Análisis de Terraria PSN (PS3, Xbox 360)
Minecraft es uno de los mayores éxitos del mundo de los videojuegos en los últimos años, un título independiente creado por Markus "Notch" Persson al que los usuarios, a través de las múltiples versiones alfa y beta, fueron dando forma con sus opiniones y sugerencias, y que a día de hoy ha vendido nada más y nada menos que 20 millones de copias. La mitad de ellas en ordenadores, tanto en Windows como en OSX, y la otra mitad en dispositivos móviles, iOS y Android, y en Xbox 360, a través de Xbox Live Arcade.
Cuando se anunció esta versión para la consola de Microsoft, muchos se mostraron escépticos, y no sin motivos, ya que una de las gracias de Minecraft son sus continuas actualizaciones, y los numerosos y casi infinitos mods que han creado los usuarios, algo que dábamos por hecho no se podría trasladar a consola. Su precio tampoco parecía el más atractivo, 1.600 Microsoft Points –más de 15 euros-, pero qué equivocados estábamos, ya que esta versión ha sido un descomunal e inesperado éxito, con más de 6 millones de copias vendidas.
Por tanto es totalmente comprensible que se hayan animado a lanzar también en consolas Terraria, su hermano bidimensional, que lejos de ser una copia, fue un desarrollo en paralelo, lanzándose su versión final en mayo de 2011, y Minecraft meses después, en noviembre del mismo año. Son inevitables las comparaciones, y es innegable que son propuestas muy similares, pero su diferente perspectiva, uno en 2D, el otro tridimensional, y la mayor importancia de la acción en el primero, hacen que se sientan distintos, aunque compartan muchas mecánicas de juego.
Al comenzar una partida en Terraria, primero tendremos que crear un personaje en un sencillo editor, eligiendo el sexo, peinado, color del pelo, ojos, piel, el color de la ropa, y un detalle bastante importante, la dificultad, normal –sueltas el dinero al morir-, difícil –sueltas todos los objetos al morir-, y hardcore –si mueres, eres eliminado permanentemente-. Una vez hecho esto creas un mundo, eligiendo su tamaño, pequeño, mediano o grande, o te unes a uno ya existente, generado por algún amigo. Tras un largo tiempo de espera en el que se crea el mundo, ya estaremos listos para jugar.
El comienzo es bastante hostil, no hay apenas ayudas o indicaciones que nos digan lo que tenemos que hacer, y nos daremos cuenta rápidamente de que no estamos ante un juego más. Por suerte para el que no haya jugado nunca a Terraria, que en consola serán muchos, o el que ni siquiera haya probado Minecraft, en el menú principal hay un tutorial que nos enseña los principios básicos para al menos empezar a jugar y sobrevivir. Comenzamos con una espada corta de cobre, un pico y un hacha. La primera nos valdrá para derrotar algunos enemigos, los inofensivos slime verdes, el pico para cavar y conseguir materiales como bloques de tierra, piedras y otros minerales, y el hacha para talar árboles y conseguir madera.
Lo primero que tendremos que hacer con todo esto es crear una casa antes de que caiga la noche, ya que el mundo de Terraria se vuelve muy peligroso, apareciendo numerosos enemigos. Poniendo piedras u otros objetos creamos las paredes laterales y el techo, cubrimos el fondo con muros de madera o barro, y cerramos la entrada con una puerta, para poder salir y entrar, y que no se nos cuelen invitados indeseados. Una vez hayamos colocado una silla y una mesa, y una fuente de luz, como una antorcha, ya tendremos un hogar en el que cobijarnos. ¿Pero cómo habremos creado todos estos objetos si solo empezamos con tres herramientas? Puedes mediante el menú de creación, prácticamente sobre lo que gira todo el juego.
Recoger materiales o ingredientes, y llevar a cabo las recetas para crear nuevos objetos, una constante en la jugabilidad. Por ejemplo para crear la silla, la mesa y la puerta, tendremos que haber creado antes un banco de trabajo, con 10 maderas, que habremos obtenido talando árboles. Para crear una antorcha y poder ver algo en la noche o en el interior de las cuevas, necesitaremos una madera y un gel, que sueltan los slime. Y así sucesivamente, hasta complicarse muchísimo, teniendo que crear nuevas herramientas, armas, munición, equipamiento y todo tipo de objetos.
Una vez tengamos un hogar, y hayamos creado nuestras primeras armas y herramientas, será el momento de explorar el mundo de Terraria, recogiendo todo tipo de materiales para progresas, hacernos aliados de otros personajes, que se podrán venir a nuestro hogar si tenemos habitaciones disponibles, y enfrentarnos a numerosos peligros, incluidos desafiantes jefes finales, alguno exclusivo de esta versión. Aunque todo esto suena muy a juego de rol, realmente nuestro personaje no tiene estadísticas ni va subiendo de nivel, lo importante es nuestro inventario, somos lo que tenemos. Es un juego que exige mucha paciencia y dedicación, no es apto para todos los paladares, pero sabe ser muy gratificante, y sobre todo una experiencia única y con mucha personalidad, a la que hay que acercarse sabiendo a lo que te enfrentas, esto no es un juego de plataformas ni de acción, aunque contiene ambos elementos.
