Análisis de Earth's Dawn (PS4, PC, Xbox One)
Las invasiones alienígenas son tan habituales en el mundo de los videojuegos como en el cine, pero cada título lo representa a su manera. En algunos casos sirve de disculpa para crear un juego de disparos en primera/tercera persona o un juego de estrategia; Earth's Dawn a cambio se inclina por el rol y la acción 2D, algo que irremediablemente nos hace recordar, al menos en cuanto a presentación, a Odin Sphere Leifthrasir. La comparación es odiosa para el juego que nos ocupa, que en calidad queda muy lejos de la obra creada por Vanillaware, pero el título de OneorEight bien merece la atención si eres aficionado al género.
Su argumento no es que sea un derroche de originalidad. Conviene destacar que, pese a su evidente producción media tirando a pequeña, y que las voces nos llegan en japonés, los textos están traducidos al español –algo que no esperábamos la verdad-. La historia la de siempre: unas criaturas, que por suerte no son los insectos de Earth Defense Force, atacan a la Tierra y eliminan a gran parte de la población mundial.
Sin embargo no está perdida toda esperanza. Los humanos se defienden de la raza alien, los EBE, con un cuerpo de élite equipado con la tecnología capaz de frenar la invasión. La historia lamentablemente no explora mucho más el mundo o los personajes, así que lo que podría servir para dar un mejor contexto de la situación o añadir carisma a nuestro héroe –o heroína-, apenas rasca en su superficie.
Una vez elegido nuestro personaje, un aguerrido soldado de aspecto caricaturesco, comenzamos a cumplir misiones -principales y las secundarias- derrotando oleadas de enemigos. La mecánica es la siguiente: después de superar una de las misiones de contraofensiva, disponemos de unos minutos para jugar a las opcionales hasta que se alerte de otra misión principal. Los encargos incluyen recolección de objetos y rescate, aunque la solución casi siempre pasa por luchar, por lo que en la práctica estas diferencias se reducen casi siempre a lo mismo. Las opcionales suelen ser de duración breve, lo que permite rejugar a muchas de ellas para obtener experiencia y recursos.
Podemos esquivar ataques y combinar el botón de acción con direcciones de la palanca para realizar nuevos ataques. El movimiento evasivo es fundamental para reducir el daño recibido, y hace el combate mucho más dinámico. También es posible utilizar un arma secundaria para disparos, pero Earth's Dawn es más un beat'em up que un shooter, por lo que la lentitud en la recarga y un daño bastante reducido, o los tiempos de enfriamiento de armas más potentes, evitan que en la práctica se abuse de ellos. Funciona más para casos puntuales, por ejemplo romper la protección de ciertos enemigos –paso previo para realizar un daño más intenso-.
La jugabilidad es bastante cómoda y responde a la perfección. En apenas unos minutos aprenderás a atacar en el aire, esquivar tiros y pillar desprevenidos a los atacantes. A veces puede pecar de machacabotones por la facilidad de causar combos, pero no nos ha parecido que sea un fallo; apuesta por estilo no demasiado técnico que se basa más en los reflejos que en complicar la ejecución de movimientos.
Tampoco hay que tomarlo como un juego extremadamente fácil, ocasionalmente nos topamos con picos de dificultad donde los enemigos te pueden machacar si cometes muchos errores y, una vez agotadas las vidas, la misión fracasa. No hay nada peor que perder en la recta final, por ejemplo contra uno de los enormes jefes, que generalmente dispone de un patrón de ataques bien definido.
No hay excesiva exploración, aunque sí necesitamos recoger unos ítems y de vez en cuando el mapa se bifurca, pero está mucho más centrado en la acción que en las plataformas, más incluso que Odin Sphere. De hecho nuestra crítica no iría tanto al control o sistema de combate, sino a la repetitividad de las misiones y la ausencia de sensación de progreso más allá del nivel y equipamiento.
El componente rolero añade un poco de complejidad a la personalización. Todos estos recursos que obtenemos sirven para potenciar nuestras armas, fabricar nuevas o adquirir armaduras. Además de hacer el estilo más variado y adaptado a nuestros gustos, es lo que a la larga da interés al juego: continuar evolucionando a nuestro soldado con habilidades. Es una tarea monótona peor disimulada que en otros títulos similares, como Dragon’s Crown.
Comparar Earth's Dawn con los juegos de Vanillaware saca a la luz otro de los fallos del juego, aunque quizás no sea el más relevante: la dirección artística. Combina elementos 3D y 2D, se mueve fluido y técnicamente no difiere mucho de juegos similares, pongamos el reciente Grand Kingdom. No obstante el mundo marrón y recargado está lejos de entrar por los ojos, y al final lo que tenemos es un extraño cruce caricaturesco entre estética Gears of War, personajes cabezones, monstruos no demasiado originales y animaciones mejorables –el protagonista apenas gesticula cuando salta-.
Este fallo en los gráficos no pasaría de la anécdota si no fuera por el mal contraste que hay entre personajes, enemigos –a medio camino de bestias y robots- y fondo, lo que muchas veces dificulta localizar a los personajes durante la melé. El ambiente también recicla mucho, la cámara se acerca tanto al combate que no deja ver a todos nuestros enemigos, y finalmente, la música, aunque cañera, tampoco es memorable.
Conclusiones
Earth's Dawn dista mucho de ser un mal juego, y una de sus bases –la jugabilidad- es bastante sólida. Una lástima que dominado este apartado, el interés no logre despegar lo suficiente por un diseño de misiones que cae rápidamente en la monotonía. Para el usuario dispuesto a repetir misiones en una dificultad mayor y cosechar experiencia sin una motivación especial de argumento, estos defectos se pueden pasar más por alto.
No es un imprescindible, pero tampoco un desastre. Earth's Dawn se sitúa en ese punto intermedio de los juegos que entretienen mientras se juegan y caen en el olvido una vez lo apagas.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PS4 que nos ha proporcionado Reverb Communications.