Análisis 7th Sector, un juego de puzles que destaca por su presentación (PS4, Switch, Xbox One)
Los juegos de puzles han encontrado su espacio en el mercado independiente, y siempre es positivo ver que se están probando cosas diferentes, no necesariamente clones con más o menos fortuna de Portal. Ahora llega a consolas 7th Sector, lanzado hace casi un año en PC, una propuesta que si bien se promociona principalmente en este género –y pertenece a él, nadie lo duda-, tiene mucho de aventura que se recrea en la ambientación, y no hace ascos a dejar que el jugador investigue el entorno para descubrir qué debe hacer a continuación. No siempre da con la tecla, pero te mantendrá interesado de principio a fin.
Un chispazo de vida
En 7th Sector somos, gran parte del tiempo, una especie de energía que viaja por cables. Desde el comienzo donde aparecemos como una silueta borrosa en la televisión, nuestra manera de escapar de esta pantalla será por cables y líneas de tensión conectadas, con la posibilidad de dar pequeños saltos –siempre que las distancias no sean muy lejanas- entre cables o artefactos metálicos. Una especie de laberinto tecnológico donde pronto encontraremos algunos obstáculos a superar, desde mecanismos a cables con energía de otro tipo –que nos mandarán de vuelta al último punto de control si colisionan con nuestra chispa- o cerrojos y paneles eléctricos. Definitivamente quiere contar una historia de ciencia ficción –que no es una genialidad, pero suficiente buena para lo que se puede exigir-, y lo hace no mediante diálogos o cinemáticas sino con detalles del escenario.
En este viaje entre cables habrá muchos momentos en los que el camino quede bloqueado y debamos probar una nueva ruta o lidiar con un aparato electrónico conectado cerca de la red. Lo bueno de 7th Sector es que como juego de puzles es un poco indefinido, así que no queda quieto en un único tipo de prueba. Algunos problemas consisten en sobrecargar sistemas de ventilación, descubrir códigos ocultos que abran puertas, hacer funcionar bolas maquinarias o incluso controlar criaturas robóticas. Otras trabas son, efectivamente, puzles más directos, gracias a que entramos en paneles electrónicos y en ellos hay que elegir piezas para formar una figura o resolver un reto matemático –todo tiene su lógica, pero si no te gusta este tipo de pruebas, quizás no sea tu juego-. No hay mucha guía en esta aventura, simplemente debemos avanzar o huir por el entorno.
Esta es gran parte de las mecánicas de 7th Sector, pero como hemos mencionado, más adelante cambiará a nuevas ideas donde controlamos varios tipos de robots, incluyendo una especie de araña o perro que dispara. El peso de los puzles varía, así que pasada la primera hora de juego –nos puede llevar un poco más de tres horas en completar- aparece jugabilidad de sigilo, un dron aéreo y problemas más físicos, explorando e interactuando en calles futuristas o instalaciones fuertemente vigiladas. La calidad de estas pruebas –y su dificultad- varía mucho, desde puzles originales a otras secciones un poco más anodinas y con cierto déjà vu a otras producciones indie. Un aspecto positivo: hay retos que varían en cada partida, así que eso beneficia la rejugabilidad –e impide que puedas abusar de guías-. También dispone de varios finales, aunque probablemente una vez terminado tu primer impulso probablemente no sea comenzar de nuevo sólo para ver cambios.
El control es un poco duro y, aunque existe opción de "correr" por el cable, a veces nos gustaría que esta exploración fuese algo más rápida, y debería ser más cómodo para los momentos –por suerte no muchos- donde se requiere más precisión. Algunos de los puzles presentan picos de dificultad y el planteamiento un tanto libre puede ser un poco frustrante en ocasiones simplemente por no tener claro nuestro objetivo. Se puede entender que forma parte del misterio, al igual que las pistas que va dejando para hilar el argumento, pero en el fondo es un juego bastante lineal y parece que este tipo de bloqueos es más un engorro que una decisión de diseño. Nosotros disfrutamos más de aquellos juegos de puzles donde las reglas están claras y la dificultad está en jugar dentro de este límite, no en indagar qué es lo que debes hacer.
Muy vistoso, aunque con rendimiento mejorable
La estética de 7th Sector llama la atención. Su historia se va desvelando poco a poco con escenas en segundo plano, la banda sonora no busca ser la protagonista –es decir, ambienta bien pero no es muy interesante para escuchar fuera del juego- y sus localizaciones con pinceladas ciberpunk hacen que luzca bastante bien para el tipo de producción que es. Cuando piensas que el juego ya no tiene más que ofrecer que pasillos e interiores repletos de cableados aparecen zonas exteriores y los vehículos robóticos con una atmósfera que podría recordar a juegos como Inside –aunque sin ese estilo tan personal que imprime PlayDead-.
Lo que no nos ha gustado tanto, por afear el conjunto en un título que técnicamente no destaca en nada, es la ausencia de sincronización vertical. Parece forzar la consola –en nuestro caso PS4 Pro- y es un defecto que por suerte no hemos visto mucho en la generación, ni siquiera en las superproducciones más potentes, por lo que se trata más de un problema de la versión o el motor que de las limitaciones de la consola.
Conclusiones
Es un juego de puzles… Pero hay que verlo como una aventura más global. El aficionado al género quizás se sienta incómodo en las partes de 7th Sector donde aparecen mecánicas que no tienen mucho que ver con la resolución ingeniosa, o la exploración de zonas sin ninguna indicación clara de nuestro próximo objetivo. Por otra parte, dentro de su corta duración, sabe cuándo dar un quiebro y cambiar el tipo de jugabilidad antes de que su fórmula empiece a agotar. La ambientación y la historia que vamos descubriendo poco a poco son la guinda de un buen título que mece más reconocimiento del que ha tenido, aunque en ningún momento esté a la altura de los clásicos.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Sometimes You.