Análisis de WWE 12 (PS3, Wii, Xbox 360)

La lucha libre lleva años en manos de THQ y lo cierto es que siempre han dado resultados notables que los han ido convirtiendo en juegos muy recomendables para los seguidores de este espectáculo, algo que siempre es digno de destacar en las sagas anuales, que no solo deben alcanzar la calidad exigible a todo título sino, además, sobrevivir al lógico desgaste que supone llegar una y otra vez al mercado para coger el relevo de un juego que, la verdad, muchas veces no lo necesita. Los juegos deportivos de más éxito tienen la excusa de actualizar plantillas e introducir algunos refinamientos jugables que la mayoría de las veces brillan por su ausencia.

Para el jugador que no esté metido en el mundo de la WWE es posible que las plantillas de personajes de estos juegos tuvieran tan poco interés como la de un simulador de, digamos, curling (un saludo a sus aficionados) y en buena medida es posible que eso haya hecho que la compañía se planteará alejarse de la fórmula que ya tenían más que establecida (la de la saga Smackdown vs.

Raw) para, primero, ofrecer un All Stars en abril y ahora este juego.

Donde WWE All Stars fue concebido como un juego independiente de la saga regular y anual, este WWE 12 que ahora nos ocupa sí llega con ánimo de imponerse como nuevo heraldo de la visión de esta disciplina que combina deporte, espectáculo, lucha y coreografía a partes quizás no siempre iguales pero que poco importa porque por debajo del drama, de las tramas extradeportivas que se organizan para captar y mantener la atención del público ávido de "cotilleo" en EE.UU., la WWE es show televisivo.

Es posible que la serie Smackdown vs. Raw tuviera algunos síntomas de agotamiento, pero las ventas han sido siempre firmes y seguramente todavía se habrían mantenido a buen nivel sin mucho esfuerzo por parte de desarrolladores, así que dar un paso como este para ofrecer algo nuevo en una situación que, en absoluto, estaba agotada, es digno de elogio. WWE 12 sigue capturando toda la esencia de la industria del wrestling y lo hace mucho mejor que la anterior saga.

Esto se consigue revisando la jugabilidad para reforzar la apuesta por el combate y la simulación para ofrecer una experiencia más suave y bien hilada que busca y consigue, ahora sí, transmitir el flujo y dinamismo del ring. Así es como este título logra ofrecer al usuario una experiencia de lucha mucho más intensa. Los anteriores juegos de la saga apostaban por la simulación y contaban con muchísimos personajes y, sobre todo, con todos sus movimientos. Pero quizás la falta de novedades sustanciosas los había ido convirtiendo en buenas revisiones con algo de falta de espíritu, algo que sí se consigue aquí.

Lo que más se nota en el juego es que el ritmo y la tensión de la lucha se ha mejorado dando pasos de gigante. La lucha se convierte en drama en la lona, creciendo poco a poco mientras avanza en la espectacularidad de las llaves, porque ahora el flujo del combate se corresponde mucho mejor con lo que sucede en el espectáculo. Los controles permiten al jugador realizar agarres y encadenar algunos golpes rápidos y ligeros que abren la puerta a ataques mucho más potentes que hay que poner en práctica cuando el rival está debilitado.

El esquema de control se ha revisado para favorecer esta fluidez que es claramente palpable tanto en plano ofensivo como en el defensivo. Para escapar de una presa hay que ser muy preciso, saber aprovechar el momento débil del movimiento del rival mientras nos maneja para culminar su ataque de manera que podamos darle la vuelta a la tortilla. Todo esto se consigue con suaves transiciones y el conjunto general es no solo más ágil de jugar, sino también de ver en pantalla, dando un paso más en sus objetivos de simulación. Resulta mucho más sencillo de jugar y, sin embargo, la jugabilidad lograda resulta mucho más profunda: esa es la mejor muestra de que se ha hecho un excelente trabajo a la hora de redefinir el título y consigue responder a viejas reclamaciones de los aficionados.

Para acompañar a este trabajo de revisión de su jugabilidad se cuenta con 60 personajes diferentes, una amplia plantilla que permite ofrecer tanto actuales personajes como grandes leyendas de la WWE. Está planeado añadir más personajes en forma de contenidos descargables, algo que no es ya extraño para los consumidores. En este caso, debemos decir que 60 personajes son muchos, pero está claro que algunos luchadores atractivos han sido reservados intencionadamente para ser ofrecidos en formato descargable. Teniendo en cuenta que es posible que muchos viejos aficionados regresen a la saga con esta entrega es posible que algunos piensen que es una jugarreta, sobre todo porque no cuesta mucho imaginarse que dentro de once o doce meses estaremos hablando de su continuación directa. Sea como fuere, las compañías han probado este modelo y el mercado ha respondido positivamente, así que tampoco podemos culparles -demasiado- por potenciar sus beneficios.

Los jugadores más o menos experimentados harán bien en no perder tiempo en los niveles de dificultad bajos para apostar directamente por las opciones más altas, ya que WWE 12 define su dificultad por la inteligencia de los luchadores.

