Análisis de Fat Princess Adventures (PS4)
Puede que alguien se extrañe por la insistencia de Santa Monica Studio en producir juegos de la serie Fat Princess, sobre todo después de lanzar entregas en PlayStation 3, PSP, smartphone y PS Vita –spin-off de puzles- y ahora en PlayStation 4 con Fat Princess Adventures. Detrás de su humor que va del negro y sangriento al más tontorrón se esconde un multijugador con dosis de estrategia bastante competente, y muy divertido para jugar en compañía.
Fat Princess Adventures cambia el tipo de planteamiento, no demasiado el tipo de control. Si el primero se enfocaba a arenas de combate competitivo entre dos equipos con gestión de recursos, Adventures se orienta al progreso por una historia en el sentido rolero. El argumento es casi anecdótico pero está bien llevado: inicialmente hay que rescatar a dos princesas secuestradas por una malvada Reina, lo cual nos llevará por varias zonas del continente.
Lo que no cambia es la importancia de la colaboración, en este caso para cuatro usuarios -aunque pueda ser jugado en solitario- y de las clases, cada una pensada para una tarea específica: el guerrero, el mago, el ingeniero y el arquero. Se cae el aldeano que no tiene demasiado sentido aquí y el sacerdote –una clase curativa-, ya que la salud se obtiene con trozos de tarta que dejan caer los enemigos.
Hablando de tartas, el juego no impide que un jugador con toda la salud continúe alimentándose. Para compensar este consumo innecesario, que podría provocar que otros compañeros egoístas no repongan su salud, el juego lo hace temporalmente más gordo y grande, un estado no demasiado negativo porque todavía puede luchar con algún movimiento nuevo y con más fuerza, pero sí con limitaciones en cuanto a velocidad. Conviene tenerlo en cuenta si la situación lo requiere.
Adventures toma el tipo de retos del original y lo adapta a su nuevo desarrollo. En lugar de enfrentarse a otro bando de usuarios lo hacemos a oleadas de criaturas con inteligencia artificial, que nos presenta enemigos inspirados en la fantasía medieval y los cuentos de hadas –siempre con el marcado estilo cartoon-. La parte de acción tiene más peso que nunca, pues no es necesario que uno de los compañeros se dedique exclusivamente a talar árboles y obtener materiales –una de las tareas del original-. Alguien podría describir este juego como un Diablo o Gauntlet ligero y no andaría muy desacertado.
Desde el castillo central se accede a otras regiones con caminos serpenteantes y algunas bifurcaciones que siempre llevan a cofres y rutas alternativas. No es un mundo totalmente abierto, pero su diseño confuso –en el buen sentido- disimula bien la linealidad del recorrido. Añade también que muchos personajes nos darán misiones opcionales y tienes que Fat Princess Adventures deja de ser un simple machacabotones, con una dificultad ajustada a la cantidad de usuarios y hacer así que sea un buen reto, ni muy difícil ni un paseo. No obstante la diversión se multiplica en compañía.
En los puntos de control podremos cambiar de una a otra clase. En general se distribuyen antes de cada zona de lucha fuerte, por tanto su distribución es generosa. Unas clases se orientan más al combate cuerpo a cuerpo y otras a marcar las distancias, o en el caso del ingeniero, a desactivar trampas. Básicamente se comportan de manera similar, un ataque normal, una defensa con contraataque y movimientos cargados, y es aconsejable probarlas todas para conocer fortalezas y debilidades.
Es bastante arcade en cuanto al manejo, no hay combos ni complejos movimientos, aunque sí se debe tener en cuenta la posición en el mapa para evitar encerronas o el uso de un estado mucho más fuerte –se activa con una de las barras por luchar o con pociones especiales- porque de vez en cuando encontraremos jefes y subjefes resistentes a ataques normales. Otro asunto clave son las posibilidades que brindan los objetos de ayuda, como la característica poción que convierte en inofensivas gallinas a los personajes que caen en su salpicadura –un consejo: evita tirar el frasco cerca o tú mismo te verás afectado-.
