Análisis de Sonic CD PSN (PS3, PC, iPhone, Xbox 360)

Los fans del erizo azul de Sega tienen motivos de sobra para seguir de enhorabuena. Tras el más que notable Sonic Generations y como colofón final a este año tan especial para el personaje, en el que ha cumplido su vigésimo aniversario, llega a los bazares digitales el que está considerado por muchos como el mejor Sonic de todos los tiempos a un precio muy económico y con una conversión perfecta a la alta definición.

Originalmente, Sonic CD se lanzó en 1993 para Mega CD y es la entrega que menos se ha relanzado en los distintos recopilatorios que ha hecho Sega con las aventuras del erizo, por lo que se trata de uno de los juegos más desconocido por el gran público (recordemos que Mega CD fue un fracaso comercial). Gracias a esto, este lanzamiento gana en importancia, ya que permitirá que muchos de sus seguidores puedan disfrutar por primera vez de este fantástico título y revivirlo a quienes ya lo jugaron en su momento.

Viajando en el tiempo a 88 millas por hora

El argumento de Sonic CD nos cuenta que existe un pequeño mundo llamado Little Planet donde el pasado, el presente y el futuro confluyen gracias a las piedras del tiempo que se encuentran ocultas en su interior. Una vez al mes, este planeta aparece sobre Never Lake, así que Sonic se dispone a ir hacia allí para ver este evento. Por desgracia, en esta ocasión Little Planet ha aparecido recubierto por un caparazón metálico, ya que el Dr. Eggman está intentando hacerse con el poder de las piedras para dominar el tiempo y el espacio, algo que por supuesto tendremos que impedir a toda costa.

Como se puede apreciar, la historia es muy simple y no se trata más que de una excusa para ponernos nuevamente a los mandos de Sonic, lo que era algo muy habitual en la época. También hay que decir que esta entrega supuso el debut de dos personajes de gran importancia para el universo de la mascota de Sega. Por un lado tenemos a Amy Rose, la autoproclamada novia de Sonic, que en un principio mantuvo un aspecto bastante diferente al que luciría posteriormente. Por otra parte está Metal Sonic, el carismático robot creado por Eggman para copiar las habilidades del erizo y superarle, y que además nos brindaría uno de los encuentros más míticos de las entregas bidimensionales de la saga.

Entrando ya en el apartado jugable en sí, nos encontramos ante un Sonic bastante atípico y a la vez tradicional. Se trata de un plataformas en 2D donde los controles prácticamente no han cambiado nada frente a lo que estamos habituados en la serie. Esto quiere decir que simplemente con un botón de salto y las direcciones nos podremos apañar para superar todas las fases y jefes. En esta entrega también se añadió el Super Peel-Out (o Superlazo en español), un movimiento que podemos realizar pulsando arriba y presionando repetidamente el botón de salto para cargarlo. Haciendo esto nuestro protagonista cargará velocidad para salir corriendo a toda pastilla en el momento que dejemos de pulsar los botones, aunque será vulnerable a los ataques enemigos. Como novedad de esta versión digital, se ha añadido el famoso Spin Dash de Sonic 2, que se realiza de la misma manera pero presionando hacia abajo y que sí nos permite acabar con los enemigos al salir disparados en forma de bola, algo que le quita utilidad al Super Peel-Out.

En cuanto al desarrollo de niveles se vuelve a repetir un esquema similar a lo visto en otros juegos de la serie. Tendremos que recoger anillos desperdigados por las pantallas (si acumulamos 100 nos dan una vida) mientras las recorremos a toda velocidad e intentamos llegar a la meta. Si nos golpean perderemos todos los anillos que teníamos, y si nos hacen daño sin tener ninguno de estos aros dorados perderemos una vida. Otro elemento que se recupera es el de los monitores, que depende de cual rompamos nos darán anillos, una vida, invulnerabilidad, un escudo o super velocidad. Eso sí, sólo está el escudo normal, por lo que no veremos los escudos especiales de Sonic 3, como el de fuego o el de rayos.

Eso sí estamos hablando de un diseño de niveles sencillamente impecable y ejemplar. Las pantallas son muy amplias, grandes y en ocasiones hasta laberínticas. También esconden una gran cantidad de secretos y atajos que nos llevará mucho tiempo descubrir. Además, son de lo más variadas y en cada zona nos encontraremos con retos únicos que aportan mucha frescura y que nos harán adaptarnos a las diversas situaciones que se nos plantearán. Tan pronto estaremos en un nivel lleno de rebotadores, que en otro en el que somos diminutos o que luchamos por nuestra vida buscando burbujas de oxígeno para no ahogarnos bajo el agua. Hay muchas más y bastante originales, pero preferimos no desvelarlas para que las descubráis por vosotros mismos.