El mayor reto al que se han enfrentado con esta versión son los controles, ya que el resto no se ha simplificado o "casualizado" de ninguna manera en su salto a consola, la experiencia original se mantiene inalterable –exceptuando los cientos de mods disponibles en PC, que los jugadores de consola no van a poder catar-. Podemos decir que al jugar en PC, con teclado y ratón, ganas en precisión a la hora de construir y recolectar elementos, y en comodidad para gestionar el inventario. En consola gracias al mando ganas en movilidad, se controla mejor al personaje, y los momentos de acción son más satisfactorios. Lo que pasa es que nos pasamos más tiempo construyendo y recogiendo elementos que casi combatiendo, por lo que al final sale ganando en PC, pero hay que admitir que se ha hecho un gran trabajo en consola.
Con el stick izquierdo movemos el personaje, con un botón saltamos, y con los botones superiores nos movemos por el inventario, quedando el gatillo derecho para usar el objeto que tengamos resaltado en la barra de inventario. Si lo utilizamos cerca de algún elemento como terreno, minerales o un árbol, el cursor automáticamente se sitúa sobre el objeto más cercano. Esto para recolectar y movernos por el mundo de Terraria va bien, pero no tanto cuando nos ponemos a construir, para lo que necesitamos mucha más precisión.
Por suerte se ha incluido un modo manual para mover el cursor, como si fuera el ratón de PC, que para activar basta con pulsar el stick derecho. Cuando llevemos un tiempo jugando, alternaremos constantemente y con naturalidad entre ambos modos del cursor, manual y automático, dependiendo de la situación. Sí, es un poco más engorroso en consola andar equipando objetos u ordenándolos, moviéndonos por los menús de creación, pero esto es un obstáculo insalvable, que solo se arregla con un ratón. Lo han hecho de la mejor manera posible para jugar con mando, y por tanto un gran trabajo, no se puede reprochar nada, y se disfruta casi igual que en PC. Una novedad a destacar respecto a la versión de PC es la inclusión de un mapa del mundo, para saber qué zonas hemos explorado, algo muy útil y necesario, aunque quizás algunos lo critiquen por romper esas sensación de desconcierto de no saber cuánto nos queda por descubrir en ese mundo.
Una de las claves de Terraria es su modo multijugador, que también se ha mantenido en consola. Hay un modo a pantalla dividida con hasta cuatro jugadores, o bien online hasta para ocho jugadores, aunque en cualquier caso solo jugaremos con amigos, no nos podemos meter en partidas de desconocidos. Aunque lo más común será cooperar, también se puede activar el modo jugador vs jugador, permitiendo batallas entre jugadores, incluso pudiéndose crear equipos. Aunque esto va a sonar bastante obvio, Terraria se disfruta muchísimo más en compañía.
El apartado técnico ya lo podéis ver por estas imágenes, pixeles en estado puro, algo que encantará a los que vivimos la época dorada de los 8 y 16 bits. Su aspecto retro no es tanto una limitación técnica como toda una declaración de intenciones, y tanto su perspectiva como diseño artístico nos permiten apreciar y detectar sin problemas los elementos que vemos en pantalla, pudiendo ser muy preciosos a la hora de construir, recolectar o destruir, interactuando con cada pixel que vemos en pantalla. Hay una gran variedad de enemigos y entornos, y sin duda estamos ante unos gráficos funcionales y prácticos, que a los que rondamos o hemos superado la treinta nos encantarán, quizás no tanto a los jugadores más jóvenes.
Una gran adaptación a consola
Terraria ha saltado a nuestros salones de una manera más que correcta, manteniendo intacta su peculiar propuesta que llevamos disfrutando en PC desde hace casi dos años, aunque sin apenas novedades. La más destacable la inclusión de un práctico mapa del mundo, porque el nuevo jefe final, los ítems y mascotas, son novedades que solo apreciarán los más fans, que posiblemente ya lo hayan machacado en ordenador y no tengan muchas ganas de volver al juego en esta edición de consola. La siempre complicada adaptación del teclado y ratón a un mando, en un juego con tantas opciones y accesos directos, se ha resuelto de manera inteligente y sin demasiados problemas, y quizás parte de esos seis millones de usuarios que ya disfrutan Minecraft en Xbox 360, sientan curiosidad por probarlo, algo a lo que sin duda les animamos.
Su único problema es que quizás llega un poco tarde, y estamos ante un habitual de las ofertas de Steam, que en muchísimas ocasiones hemos podido adquirir por 2 o 3 euros, y que prácticamente cualquier ordenador puede mover sin problemas. Y el control, pese a estar trabajado, es sin duda peor que en PC. Ya disponible en Xbox 360 por 1.200 Microsoft Points, con un lanzamiento cercano –posiblemente mañana- en la PlayStation Network europea por 14,99 euros, es sin duda un juego más que recomendable si te atrae su propuesta, totalmente diferente y original, que os advertimos otra vez, requiere paciencia y dedicación, y que provoca mucho vicio.