Análisis de MX vs. ATV Alive (PS3, Xbox 360)
Tras MX vs. ATV Unleashed de 2005, pasando por MX vs. ATV: Untamed en 2008, y MX vs. ATV. Reflex que llegó a Europa el año pasado, llega esta cuarta entrega: MX vs. ATV Alive. Una saga referente en el deporte del motocross y de los ATV –o quad-, desarrollada por Rainbow Studios, ahora conocidos como THQ Digital Studio Phoenix. Un estudio que lleva dando guerra desde 1995 con diversos títulos de conducción, y del que los más antiguos del lugar recordamos con especial cariño el divertido Motocross Madness editado por Microsoft en 1998.
Tras refinar la jugabilidad y los apartados técnicos a lo largo de tres entregas, es ahora en este cuarto título cuando la saga ha alcanzado la total madurez, con una jugabilidad excelente, a caballo entre el arcade y el simulador, aunque casi más cerca de esto último, y unos gráficos que tienen su punto fuerte en la deformación del terreno, una de las novedades del año pasado, que ahora se ha mejorado mucho. Pero THQ ha decidido usar este producto como conejillo de indias, con una nueva estrategia en la que el juego llega al mercado con un precio más bajo de lo habitual -40 euros-, pero también con una reducción de sus contenidos, que van a ir renovando y aumentando cada semana a través de contenidos descargables de pago.
Habrá a quien le guste esto, otros lo criticarán, y sin duda parece una estrategia arriesgada, y a todas luces experimental. Tenemos doce circuitos Nacional, cuatro Pistas cortas, dos recorridos libres y nada más. Además desde el inicio solo podremos acceder a dos de cada, ya que para poder desbloquear el resto tenemos que subir de nivel, una primera tanda cuando llegamos al nivel 10 y el resto cuando alcanzamos el 25. Y ningún modo de juego, es decir, solo podemos correr carreras en estos circuitos contra otros rivales e ir adquiriendo experiencia y conseguir mejores tiempos y puntuaciones, sin la posibilidad de disputar torneos o campeonatos, aunque sí trae un modo multijugador tanto local como por internet.
La jugabilidad como ya hemos dicho al principio nos parece todo un acierto, y tras varios títulos de MX parece que han dado con la fórmula exacta. Con el stick izquierdo del mando manejamos la moto y con el derecho el cuerpo del piloto, y las sensaciones que se consiguen en la conducción nos parecen de las más realistas que hemos probado en un juego de este género. Se nota perfectamente en el control el relieve del terreno –también ayuda a esta sensación la vibración del mando- y aunque tiene algunas concesiones al arcade, ya que es bastante permisivo con los toques con los rivales –no es fácil caerse al suelo por este motivo-, es bastante exigente, más cerca de un simulador que de otra cosa. Además si queremos hacerlo todavía más realista podemos desactivar un par de asistencias, como son la ayuda en el salto y en las curvas, volviéndose mucho más complicado.
Los ATV y quad por el contrario nos gustan un poco menos, no porque sean mucho más difíciles de manejar debido a su mayor potencia, de hecho tenemos cierta ventaja en las carreras en las que competimos con las motos, ya en el cuerpo a cuerpo tenemos las de ganar, sino porque sin duda resultan menos divertidos que las motos, con menor sensación de libertad, y sí se descontrolan más, aunque giran, sorprendentemente, igual de fácil que una moto.
En ocasiones, cuando perdamos el control de la moto por cualquier motivo y nos vayamos a caer, se ha habilitado un sistema que nos puede hacer evitar este fatal destino en el último momento. Una flecha sale en pantalla indicando una dirección y si realizamos con el stick derecho ese movimiento a tiempo impediremos nuestra caída. Suena algo arcade e irreal, pero queda bien y coherente una vez estamos jugando. En esta edición en la que se le ha dado tanta importancia a los puntos de experiencia –los conseguimos como piloto y para nuestro vehículo-, según subimos de nivel vamos desbloqueando todo tipo de accesorios, incluso unos vídeos de profesionales del MX que nos dan una palmadita en la espalda por lo bien que lo estamos haciendo. Pero lo más peculiar es que conseguimos habilidades para equipar a nuestro piloto –solo 2 a la vez-, por ejemplo Arriba que nos permite recuperarnos más rápido de lo normal de un accidente, o Evítalo, que facilita evitar posibles golpes.
