Análisis de Rambo (PS3, PC, Xbox 360)

Hay películas que podrían ser llevadas al mundo de los videojuegos sin grandes complicaciones. El famoso juego de E.T. fue un desastre, pero sólo la idea de llevarlo al ocio interactivo de manera exitosa ya es difícil. En cambio el anuncio de Rambo The Videogame tenía todas las papeletas para traer de vuelta todo lo que nos gusta del cine ochentero: diversión, violencia desenfadada, personajes carismáticos y una historia sencilla pero bien contada. Rambo ha influido mucho en multitud de sagas protagonizadas por duros y solitarios hombres en un entorno hostil; Hideo Kojima lo ha mencionado como inspiración clara de Metal Gear Solid 3: Snake Eater. El problema está cuando la encargada de desarrollar el juego es Teyon, un estudio que en su historial plagado de títulos descargables para iOS y portátiles de Nintendo encontramos como título más conocido Heavy Fire: Afghanistan, que no destaca precisamente por su calidad.

Hacer un juego flojo de Rambo The Videogame no era imposible, y aquí tenemos la prueba. Hemos sido aficionados al género de los disparos con pistola de luz, los también llamados disparos sobre raíles, durante su época de mayor apogeo en los 90. Y nos gusta John Rambo. Acorralado (First Blood) no necesita una interpretación de altura por parte de Stallone, pero te mantiene pegado a la silla por su planteamiento realista y alejado de la máquina de matar con el que más tarde se le identificó. Juntar género y licencia ya es una historia diferente. Y hacerlo mal hace un flaco favor a los fans de esta mítica saga y a los jugadores en general. Una auténtica lástima porque podríamos estar ante un lanzamiento repleto de acción en mundo abierto, sigilo y situaciones emocionantes de First Blood, First Blood Part II y Rambo III. Lo que tenemos dista mucho de lo deseado.

Rambo The Videogame sigue las escenas más conocidas de las películas y en cierta forma intenta llevar la variedad de situaciones a la jugabilidad. El primer problema está en que los desarrolladores han decidido contar la historia mediante flashbacks bastante inconexos, entre los que el Coronel Trautman narra un poco lo que sucede. Si no has visto las películas, es comprensible que no tengas ni idea de qué sucede ni las motivaciones de Rambo. El personaje de por sí ya es bastante plano, pero no idiota ni salvaje. Aquí pasamos de un Rambo vagabundeando por la ciudad, un diálogo con el sheriff de Hope –un pueblo de Washington-, la escena en la comisaría y en dos minutos ya aparece la escena del helicóptero persiguiendo al veterano soldado. Como resumen rápido si tienes la historia fresca puede valer, como homenaje no. ¿Sólo se ha pagado la licencia para utilizar un nombre con tirón? Teyon nos da la imagen más cavernícola de Rambo, el despiadado guerrero que aquí ni siquiera distingue norteamericanos de vietnamitas, vamos a matar decenas de agentes en un bosque y la ciudad –por mucho que podamos desarmar a los policías, lo más fácil es el tiro en el pecho-, cuando en First Blood sólo moría una persona, y por accidente.

Esa falta de respeto a la historia está también reflejada en el aspecto de Rambo, más parecido a un muñeco de látex que al auténtico actor. Vale, es posible que el actual Sylvester Stallone tenga en su cara más bótox que carne, pero eso no quita que estemos ante maniquíes sin expresión alguna. El término uncanny valley -valle inquietante- se queda corto.

Muchos de estos defectos se podrían olvidar o por lo menos pasar a un segundo plano si el juego fuese entretenido, porque para la historia, ya tenemos las películas. Bien, eso se podría aceptar incluso apuntando bajo por el legado de los desarrolladores, pero incluso poniendo todo de nuestra parte es complicado mencionar aspectos positivos de Rambo The Videogame. Quizás que la banda sonora en algunas circunstancias está bastante bien, y algunos paisajes de bosque dan el pego –para un estudio semidesconocido como Teyon-, pero ni siquiera estos dos apartados se salvan de la quema.

Para las voces se han usado grabaciones originales y su calidad, sea por la fuente de la cinta o por su paso al formato digital, es muy cutre, parece que estamos escuchando una cinta casette y de las muy gastadas. La intención era buena: contar con las voces originales; en la práctica, no todo vale. Y los gráficos, más allá de las muñecas hinchables que simulan ser actores, tenemos unas animaciones –para las escasas secuencias cinemáticas que veremos- dignas de la época anterior a la captura de movimientos. Lo de usar una fotografía de baja resolución de Trautman pasada por filtro de acuarela para uno de los menús del juego es sólo una muestra de los valores de producción de este lanzamiento.

