Análisis de Last Day of June (PS4, Switch, PC)

Viajar en el tiempo es uno de los grandes anhelos del ser humano. Esa idea ha protagonizado numerosas historias de ficción, desde Hommer Simpson al primer Superman de Christopher Reeve pasando por El Día de la Marmota y, este mismo año, ha sido la premisa principal del sorprendente The Sexy Brutale.

¿Quién no ha deseado retroceder en el tiempo para cambiar un suceso que le ha dejado un recuerdo doloroso? ¿Es posible lograrlo? Es lo que intenta Carl después de perder a su mujer, June, en un accidente de automóvil cuando descubre que puede establecer esa conexión con el pasado a través de los cuadros que June había pintado.

Actuando como uno de los personajes del entorno de la pareja (el niño, la mejor amiga de Carl, el cazador y el anciano), Carl intentará encontrar la cadena de sucesos que lleve a que su mujer siga viva. Pero no tardará en descubrir que no es tan fácil. Al modificar el evento que provocó el accidente en primer lugar descubre que los actos de los personajes interfieren entre sí y lo que haga con uno puede empezar otra cadena de acontecimientos indeseable.

Todo esto se narra de forma circular; el personaje que controles en ese momento viaja a las tres de la tarde del último día de June, y emprende una actividad que se desarrolla de forma distinta según resuelva algún puzle el jugador hasta llegar a las siete de la tarde, el momento crucial de la historia. Cuando el reloj marca esa hora, el juego muestra unos cuadros en los que se ve qué están haciendo los personajes que ya se hayan jugado y esa combinación decide lo que sucede con June y Carl.

Un puzle compuesto por los pequeños puzles de los personajes

El juego se convierte así en un puzle que se desarrolla en todo el mundo de juego: el vecindario de Carl. Y cada personaje que vas jugando, al mismo tiempo que resuelve su propio puzle, va contribuyendo al avance del juego a base de abrir puertas que permiten a otros personajes acceder a nuevas zonas en un buen trabajo con el diseño de niveles.

Los puzles de cada personaje para encontrar las distintas opciones de la actividad que está realizando a las siete de la tarde son realmente sencillos y más interesante es el gran puzle global que permita encontrar la combinación de personajes que evite el accidente, pero cada avance que realizas, cada vez que eliges un personaje, debes entrar en su historia, avanzar en alguna dirección y llegar hasta el final del día, .lo que llega a ser algo pesado. Al menos, el estudio ha incluido una versión reducida cuando ya has seguido ese camino una vez.

Esto lleva a que veas el vídeo del accidente una y otra vez, aunque sea con distintas variaciones, ya que no se puede saltar el vídeo aunque sepas lo que va a ocurrir y los tiempos de carga son larguísimos (en PS4 al menos, que es la versión que hemos probado), con lo que la historia acaba perdiendo parte de su fuerza emocional, y es una pena que sea así, porque es enternecedor el amor de Carl hacia June, y cómo están descritos los demás personajes a través de distintos recuerdos que vas cogiendo con los diferentes personajes como coleccionables.

Una preciosa banda sonora de Steven Wilson

La música es preciosa. El juego nació a raíz de la canción "Drive Home" de Steven Wilson, y del mismo es toda la banda sonora, que proporciona una magnífica ambientación de acuerdo con la tierna historia de los protagonistas y su mundo.

El estilo artístico es muy peculiar, como si los escenarios se compusieran de pequeñas manchas de pintura y no deja indiferente. Los escenarios son llamativos vistos de cerca y dan personalidad al título, pero dificulta la navegación por el pueblo en los primeros momentos del juego ya que no se distinguen bien los caminos y las partes más alejadas están demasiado difuminadas y acaban siendo borrones de colores.

El uso del color es excelente: ese último día de June tiene tonos más fuertes, pero el presente de Carl es de un azul muy frío en contraposición al naranja de un pasado más feliz para él. Los personajes están diseñados con tonos vibrantes que les permite distinguirles sin problemas y sus animaciones son bonitas, tiernas y divertidas, según lo requiera la situación.

Donde el trabajo del estudio es brillante es al conseguir transmitir lo que está sucediendo en pantalla a través de personajes sin ojos ni boca y que hablan con interjecciones y sonidos ininteligibles, un trabajo nada sencillo. Entiendes cuando un personaje es amenazador, está llorando o tiene celos sin que haya un mensaje lingüistico o visual reconocible.

Ovosonico ha sabido utilizar bien sus recursos, aunque hay demasiados tiempos muertos

Last Day of June tiene a su favor el hecho de haber logrado convertir a la diminuta localidad en la que transcurre la acción en un puzle con el juego de las puertas y en conseguir que las historias menores de los personajes conformen un rompecabezas global. Juega muy bien a ese doble nivel, pero en el apartado de los debe hay que apuntar la de tiempo muerto que hay entre cargas y escenas que no puedes saltar. Es una buena muestra de optimización de recursos ya que aparenta ser mucho más de lo que es en realidad y Ovosonico ha sabido jugar con acierto sus cartas, pero acaba funcionando peor de lo que podría haberlo hecho.

Es un juego intrigante que desarrolla de la forma adecuada a sus personajes en una historia corta (dura entre cinco y seis horas, algo más si quieres todos los coleccionables) que apela al corazón y te hace sentir una punzada con el accidente. Aunque ese dolorcillo acaba amortiguándose a base de verla en repetidas ocasiones, el estudio ha sabido incluir otras emociones adicionales que mantengan al jugador enlazado con lo que sucede en pantalla.

Puede que Last Day of June no sea el juego indie basado en emociones más intenso o mejor que ha llegado al mercado últimamente, pero sí es un cuento enternecedor que te dejará meditando sobre la vida y la importancia de disfrutar de cada momento con las personas que te rodean.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado 505 Games.