Tampoco podían faltar a la cita las clásicas pantallas de bonus. Para acceder a ellas deberemos llegar al final del acto 1 y 2 de cada mundo con al menos 50 anillos, al igual que en el primer juego de Sonic. Si lo conseguimos, junto al panel de fin de nivel aparecerá un anillo gigante en el que podremos introducirnos. En estas fases especiales, la vista se coloca detrás de nosotros y avanzaremos hacia el fondo.

Nuestro objetivo será acabar con los ovnis que allí se encuentren en el tiempo que se nos da, pero tenemos que tener cuidado con diversos obstáculos y de no salirnos de la pista, ya que eso reducirá drásticamente nuestro temporizador. No son difíciles, aunque nos pedirán un poco de práctica. Hay siete distintas, una por cada piedra del tiempo, ya que son el premio por superarlas. Reunir estos artefactos mágicos no es algo fortuito, ya que nos permitirán acceder al final bueno del juego y a su vez conseguir el futuro bueno de cada nivel automáticamente, por lo que si no las conseguimos todas sólo veremos el final malo.

Aunque la característica más importante de este juego y que lo convierte en algo único y especial son los viajes en el tiempo. Cada nivel tiene tres líneas temporales: pasado, presente y futuro. A lo largo de las pantallas encontraremos unos paneles que indican pasado y futuro. Si los tocamos, podremos avanzar o retroceder en el tiempo, según lo que señale el que hayamos tocado. Para ello tendremos que coger velocidad y mantenerla durante unos segundos. Si a mitad de impulso nos chocamos con algo o frenamos, habremos perdido nuestra oportunidad y tendremos que buscar uno nuevo.

En el pasado Eggman ha colocado unas máquinas que convierten en robots a los animales, por lo que si no las destruimos nos espera un futuro desolador, con un mundo completamente destruido y robotizado, mientras que si acabamos con ellas el futuro será feliz, muy colorido y con la naturaleza predominando. Hay una de estas máquinas escondidas en los dos primeros actos de cada mundo. El acto tres de cada uno siempre se desarrollará en el futuro, por lo que veremos nuestras acciones durante el mismo reflejadas en él. Como ya hemos dicho antes, si conseguimos las siete piedras del tiempo el futuro siempre será automáticamente el bueno, por lo que podremos saltarnos este paso. Por último, También encontraremos escondidos en el pasado unos hologramas de Metal Sonic pegando a los animalillos que intentamos rescatar y que podremos destruir.

Con esto, el título nos garantiza cuatro versiones distintas de cada zona, algo que no sólo se ve reflejado en lo visual, ya que cada versión también sufre cambios importantes en su estructura, como ausencia o no de ciertos elementos o una colocación distintas de los enemigos. Por ejemplo, en el pasado no encontraremos puntos de control. Esto otorga un valor rejugable enorme al juego, ya que querremos volver a pasárnoslo para tomar rutas distintas, ver un final u otro, o disfrutar de alguna línea temporal que nos hayamos perdido.

Todo esto además se ve aderezado con la inclusión de logros y trofeos, ya que uno de ellos nos pedirá que acabemos con todos los hologramas de Metal Sonic y con las máquinas de Eggman, todo un desafío y que hace que viajar en el tiempo sea algo no tan opcional. Y es que aquí se encuentra otra de sus virtudes, los viajes temporales son completamente opcionales, por lo que cada uno podrá abordar el título como prefiera. Puede intentar pasarse las pantallas corriendo sin más con el fin de llegar lo antes posible a la meta, pararse a investigar a fondo cada mundo, intentar conseguir los futuros buenos, etc.

Por otro lado, tenemos que mencionar a los jefes finales a los que nos enfrentaremos en el acto 3 de cada mundo. Nuevamente será Eggman el encargado de ponernos las cosas difíciles con sus diversas creaciones, a excepción de uno de los mundos donde el rival a batir será Metal Sonic. Estos enfrentamientos son sumamente variados y originales, y aunque no sean demasiado difíciles y las estrategias a seguir sean algo sencillas, resultan de lo más gratificante y aportan ese plus de variedad que tan bien le sienta a estos juegos.

