Análisis de The Awakened Fate Ultimatum (PS3)
En 2013 NIS lanzó –en Occidente- The Guided Fate Paradox, un RPG estratégico que a diferencia de su serie más conocida, Disgaea, se inclinaba por el género roguelike. Aunque tuvo una mecánica entretenida y su historia inicial sobre un joven que se convierte en Dios por un premio de lotería todavía nos parece una de las más absurdas –en el buen sentido- que hemos jugado, lo cierto es que no llegó al nivel medio que se espera de Nippon Ichi con un SRPG.
Si The Guided Fate Paradox era una secuela espiritual de Z.H.P Unlosing Ranger Vs. Darkdeath Evilman, ahora nos llega una secuela con el nombre de The Awakened Fate Ultimatum. Secuela pero no directa, ya que el argumento es nuevo. Lo que sí tiene relación es, además de aspectos jugables, que está protagonizado por un joven estudiante que tras morir regresa a la vida como Dios de Celestia, que se encuentra en guerra contra los demonios. Una historia curiosa y con potencial que pone en nuestras manos el destino de muchos personajes con elecciones un tanto ambiguas, ninguna abiertamente correcta o incorrecta y con efectos que se reflejan tarde o temprano. Aunque no tenga nada especialmente nuevo para el rol, a veces estas pretensiones de probar nuestra moral dan una profundidad que se agradece por alejarlo de la típica historia manga.
Entrando en materia, el sistema jugable se mantiene con mazmorras generadas aleatoriamente. El término roguelike, bautizado por el juego Rogue (1980), se utiliza para definir un género que entre otras características funciona mediante la gestión de turnos: los enemigos sólo actúan cuando tú lo haces. Resulta un híbrido más ágil que un SRPG de tablero con la tradicional división de turnos y a la vez mantiene aspectos estratégicos para diferenciarlo de un action-RPG donde es más importante la precisión y reflejos. Como todo, tiene sus fans y detractores. No es la táctica pura de ver toda la situación en pantalla, y puede parecer un poco complejo para quien busque diversión directa.
Donde sí se han hecho cambios es en el apartado de la experiencia y subida de nivel. The Awakened Fate Ultimatum usa una mecánica más clásica a diferencia de The Guided Fate Paradox. Además, en el anterior título ibas acompañado por otro personaje y ahora luchas en solitario –ya no hay beneficios por posiciones estratégicas-. Si no es peor, al menos es más genérico o menos original, además que no existe razón clara para tomar esta decisión en un juego que pertenece a la misma saga y por tanto se espera que evolucione añadiendo elementos, no quitando.
Es inevitable pensar que NIS ha querido tomar el camino más sencillo con The Awakened Fate Ultimatum y así atraer un mayor número de jugadores potenciales. Es un error porque un roguelike o en general un dungeon crawler no tienen el mismo público potencial de, pongamos, un Final Fantasy o juego de rol más aventurero; aquí los jugadores siempre serán exigentes y con gusto por la complejidad. Y las sospechas parecen fundadas.
La personalización se ha reducido enormemente en armas y armaduras, ahora la diversidad en la práctica es mucho menor. El sistema de habilidades es más similar al visto en juegos como Final Fantasy X/XIII o Tales of Xillia: una ristra de potenciadores que vamos adquiriendo al consumir puntos adquiridos al subir nivel en nodos interconectados. Hay dos siluetas con forma de ala, una para la parte de ángel y otra de demonio. Hay elecciones en la historia –las conversaciones- que sí dan cristales concretos para cada sección, pero en general puedes potenciar la rama de tu gusto.
No todo son recortes o simplificación, lo que sucede es que uno de los aspectos que podría dar más de sí resulta completamente fallido. Dado que la dualidad es un tema constante en esta historia, nuestro personaje se transforma en ángel y demonio para aprovechar las características desbloqueadas en cada progresión y para hacer frente a los tipos de enemigo explotando sus debilidades. ¿Qué pasa? Que avanzar transformado tiene un consumo de SP, por tanto la exploración se hace en forma normal y sólo durante el combate usas tus poderes.
Al final esta constante transformación en cada enfrentamiento parece un sistema un poco torpe que debería ser más cómodo o automatizado. Con la desaparición de aliados ahora un combate se basa únicamente transformarse, atacar, recibir impacto, atacar y así hasta que uno de los dos fallezca –normalmente, el enemigo-. Por último, al salir de una mazmorra el nivel no se reinicia y aumenta al repetir mazmorras o avanzar en la historia. Es un roguelike versión ligera, como si los desarrolladores quisieran agradar a todos los usuarios.
En otros aspectos más personales, la música nos ha parecido inferior a The Guided Fate Paradox y los gráficos han perdido algo de magia. Esta ocasión los personajes son poligonales en lugar de sprites 2D. Uno podría pensar que esto es una mejora técnica, que lo hace más actual y moderno; es posible, pero no tal y como se ha hecho. Los personajes son deformed -cabezones-, rompiendo con la coherencia de los retratos estilo anime.
Es un recurso comprensible por ejemplo en juegos de portátil, sea por cuestiones de potencia o para simplificar un diseño que en pantalla pequeña se agradece, caso de, por ejemplo, Hyperdevotion Noire: Goddess Black Heart. Aquí no sólo resta seriedad a la historia, sino que también pierde personalidad. Desde luego, viendo este resultado, creemos que NIS debería mantener sus viejos bitmap en Disgaea –subiendo su resolución- hasta que consiga imitar con 3D el mismo aspecto de las 2D.
Y naturalmente, al igual que las mazmorras aleatorias de otros lanzamientos, el diseño de los laberintos –repletos de pasillos estrechos- es repetitivo en cuanto a enemigos y elementos visuales. Recientemente hemos jugado a Oreshika: Tainted Bloodlines que quizás sea una de las excepciones más honrosas en utilizar mapas generados por la programación, pero en el caso que nos ocupa no hay salto cualitativo respecto a Fate Paradox. Una concesión: ahora no se usa una vista isométrica, haciendo el desplazamiento más cómodo e intuitivo.
Conclusiones
The Awakened Fate Ultimatum peca de arriesgar muy poco. Si es tu primer roguelike es perfectamente disfrutable y vale como ejemplo para iniciarse en este tipo de rol, siendo conscientes de no ser un exponente puntero, e incluso de estar por debajo de su predecesor. Si eres un aficionado curtido en mil batallas, este juego de NIS sólo destaca sobre la media salvo quizás por la historia que pretende ser dramática y poner en cuestión tus decisiones. Jugablemente, es uno más y bastante simplificado.