Análisis Katana Kami, un 'spin-off' de mazmorras de Way of the Samurai (PS4, PC, Switch)
En los últimos años hemos visto decenas de juegos con mazmorras aleatorias en los más diversos géneros, ya sean shooters, rol o hack´n slash. Muchas producciones independientes o intermedias han encontrado un filón en estos desarrollos que se basan en sentar una base jugable y presentar mapas creados por procedimientos para alargar su vida. Como en cualquier género o estilo, hay de todo: algunos enganchan durante muchas horas, otros muestran todo lo que ofrecen en apenas cinco minutos.
Katana Kami: A Way of the Samurai Story es el enésimo juego de este estilo, y lo cierto es que trata de alejarse de la estética indie –que a veces equivale a pixel-art- para dar un envoltorio en apariencia más trabajada, aunque en el fondo no hay grandes diferencias en la fórmula, y de hecho un apartado gráfico de más calidad no significa un juego mejor. Katana Kami sufre este problema: hay algunas buenas ideas, es vistoso, pero ciertamente hemos visto títulos más divertidos.
Fantasía nipona
El punto de partida de la trama justifica bien la motivación del protagonista, así que en ese sentido, incluso si la historia nos va a dar bastante igual, al menos parte de una premisa creíble. Se ambienta en la Restauración Meiji y el mismo mundo de Way of the Samurai, donde la ley la impone el más fuerte, y nuestro protagonista es un samurái que se encuentra con una tensa situación: un forjador de espadas está hasta las cejas de deudas, y su hija es secuestrada hasta que salde lo que debe. Nuestro samurái propondrá ofrecer su ayuda al herrero, pagar las deudas y recuperar a la joven –a cambio de su mano-, aunque eso suponga adentrarse en unas extrañas tierras…
Katana Kami es un RPG de acción, hack and slash isométrico donde conseguir mucho botín en las mazmorras repletas de bestias y demonios del folclore nipón. Se divide en dos fases: de día nuestro objetivo es ganar dinero y pagar periódicamente las deudas, por ejemplo creando y vendiendo espadas con los materiales que conseguimos en las mazmorras.
Hay un sistema de facciones y, según los creadores, es aconsejable aumentar la tensión de estos grupos porque "en la guerra, sólo ganan los forjadores". Pero la noche es otro tema. Cada vez que se pone el sol, entraremos en el Jikai, un extraño mundo que corresponde a las mazmorras, una serie de pisos que en la tradición de otros dungeon crawlers cuentan con una salida para pasar al siguiente mapa, y así hasta que derrotamos a un jefe y escapamos del lugar.
El planteamiento es original dentro de una mecánica que no lo es tanto. En cualquier caso, llegará el momento de entrar en las mazmorras, y ahí nos encontraremos con un sistema de combate curioso, propio de los Way of the Samurai –salvo por la nueva perspectiva-. Si esperas un juego frenético de acción donde cortar enemigos rápidamente, Katana Kami lo es pero a medias; no es un arcade puro con el que machacar los ataques. El control es más tosco de lo que nos gustaría, así que no hablamos de un juego con la refinada jugabilidad de FromSoftware –no es Sekiro: Shadows Die Twice con vista alejada, para entendernos-.
Si bien con las serpientes o lobos la estrategia es bastante tontorrona, y la inteligencia artificial no es para tirar cohetes –de vez en cuando los enemigos no saben sortear obstáculos y quedan corriendo contra un muro-, los rivales humanos/demoníacos dan más juego al combate y también saben defenderse, lo que requiere forzar la bajada de la guardia. Al igual que otros títulos con katanas, se pide un poco de estrategia y una buena defensa, evitar embestidas o desviar golpes. Puedes caminar con la espada desenfundada, aunque el movimiento es más lento que con ella envainada, y existe un sistema triangular –o piedra, papel, tijera- entre defensa, ataques y patadas. Un buen bloqueo o evasión da acceso a lanzar un potente kiwami.
La intención de Acquire no es mala e incluso dispone de multijugador online: explorando las mazmorras, nos emparejamos con otro jugador y juntos derrotamos a los enemigos de la zona. No es que cambie mucho la diversión y es un tanto limitado –no hay posibilidad de crear salas privadas-, pero es una opción poco habitual en este tipo de juegos. Sobre el papel Katana Kami es más complejo que repartir espadazos a diestro y siniestro, pero lamentable eso no significa que sea mejor que, por ejemplo, la precisión y rapidez que encontramos en Children of Morta.
Hay que reconocer que la desarrolladora se ha esforzado por dar cierta profundidad al apartado jugable con aprendizaje de nuevas habilidades y más de 100 armas diferentes que afectan al estilo de combate. En nuestras visitas por los mapas conseguiremos mucho botín, las armas se deterioran –demasiado rápido para nuestro gusto- e incluso hay un concepto extraído de los Souls: recuperar nuestro inventario después de una muerte. Esto, junto al calendario de pagos, hace de Katana Kami algo más que el típico clon de mazmorras, y si te divierte este tipo de juegos, seguramente disfrutarás de la adicción por conseguir más y más espadas en el inframundo.
No obstante, al trasladar esto a la jugabilidad sufre algunos problemas que restan puntos a la experiencia. La gestión por menús es bastante incómoda, y la vamos a utilizar mucho a la hora de mejorar armas, buscar comestibles o equipar objetos. También hay muchos conceptos que no quedan bastante claros o son explicados muy de pasada, y la dificultad sufre altibajos: el camino hasta el jefe quizás sea un paseo, pero el enemigo final te costará sudor y sangre. Y lo peor, en la práctica lo que mejores resultadas suele dar es dejar a un lado todas esas estrategias avanzadas e ir atacando con el ataque rápido, esquivando de vez en cuando. Como muchas veces estaremos rodeados de enemigos, la defensa suele ser poco efectiva con enemigos a nuestras espaldas.
Bonitas mazmorras, pero repetitivas
Sabemos que no se puede pedir mucho a Katana Kami en lo audiovisual, una producción pequeña, así que cumple dentro de las moderadas expectativas. Son gráficos casi de la pasada generación, y la música que suena de vez en cuando ambienta bien, aunque por otro lado los enemigos repiten mucho sus frases cada vez que nos ven. Y tenemos el problema habitual de los títulos generados aleatoriamente: son laberintos sin la mano de un diseñador, sin gracia, y con abundante decoración repetida una y otra vez. A veces hay escenarios de tierras decadentes, otros son campos más vistosos, pero el juego dejará de sorprender muy pronto.
Conclusiones
Hay títulos que son más que la suma de sus componentes. El caso de Katana Kami: A Way of the Samurai Story es precisamente al contrario. Un buen aspecto visual comparado con las producciones indie, una historia y sobre todo un sistema de facciones que suena interesante, acción que busca respetar conceptos de Way of the Samurai… Demasiada complejidad aplicada a una mecánica tan simple como la de cualquier otro dungeon crawler, con sus defectos –un bucle jugable repetitivo- y a la larga, no demasiado cómodo de jugar. Cuando tu diversión se basa precisamente en la rejugabilidad, fallar en lo básico es un pecado demasiado grave.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Spike Chunsoft.