Análisis de Diablo III: Reaper of Souls – Ultimate Evil Edition (PS4, PS3, Xbox 360, Xbox One)
A estas alturas, Diablo III es un juego del que ya se ha dicho prácticamente todo lo que se tenía que decir. A pesar de unos comienzos algo irregulares por ciertas decisiones de diseño que no gustaron nada a los aficionados (casa de subastas, sistema de saqueo que dejaba mucho que desear, etcétera), el juego comenzó a mejorar cada vez más y más hasta llegar a su primera expansión, Reaper of Souls, la cual convirtió por fin a la tercera entrega de esta legendaria saga en ese grandísimo juegazo que todo el mundo esperaba gracias a la gigantesca cantidad de mejoras que introdujo.
Ahora nos llega Diablo III: Reaper of Souls - Ultimate Evil Edition a consolas, suponiendo el estreno también por primera vez de la serie en PlayStation 4 y Xbox One. Como ocurrió con la primera edición del juego para PS3 y Xbox 360, la conversión de PC a estas plataformas de sobremesa es simplemente perfecta, hasta tal punto, que está todo tan bien adaptado para jugar con mando y en un televisor que cuesta creer que provenga de compatibles, donde se juega a base de clicks.
El poder del mando
Resumiendo de forma rápida, estamos ante la que podríamos llamar la "edición completa" de Diablo III, ya que además de la expansión se incluye el juego original, por lo que a diferencia de en PC, donde hay que comprarlos por separado, aquí os encontraréis con que viene todo incluido en el disco.
Estamos ante exactamente el mismo juego de rol y acción que se lanzó en mayo para compatibles, con sus mismos contenidos, características y funciones, aunque manteniendo la interfaz y el sistema de control que pudimos disfrutar en la versión para PS3 y Xbox 360 del título original. Es decir, a los personajes los movemos directamente con el stick en vez de a base de clicks, las habilidades las usamos con los cuatro botones frontales y los dos gatillos de la derecha, mientras que con los izquierdos nos tomamos pociones y realizamos ataques básicos.
Por otra parte, la cruceta nos sirve para diversas funciones como teletransportarnos de vuelta a una ciudad, equiparnos objetos o abrir el mapa, y la interfaz del inventario y técnicas funciona mediante un comodísimo e intuitivo menú radial que funciona a las mil maravillas. Además, se mantiene la esquiva exclusiva de consolas que se realiza con el stick derecho y en PS4 con el panel táctil podemos abrir directamente determinados menús a modo de acceso rápido según por donde lo pulsemos.
Puede que todo esto solo parezca un cambio que simplemente adapte la jugabilidad del juego a consolas, y en cierto modo así es, pero la experiencia que transmite el juego de jugar con ratón a teclado a jugar con mando es muy distinta. Ni mejor, ni peor, simplemente distinta, hasta tal punto que puede sentirse casi como un juego diferente, a pesar de que todos los contenidos y mecánicas jugables están ahí.
Por ejemplo, en nuestro caso se nos hace mucho más gratificante llevar una clase cuerpo a cuerpo en consolas como el Bárbaro o el Cruzado, mientras que en PC disfrutamos más destrozando a las hordas del mal con personajes que ataquen a distancia, como la Cazadora de Demonios. Es una cuestión de gustos, pero en ambos tipos de plataformas el juego funciona y responde de lujo, así que lo vais a disfrutar enormemente escojáis la que escojáis.
Al igual que ocurrió originalmente en PS3 y Xbox 360 (los personajes que tuviéramos en esas consolas podremos importarlos a PS4 y Xbox One sin ningún problema), en esta edición no existe el requisito de conexión permanente que sí que hay en PC, algo que es todo un punto a su favor y que para muchos será algo decisivo a la hora de hacerse con esta versión antes que con cualquier otra.
También se ha vuelto a incluir su genial modo cooperativo local, por lo que sigue manteniéndose como un juego perfecto y de lo más recomendable para pasar las tardes jugando con nuestros amigos desde el salón de nuestra casa. Mencionar que el juego local puede combinarse con el online, por lo que si, por ejemplo, somos dos jugadores locales, podremos encontrar a otros dos con los que completar nuestro grupo a través de internet.
Como ya hemos dicho antes, los contenidos del juego son exactamente los mismos de Reaper of Souls, por lo que tendremos el quinto acto de la historia en el que hacer frente a Malthael, el Arcángel de la Muerte, el Cruzado como clase jugable, el adictivo modo aventura para cuando terminemos la campaña, el mejorado sistema de botín (con el reciente incremento de las probabilidades de obtener objetos legendarios incluido), la Mística con la que cambiar las propiedades y la apariencia de nuestros objetos, las Fallas Nephalem, el rediseñado sistema de dificultad y de niveles de leyenda, y la posibilidad de subir a nivel 70 y obtener nuevas habilidades.
De todas estas características ya hablamos largo y tendido en el análisis que realizamos de Reaper of Souls cuando se estrenó en PC, por lo que os recomendamos que lo leáis para profundizar en ellas, ya que ahora nos centraremos en algunas de las novedades exclusivas que incluye esta versión, que aunque son pocas, las hay.
Para empezar tenemos el Sistema Némesis, una nueva característica que hará que en cualquier momento pueda aparecer una poderosa criatura especial para intentar matarnos. Si lo consigue, el monstruos subirá de nivel, se hará más poderoso y reclutará nuestro espíritu como uno de sus súbditos. Al hacer esto desaparecerá y saltará a la partida de algunos de los que tengamos en nuestra lista de amigos para repetir el mismo proceso, así hasta que alguien consiga pararle los pies. Cuando muera, todos los jugadores que hayan luchado contra el Némesis recibirán una recompensa.
