Análisis de Heavy Rain (PS4)

Con tres meses de diferencia respecto a Beyond: Dos almas, Heavy Rain ya tiene su remasterización para PlayStation 4. Para la mayoría de jugadores es el plato fuerte de los dos juegos de Quantic Dream –que también se lanzan en formato físico- por la calidad y por la revolución que supuso al abrir brecha en un género que hoy pega muy fuerte. Seamos claros: Heavy Rain no inventó la narrativa mediante QTE –pulsación de botones- porque la misma compañía había probado ya fórmula con Fahrenheit, pero es indudable que fue a raíz del éxito en ventas y crítica de la aventura con el "asesino del origami" cuando otros estudios se fijaron en él –véase Telltale o Supermassive con el reciente Until Dawn-.

Heavy Rain y Beyond: Dos almas son proyectos con tipo de desarrollo muy parecido, pero en las pequeñas diferencias se encuentra nuestra predilección por uno u otro. Beyond: Dos almas pulió gráficos, mejores interpretaciones y algunos aspectos de la jugabilidad que en Heavy Rain se sienten un poco más anticuados –hablamos de esto más adelante de ello-, pero globalmente el juego de 2010 engancha más gracias a que presta su atención a aquello donde se supone que debe destacar en estos juegos: la historia.

Pulsa X para Jason

Después de Farenheit, un juego con elementos fantásticos que para ciertos usuarios rompían el encanto de sus primeras horas, David Cage se encargó de escribir Infraworld –el que sería Beyond: Dos almas-. El juego no consiguió financiación por su arriesgada apuesta de espíritus esotéricos y fenómenos paranormales, no al menos hasta que Sony comprobó años después el interés del público por estos juegos, así que se optó por algo diferente que el director describe como "un oscuro thriller negro con temas adultos" con el mensaje "¿hasta dónde llegarías para salvar a alguien que amas?"

La pregunta se ha podido hacer en multitud de juegos, pero hasta entonces la mayoría se solucionaban con la misma respuesta: venganza y acción. No está mal, los juegos arcades tienen su razón y momento, pero resulta que también había muchos jugadores dispuestos a profundizar más en esta idea donde se tocan aspectos tan poco comunes en los videojuegos como la paternidad y el sacrificio. Al menos hasta ese año; hoy día la escena indie cuenta con cosas como That Dragon, Cancer y en superproducciones The Last of Us es, en cierta manera, la historia de un padre adoptivo.

Procuraremos hablar lo mínimo de la historia de Heavy Rain sin desvelar detalles importantes: Ethan Mars es un arquitecto que vive con su hijo. Su vida está muy afectada por un grave acontecimiento reciente que le ha dejado secuelas mentales –agorafobia, alucinaciones-, además de destrozar su matrimonio. Las noticias hablan en los periódicos y televisiones de un misterioso asesino que secuestra y mata a jóvenes, y cuando éste se cruce con Shaun, Ethan sólo tendrá un objetivo en esta vida: recuperar a su hijo cueste lo que cueste antes de que sea demasiado tarde.

Ethan se puede considerar el protagonista del juego. Suya es la historia que vertebra todo el argumento y con el que más tiempo vamos a jugar, pero no está solo en esta aventura. El caso del asesino ha llamado la atención de un agente del FBI enviado desde Washington con tecnología de realidad aumentada, Norman Jayden, que deberá investigar y a veces enfrentarse con la policía local. Scott Shelby es un investigador privado contratado por los padres de las víctimas que pronto formará pareja con Lauren Winter, madre de uno de estos chicos. Por último está la periodista Madison Paige, quien también persigue al asesino y realizará sus propios descubrimientos.

El juego se divide en capítulos y según lo requiere la historia va pasando por cada uno de estos personajes. Muchas veces los acontecimientos son casi paralelos y las historias se cruzan. Y aquí está el auténtico aspecto revolucionario de Heavy Rain: la sensación de controlar las acciones con efectos inmediatos y permanentes. Su sistema de guardado automático hace que cualquier elección en conversaciones o fallos durante secuencias –peleas, persecuciones, disparos- tenga impacto en alguno de los posibles finales o incluso en la muerte de ese personaje. Y la historia continúa, incluso si pierdes algún protagonista lo que obtienes es un final para la historia, no precisamente el ideal pero sí es una conclusión.

Este es el auténtico valor de Heavy Rain frente a Beyond: Dos almas, juego donde las decisiones verdaderamente importantes se toman al final y no hay esa presión por implicarse en el progreso. Porque ese es otro de los logros de Heavy Rain: que nos preocupemos por los personajes y su destino, e incluso de hacer el bien siempre que sea posible –incluso si no recibimos una recompensa en el sentido tradicional de los videojuegos-.

Hay dos escenas que podemos poner de ejemplo de esta "magia" que consigue su argumento. En uno de los primeros capítulos Ethan vuelve del colegio con Shaun. En la casa hay un horario a seguir: dejar al joven que vea la televisión, hacer la merienda, terminar los deberes y que duerma a las 10:00. Es un videojuego que no te penaliza por ser mal padre. Puedes dejar que Shaun pase toda la tarde con los dibujos animados… pero el remordimiento y la responsabilidad nos hace "jugar bien". En varios momentos tendremos la vida de personajes en nuestra mano y queda absolutamente a nuestra decisión, sin premio ni castigo. En nuestra experiencia, casi siempre se elige el perdón.

