Análisis de WWE: Smackdown vs. RAW 2011 (PS3, PSP, PS2, Wii, Xbox 360)

La saga de lucha libre de THQ regresa a su cita anual con los videojuegos una vez más, como un reloj, con este WWE Smackdown vs. Raw 2011, lo que a buen seguro es una buena noticia para los aficionados al género, ya que, al fin y al cabo, no hay precisamente un amplio campo de competidores. Tras los cambios introducidos en la entrega del año pasado, la de ahora resulta ser continuista, y orientada muy especialmente a perfilar las aristas de la entrega de entonces.

Por tanto, lo primero que debemos tener en consideración es que el salto que se da de una entrega a otra es más bien un pequeño paso en casi todo lo que importa, y una apuesta muy fuerte por el contenido descargable adicional, por lo que podría representar cierto punto de inflexión de cara a futuras entregas, aunque eso es algo que sólo sabremos más adelante. Claro que si el predominio de las descargas digitales no ha afectado lo más mínimo a títulos deportivos de periocidad anual, como las sagas de fútbol o baloncesto, es poco probable que implique cualquier tipo de suerte de paradigma en la lucha libre.

La lista de luchadores es amplia, y en esta ocasión sobrepasa los 70 personajes entre actuales, leyendas, y luchadoras femeninas, y un conjunto de modos de juego con escasísimas novedades. Pero una es muy importante, así que destaca en calidad pero no en cantidad. Hablamos de WWE Universe, un modo de juego de tipo historia o carrera en el que el título genera calendarios de ventos de la competición: Superstars, Smackdowns, Raws, pago por visión… Los combates se preparan en función de los ránkings, las rivalidades y demás. Incluso podemos jugar combates a nuestro gusto, con el objetivo último de ganar suficiente reconocimiento para llegar a pelear por el título de campeón mundial, algo que nunca podremos hacer desde un primer momento, da igual que el personaje sea creado por nosotros, o no.

Este concepto implica algunas sorpresas, como las rivalidades que van surgiendo, y lo que puede suceder durante, antes o después de los combates, en la línea de espectáculo y sorpresas que estos combates suelen tener, con sus culebrones internos, guiones, personajes tramposos, etc. La ventaja es que es un modo historia virtualmente infinito en el que participan multitud de variantes y podemos probar muchas cosas.

En una línea diferente se encuentra Road to WrestleMania, un modo historia guiado, estructurado, lleno de escenas, y con cinco caminos a seguir. Se incluyen en esta edición elementos adicionales, como hablar con otras personas, interactuar con ellos, etc. En cierto modo busca plantear esa parte del espectáculo de manera interactiva, pero también hay que tener en cuenta que eso se puede traducir en las -ya clásicas- luchas en el backstage, y es importante, porque cada combate nos da unos puntos que podemos aplicar para mejorar las estadísticas del luchador.

Sin embargo, el sistema de progreso del personaje no da mucho juego real. Para conseguir un volumen de puntos suficiente, es importante hacer tantos combates fuera del ring como sea posible, pero en la práctica esos puntos apenas representan algo tangible. La ventaja principal de este modo reside en sus carismáticos personajes, destinados especialmente a satisfacer los deseos de los seguidores de esta suerte de competición, y es, además, rejugable, porque hay elecciones que tomar que cambian el camino que seguimos en la partida.

La mayor parte del título resultará muy familiar a los habituales, pues los controles no presentan ninguna variación importante. Es posible hacer nuevos movimientos, y hay que aprender algunas claves más a la hora de dominar el mando, pero en esencia el sistema de control sigue el paradigma que en toda la serie, por lo que es fácil sentirse como en casa muy pronto. Lo que más puede llamar la atención es que se han quitado los modificadores de fuerza para los agarres, pues ahora esto depende de cuánto daño ha recibido el rival. Eso nos obliga, por lo general, a realizar más movimientos para conseguir una llave efectiva, pero hace que sea mucho más fácil librarse de ellas, lo que cambia bastante su eficiencia al jugar contra otras personas.

Habrá a quien le guste, pues desde luego aporta mayor dinamismo, pero se pierde espectáculo, y la parte absolutamente desequilibrante de la lucha, que es ese tipo de estrategias, ha perdido mucho específico en el planteamiento del combate, así que el equilibrio que se ha conseguido no es tampoco el más acertado. Hay trabajo que recorrer en este sentido para que, sin ser imparables, sean tan consistentes como antes y, sobre todo, ganen en variedad y espectáculo visual, pues si te bloquean muy pronto el movimiento y se zafan, es una parte del juego que también sale perjudicada.

La mayoría de los cambios son a mejor, pero mucho menos significativos. Las luchas en cuadriláteros cerrados vuelven, pero resultan más consistentes y realistas (dentro de lo que espera uno en un título de estas características) gracias Hell in a Cell. También se ha mejorado el sistema de creación de personajes y sus historias, y la física resulta mucho más consistente y veraz; no tiene un gran cambio jugable, pero lo cierto es que sí se percibe de manera tangible la mejora técnica cuando uno compara el título directamente con su predecesor. Por supuesto, tiene cierta implicación jugable a la hora de coger cosas (mesas, sillas, etc.) y golpear con ellas a los rivales, pero no es algo que se perciba "a simple vista", la verdad.

Las partidas en línea han mejorado al permitirnos combatir en cualquiera de sus múltiples variantes, lo que implica partidas de hasta por equipos de seis jugadores, o bien un Royal Rumble de cuatro a doce participantes (sólo seis están en el ring, pero cuando son eliminado salta el siguiente). Sin grandes novedades, sí incorpora mejoras derivadas de ampliar el campo de acción y las posibilidades extra consiguen que sea muy refrescante, y sin graves problemas de lag detectados, aunque esto puede variar por muchos factores. Sin embargo, la sensación es que se ha optimizado con respecto a su predecesor. Esto es algo muy importante en un juego de lucha, pero parece que se ha puesto trabajo por su parte para reducir estos problemas lo máximo posible.

A nivel técnico, el juego repite buenos modelados, pero la sincronización labial no cuadra de ninguna manera, lo que se hace terriblemente evidente en las escenas previas a los combates, y es una pena que no se haya puesto más atención a este aspecto de la presentación. El motor físico ha mejorado, pero el visual no tanto, y, de hecho, hay bastantes casos -aunque de escasa importancia- de clipping y demás inconsistencias en la detección de colisión de los polígonos, especialmente cuando usamos objetos. Nada grave, pero sí son cosas que necesitan pulirse. Los escenarios vuelven a ser lo más flojo, con diferencia, junto a unas texturas que son poco realistas en los luchadores. Las animaciones, en la tradición de la saga, suben la calidad general y resultan más que acertadas y convincentes.

El sonido cuenta con voces buenas, pero sin nada destacable, y una música muy en la línea de lo que uno se espera. El problema está en los comentarios, muy repetitivos, y no siempre de acuerdo con lo que en realidad está sucediendo en pantalla.

Conclusiones

WWE Smackdown vs. Raw 2011 es una buena entrega de la serie, que encontró el camino apropiado hace años. No tiene muchas novedades, y está más centrado en mejorar cosas, pero desde luego le falta frescura de manera palpable, pese al aire que le insufla WWE Universe. Gustará a los aficionados, como todos los años, y estarán encantados de que THQ haya asegurado una buena continuidad en contenidos descargables para ir ampliando sus contenidos, pero para los que no sean grandes apasionados, si ya tienen uno de la serie en casa, les conviene seguir esperando a una entrega con más chicha y que represente un paso adelante más sustancial.