Análisis de Killing Floor 2 (PS4, Xbox One, PC)

En mayo de 2009 fue lanzado en PC Killing Floor, un videojuego desarrollado por Tripwire Interactive que ofrecía una experiencia de supervivencia cooperativa destinada a resistir ronda tras ronda contra unos temibles engendros llamados zeds. Siete años después y tras varios meses en Early Access, por fin recibimos la versión final de Killing Floor 2 para PlayStation 4 y PC. Esta segunda entrega, desarrollada nuevamente por el estudio norteamericano, mejora sustancialmente la jugabilidad, incluyendo más contenido y enfrentamientos más dinámicos, aunque sin perder un ápice de la violencia que tanto gustó en la primera entrega.

Esta vez vamos a contar con un total de 10 especializaciones diferentes que podremos elegir según nuestro estilo de juego. Entre ellas encontramos Berserker, destinada al uso de armas cuerpo a cuerpo; Comando, especializada en rifles de asalto; Médico, basada en la curación; o Pirómano, equipada con un lanzallamas y cócteles molotov.

A estas se les unen: Apoyo, Demolición, Pistolero, Tirador, Superviviente y SWAT. Todas ellas, además de contar con varias armas de su clase, estarán equipadas con una pistola, granadas y un arma cuerpo a cuerpo. Sin duda, Tripwire Interactive ha realizado un gran trabajo para equilibrar todas las clases y ofrecer estilos diferentes.

De esta forma, a medida que vayamos usando una u otra especialización, iremos recibiendo puntos de experiencia que nos permitirán subir de nivel. Así, en los niveles 5, 10, 15, 20 y 25, desbloquearemos dos habilidades de las cuales tendremos que elegir una, aunque esta elección no será definitiva, ya que podremos modificarla siempre que queramos. Dichas habilidades nos permitirán, por ejemplo, recargar más rápido, tener más protección o realizar más daño con explosivos. Otro elemento de personalización, aunque no afecta a la jugabilidad, es la posibilidad de configurar la apariencia física de nuestro personaje. Para ello contaremos con más de una decena de skins diferentes que irán desde un caballero medieval, hasta un DJ. Todos ellos contarán con varias vestimentas y hasta tres elementos de personalización dependiendo del personaje.

Supervivencia extrema

Adentrándonos en la esencia jugable, el modo más llamativo de Killing Floor 2 es Supervivencia. Aquí, ya sea en solitario (offline) o con hasta 6 jugadores en total (online), el videojuego nos reta a resistir una serie de rondas ante el constante ataque de los zeds. En este modo vamos a poder elegir el número de rondas: Corta (4 rondas), Media (7 rondas) o Larga (10 rondas), así como la dificultad: Normal, Difícil, Suicida e Infernal.

La base central del modo son las oleadas de enemigos, y para ello se ha diseñado un nutrido plantel de zeds. En esta segunda entrega, encontramos muchos viejos conocidos como los armados Husk, los demoledores Scrakes o las temibles Sirens, aunque también tendremos alguna novedad como el Hans o el Slasher. Todos ellos ofrecen comportamientos distintos y la combinación de sus habilidades en oleadas masivas crearán los momentos más frenéticos y divertidos del título. Sin duda, el diseño de los zeds ofrece una mejor inteligencia artificial y más violencia, aunque se echan en falta nuevos tipos de enemigos.

Después de superar cada ronda, se activará una máquina denominada Mercader. Esta nos permitirá comprar todo tipo de objetos con el dinero que hemos ido obteniendo al matar a nuestros enemigos. Sin embargo, esta máquina no solo es útil para comprar nuevas armas, mejorar nuestro escudo o recargar munición, también es importante porque siempre aparecerá en un punto distinto del mapa. Esta aleatoriedad, unida al poco tiempo del que disponemos para encontrarla y comprar, nos obligará a defendernos en zonas distintas del mapa, evitando así que nos atrincheremos y nos sintamos seguros.

Más allá de esta buena idea de diseño, el Mercader pone a nuestra disposición un enorme catálogo de armas diferenciadas según la especialidad, que podremos comprar independientemente de nuestra clase, siempre que tengamos el dinero y la resistencia suficientes. Además, podremos vender nuestras armas para ganar algo de dinero extra y recuperar resistencia, ya que si llevamos demasiado peso no podremos portar más objetos.

Entre las armas disponibles encontramos un nutrido catálogo de fusiles, subfusiles, pistolas, explosivos y escopetas, además de armas especiales como katanas, espadas medievales o dardos de curación. Mención especial merecen las armas cuerpo a cuerpo, que para esta segunda entrega se muestran más eficientes y brutales que nunca. Ahora podremos realizar ataques suaves y potentes, además de bloquear muchos de los ataques de los enemigos.

