Análisis de Oddworld: Abe’s Oddysee New N’ Tasty! (PS4, PS3, PC, PSVITA, Wii U, Xbox One, Switch)

Casi todos los usuarios de PSOne y PC de los 90 recuerdan Oddworld: Abe's Oddysee. 1997 fue un gran año para ser jugador: el furor poligonal, la acción arcade, el regreso de Lara Croft con su esperada secuela y un tal Cloud Strife asentando el rol japonés en el colectivo popular, al menos en Europa. Ese verano se coló un mundo extraño, y nunca mejor dicho, protagonizado por un juego de gráficos renderizados, en ocasiones sobre secuencias de vídeo, desarrollo 2D, más puzle que plataformas y un personaje que no empuñaba ni pistola ni espada, y que de vez en cuando se tiraba pedos.

Resulta que ese juego se convirtió rápidamente en uno de culto, más allá de su humor o de las espectaculares secuencias de vídeo para su época, porque realmente era un juego hecho con inteligencia, mimo, se sentía pertenecer una parte pequeña de un universo mucho más grande. De hecho, siempre fue presentado como el inicio de una gran saga que luego ha gozado de un éxito irregular pese a que la calidad siempre ha estado ahí, incluso en los momentos menos brillantes -Munch's Oddysee-.

Con la entrada de Just Add Water resucitando Oddworld –remasterizaciones con mejoras gráficas de los últimos capítulos- sólo era cuestión de tiempo a que llegase el turno de Oddworld: Abe’s Oddysee con New N’ Tasty!, un remake del original que recrea con polígonos lo que hace casi 20 años sólo se podía imaginar con renders tirados de caros programas reservados para animación 3D. Y lo mejor de todo es que no se ha cambiado la jugabilidad por el mero hecho de poder hacerlo, ni se utilizan mareantes giros de cámara para dar una innecesaria espectacularidad. Un gatopardismo "cambiar todo para que nada cambie" que nos permite descubrir todo lo bueno del original y hacerlo con las ventajas actuales, principalmente la resolución, que ya no queda fijada como sucede en los juegos de fondos prerrenderizados.

New N’ Tasty! nos cuenta la misma historia de Abe's Oddysee, las penurias de Abe en una planta de procesado –no como trabajador, sino como esclavo- de una despiadada compañía cárnica que planea convertir la carne de su raza, los mudokons, en la próxima exquisitez culinaria. Cuando Abe descubre a hurtadillas estos oscuros planes comienza su odisea, que ya no es sólo huir vivo del lugar, sino ayudar a todos sus congéneres, mucho menos espabilados. Aunque podrías olvidarte de esta tarea secundaria –el salvar los centenares de mudokons- el final será peor y realmente esa no es la forma correcta de disfrutar del juego. Los peligros son abundantes: soldados armados, trampas explosivas y maquinaria letal. No será nada fácil encontrar a todos nuestros compañeros y guiarlos hacia un mundo mejor, sanos y salvos.

La mecánica del remake es exactamente la misma que en su momento. Abe es capaz de comunicarse con los personajes mediante pequeñas órdenes que indican a los mudokons cuándo detenerse o avanzar. Su comportamiento depende ciegamente de nuestras palabras, es un juego de puzles y como tal hay muy poco margen para la suerte, un error significa la muerte de Abe o de un amigo. La clave: estudiar cada pantalla, la rutina de las patrullas e imaginar el recorrido más seguro para el grupo. Abe también cuenta con un as en la manga, poseer la mente de sus enemigos, suicidándolos o tiroteando con sus propias armas a sus perseguidores. Son pocos elementos genialmente mezclados para que el juego siempre tenga algo nuevo que ofrecer, con una buena curva de dificultad y unas ayudas perfectamente integradas en el escenario. Existe un mal llamado modo cooperativo que se limita a alternar el control de Abe entre dos pads según muere –de cooperativo tiene poco la verdad-.

Una de las pequeñas diferencias en el planteamiento la encontramos en la forma de mostrar el recorrido. En Abe's Oddysee se hacía con pantallazos que conectaban el escenario hacia los laterales o en vertical. Salir por un extremo de la pantalla cargaba la siguiente sala, era una cuestión técnica más que una decisión artística. En New N’ Tasty! esto se ha eliminado –no así las pequeñas cargas al entrar en puertas a escenarios diferentes- y la cámara se desplaza de manera suave por el escenario, colocándose de manera casi idéntica al original para que el encuadre sea el mismo; sólo en el momento de moverse hacia los extremos cambia a la siguiente sección, o en casos concretos para dar alguna advertencia de próximos peligros y localizaciones secretas. En la práctica no modifica la impresión que recordábamos y ayuda a dar una mejor coherencia del entorno, que ahora es más conectado.

