Análisis de WRC 4 (PS3, PSVITA, PS2, Xbox 360, PC)

Los italianos Milestone por cuarto año consecutivo nos ofrecen su particular visión del mundo de los rallys, un género en sí mismo dentro de los juegos de conducción que contó con mucha competencia y grandes títulos hace más de 10 años, como los geniales Colin McRae Rally de Codemasters, los divertidos V-Rally de Eden Studios y posteriormente los sobresalientes WRC World Rally Championship desarrollados por Evolution Studios en exclusiva para las consolas de Sony. Tanto el deporte como este tipo de juegos no pasan por su mejor momento de popularidad, lo que no quita que todavía haya bastante fans que reclaman una experiencia de conducción tan personal como esta.

Desde la primera entrega en 2010, Milestone ha ido mejorando su simulador muy poco a poco, hasta llegar a la notable entrega del año pasado, WRC 3, un juego quizás un poco maltratado por la crítica por su anticuado apartado gráfico, pero al que si le dabas una oportunidad descubrías un entretenido producto. Algo similar vuelve a ocurrir con WRC 4, una nueva entrega muy continuista, que apenas cuenta con novedades y que no mejora apenas su apartado técnico, lo que le impedirá otra vez llamar la atención de muchos jugadores, pese a tratarse de un buen juego de conducción.

Para poneros en antecedentes por si todavía no le habéis dado una oportunidad a esta saga, WRC 4 es el videojuego oficial de la edición 2013 del Campeonato Mundial de Rally de la FIA, lo que le permite contar con un total de 65 pilotos, 55 equipos y 15 modelos de coches diferentes, siendo el juego más completo hasta el momento de la saga. Como novedad este año, a las tres categorías ya existentes en versiones anteriores, WRC 3, WRC 2 y WRC, se le une el Campeonato Mundial de Rally Junior, una competición que se desarrolla a lo largo de seis rondas en el que las cinco mejores puntuaciones de los pilotos cuentan para la clasificación general en el campeonato. Todos los equipos usan un Ford Fiesta R2 con idénticas especificaciones técnicas, lo que garantiza las mismas oportunidades y que lo que se premia es la habilidad, en una competición que es el escaparate perfecto para los pilotos jóvenes que quieren mostrar al mundo de lo que son capaces.

Además seguimos contando con los campeonatos clásicos, como el WRC 3, solo para vehículos con tracción delantera pertenecientes a las categorías R1, R2 y R3, un año en el que todos los pilotos compiten con un Citroën DS3 R3T. En el WRC 2 compiten vehículos de tracción turbo en las cuatro ruedas, con características técnicas muy similares a las de los coches de producción, teniendo disponibles vehículos como el Subaru Impreza WRX Sti, el Mitsubishi Lancer EVO IX y X, el Ford Fiesta RRC, el Škoda Fabia S2000 o el Peugeot 207 S2000.

Por último la categoría reina, el WRC, con vehículos basados en modelos de producción con motores de 1.600 c. c. y 4 cilindros, con modificaciones al motor, la transmisión y la suspensión que hacen que sean auténticas máquinas 4x4, capaces de alcanzar los 100 km/h en menos de 3 segundos. Aquí nos encontramos coches como el Citroën DS3 WRC de Dani Sordo y Sébastien Loeb, el Volkswagen Polo R WRC, el Ford Fiesta RS WRC, el Mini John Cooper Works WRC, y una estrella estelar invitada a la función, el Hyundai i20-WRC-Test Car, un vehículo que no participará hasta la próxima temporada pero que ya está disponible en WRC 4.

Los modos de juego principales son Etapa Rápida, en el que como su nombre indica podemos echar una partida rápidamente, con un escenario, coche y piloto aleatorios, Modo Carrera, en el que creamos un piloto y empezamos desde el Campeonato Mundial de Rally Junior hasta alcanzar el WRC, teniendo que obtener patrocinadores e ir cumpliendo sus requisitos, el Multijugador, hasta para 16 jugadores en las versiones de X360, PS3 y PC, para 6 en la versión de PS Vita, y que ofrece también una vertiente local llamada Hot Seat, en la que podemos jugar junto a unos amigos por turnos, y por último el Modo Rally.

En este modo podemos jugar una etapa única entre las 78 etapas disponibles, un rally entero, pudiendo elegir entre los 13 rallys oficiales del Campeonato del Mundo: Gran Bretaña, Monte-Carlo, Suecia, México, Portugal, Argentina, Grecia, Italia, Finlandia, Alemania, Australia, Francia y España, con seis etapas cada uno, o bien jugar el Campeonato del mundo al completo, pudiendo modificar el calendario a nuestro antojo. Como siempre suele pasar en este tipo de juegos, la chicha se encuentra en el modo Carrera, que no es especialmente destacable ni cuenta con ningún elemento original, pero que está lo suficientemente elaborado como para que le dediques unas cuantas horas.

