Análisis de The Club (PS3, PC, Xbox 360)
Bizarre Creations es uno de los grupos británicos de mayor talento, y en los últimos años lo han demostrado principalmente con la saga Project Gotham, con cuatro entregas (cinco con Metropolis) a sus espaldas. La idea de esta saga, cuyo futuro está en entredicho por la reciente compra de Bizarre por parte de Activision, es no solo conducir y ser el más rápido, sino de algún modo hacerlo también con estilo, derrapando y mostrando una conducción habilidosa, no solo rápida. Algo parecido han intentando, y logrado, con The Club. No se trata de un típico juego de acción hilado por una historia, sino que en The Club lo importante es la habilidad, lo buenos que seamos disparando a los enemigos, cuanto más rápido y espectacularmente mejor.
La historia del juego es bastante superficial, tratando sobre una sociedad secreta que se dedica a organizar tiroteos clandestinos en escenarios abandonados como fábricas y similares. Cada uno de los personajes a los que tenemos acceso –ocho en total- tiene una historia detrás, muy al estilo de la de un juego de lucha, sin llegar a desarrollarse demasiado.
Cada uno sigue un estereotipo más o menos visto anteriormente, y tienen diferentes habilidades –fuerza, resistencia, etc…- que se notan en la forma de jugar, pero la base de The Club, más allá de historia o particularidades varias, es disparar a los enemigos lo mejor posible.
Para demostrar nuestra habilidad tendremos a nuestra disposición una serie de torneos organizados en pruebas, cada una con diferentes requisitos pero todos girando en torno a la fórmula de obtener cuantos más puntos mejor, disparando a lo enemigos lo más rápido posible, y de forma más espectacular posible. No es lo mismo matarlos de varios disparos que de uno solo, ni hacerlo con un tiro en el pecho o uno en la cabeza. Cada vez que matemos a un enemigo aumentaremos nuestro multiplicador de combo, recibiendo la puntuación del disparo, multiplicada por el nivel de combo que tengamos en este momento. Esto último, el nivel de combo, es crucial para obtener grandes puntuaciones. Hay una gran diferencia entre matar a un enemigo con un tiro normal (1.500) y hacerlo con un tiro en la cabeza (4.000), pero mayor todavía entre un multiplicador de 3 y uno de 15. La clave es mantenernos siempre "en combo", no dejar de matar enemigos, para lograr tener siempre un multiplicador alto y así ganar muchos puntos.
Ése es el principal objetivo de The Club: Obtener puntos. No se trata de sobrevivir, pues eso a fin de cuentas nunca es muy difícil, ni de completar el nivel de forma rutinaria para así ver la siguiente secuencia cinemática que haga avanzar la historia. The Club hace hincapié en los tiroteos, retándonos a disparar lo mejor posible y, sobre todo, a mantener nuestro combo activo para así lograr la mayor cantidad posible de puntos. A fin de cuentas, estamos compitiendo en todo momento contra otros jugadores, ya sean controlados por la inteligencia artificial del juego o por otros jugadores online, y lo que hará que consigamos una mayor puntuación será disparar bien, sin perder nuestro medidor de combo.
Esto convierte a The Club en un juego bastante curioso y que toma elementos de lo que podría llamarse "la vieja escuela". De igual modo que en juegos antiguos memorizábamos la posición de los enemigos por la extrema dificultad, para así no ser sorprendidos, en The Club lo haremos para montarnos una ruta para disparar lo más rápido y preciso posible, y así conseguir la mayor puntuación. Como decíamos antes, ésta no solo está determinada por el multiplicador sino también por el tipo de disparo, y por otros detalles como el hacer un rodado por el suelo y otros movimientos, pero es el multiplicador de combo lo que nos dará mayor cantidad de puntos y lo que urge mantener siempre activo. Para ayudarnos en la tarea hay una serie de calaveras ocultas en los niveles que podremos disparar para descubrir todos los secretos del juego y mantener, repetimos, el combo activo.
Hemos hecho gran hincapié en la necesidad de mantener el combo activo pero no solo se trata de eso en The Club, sino también de lograr muertes especiales, "con estilo", que no darán más puntos. A la muerte de un solo disparo (tiro perforador) y el clásico tiro en la cabeza se unen las muertes a lo James Bond, haciendo explotar un objeto del escenario para llevarnos por delante a varios enemigos, y muertes tras dar un giro de 180 grados (hay un botón para ello), rodar por el suelo o hacer rebotar las balas en las paredes del escenario. Aparte de espectaculares y muy satisfactorias, nos darán muchos más puntos para nuestra cuenta. Todo se trata de puntos, no lo olvidemos. También habrá que pensarse cuándo recargar. El juego bonifica a aquellos que recarguen en los momentos "de paz", y cuando el cargador se acerque a su finalización. Si lo hacemos mal, perderemos el multiplicador.