Para sobrevivir también contaremos con la curación instantánea, una ayuda fundamental que volverá a estar disponible tras un tiempo de recarga, o la pistola de soldar, que nos permitirá sellar temporalmente algunas puertas para cortar el avance de los enemigos. Por último, contaremos con una linterna y gafas de visión nocturna que nos ayudarán en las zonas menos iluminadas.

Otro elemento importante son los Momentos Zed. Esta habilidad especial, que se activará cuando algún jugador realice una acción espectacular, nos permitirá disfrutar de unos segundos a cámara lenta para disparar a los enemigos. Sin embargo, el momento más interesante llega al finalizar la última ronda, cuando nos enfrentamos al jefe final. Esta temible criatura, que contará con varios poderes especiales y que vendrá acompañada de otros zeds, tendrá, como es lógico, una enorme resistencia y supondrá un reto realmente exigente. Por ello, esta última fase es la que exigirá una mayor colaboración.

Con todo esto queda claro que el modo supervivencia online ofrece una experiencia de juego muy buena y cargada de acción gracias a la variedad y cantidad de enemigos, los distintos tipos de clases, los múltiples mapas y los exigentes jefes finales. Sin embargo, el título también presenta deficiencias en la movilidad del personaje principal y en la velocidad de recarga, dos elementos fundamentales para tener una experiencia más dinámica en este tipo de videojuegos tan rápidos.

Supervivencia contra amigos

Vs Supervivencia es un modo online para hasta 12 jugadores que basa su jugabilidad en crear dos equipos de seis miembros, en los que unos asumen el papel de humanos y otros de zeds. Con un total de cuatro rondas, se irán rotando los roles y ganará el equipo que al finalizar la partida tenga un mejor cómputo global de puntos. De esta forma, cuando asumamos el papel de los zeds, podremos encarnar de forma aleatoria a cualquiera de estas bestias. Cada una de ellas contará con habilidades diferentes y la cámara se situará en tercera persona. Pese a la novedad de manejar a los zeds, su estilo de control y el tipo de cámara no ayudan a tener una experiencia realmente satisfactoria.

Por su parte, si encarnamos a los humanos, tendremos que acabar con nuestros rivales y con múltiples oleadas de zeds, que bajo el clásico esquema del modo supervivencia, nos exigirán una mayor coordinación y velocidad que en los enfrentamientos contra la IA. Sin duda, aunque este modo ofrece momentos divertidos y un enfoque diferente, el control de los zeds y el desequilibrio entre los dos bandos a favor de los humanos no ayudan a crear la mejor experiencia posible.

Un mundo creíble

Visualmente, Killing Floor 2 ofrece escenarios grandes y una enorme cantidad de enemigos, aunque sin llegar a unos estables 60 fotogramas por segundo. Además, dispone de texturas de gran calidad, una notable ambientación y un sistema de partículas que muestra todo su potencial en el desmembramiento de los enemigos. Por último, la versión para PS4 Pro ofrece una mejor tasa de fotogramas por segundo, reescalado a 4K y mejores texturas, algo que sin ser muy significativo, puede mejorar ligeramente la experiencia respecto al modelo estándar.

A nivel sonoro, el videojuego viene completamente doblado al castellano y, aunque la localización intenta dotar al título de un toque humorístico y gamberro, el doblaje no termina de funcionar como debería y se queda simplemente en un añadido interesante. Por su parte, la banda sonora incluye canciones de estilo hard rock que se activarán al comienzo de cada ronda para dotar de más acción al momento. Por último, el juego está bien sonorizado y las armas muestran la contundencia esperada.

Adictivo pero limitado

Killing Floor 2 sigue siendo fiel a su esencia y ofrece una experiencia multijugador, tanto cooperativa como competitiva, violenta, adictiva y frenética. Su estética oscura y gore, y la constante presión de resistir ante hordas interminables, ofrecen partidas adrenalínicas. Sin duda, disponer de una enorme cantidad de especializaciones y un nutrido catálogo de armas y habilidades, ha permitido al título crear una experiencia que mejora a su predecesor.

Sin embargo, pese a las bondades jugables del título y a su correcto apartado gráfico, el videojuego ofrece una experiencia limitada y por momentos repetitiva debido a la escasez de modos de juego y la ausencia de nuevos tipos de enemigos. Además, se echa en falta que se desarrolle narrativamente este universo, y el control, principalmente en tercera persona, presenta deficiencias que limitan el dinamismo de las partidas. Pese a todo, Killing Floor 2 es un videojuego que sabe potenciar sus virtudes y que gracias a su reducido precio es una opción a tener en cuenta para jugar con amigos.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.