En el apartado jugable no hay apenas novedades, y vuelve a apostar por esa siempre difícil mezcla entre ofrecer un juego lo suficientemente realista, que se puede considerar un simulador, pero a la vez divertido, sin llegar a ser frustrante. Como nos han acostumbrado los juegos de conducción a lo largo de toda esta generación podemos personalizar la experiencia de juego a nuestro antojo y medida, o bien elegir entre uno de los tres niveles de dificultad disponibles.

Modificar la asistencia en la frenada hasta en nueve niveles, activar o no que se bloqueen las ruedas al frenar, ayuda a la estabilidad, daños físicos –ligeros, intermedios o graves-, el nivel de dificultad de los rivales, entre diez disponibles, la cantidad de rebobinados, esa acción que nos permite retroceder en el tiempo y así solventar un error grave, muy útil en un juego de rallys en el que un ligero roce con un árbol puede dar al traste con nuestras aspiraciones, por supuesto elegir entre transmisión manual o semiautomática, y una opción curiosa como "ver ángulo", para que la cámara de cabina se mueva en las curvas simulando los movimientos de cabeza del piloto.

A pesar de las prometidas mejoras en las físicas de los coches, estas siguen siendo muy mejorables, tenemos una desagradable sensación de poco peso en los coches, lo que tira por tierra el buen trabajo hecho en otros aspectos. Por ejemplo está muy bien conseguido cómo las diferentes superficies de terreno se notan en la conducción y te obligan a adaptarse a ellas, como el asfalto, gravilla, tierra, etcétera, pero en cambio el feedback visual no acompaña, ni tampoco la sensación de peso de los vehículos, que parece que se deslizan sobre las carreteras más que rodar sobre ellas.

Visualmente seguimos estando ante un juego muy modesto, aunque al menos no hay defectos como una tasa de imágenes inestable que empañen la experiencia, y ciertos aspectos se han mejorado respecto al año pasado, por ejemplos los menús, con vídeos de imagen real y un diseño sencillo pero eficiente. El diseño de las carreteras es bastante bueno, y a pesar de existir tramos muy largos, de más de cinco minutos, el paisaje que nos acompaña no se llega a hacer repetitivo, y el ambiente que rodea a las carreras ha sido mejorado en todos los aspectos, desde el público, el entorno de boxes, los patrocinadores y los elementos naturales como árboles, la hierba y las rocas, que ahora cuentan con un mayor nivel de detalle. La mayor mejora gráfica se ha producido en la iluminación, ahora con distintas condiciones de luz a lo largo del día como el amanecer, el mediodía o el atardecer, muy relistas y que afectan a la conducción. Sigue sin ser un portento gráfico, en un género que hay verdaderos monstruos, pero tampoco es tan malo.

El problema como decíamos antes viene por las físicas del coche y sus animaciones, que cojean de manera evidente, un apartado fundamental en un juego que pretende emular de la mejor manera posible la experiencia de conducir un coche de rally. El sonido es correcto, con unas melodías muy elegantes en los menús que aportan algo de épica antes de comenzar las carreras, y un copiloto con voz en castellano, que da unas instrucciones muy completas cuyo "tempo" además podemos ajustar, para que nos dé las indicaciones con más antelación o retraso, según nos guste. El sonido del motor de los coches sí podría ser mejor, como ocurre en muchos juegos de conducción.

Un buen juego de rallys, que con un poco más de esfuerzo podría ser muchísimo mejor

Si ya habéis probado alguna de las tres entregas anteriores, sabed que no vais a encontraros aquí ninguna sorpresa, es más de lo mismo, con algunas pequeñas mejoras visuales, y una actualización de las etapas y los coches a los del presente campeonato. En un juego que tiene tanto camino por recorrer, que mejorar, es decepcionante que se hayan esforzado tan poco en esta edición. Milestone cuenta con una buena base, y a poco que se mejoraran ciertos aspectos, estaríamos ante un gran juego, capaz de satisfacer tanto a los fans de los rallys como a los amantes de los coches en general. Si tienes ganas de un simulador de rally y no has probado ninguna de las ediciones anteriores, dale una oportunidad, puede que te sorprenda ya que para nada es un mal juego, y se aceptas y toleras sus limitaciones, estamos seguros que lo vas a disfrutar.