Análisis de Need for Speed Shift (PS3, Xbox 360)
Pese a que en los últimos años la saga ha tenido altibajos en su calidad, una recepción tibia entre su público y creciente competencia, Need for Speed sigue siendo una de las marcas y sagas más reconocibles en el mundillo del videojuego, equiparable en fama a Gran Turismo, aunque con un "sabor" siempre diferente. Si el simulador de Sony es el referente de velocidad seria, rigurosa y perfeccionista, Need for Speed intenta siempre captar ese espíritu de la pasión por los coches y la velocidad, especialmente tras convertirse en el referente de los juegos de "tuning" justo cuando este fenómeno estaba más de moda, con el lanzamiento de Need for Speed Underground.
Han pasado ya unos años desde que dieron tanto en el clavo, y las últimas dos ediciones del juego han destacado justamente por fallar un poco el tiro. ProStreet intentó acercar la saga a las carreras más tradicionales, pero no resultó demasiado redondo y salió plagado de fallos; Undercover, por su parte, intentó hacer que la saga volviese al espíritu de Most Wanted o Carbono, pero pese a la mejora respecto a ProStreet, lo consiguió a medidas y no llegó a convencer como hace años. Con Need for Speed Shift, que sale tan solo diez meses después de Undercover, la saga vuelve a reinventarse. Independientemente de que la inmersión en un mundo de carreras en circuitos guste o no a los fans de la saga, Electronic Arts ha conseguido un impresionante juegos de carreras, con algunas ideas realmente logradas y una aproximación a la simulación que se queda en el punto justo para no echar para atrás a aquellos que busquen velocidad sin complicaciones.
La dosis justa de simulación
Need for Speed Shift no se acerca en simulación y atención al detalle a Forza Motorsport o Gran Turismo, pero aporta muchas cosas además del mencionado estilo de simulación. En primer lugar, el grado de realismo y exigencia es muy configurable, y de hecho la primera carrera del juego hará que el sistema nos sugiera qué aproximación elegir. Podremos desde correr sin ningún tipo de ayuda ni control de tracción, hasta tener todo tipo de sistemas de apoyo, como en aquellos juegos de Formula 1 en los que solo teníamos que preocuparnos a la hora de adelantar. De este modo el juego se hace accesible para todos los jugadores, pero al mismo tiempo manteniendo ese aliciente para los amantes de la habilidad. Sin ayudas nunca llega al nivel de exigencia de los mencionados referentes del género, pero se les acerca, lo que está bastante bien y es un logro. La opción clave a activar o desactivar es, claro está, la marca de trazada, que al igual que en Forza Motorsport, es inteligente y nos dice cuándo deberíamos frenar cambiando de color, desde verde hasta rojo con sus grados intermedios.
Otra de las facetas novedosas del juego es la inclusión de una vista interior desde el coche que, al contrario que las que se han intentado hasta el momento, funciona muy bien. De hecho, Shift es probablemente el primer juego donde podemos optar por esa vista sin problemas, y disfrutar del juego como si estuviésemos dentro de la cabina. Otro títulos han intentado incluir esta vista con mayor o menor suerte, pero es que Shift apuesta por ella, y realmente consigue que nos "arriesguemos" a usarla, y que funcione a la perfección, Además, los efectos de distorsión que se aplican a la imagen cuando vamos a máxima velocidad funcionan especialmente bien en esta vista, haciendo que se vuelven borrosos el volante y el interior del coche y que solo veamos nítida la carretera.
Un modo carrera muy interesante
Como podéis ver, Shift tiene muy poco que ver con anteriores Need for Speed, tanto los de carreras callejeras como los originales o el relativamente reciente ProStreet. Es una revolución total dentro de la saga, no parece un Need for Speed, pero como juego de carreras es excepcional. Junto a la jugabilidad cercana a la simulación tenemos unos rivales con personalidad, a veces agresivos, otra veces cautelosos, pero que no se resignarán a seguir una línea de recorrido marcada por el juego sno que competirán contra nosotros. Unas veces cometererán errores, otras jugarán sucio contra nosotros, pero la sensación de estar compitiendo se nota constantemente y eso por supuesto es algo muy bueno.
Además de todo esto, el modo carrera (llamado historia) funciona muy bien y apuesta por un sistema de recompensas diferente al clásico y esperable de cuanto más carreras ganes mejor. Por supuesto es conveniente quedar de primero en las pruebas, pero el juego bonifica no solo nuestra clasificación sino también nuestra forma de conducir y ciertos retos especiales en cada uno de las pruebas, logrando uno de los sistemas de progreso menos frustrantes y más originales que hemos visto en mucho tiempo. Como si de un Super Mario se tratase, las pruebas y las categorías a las que tenemos acceso las determina el número de estrellas que hayamos ganado. Cada prueba tiene un cierto número de estrellas que nos puede otorgar, y a grandes rasgos la mitad de ellas se refieren a la posición en la que quedemos. Las otras las ganaremos cumpliendo algunos objetivos especiales (por ejemplo, hacer un derrape de tantos segundos, o una vuelta perfecta), y ganando un suficiente número de "puntos de piloto", una de las características más interesantes del juego.