Lo interesante es que nunca sabremos cuándo va a aparecer el Némesis. El juego nos da un pequeño aviso con una siniestra melodía, pero esto puede ocurrir en cualquier momento, por lo que no os extrañéis cuando os veáis agobiados luchando contra algunos élites y campeones y aparezca esta criatura para haceros una visita. Aporta un toque más de imprevisibilidad a cada partida y el monstruo tiene ataques realmente devastadores que más nos vale aprender a esquivar, por lo que en la práctica funciona bastante bien y se siente como un añadido genialmente integrado. Eso sí, necesita algún pequeño ajuste, ya que cuando pasamos del Acto II al III fuimos invadidos por un Némesis mientras estábamos viendo la escena cinemática de turno y aparecimos muertos al no habernos podido defender, algo que de haber estado jugando con un personaje incondicional no nos habría hecho demasiada gracia.
Por otro lado, también se ha incluido un sistema de correo entre jugadores con el que ayudar a nuestros amigos enviándoles algún objeto que hayamos encontrado y que les pueda servir. Además, a veces podremos obtener una pieza de equipo destinada a alguien de nuestra lista de amigos, lo que nos animará a usar el correo de vez en cuando.
Otra característica muy interesante la encontramos en la inclusión del Modo Aprendiz. Gracias a él, cuando juguemos con un amigo que tenga mucho menos nivel que nosotros, sus estadísticas se verán aumentadas mientras dure la partida para que pueda combatir junto a nosotros sin ralentizarnos, algo que hemos encontrado especialmente útil para el multijugador local.
También hay que destacar que en PlayStation 3 y PlayStation 4 existe una Falla Nephalem especial ambientada en el universo de The Last of Us, por lo que nos tendremos que enfrentar multitud de infectados provenientes del exitoso juego de Naughty Dog. Eso sí, por lo que hemos podido comprobar tiene un porcentaje de probabilidades de aparecer bastante bajo, ya que tras múltiples Fallas no hemos conseguido que nos salga.
Diablo de nueva generación
A nivel técnico, el juego luce prácticamente igual que en PC, al menos en las consolas de nueva generación (solo hemos tenido acceso a la de PlayStation 4, que es en la que nos centraremos), con una resolución de 1080p y unas texturas y efectos gráficos que lucen igual de bien que en compatibles. La tasa de imágenes por segundo también es muy suave y funciona sin problemas a 60 fps estables, por lo que resulta todo un gustazo de jugar. Eso sí, en la versión que hemos jugado hay un pequeño bug que hace que a veces se produzcan unos pequeños tirones de vez en cuando, pero esto estará solucionado mañana mismo (su día de lanzamiento) a través de un parche.
Puede que Diablo III no sea una bestia gráfica, pero entre su soberbio apartado artístico y la cantidad de efectos gráficos y enemigos que veréis simultáneamente en pantalla, la experiencia a nivel visual resulta de lo más gratificante y espectacular. Y todo ello sin que se produzca ni una sola caída en el rendimiento del juego También hay que mencionar que se han realizado ciertos ajustes a determinados efectos para que se vean de una forma más clara aunque juguemos a una buena distancia del televisor, así como el ángulo de la cámara en determinados combates que no concretaremos para evitar posibles spoilers.
Como viene siendo costumbre en cualquier producción de Blizzard, el apartado sonoro del juego es magistral, con una banda sonora ambiental que nos mete de lleno en el mundo de Santuario casi sin que nos demos cuenta, unos efectos de sonido variadísimos y de mucha calidad, y un doblaje al español muy profesional y cuidado, con voces bien escogidas e interpretaciones realmente buenas. Nuestra única queja en este sentido sería que las conversaciones con nuestros seguidores se oyen demasiado bajas incluso aunque subamos el volumen de las voces sobre el resto.
Conclusiones
Diablo III: Reaper of Souls - Ultimate Evil Edition, al igual que en PC, sigue siendo todo un juegazo que no os podéis perder a poco que os guste matar a multitud de demonios y seres de pesadilla, mejorar a vuestro personaje y jugar junto a vuestros amigos, ya sea en local o en online. El control está perfectamente adaptado al mando, consiguiendo que se sienta como una experiencia muy consolera y distinta a la de jugarlo en PC, a pesar de mantener los mismos contenidos y bases jugables, y el hecho de tener tanto el juego original como su expansión en un solo disco sin que nos obliguen a conectarnos a internet cada vez que queramos jugar también suma muchos puntos.
Al final, la decisión de jugar a Diablo III: Reaper of Souls en una plataforma u otra acabará dependiendo totalmente del usuario, ya que acertaréis con cualquiera de ellas y todo se acaba resumiendo a una cuestión de gustos personales. ¿Preferís jugar desde vuestro PC haciendo clicks con vuestro ratón y teclado aprovechándoos de las diversas ventajas de esta plataforma y de Battle.net? En compatibles encontraréis lo que buscáis. ¿Queréis jugar con mando teniendo un control más directo sobre el personaje, tumbados en el sofá, sin tener que conectaros a internet y con la posibilidad de compartir aventuras con vuestros amigos de forma local? Lanzaros sin dudarlo a por esta Ultimate Evil Edition. Lo que sí que está claro es que se trata de un título imprescindible, ya sea en una u otra plataforma, así que no lo dudéis, el mal espera y este no se derrotará solo.