer vistazo recuerde más a The Talos Principle-. No obstante, el juego sigue siendo bastante cerrado en cuanto a diseño y cada zona está delimitada por el propio escenario o muros invisibles, de manera que los escenarios naturales son sólo una decoración.
La única crítica que encontramos es que quizás todo el detalle gráfico no se traduzca en un aspecto visual más personal; una captura de The Witness se asocia al instante, todo el mundo reconoce la belleza de las instalaciones semiderruidas de Portal 2, pero costaría identificar un bosque o desierto rocoso de Relicta a su juego. Al menos, hay suficiente variedad e biomas para que el juego cambie de registro por completo cada poco tiempo.
Conclusiones
Ningún aficionado al género debería dejar de probar Relicta, o por lo menos su demo, para hacerse una idea del tipo de pruebas que vamos a encontrar. Se trata de una aventura de puzles que divierte, a ratos sorprende, y plantea algunos desafíos muy curiosos a lo largo de unas 12 horas de juego –cifra que dependerá mucho de los bloqueos de cada jugador-. Está un peldaño por debajo de los grandes referentes y el trono de la saga Portal sigue indiscutible más de una década después, pero en el mercado hay espacio para otras variantes y sensibilidades. Para tratarse de un debut, podemos esperar grandes cosas de Mighty Polygon en el futuro.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Koch Media.