En los más bajos son increíblemente tontos, pero esto es necesario para adaptarse al control, experimentar con sus posibilidades de juego sin tener muchos contratiempos, etc., sin embargo sería un error creer que "eso" es la esencia de su combate. Un jugador que no configure la dificultad a un nivel superior no podrá encontrarse con la auténtica experiencia de juego, en la que los rivales están siempre alerta, siendo capaces de aprovechar el más mínimo resquicio en nuestra defensa para machacarnos.

Esta diferencia se nota sobre todo en la agilidad de acción. En los niveles más bajos, un enemigo puede hacernos una presa, pero no la culminará inmediatamente con una llave. Esto nos da unos segundos preciosos para preparar nuestra defensa, por lo que esa configuración debería ser tomada simplemente como un tutorial o solo para los muy novatos. En los niveles más altos, lo cierto es que en ocasiones puede dar la sensación de que su perfección es tal que no hay manera de ganar, así que quizás deba reservarse solo para auténticos expertos, pero esto tiene la ventaja de que el título puede darnos muchas horas, primero para hacernos con él, luego para dominarlo y, finalmente, para estar capacitado por fin para plantarle cara a la máquina en el máximo nivel de dificultad.

Con todo, la experiencia multijugador es el punto álgido del juego gracias a la posibilidad de organizar con facilidad partidas, tanto en modo local como en línea. Se tendría que haber trabajado un poco más en la interfaz y estructura de los menús de este terreno del juego, ya que no resulta tan fácil configurar las partidas como nos hubiera gustado. Los menús generales son intuitivos, incluso cuando hay más opciones a considerar, pero a la hora de preparar una partida en línea le falta algo de sencillez.

La experiencia de juego en línea ha sido buena a nivel técnico, con solo una situación de claro lag, es decir, lentitud en las comunicaciones, lo que impide jugar bien en títulos como este, pero se ha tratado de un hecho aislado. Parece que el hecho de que haya un buen puñado de seguidores en EE.UU. de este espectáculo garantiza encontrar rivales y podemos atribuir nuestro único problema técnico severo a factores externos más que a problemas inherentes al juego.

En el aspecto visual se ha seguido trabajando para capturar el espíritu de la WWE, de manera que la entrada en escena de los luchadores sigue resultando de lo más espectacular. Esto ayuda a crear una atmósfera que, en cualquier caso, ya se había dominado ampliamente en las anteriores entregas y encarnaciones, por lo que no debe sorprendernos en absoluto. Además, están bastante actualizados, por lo que los aficionados podrán disfrutar con algunos de los aspectos de presentación que ahora mismo están más en boga.

Más relevante para el juego en sí mismo es el comportamiento de los diferentes entornos de lucha. Solo ocasionalmente hay algunos problemas de detección de colisiones a la hora de estampar sillas u otros objetos contra el rival. Lo mismo puede decirse de los tipos de ring: por lo general la física lograda es muy buena, pero ocasionalmente nos encontramos con algún comportamiento un tanto extraño. No es nada que llegue a influir definitivamente en el juego en sí mismo, pero está claro que sigue habiendo cosas en las que hay que mejorar para lograr una solidez absoluta.

Otro elemento de ambientación importante es el que se deriva del modo Road to Wrestlemania, quizás uno de los más destacados para los jugadores solitarios, pues es la visión de un modo historia dentro de este universo de la lucha libre. Se ha optado por centrarlo en tres personajes: Sheamus, Triple H y el personaje configurado por el jugador, y nos hace superar una visión mucho más realista y desde dentro de la lucha de la WWE. Todo esto tiene un lado negativo: al centrarse en tan pocos personajes nos restringe posibilidades y el poder disfrutar por extenso del personaje que deseemos. De esta manera, lo que ganamos por un lado, lo perdemos por el otro. El resultado es que la narración es más completa y se pone mucha atención en elementos de fuera del ring, ofreciendo historias más o menos interesantes, pero lo ideal hubiera sido poder hacerlo con todos los luchadores.

Al menos nos queda el consuelo de las grandes opciones de configuración derivadas del modo de creación de personajes y para la preparación personalizada de nuestro propio modo Universe: configura tu calendario, prepara el show y, de hecho, prepara muchísimo contenido gracias a sus editores. Puedes configurar luchadores sí, pero también zonas de combate, logos, movimientos especiales para los personajes… Un universo que ha progresado de manera mucho más palpable que el modo Road to Wrestlemania.

Conclusiones

La lucha ha dado un paso adelante clarísimo con WWE 12 y creemos que convencerá a todos los aficionados. Los que no hayan dedicado tiempo a los juegos de wrestling tienen en esta entrega una razón magnífica para acercarse a ellos, ya que supone el primer gran paso de la saga en no pocos años y se ha dado con muchísimo acierto. Las nuevas mecánicas jugables mejoran el control, lo que repercute en el ritmo y estilo de combate, y esto, a su vez, se deja ver claramente a la hora de enfrentarnos a la máquina y contra otros jugadores humanos: todo es mucho más divertido y, al mismo tiempo, logra avanzar en la calidad de su simulación. WWE 12 inyecta nueva vida a la serie; todas sus virtudes dejan en segundo lugar los aspectos no tan completos que, confiamos, se mejorarán en próximas entregas de esta nueva senda.