Recibiremos puntos de piloto cuando realicemos acciones de precisión o de agresividad. Las primeras son vueltas perfectas, curvas bien tomadas, sectores limpios de choques y de salidas de pista, o adelantamientos "elegantes". Los segundos, técnicas más o menos sucias como lograr que el rival trompee, sacarle de la pista, ponernos a su rebufo para aprovechar que rompa la resistencia del viento, o incluso derrapar en las curvas. Tanto las acciones limpias como las sucias se sumarán a la misma cuenta, y los puntos en general se contarán como de precisión o de agresividad dependiendo de en qué categoría hayamos sumado más puntos. A medida que vayamos sumando puntos iremos ascendiendo en nuestro perfil de piloto, recibiendo recompensas, y caracterizándonos como un piloto de precisión o de agresividad, recibiendo diferentes invitaciones a pruebas y mejoras. Un sistema de evolución independiente de nuestra posición en las carreras, que incentiva a probar cosas nuevas o a identificarnos con un estilo e intentar jugar de esa manera. Otro acierto.
A medida que vayamos sumando estrellas iremos tendremos acceso a nuevas pruebas, a medida que vayamos ganando carreras conseguiremos dinero para invertir en nuevos coches y mejoras para éstos, y cuando tengamos el suficiente número de estrellas accederemos al tour mundial Need for Speed, el "techo" del juego, donde competiremos en las pruebas más duras con los coches más potentes y los rivales más competitivos. Una progresión estándar y predecible, pues aquí hay poco que inventar, pero el modo de llegar hasta ahí y la variedad de pruebas lo hace muy adictivo. Aparte de las carreras normales y sus diferentes variaciones, con requisitos o sin ellos, contamos con pruebas de contrarreloj, donde el objetivo es hacer la vuelta más rápida (pero aún así tenemos rivales en pista) y pruebas Drift, que al estilo de los Need for Speed anteriores, bonifican nuestra manera de derrapar, aunque esta vez de manera más técnica que nunca. Aunque la variedad de pruebas no es apoteósica, sí es la suficiente como para que el juego no se haga monótono, y el hecho de que en todo momento estén puntuando los detalles de nuestra conducción le da un aliciente extra.
Junto con el modo historia hay un multijugador bastante estándar, si bien tiene un par de detalles interesantes. Las carreras rápidas y configurables son lo que uno puede esperar, pero el modo Driver Duel es bastante interesante. Comenzamos desde abajo, con coches de menor potencia, enfrentándonos a rivales de habilidad similar, y vamos subiendo, cada vez con pruebas más difíciles, rivales de mayor categoría, y coches más potentes... si perdemos, otra vez a empezar de cero. Por lo que hemos podido probar, funciona sin ningún problema.
A nivel gráfico Shift destaca por la sensación de velocidad y por ciertos efectos como el ya mencionado del blur cuando vamos a toda velocidad. El modelado de los coches está bien aunque dista de lo visto en los gigantes del género, si bien los daños en tiempo real están muy bien conseguidos. Los escenarios tienen bastante nivel de detalle salvo algunas excepciones, y el juego se mueve bien salvo alguna que otra ralentización. Un efecto discutible es el que se aplica a la pantalla cuando chocamos: la imagen se vuelve en blanco y negro y se distorsiona durante unos instantes, lo que hace difícil que podamos identificar bien el trazado y el color de la línea de trazada... un castigo quizás demasiado duro.
El apartado sonoro está al mismo nivel que el de resto de producciones de Electronic Arts, con una banda sonora bien nutrida de temas que se relacionan bien con el ambiente de alta competición y velocidad del juego, unos efectos sonoros de motores y colisiones al nivel esperable, y un buen doblaje al castellano en los numerosos vídeos de presentación de pruebas y tutoriales que nos encontraremos. Se nota mucho el esmero de Electronic Arts en "explicar" los cambios del juego a los aficionados de Need for Speed acostumbrados al estilo de las últimas entregas, y los tutoriales son muy numerosos y cuentan con un excelente doblaje al castellano.
Need for Speed Shift es toda una sorpresa. Ya la esperábamos, porque lo habíamos visto en numerosas ocasiones tras el escepticismo inicial de su anuncio (prácticamente a principios del año). Quizás los que esperen y quieran un Need for Speed de los de toda la vida se sientan decepcionados, aunque extrañados sería la palabra más adecuada, pero si buscas un juego de carreras Need for Speed Shift es de lo mejor que hay actualmente. Aporta la dosis justa de simulación, sin pretender ser un Forza Motorsport o un Gran Turismo, pero sin duda está más lejos de ser un arcade. Su modo carreras es completo y muy equilibrado, y engancha fácilmente. Quizás se echa de menos algo más de chicha en el modo online, aunque aporta lo suficiente para que también sea adictivo. Electronic Arts ha reinventado la saga Need for Speed y puede que el año que viene vuelvan a sus "raíces" de conducción urbana e historia de crimen, pero se convierta en una rara avis o una subsaga dentro de Need for Speed, hoy por hoy Shift es uno de los mejores juegos de coches.