Análisis de Destiny: El Rey de los Poseídos (PS4, Xbox One, Xbox 360, PS3)

La comunidad de usuarios de Destiny veníamos observando -con no pocas reticencias- la llegada del primer aniversario de la saga. Tras doce largos meses recibiendo contenido limitado, que aportaba más bien poco al lore del juego y que seguía obligando al jugador a caer en acciones repetitivas, el estudio norteamericano ha sabido reconducir su título estrella contentando tanto a los usuarios más veteranos como a los noveles. No en vano esta vasta expansión ha batido el récord de ser el videojuego más descargado en PS Store en su lanzamiento.

Oryx, el padre de todas las amenazas

El sistema solar de Destiny ha crecido. En los anillos de asteroides de Saturno se aloja el Acorazado. Es la nave de uno de los más temidos dioses de la Colmena, Oryx, que ha venido para vengar a su hijo Crota (al cual ya ajusticiamos en La Profunda Oscuridad). Recordemos que se trata de uno de los tres progenitores a los que tendremos que enfrentarnos en algún momento de nuestra vida ‘destiniana’.

La presencia de Oryx altera toda la Vía Láctea haciendo que las distintas razas que ya conocíamos como los Caídos, los Vex, la Colmena o los Cabales sean objeto de posesión de la nueva fuerza de la Oscuridad. Esto dará vida a una nueva raza de enemigos, los Poseídos, que ofrecerán nuevos desafíos a la hora de abatirles. Por cierto, son precisamente los Cabales los que envían una señal de socorro desde una de sus bases en Fobos, Marte, y ahí es donde empieza todo. La Vanguardia nos enviará a investigar y sucederán una serie de acontecimientos que darán forma a la campaña de esta nueva expansión. Una campaña, al fin, perfectamente explicada y acompañada de vídeos introductorios que te dejarán sin habla en más de una ocasión.

El Acorazado

Enorme, uno de los atractivos de El Rey de los Poseídos. Dentro desbloqueamos un nuevo mapa formado por distintas zonas y donde tendremos que realizar algunas de las nuevas misiones y aventuras. También encontraremos nuevos Asaltos, una zona de Patrulla (con jefes) y la nueva incursión o Raid, la Caída del Rey. En esta nave se ocultan multitud de secretos y sus escenarios son los más grandes que hayamos visto en Destiny. A nuestro juicio, el Acorazado alberga las experiencias más gratificantes que hemos disfrutado en todo el juego.

Será un lugar recurrente en nuestra labor de Guardián ya que deberemos acudir continuamente allí para buscar runas, recolectar tesoros, encontrar los elementos necesarios para forjar una espada y otras muchas nuevas acciones. En cuanto a los jefes, éstos son mucho más desafiantes, nos impondrán nuevas estrategias y no serán simples esponjas que absorban nuestros disparos. Por ejemplo, en el Asalto de la Celda Sin Sol tendremos que abordar una prisión y acabar con un campeón de la Colmena en un entorno muy oscuro y de visibilidad reducidísima.

Nuevas reglas

Cuando llegó la versión 2.0 de Destiny, casi 18Gb de actualización, ya nos dimos cuenta que no sólo se limitaría a dar un pequeño lavado de cara al juego. El cambio ha sido tan profundo que prácticamente todo ha sido alterado, empezando por la forma de subir de nivel. Para alcanzar el máximo nivel, 40, ya no basta con conseguir armadura de más luz procedente de un caprichoso 'looteo' en las distintos modos del juego. Volvemos al inicio y serán nuestros puntos de experiencia, las horas invertidas en el juego, los que establecerán cuán rápido llegamos a ese nivel. La luz será decisiva a partir del nivel 40 y será un factor clave para entrar a la raid, al Ocaso Semanal, a los Asaltos heroicos de la Vanguardia o, mismamente, a la Historia heroica diaria.