El juego sigue, a su manera, a las recreativas en plan Time Crisis o Virtua Cop, acompañado de los peores ticks de la industria actual. Un juego completamente de disparos de Rambo, ¿por qué no? En manos de un equipo competente daría algo potable. Si lo juegas con PS Move en PlayStation 3 o con el ratón de PC todavía tendrá un poco de gracia, si lo juegas con mando… Realmente no deberías jugarlo. En cualquier caso, te vas a enfrentar a puñados de enemigos que te disparan y ocasionalmente hacen amago de esconderse. Tú puedes ocultarte también, un poco parecido al juego de Namco, aunque no en todas las pantallas, de manera que a veces no queda más remedio que disparar a pecho descubierto. Ni siquiera en la mayoría de coberturas estaremos a salvo, hay laterales en los que quedamos expuestos a las balas, o incluso un enemigo se acerca y nos encañona desde arriba, causa de no tener un cronómetro que nos marque el ritmo de juego.

Aunque en la teoría este género podría funcionar, lo cierto es que no lo hace. La recarga de armas es lenta, pretendiendo aparentar realismo –parecido a un first person shooter con toda la animación de cambiar cartuchos- y eso nos deja vendidos durante valiosos segundos. Parece un detalle estúpido, pero no lo es. En los momentos de cobertura se puede aceptar, en los que no hay escondite posible haremos el ridículo recargando mientras nos tragamos todo el plomo enemigo rezando para que el daño no sea mucho. Además, no hay ningún mensaje claro e inequívoco de que debemos recargar –aquella famosa palabra de "reload" que escuchabas en Time Crisis y aparecía en toda la imagen- lo que nos deja vendidos constantemente.

La vitalidad no se consigue disparando a botiquines, se obtiene pasando a un estado de furia en el que el tiempo se ralentiza y cada baja conseguida nos reporta más salud. El tiempo es muy breve, aunque puede ser ampliado, y con el control del cursor –sobre todo si juegas con pad- se hará complicado acertar en esos instantes, y no porque sea un juego difícil, es porque se controla mal. Luego tenemos granadas –dependiendo del capítulo, no siempre- y los típicos barriles explosivos colocados oportunamente cerca de las filas enemigas. Esto es el grueso de la jugabilidad en Rambo The Videogame, pero hay unos cuantos giros que en lugar de sumar, restan.

Las películas de Rambo no son una guerra abierta constantemente. Nuestro héroe debe utilizar su astucia en secciones de sigilo para apuñalar policías o acabar con carcelarios en una remota prisión de Vietnam. Ya de entrada sigilo en un juego de disparos para pistola rechina mucho, y más cuando comprobamos que se trata de secciones de pulsación de botones QTE sin ningún tipo de interés. O aciertas o fallas, o cortas el cuello o el enemigo te dispara a la cabeza. De esta manera se cuentan escenas que en las películas eran míticas, como la del sheriff buscando a Rambo en el bosque y éste demostrando quién manda fuera de la ciudad. Se da carpetazo a First Blood de una manera muy triste, en una hora –jugando bien, mucho menos- hemos terminado los episodios correspondientes a la primera historia y llegamos a las secuelas, mucho menos variadas en cuanto a planteamiento y escenarios. También veremos que en la noche, gracias a nuestro arco, hay tramos de sigilo que consisten simple y llanamente en pulsar un botón cuando los focos no iluminan el camino, o eliminar rápidamente a los soldados que nos pueden ver. Una mecánica que sobra completamente en este tipo de juego.

Para añadir un poco de rejugabilidad o profundidad, pues Rambo The Videogame tampoco es que sea un juego largo –en tres horas lo puedes despachar- hay un sistema de mejoras y desbloqueos de nuevas armas cumpliendo unos requisitos. Nada que suponga rejugarlo da más diversión. El cooperativo para dos jugadores en cambio sí tenía más potencial, pero lo único que tenemos son los mismos errores y jugabilidad arcaica en pareja –con un segundo usuario que no pinta nada en la historia, porque se supone que sólo controlamos a un personaje, Rambo-. Si por lo menos se hubiese contemplado la pantalla partida y recorrer el escenario desde dos puntos de vista, tipo Time Crisis 2 y secuelas, todavía tendría sentido.

Conclusiones

Nos habría encantado ver una buena adaptación a videojuegos de este mítico personaje de acción. Seguir los pasos de Rambo pero de verdad, explorar el bosque o las junglas, utilizar trampas, acabar con batallones a base de cuchillo o metralleta, no a golpe de QTE prefijado. Lo que podría ser el sueño de toda una generación de jugadores que supera los treinta años queda muy deslucido al ver que sólo se ha visto la perspectiva belicista del personaje desde una manera caricaturesca. Las situaciones extraídas directamente de la trilogía lo único que harán es recordarnos los buenos momentos frente a las películas, querer apagar la consola o PC y poner el DVD. Rambo The Videogame no está a la altura ni de la leyenda ni del género arcade que pretende emular.

Aunque este lanzamiento se deja jugar si somos muy benévolos, existe un mundo de alternativas más divertidas ahí fuera que merecen más tu dinero y no mancillan los recuerdos. Si eres un auténtico fanático de Stallone, deberías ser el primero en cabrearte por el juego.