Hay un aspecto heredado de Abe's Oddysee que se mantiene por simple cuestión de jugabilidad, el control. Abe da pasos medidos al milímetro, cada uno corresponde a una distancia de una cuadrícula imaginaria –parecido a Prince of Persia-. Al conocer el original no nos ha extrañado demasiado, pero reconocemos que a los novatos, sobre todo aquellos que no están habituados a juegos con este tipo de movimiento, van notar a Abe lento, durillo de manejar. La decisión de JAW por no cambiar esto está más que justificada, es la base de la jugabilidad en los puzles para calcular distancias y saber al tacto cuánto tienes que saltar en una carrera o dónde colocarte para activar una palanca –es un punto exacto-. Igualmente las animaciones son calcadas al juego en el que se basa, con alguna que otra un poco brusca –los choques contra la pared- que sí nos habría gustado que fuese revisada, pero es casi un apunte anecdótico.

Existen tres modos de dificultad que afectan al número de disparos que puede recibir el protagonista. Los expertos en Abe's Oddysee pueden ir directamente al difícil –que es más fácil que el original-; los abundantes puntos de continuación y la opción de guardado rápido difícilmente les supondrá un reto imposible, aunque hay ocasión para fallos garrafales –instintivamente pulsamos la primera palanca del juego que mata a un mudokon- y decenas de reintentos por perder la paciencia en las tensas secciones de sigilo ocultándose detrás de cajas, sombras o nubes de gas. Este guardado opcional puede que sea la concesión más evidente a facilitar el juego y seguro que más de un jugón pone el grito en el cielo porque sí, facilita bastante guardar justo antes de una pantalla peligrosa y, si algo sale mal –muere un compañero, por ejemplo-, podemos cargar la partida, minimizando la pérdida.

Hay otra serie de mejoras que pasan un poco inadvertidas, tipo apuntar para lanzar objetos con la segunda palanca, pequeñas diferencias en ciertos lugares o la posibilidad de controlar a grupos de amigos –y no uno a uno- que hacen el juego un poco más cómodo. La novedad más interesante es una nueva área dedicada al mudokon Alf con nuevos puzles, plataformas y marcadores online, que en el momento del lanzamiento no está disponible.

Si en los años 90 te preguntabas cuánto se tardaría en recrear en tres dimensiones los fondos renderizados, la respuesta la tienes en New N’ Tasty!: ya se puede conseguir. Al menos en cuanto a apariencia –no en cantidad de triángulos o calidad de iluminación- este remake es tal y como imaginas que sería llevar los vídeos generados por ordenador a algo más interactivo. De todas formas, lo que realmente tiene mérito es que la ambientación gráfica es la misma: el uso de contrastes, colores, juegos de luces y sombras, tanto para los agobiantes entornos cerrados como para los exteriores, con esa naturaleza tan orgánica y misteriosa que siempre ha caracterizado a Oddworld. Hay pantallas que juegan con las siluetas de los personajes, un recurso que hoy ya no es tan novedoso pero que en su momento sí lo fue. Oddworld Inhabitants fue revolucionaria en muchos detalles gracias a las técnicas cinematográficas, así que no es de extrañar que ahora se haya incluido el efecto tan de moda de cristal sucio.

La música también ha sido revisada, suena muy parecida pero con más calidad. Temas principalmente ambientales, muchos efectos de sonido y voces que, una pena, esta vez sólo podremos escuchar en inglés –con subtítulos en español-. Abe's Oddysee contaba con un doblaje excelente, al nivel del original, así que es un pequeño paso atrás.

Conclusiones

Oddworld: Abe’s Oddysee New N’ Tasty! se encuentra entre el remake y la remasterización. Del primero toma los aspectos técnicos: ha sido creado de cero para las nuevas –y pasadas- plataformas, mientras que tampoco presenta nada especialmente rompedor o nuevo a nivel jugable –a expensas de probar el nuevo contenido descargable- salvo suavizar la dificultad. Esto no es una crítica negativa porque era lo prometido, y la verdad, Abe nunca había lucido tan bien .

Si no has jugado Abe's Oddysee ya estás tardando en adquirirlo. Una aventura entrañable, puzles bien planteados, una duración respetable –aproximadamente 10 horas- y unos valores de producción que justifican sobradamente su precio. Ahora sólo queda ver si el éxito acompaña y supera el medio millón de descargas para asegurar la revisión de Oddworld: Abe's Exoddus y crear un nuevo capítulo en Oddworld, The Brutal Ballad of Fangus Klot. Nosotros ya estamos rezando en plan mudokon.