Este nuevo sistema de luz se alimenta del ataque de las armas equipadas, de la defensa de las armaduras, de los nuevos artefactos que recolectes o inclusive de las nuevas carcasas de nuestro Espectro. Por cierto, vete olvidándote de todo el arsenal de armas y armaduras que hayas ido atesorando en los últimos meses ya que se te habrá quedado bastante obsoleto. Te servirá para ir completando la campaña pero poco más. Por ejemplo, las nuevas armas verdes o azules superan, en daño, a cualquier Gjallarhorn subido al máximo de que dispongas. Pero tranquilidad, porque el número de armas nuevas que están disponibles hacen que no sientas ningún remordimiento al desmontarlas. ¿Quién dice que no a una espada para rebanar las cabezas de los Capitanes poseídos? Y otro añadido interesante, es que hay ciertas armas exóticas que irán ligadas a quests concretas. Cada clase de Guardian, además, también tiene su arma exótica exclusiva.

Otro cambio importante reside en el papel de los personajes que encontramos en la Torre o el Arrecife. Antes su rol se limitaba a decir alguna frase, venderte alguna ‘golosina’ y poco más de interés. Ahora toman protagonismo dentro del universo de Destiny y se convierten en una fuente inagotable de aventuras (sidequests) y recursos. Tanto es así que esperar al Xur, agente de los Nueve, cada fin de semana ya no tiene tanto sentido. Esto, lejos de parecer un simple cambio, supone una notabilísima transformación que aleja al jugador de la monotonía de estar envuelto siempre en las mismas mecánicas repetitivas. Ahora hay muchísimo que hacer aparte de los Asaltos, los Presidios, Raids, etcétera. Estabamos hablando de horas y horas de contenido nuevo.

Hemos mencionado antes el 'looteo'. Abrir un cofre y volver a tener, por octava vez, un Rompehielos, es cosa del pasado. Bungie ha redefinido la forma en que obtenemos nuestros merecidos premios y la amabilidad con la que el Criptarca nos trata la próxima vez que vayamos a visitarle. Es decir, los engramas de leyenda (y por primera vez engramas exóticos y sublimes) son más frecuentes durante las misiones. El mismo Xur nos vende un nuevo consumible llamado Tres Monedas que aumenta la probabilidad de que el siguiente ultra al que derrotemos deje caer un engrama exótico excepcional.

Podríamos seguir explicando las incontables modificaciones que ha sufrido Destiny desde El Rey de los Poseídos: los nuevos gestos, aventuras en matchmaking para que no dependas de tus amigos conectados, etcétera. Son tantas que no queremos aburrirte con ellas ni estropearte el factor sorpresa.

La tercera subclase, una de las claves

La mencionamos aparte por la relevancia que tiene y porque pone claramente de manifiesto la distancia que separa esta expansión de los anteriores DLC. Como ya vimos anteriormente, estas nuevas subclases para el Titán, el Cazador y el Hechicero acentúan aún más el trabajo colaborativo que debe existir entre las tres clases de Guardianes, aparte de ser muy útiles en ataques melé. Habrá momentos en el juego, en la nueva Raid como muestra, que exigirán el efecto sincronizado de cada una de ellas. Dicho de otro modo, asegúrate que en tu escuadra haya un mínimo de cada clase o vuestras estrategias de poco servirán.

El Quiebrasoles, para el Titán, pone en tus manos un potente martillo –daño de quemadura- cada vez que acciones el súper. Además, con esta subclase, puedes lanzar granadas incendiarias que destrozan a tus enemigos de distintas formas. El Cazador dispone de un arco cuyas flechas arrastran cualquier peligro que tenga delante y lo ralentiza, entre otros poderes. Su subclase, el Acechatinieblas –daño de vacío-, tiene además elementos relacionados con la invisibilidad que amplían los conocidos hasta la fecha y otros interesantes efectos estratégicos. Y, por último, el Hechicero recibe su subclase Invocatormentas –daño de arco- que enciende un rayo eléctrico al activar el súper y cuenta con granadas atronadoras.

