Análisis de Megaton Rainfall (PS4, PC, Xbox One, Switch)

El estudio madrileño Pentadimensional Games ha desarrollado Megaton Rainfall, un videojuego de acción en primera persona que consigue una gran inmersión gracias a su compatibilidad con PlayStation VR, aunque también podrá ser disfrutado sin el dispositivo de realidad virtual de Sony. Independientemente del modo elegido, encarnaremos a una especia de Dios que utilizará los poderes que le van siendo otorgados para salvar a la tierra y a la galaxia de una destructiva invasión alienígena. Bajo esta interesante propuesta narrativa se estructura un título con un planteamiento jugable divertido, pero que se ve muy lastrado por su pobre acabado gráfico y escasa variedad de misiones.

Dominando el espacio

En todo momento la cámara se sitúa en primera persona, encontrando una mayor inmersión si jugamos con la gafa de realidad virtual. Con PlayStation VR nos moveremos con un stick y nos orientaremos usando la mirada, algo que se soluciona con el segundo stick del mando en caso de jugar sin la gafa. Para girar en el modo VR usaremos el stick derecho, el cual nos permitirá realizar movimientos en ángulos de 45 grados, consiguiendo con ello una experiencia fluida y sin ningún tipo de mareo. Además, podremos subir y bajar utilizando R1 y L1, algo muy útil para atacar a los enemigos. Sin duda, se ha realizado una gran implantación de los controles en ambos modos (VR y normal) , lo cual garantiza una ágil y precisa experiencia de juego incluso en los momentos más frenéticos.

Salvar la existencia

Desde el primer momento nuestro objetivo será dirigirnos hasta los puntos indicados y hacer frente a las oleadas de enemigos que van apareciendo en los distintos núcleos urbanos. Inicialmente contaremos con un número muy reducido de poderes e iremos adquiriendo más a medida que superemos las distintas fases. Gracias a estas mejoras del personaje, no solo podremos lanzar bolas de energía, sino que también será posible parar el tiempo, lanzar rayos de calor o, por ejemplo, volar a velocidades superiores a la de la luz.

A medida que obtengamos poderes también irán apareciendo nuevos tipos de enemigos. Inicialmente nos enfrentaremos a pequeñas naves extraterrestres, sin embargo, pronto tendremos que hacer frente a grandes flotas, martillos de destrucción o naves con sistemas de camuflaje. Para destruirlas de forma eficiente deberemos atacar a sus puntos débiles (indicados en rojo), aunque también podremos provocar graves daños atacando a su estructura. La aparición de distintos tipos de enemigos aumentará el nivel de exigencia y nos obligará a atacar de formas muy variadas, encontrando una experiencia cada vez más emocionante.

Además de matar a los enemigos tendremos que estar muy pendientes de la barra de destrucción, la cual nos indicará el número de bajas civiles que hemos causado durante nuestra misión. Estas bajas pueden ser provocadas por los aliens, los cuales utilizarán todo su armamento para acabar con la tierra, o por nosotros mismos, por lo que habrá que tener mucho cuidado antes de utilizar nuestros poderes contra la población civil. En el supuesto de que la barra llegue a cero, la partida se reiniciará hasta el punto de control más cercano, lo cual no supone un castigo excesivo.

De esta forma, aunque el planteamiento jugable es divertido y la aparición de nuevos poderes y enemigos aportan una mayor profundidad jugable, lo cierto es que el videojuego acaba siendo demasiado repetitivo después de unas cuentas misiones. Constantemente tendremos que desplazarnos de un núcleo urbano a otro para acabar con los aliens y, aunque la mecánica de vuelo es divertida y ofrece algunos momentos espectaculares, con el tiempo acaba siendo monótona.

Al finalizar cada una de las fases aparecerá un resumen de nuestro rendimiento en combate, un incentivo interesante para aquellos que quieran rejugar alguna misión buscando subir su puntuación en la clasificación online. Salvo este pequeño aliciente, lo cierto es que el título no ofrece nada más, por lo que después de acabar un modo campaña que ronda las 6 horas de duración habrá poco que hacer.

Otro hándicap importante es que, aunque el título parte de una propuesta argumental interesante, con una especie de Dios que nos guía como a su hijo para que salvemos la tierra, el ritmo narrativo acaba siendo lento y la trama demasiado previsible, utilizando constantemente los mismos recursos para enlazar misiones. Esto provocará que el interés inicial por la historia se vaya diluyendo hasta ser un mero acompañamiento.

Un mundo muy pobre

A nivel visual presenta un enorme entorno abierto sin tiempos de carga por el que podremos volar libremente, pudiendo incluso adentrarnos en el espacio exterior para viajar entre planetas. Además, el estudio madrileño ha realizado un gran trabajo con el motor de físicas, por lo que las destrucciones de los edificios (aunque muy sencillas visualmente) aumentan la sensación de realismo durante las misiones. Por último, es importante recordar la gran implementación que se ha hecho si jugamos con PlayStation VR, consiguiendo una buena sensación de inmersión y sin sufrir ningún tipo de mareo.

La parte negativa es que visualmente el título es muy pobre, con texturas de baja calidad, un motor de iluminación con muy pocos detalles, modelados tremendamente básicos en edificios y enemigos, un sistema de partículas sin matices y una interfaz gráfica demasiado sencilla. Todo esto se ve agravado por unos evidentes problemas de popping debido al ambicioso tamaño del mapa, lo cual da como resultado un apartado tremendamente flojo.

En el aspecto sonoro encontramos una buena recreación de los sonidos durante los combates y, aunque falta algo más de contundencia en los enemigos y las destrucciones, lo cierto es que se consigue un aceptable nivel de inmersión. Por su parte, la banda sonora está compuesta por melodías electrónicas que consiguen dar un toque interesante a los combates, encontrando en las fases de navegación algunos de los momentos más llamativos. Por último, el videojuego llega con voces en inglés y textos en castellano, lo cual nos permitirá seguir sin problemas la historia.

Conclusión

Esta propuesta de acción en primera persona es ideal para PlayStation VR, ya que ofrece una gran inmersión, una buena implementación de los controles y no provoca mareos, aunque también podremos disfrutar completamente del título sin la gafa de realidad virtual de Sony. Su interesante planteamiento jugable también ha conseguido engancharnos durante las primeras misiones gracias a la constante adquisición de nuevos poderes y a una gran variedad de enemigos que dan dinamismo y emoción a los combates.

Sin embargo, después de unas cuantas fases acaba siendo demasiado monótono, algo que también se ve influenciado por el pobre apartado gráfico. Con una duración aceptable para su reducido precio y una historia llamativa pero que no termina de desarrollarse bien, Megaton Rainfall tiene ideas interesantes y está destinado a los fans del género o a los que quieran divertirse con las PlayStation VR.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Pentadimensional Games.