¿Es la historia de Heavy Rain una obra maestra? Nada más lejos de la realidad. Pero en este medio el tuerto es el rey y no se puede negar que el argumento mantiene el interés constante de principio a fin. La clara influencia de la atmósfera de Se7en, los guiños a Saw y la temática un poco más adulta de lo habitual hicieron que este lanzamiento de Quantic Dream una rareza que, contra todo pronóstico, funcionó muy bien.

Os recomendamos leer el análisis del original para una información más detallada no sin antes mencionar dos cuestiones que Beyond: Dos almas perfeccionó un poco más. Uno es el gráfico, y eso que Heavy Rain impactó en su época, pero con el Remaster de Beyond fresco hay que destacar los grandes avances que se hicieron en iluminación y captura de movimientos a favor del título más reciente. En Heavy Rain los rostros de los protagonistas son sobresalientes, mientras que los secundarios están un peldaño por debajo; en la aventura de Ellen Page el nivel es siempre mucho más constante.

Heavy Rain utiliza la pulsación de botones y movimiento del stick derecho para interactuar con objetos. Hay acciones que son más complejas de lo necesario, sobre todo aquellas que piden pulsar varios botones simultáneos o agitar el mando. Parece que Quantic Dream quiso explotar el Sixaxis todo lo que pudo, incluso si no era muy necesario. Beyond hizo más coherente el uso de los botones y no abusó de la gestualidad.

La remasterización

El tipo de restauración gráfica es similar a la de Beyond: Dos almas, con pequeños retoques en el postprocesado. Para Heavy Rain hay una mejora en la calidad de las sombras, mejor antialiasing, HDAO –un tipo de oclusión ambiental- e iluminación más avanzada. Para detectar esto es necesario ver comparativas directas, no es algo que afecte mucho al recuerdo que teníamos de PlayStation 3.

El tiempo de cargas está reducido y por supuesto la resolución nativa pasa de 720p a 1080p, se soluciona el principal defecto técnico que sufrió Heavy Rain: ahora hay sincronización vertical, estabilizando la imagen para que no aparezcan cortes –ni caídas en la fluidez- en las escenas más complejas, caso de la discoteca o la estación. Puesto que la inmersión es uno de los pilares para Quantic Dream y más en Heavy Rain, es la mejora más notable en su salto a la consola actual.

Pero como sucedió con Beyond: Dos almas, la adaptación es muy conservadora y no alcanza el listón que Blue Point, un estudio encargado de otras remasterizaciones, hace en sus trabajos con Uncharted o Gravity Rush. Uno de ellos es la falta de ambición por alcanzar las 60 imágenes por segundo, que PlayStation 4 podría alcanzar sin ningún problema. ¿Se trata de alguna limitación por el sistema de animaciones? Quantic Dream no lo ha justificado de ninguna manera así que probablemente se trate de una cuestión de presupuesto, esfuerzo y expectativas en ventas.

Hay otros dos aspectos que nos hacen pensar en el desinterés de la remasterización. Heavy Rain fue compatible con PS Move en PS3 y con buenos resultados, mientras que aquí no se contempla esa opción. Cierto, la época de los sensores de movimientos es cosa del pasado, llegó y desapareció como una moda pasajera, pero dicha versión existe y se podría dar uso a las cámaras de PS4.

En cualquier caso, esta versión tampoco está completa sin el episodio El taxidermista, un capítulo independiente protagonizado por Madison donde se investiga un caso no relacionado con la historia principal. Era breve pero rejugable –con un puñado de resoluciones posibles- y formó parte de lo que iban a ser más expansiones protagonizadas por cada personaje, hasta que el resto se cancelaron y quedó solamente en el primero. Hemos terminado el juego pensando que podía estar bloqueado tras su finalización pero no aparece. Desconocemos si se añadirá en descarga o simplemente queda exclusivo para PS3. Lo que sí se mantienen son las galerías de arte y vídeos "así se hizo" dedicados a actores y música.

Conclusiones

Heavy Rain se nos antoja un juego imprescindible para todos los usuarios de PlayStation 4 que todavía no han disfrutado de su historia, siempre y cuando tengan un mínimo de tolerancia a este tipo de aventuras. Y si esta es tu primera, da el paso sin miedo: Heavy Rain todavía mantiene su corona. Protagonistas carismáticos, algunas de las escenas más tensas y perturbadoras de los últimos años, y la responsabilidad de controlar el rumbo de un misterio creíble o, por lo menos, que no desbarra con fantasía metida con calzador.

Respecto al trabajo de la remasterización es un caso comparable al de Beyond. Cumple con el mínimo exigible, corrige el tearing que era el problema más visible y no va mucho más allá. El paso del tiempo es más acusado en este juego que en el de Ellen Page, pero al final lo que importa es la impresión que nos deja, y eso no se explica con potencia, polígonos o resolución.

Hemos analizado el juego gracias a un código digital que nos ha proporcionado Sony.