PvP. Más y mejor

Los nuevos mapas de Crisol, por sí solos, no serían el suficiente reclamo para un jugador aguerrido en Destiny. Con el reequilibrio de las armas y los nuevos modos competitivos la cosa cambia, y bastante. Lo que antes era un terreno abonado de Espinos y escopetas, ahora obliga al jugador de Crisol a utilizar otras armas más efectivas. Una variedad que los usuarios pedían a gritos y que aporta muchísima más variedad.

Grieta y Caos, dos nuevos modos multijugador competitivos donde es imprescindible tener una escuadra bien comunicada. Mientras que en Grieta tu equipo tiene que ser el primero en alcanzar un orbe de luz en mitad del escenario y llevarlo hasta la base o grieta del equipo adversario, en Caos se aplica un modificador de los modos normales que hace que las habilidades se carguen rápido, que el timer de respawn sea muy veloz y que haya mucha más munición pesada. ¿Traducido? Un modo muy divertido donde existe un auténtico festival de granadas, súpers y misiles.

Otra novedad interesante es el modo Eliminación, en el que se basaba Osiris, que ahora pasa a ser permanente. Y no se nos puede olvidar el contrato semanal que ahora está disponible para PvP. Si lo terminas, te da recompensas al nivel de las de Ocaso semanal. Eso sí, para llegar a él tendrás que invertir unas horas en reunir las condiciones para acceder.

La Caída del Rey

Desafortunadamente no hemos concluido la Raid (nos hubiera gustado estar como noticia de portada). Sin embargo, hemos dedicado largas e infructuosas horas a esta nueva incursión de nivel 42 -con luz recomendada de 290- y podemos afirmar que está a la altura de la Cámara de Cristal, la mejor Raid de Destiny para nosotros. Su dificultad es aún mayor que la de Crota y precisa de acciones todavía más coordinadas de las tres clases de Guardianes. Ni te acerques a la incursión si todos los miembros de la escuadra no disponen del nivel de luz adecuado o las armas y armaduras mejoradas. ¡Ah! Y esta vez no sirve desconectar de internet la consola de uno de los miembros. Esta Raid te va a costar, pero su ambientación, sus mecánicas y los resultados serán muy gratificantes.

Destiny para todos

El contrato de diez años que Activision firmó con Bungie, lejos de parecernos una disparatada idea, hoy nos parece casi una bendición. Si bien la política de precios de los DLC no son de lo más populares, el producto en sí podría ser llamado a convertirse en una de las sagas más importantes de la historia de los videojuegos en su género. Todo dependerá de las decisiones que se tomen y cuánto se escuche a la comunidad de usuarios. Recordemos que en tan solo un año hemos visto temblar la base sobre la que Destiny se sustentaba. Seamos sinceros, algo nos dice que el juego sufrió muchos, y profundos, cambios antes de su lanzamiento el año pasado. Hemos comprobado cómo en esta expansión Bungie sabe contar historias de forma ordenada y con mucho apoyo visual. ¿Qué pasó en las anteriores entregas?

Si eres un recién llegado a Destiny serás el que aproveche mejor el juego ya que te encontrarás con un título bien balanceado y con suficientes motivos para que, en esta época tan complicada de lanzamientos, no salga de la bandeja de tu consola en los próximos meses. Por cierto, al empezar te darán la Chispa de Luz que te hará subir al nivel 25 rápidamente. Y si eres un veterano, el Rey de los Poseídos es justo la vuelta de tuerca que estabas esperando. Un reencuentro con el universo de ciencia ficción que te cautivó hace un año y en el que, posiblemente, perdiste la fe. Por las razones que te hemos explicado en este análisis, volverás a disfrutar tanto en solitario como en compañía de tu escuadra habitual. Ah, quítate de la cabeza mantener tres personajes para aprovecharte de las ventajas que eso conllevaba (Ocasos semanales, cofres, etcétera). Tendrás tanto trabajo por hacer que sería muy complicado hacerlo todo con los tres. Bueno, siempre puedes dejar de ir a trabajar o dormir, ¿no?