El equipamiento, comprado o adquirido en cofres, es personalizable y mejorable mediante las monedas recogidas, y los componentes de rol añaden diferencias en las armas que van más allá del aumento de ataque, por ejemplo al añadir efectos secundarios; una espada de fuego es útil contra ciertas clases de enemigos porque causa daño prolongado. Cuidado, los enemigos también disponen de objetos incendiarios, venenos y el escenario cuenta con trampas explosivas, ballestas, caída de objetos, placas electrificadas y otros ingenios que mermarán tu salud.
Mención especial para los jefes, con algún tipo de puzle o característica que hace el combate más que un intercambio de golpes. Todo el juego está pensado para cooperativo, no es absolutamente imprescindible, pero sí que facilita enormemente la partida porque mientras un usuario realiza alguna tarea –pongamos preparar un artilugio que dañe al jefe-, otros realizan tareas de limpieza o de despiste. En total ofrece unas ocho horas de juego en la dificultad normal, variables por la cantidad de objetivos secundarios.
A este Fat Princess le sucede lo mismo que al original: es mejor y más profundo de lo que aparenta. Su engañosa temática infantil o la poca cobertura que ha tenido hasta su lanzamiento hacen pensar que se trata de un juego poco cuidado, cuando es bastante rápido hacerse con él y la personalización modifica la jugabilidad sensiblemente según la clase escogida. El juego en red funciona a la perfección y es uno de los cada vez más escasos lanzamientos que contempla multijugador local, con la combinación de local y online.
Hemos dicho que no está directamente orientado al competitivo, y es cierto en gran medida. Eso no significa que el juego no intente picar al grupo, pues en cada sección –con la llegada de un punto de control- el juego informa del usuario que ha jugado mejor. Además, el botín de monedas y equipamiento que se encuentra por el terreno se lo lleva el más rápido, obligando a mantenerse activo y no como un mero espectador.
Tiene algunas cuestiones mejorables, aunque ningún fallo grave. Los jugadores se limitan todos dentro de la misma pantalla, lo que significa que no se pueden separar mucho. Puede tener sentido para evitar una gran dispersión, pero también elimina la posibilidad de explorar el escenario por varias localizaciones simultáneamente. También se podría echar en falta la opción de aliados controlados por la inteligencia artificial para rellenar el equipo en una partida, y por último, desaconsejamos jugar siempre con una única clase: la repetitividad de los ataques se hace más patente.
La banda sonora es buena y el doblaje al español, realizado por el mismo equipo del original con actores reconocibles de Los Simpson, vuelve a dar ingeniosos diálogos de los que únicamente se puede reprochar que ciertas frases informativas se escuchen frecuentemente.
Técnicamente en ningún momento de la sensación de forzar la PlayStation 4, ni remotamente. Quizás lo que más echa para atrás es el diseño genérico de su mundo que no es más que una extensión de lo visto anteriormente –aunque se cae el cel shading por un aspecto más detallado-. Colorido, con muchas criaturas en pantalla, bonitos escenarios, objetos de madera destruibles, buen uso de la profundidad de campo, el punto débil es que según nuestros gustos quede un poco frío e impersonal. El toque gore se es desactivable si lo deseas, si piensas jugarlo con niños quizás te pueda interesar eliminar los enormes charcos de sangre. Eso sí, Fat Princess Adventures gana en movimiento, las capturas no reflejan toda la vida que hay en el fragor de la batalla.
Conclusiones
Es curioso que Fun Bits Interactive optase por una aventura en lugar de una secuela directa, lo que habría sido un MOBA que tan de moda están últimamente con nuevos mapas y clases. El cambio por la aventura se ajusta al sistema clásico sin demasiados cambios y la verdad es que si tienes interés en un Diablo asequible y sin complicaciones, o en general un juego de acción multijugador online y offline, Fat Princess Adventures cumple sobradamente. No rompe esquemas, ni nunca ha sido esa su pretensión.
Hemos analizado el juego con un código de descarga que nos ha proporcionado Sony España.