Esta serie de tiroteos compitiendo por la mayor cantidad de puntos tiene lugar a lo largo de una serie de niveles, cada uno de los cuales usa el mismo escenario para presentarnos una serie de pruebas con objetivos diferentes, pero que todas comparten, adivinen, la misma mecánica básica. El evento más básico es el "Sprint", siendo el objetivo conseguir la mayor cantidad de puntos posibles, sin prisas, hasta llegar a la salida del nivel. Luego está el Time Attack, donde daremos vueltas a un circuito, obteniendo tiempo recogiendo calaveras y matando a todo el que se interponga en nuestro camino. El modo Run the Gauntlet es parecido pero diferente. Aquí el tiempo no varía, sino que está limitado desde el principio, y si no llegamos a tiempo a la meta, microexplosivos inyectados en nuestro torrente sanguíneo explotarán.
Los otros dos eventos son Survivor y Siege. El primero nos exige estar dentro de una determinada área del nivel, limitada con conos y líneas, y sobrevivir un tiempo limitado a las oleadas enemigas. Si salimos del área delimitada tenemos cinco minutos para volver a entrar. En Siege, como su propio nombre (asedio) indica, tendremos que defender un área determinada de enemigos, que vendrán en sucesivas oleadas, hasta que el tiempo se agote.
Como es de esperar, además de un modo historia estructurado en niveles, tras los cuales se nos será otorgada una medalla dependiendo de nuestra posición final en el campeonato (pero podremos seguir avanzando igual al siguiente), The Club cuenta con la opción de crear nuestros propios circuitos de niveles, eligiendo las armas y la dificultad, y con un modo multijugador que intenta llevar estas dinámicas de disparo exigente y acción sin pausa, tanto a pantalla partida, como turnándose entre los jugadores, y por supuesto también online.
Este último modo permite parias modalidades de juego, desde competir por ver quién hace la mayor puntuación en los diferentes modos de juego, hasta modos de enfrentamiento directo, incluyendo el modo Siege, donde un equipo defiende y el otro ataca. Hasta ocho jugadores pueden participar en el modo online, que cuenta con numerosos tablones de máximas puntuaciones para que los jugadores comparen sus puntuaciones entre sí. Es una lástima que no puedan guardarse las repeticiones, al estilo de Halo 3, algo que ha demostrado ser muy útil y divertido para los jugadores.
Una de las grandes virtudes de The Club es su sensacional diseño de los niveles que, sin parecer exactamente "circuitos", logran serlo sin dar una sensación demasiada descarada. La experiencia de Bizarre se nota a la hora de colocar a los enemigos en lugares específicos y las calaveras en sitios ocultos pero estratégicos. Aparte de un buen diseño artístico, su diseño jugable, por decirlo de alguna manera, es excelente. A nivel gráfico The Club, sin ser el juego más espectacular de la nueva generación, se defiende muy bien, con el ya comentado buen diseño artístico de los escenarios y un motor gráfico que se mueve fluidamente para permitir que la jugabilidad frenética de The Club no se vea perjudicada en ningún momento por alguna ralentización.
El juego usa una vista de cámara por encima del hombro, a lo Gears of War aunque a mayor distancia del personaje, que funciona muy bien para divisar a enemigos lejanos y tener una buena perspectiva de los que están cerca. El modelado de los personajes protagonistas es muy bueno, y el de los enemigos es lo suficientemente variado para que al cabo de muchas horas no resulte demasiado repetitivo. El apartado sonoro combina a la perfección con la acción sin pausa del juego, contando con un buen doblaje al castellano, una música muy animada y unos buenos efectos de sonido.
The Club es un gran juego de acción que no se complica la vida a la hora de exigirnos coberturas, juego táctico y trabajo en equipo, sino que recupera las mecánicas arcade clásicas de toda la vida, haciendo hincapié en conseguir la mayor cantidad de puntos posible y usando para ello unas mecánicas de combo y disparos especiales que retan a jugar como antaño se hacía: Con la mayor habilidad posible y aprendiéndose los niveles. Si bien se echa en falta alguna modalidad de juegos más, el peor enemigo de The Club para el público, es él mismo. En una época en la que los juegos de acción y disparos van en una dirección contraria, prestando más atención al juego pausado y a la inclusión de la historia en la jugabilidad, The Club "solo" se trata de disparar, sin mayor recompensa que la de obtener más o menos puntos dependiendo de lo bien que lo hagamos. Los jugadores de toda la vida disfrutarán como enanos con este planteamiento, pero como ya ha explicado Bizarre, muchos otros no entenderán el propósito del juego.