El punto más negativo sin duda nos parece la total ausencia de tutoriales, ya que dan por hecho que todos ya hemos conducido una moto en alguna ocasión, hemos jugado a un título de esta saga, y sabemos hacer trucos como si fuéramos Travis Pastrana. Lo primero se soluciona a base de correr, además en las pantallas de carga nos dan algunos consejos, pero cómo hacer trucos no se explica en ningún momento, lo que nos parece un gran error, ya que además una de las tres modalidades iniciales –Recorrido libre- se basa en esto. Un enorme paisaje abierto que podemos recorrer a nuestro antojo con todo tipo de montañas y rampas donde poder hacer el cabra, si es que sabemos cómo, claro.
Las otras dos pruebas principales son Nacional, circuitos de tamaño más o menos amplio con hasta 12 corredores, en los que lucharemos por quedar entre los tres primeros y conseguir una medalla, y Pista corta, reducidos espacios –por ejemplo el primero es un simple ocho- en los que se cruzan tramos, por lo que pasar por esos cruces con pilotos pasando en dos direcciones se vuelve toda una ruleta rusa, muy divertidos la verdad, a la vez que caóticos. Antes de comenzar una carrera tendremos que elegir la dificultad de nuestros contrincantes –entre cuatro-, la cantidad de vueltas y si queremos competir solo con vehículos de nuestra misma clase o mezclar MX, ATV y distintas potencias de los motores. Habrá que subir pacientemente de nivel –hasta el 10 y el 25- para poder desbloquear más circuitos, y los dos por prueba iniciales nos los acabaremos conociendo al dedillo. También se incluye multijugador local para dos jugadores y multijugador por internet para doce.
Si compramos el juego por primera vez –vamos que no de segunda mano-, tendremos un código, con el que podremos descargar algunos circuitos extra. Lo que nos permite acceder a otro tipo de prueba más, Supercross, y correr en dos estadios estas apasionantes competiciones. Este contenido gratuito y otros de pago de descargan en Motoclub Depot, lo que viene a ser la tienda del juego. Desde equipaciones, cascos, gafas, parches, vehículos hasta eventos. En el contenido inicial solo tenemos, tanto para las motos MX como para los quad ATV, las marcas Blaze y Takashi, y si queremos acceder a cosas "más serias" tendremos que pasarnos por esta tienda para hacernos con modelos de Yamaha o KTM.
Gráficamente aunque no deslumbra en un primer momento, una vez vamos jugando se le van descubriendo más virtudes que defectos. Las animaciones de los pilotos sobre las motos están bien recreadas, aunque no tanto las caídas, en las que las reacciones de los cuerpos al golpearse contra el suelo no convencen. Las motos, bien modeladas, dejan su marca en el suelo y salpican tierra y arena. Con el paso de las vueltas se va deformando el trazado, incluso llegando a afectar a la jugabilidad, y se ha hecho un gran trabajo al respecto, mejorando lo que apuntó MX vs. ATV Reflex el año pasado. La sensación de velocidad está muy lograda, y aunque las texturas no sean nada del otro mundo, y apenas hay efectos gráficos, los entornos donde se desarrollan las carreras están bien recreados, sobre todo en lo que se refiere a la vegetación y la variada orografía de los circuitos.
Estos transcurren en parajes muy variados, desde selvas, montañas, desiertos a lugares nevados, por lo que no aburren, y además cuentan con elementos que cuando son golpeados pueden quedar en medio del trazado, lo que le da un punto realista y de imprevisibilidad a las carreras bastante destacable. Los sonidos de las motos cumplen, sin nada que destacar, pero la banda sonora, compuesta completamente por temas rock, le sienta como un guante al juego.
Un notable y refinado simulador de motocross, entretenido en todo momento, incluso para quienes no tenga interés alguno por esta disciplina y ni siquiera le gusten las motos, ya que la experiencia de conducción es tan grata –y retante- que divertirá a cualquier amante de la velocidad. Por supuesto un imprescindible para los amantes de este deporte, aunque siempre y cuando sepan sus carencias. Corto de contenidos, tanto en circuitos como en motos, y la ausencia casi total de modos de juego que no sean correr una y otra vez para subir de experiencia. Un precio reducido de salida para que luego sean los usuarios quienes decidan qué contenidos quieren adquirir para hacerlo más completo. Una apuesta cuanto menos curiosa y arriesgada por parte de THQ que veremos cómo les sale, ya que sería una pena que este polémico hecho empañara y lastrara el gran trabajo que se ha hecho con el juego en sí.