La dificultad no es demasiado alta si simplemente queremos llegar al final del juego, aunque las cosas se complican si lo que pretendemos es conseguir todas las piedras del tiempo o conseguir los futuros buenos. Esta entrega tampoco es precisamente larga, ya que se puede completar por primera vez en 30 o 40 minutos. De hecho, hay un logro consistente en pasárselo en modo contrarreloj en menos de 25 minutos, algo que nos puede dar una idea de su duración. Eso sí, esto se ve ampliamente paliado y solucionado con el altísimo nivel de rejugabilidad que hemos comentado anteriormente. Además, también se han incluido marcadores online para que nos podamos "picar" intentando superar los récords de los mejores.

Finalmente, tenemos que mencionar una de las novedades más llamativas de esta versión: la inclusión de Tails. Completando la aventura por primera vez desbloquearemos al famoso zorro de dos colas y compañero inseparable de Sonic. Tails no correrá tanto como el erizo azul, pero cuenta con la utilísima habilidad de volar, algo que nos permitirá superar las fases con bastante soltura y desde otra perspectiva.

Un gran trabajo de conversión

Lo primero que hay que dejar claro, es que a nivel técnico no se trata de una conversión sin más del original. Los gráficos se han adaptado perfectamente a la alta definición, la pantalla se ha adaptado para que se vea en panorámico sin cambiar ni deformar su aspecto original y sin bordes, y el título funciona a unas gloriosas 60 imágenes por segundo constantes, por lo que este Sonic CD se mueve más fluido y rápido que nunca, algo que beneficia mucho a su jugabilidad y disfrute. Los escenarios están llenos de detalles, con una gran cantidad de elementos en pantalla y con un buen trabajo artístico que nos hará distinguir sin problemas las distintas líneas temporales, todas ellas genialmente representadas visualmente.

Por si esto fuera poco, también se han incluido tres filtros de imagen distintos para satisfacer las necesidades de todo el mundo. Por un lado tenemos la opción de Definido, que suavizará la imagen y eliminará cualquier rastro de los píxeles originales, algo que lo hace lucir estupendo y muy nítido. En el otro lado de la balanza tenemos el modo Nostalgia, que nos mostrará el título tal cual lo veíamos originalmente en Mega CD en nuestras antiguas televisiones de tubo, mientras que por último tenemos el modo Suave, que anda a medio camino entre Definido y Nostalgia, mostrando píxeles pero algo más suavizados.

En lo que respecta al sonido, esta versión nos deja escoger entre la banda sonora original japonesa/europea y la americana, todo un acierto para que cada cual escoja su preferida. Ambas son de gran calidad, aunque si tuviéramos que quedarnos con una nos decantaríamos sin dudarlo por la japonesa, que es sencillamente magistral y que ya ha pasado a la historia de los videojuegos como una de las más recordadas. Además, cada canción tiene una variante para cada línea temporal, lo que no hace más que aumentar su grandeza. Sin embargo, en esta adaptación nos encontramos un pero que molestará a más de uno. Y es que los geniales temas "You Can Do Anything" (más conocido como Toot Toot Sonic Warrior) y "Believe in Yourself" que sonaban en la introducción y los finales animados respectivamente se han visto modificados y se ha prescindido de usar la parte vocal de ambos por desgracia.

Los efectos de sonido por otro lado están al mismo nivel de siempre y se reutilizan también los mismos que ya hemos escuchado cientos de veces en esta saga, como el característico sonido que se oye al recoger un anillo o al saltar.

Conclusiones

Sin lugar dudas, Sonic CD supone todo un regalo que recibimos con los brazos abiertos. No sólo se trata de uno de los mejores Sonic que se han hecho nunca, sino que también es una gran conversión con un buen trabajo de adaptación, algo que por desgracia no resulta tan habitual de ver hoy en día. Su precio también ayuda a que no podamos hacer otra cosa más que recomendar su adquisición, ya que por menos de cinco euros se convierte en una opción muy tentadora y económica.

Nos cuesta encontrarle fallos más allá de la escabechina realizada con los temas de la introducción y de los finales en su versión japonesa/americana. Por pedir no habría estado de más alguna que otra novedad aparte de las comentadas, ya que a efectos prácticos nos encontramos con el mismo juego de Mega CD con un par de retoques y añadidos a nivel jugable, aunque tampoco le hacen demasiada falta, puesto que el título ha envejecido a la perfección y sigue siendo tan divertido y fresco como en aquel entonces. Todo un imprescindible que no podéis dejar escapar.