Análisis de Lost Planet (PS3)
Visitar un planeta perdido no suele ser buena idea, como nos han demostrado el cine y los videojuegos. Lost Planet: Extreme Condition demuestra esta teoría poniendo a prueba al jugador en duras condiciones, ya sea el clima de D.N.E III o a sus peligrosos habitantes.
La historia de Lost Planet: Extreme Condition sitúa la acción en un futuro hostil, en el que la humanidad ha migrado a la conquista de planetas, algunos más acogedores que otros. En el que se nos sitúa, D.N.E III, las condiciones climáticas son extremas, ya que un frío constante mantiene un estado eterno de invierno, haciéndolo casi inhabitable. Para colmo de males, unas criaturas autóctonas están dispuestas a poner las cosas difíciles a los nuevos inquilinos, los "Akrid", monstruosos seres de todo tipo y formas, mayormente inspirados en insectos, gusanos y arañas, y de tamaños generosos. La colonia humana del planeta decide marcharse, pero algunos deciden quedarse por diferentes motivos; mientras unos aún mantienen la esperanza de rechazar a los Akrid y convertir el lugar en una zona más cómoda, otros se aíslan y se vuelven hostiles hacia otros seres vivos, los llamados "piratas de la nieve". La única esperanza que posee el equipo que se resiste a las bestias es la cálida fuente de energía que llevan en su cuerpo, y es que en D.N.E III la temperatura obliga a los habitantes a llevar trajes especiales que acumulan el calor durante un periodo de tiempo, ya sea de postes radares, maquinaria o los cuerpos caídos.
El prólogo comienza esta desoladora situación, y presenta a Wayne, uno de estos resistentes que sufre un percance cuando un gran Akrid ataca a un grupo y mata al padre del protagonista. Tras reponerse gracias a la ayuda de un equipo que lo encuentra en su vehículo mecanizado, tomaremos el control para explorar el plantea a lo largo de misiones alrededor de una hora de duración que se nos van encargando y que desarrollan la trama, no demasiado compleja pero suficientemente efectiva para este tipo de juegos de acción. No faltarán sorpresas y giros que añadirán algo de dramatismo, especialmente con la temprana aparición en escena de NEVEC, una corporación atraída por los recursos naturales del planeta, con la intención (en principio) de cambiar la climatología y el terreno para hacerlo habitable. Todo este avance argumental se mostrará durante las secuencias cinemáticas situadas entre misiones, limitando la comunicación con los compañeros por medio de pequeñas frases o consejos del estado actual de la aventura.
Lost Planet: Extreme Condition es un juego en tercera persona enfocado a la acción, principalmente. Esta no es toda la verdad, puesto que los más seguidores del género FPS disponen de la opción de modificar la cámara en varios puntos acercándola desde una vista similar a Resident Evil 4 (bastante próxima a la espalda del protagonista) a una en primera persona, la cual no es del todo práctica en algunos momentos, salvo en tiros de precisión (como el uso del rifle francotirador o para derribar a enemigos a gran distancia). Por suerte, una mira en pantalla indica en todo momento la dirección del arma y cambia de color para señalar que apuntamos a un objetivo sensible de ser disparado.
Tampoco debemos olvidar que, a pesar de contar con una gran cantidad de tiroteos, se introduce una pistola de garfio que facilita mucho el ascenso por colinas o estructuras; de aquí se incorpora un pequeño matiz de plataformas muy básico que exige algunos saltos y sentido táctico para las batallas, en los que el escenario permite ir a ras de suelo o sobre algún tipo de tejado o ruina con el objetivo de evitar enfrentamientos directos con los Akrid más corpulentos. Algunas sorpresas en forma de armas, munición o monedas ocultas esparcidas por la misión son también susceptibles de esconderse tras salientes visibles.
Para los casos más peliagudos necesitaremos echar mano de los "Vital Suit" (VS), robots controlables que dan ese toque característico japonés al juego. Existen varios tipos de mecha, cada uno con una habilidad especial tal como grandes saltos en vertical o transformaciones en moto nieves que facilitan el transporte a mucha velocidad. Generalmente son de control algo duro, pero no tardaremos en acostumbrarnos, además de contar con un gran poder de devastación en caso de acoplar dos armas poderosas, desde un láser hasta lanzamisiles o cañones gatling; estos "juguetes" tienen la particularidad de poder ser desacoplables y utilizados cuando nos encontramos a pie. Para desgracia nuestra, los piratas rivales disponen también de sus VS que no dudarán en utilizar contra nosotros con la misma contundencia que lo haríamos sobre ellos.
El arsenal del juego es variado y va desde las clásicas ametralladoras hasta escopetas y otro tipo de pistolas más futuristas como las pistolas de energía, pero simultáneamente solo será posible llevar dos de este tipo más las granadas, desde las explosivas a otras que crean un campo de parálisis. Salvando el caso de las armas pesadas (cuya presencia indicará la proximidad de un jefe o similar), Lost Planet: Extreme Condition demuestra ese carácter arcade surtiendo al jugador de grandes cantidades de munición para las armas básicas que aseguran no dejarnos colgados en ningún momento.
El uso del calor al que se hizo mención proviene de la necesidad de mantener la energía corporal del protagonista por nuestra supervivencia. Disponemos de una barra de vitalidad y un número de unidades que desciende poco a poco; mientras disponemos de calorías, cualquier daño sufrido será recuperado de manera bastante rápida a costa de una cantidad de calor. La forma de mantener la energía consiste principalmente en derribar enemigos, ya que los Akrid son una generosa fuente de calor que desprenden al morir, pero existen más maneras, como grandes contenedores o tuberías en algunas estructuras industriales. Dejar el contador a cero supone dejarnos expuestos a los daños sin recuperación, y que el frío nos afecte degradando poco a poco la vitalidad hasta llegar a la inevitable muerte. Unos postes radares que además actúan como puntos de control e indicadores de la dirección que debemos tomar, situados en algunos lugares del camino, ofrecerán una "calida" respuesta al ser activados en forma de recuperar la energía vital de cara a continuar con el avance.
Pero los verdaderos protagonistas del juego no son las armas ni el héroe, son los Akrid y el entorno. Grandes, algunos inmensos, en más de una ocasión es imposible no encontrar paralelismos en el diseño de los monstruos con los vistos en la película Starship Troopers. Los más básicos y por así decirlo, estándar, son simples arañas que nacen de madrigueras fáciles de destruir o mantas voladoras cuya inteligencia artificial es muy básica, prácticamente se limitarán a acercarse a nosotros y no suponen ningún peligro, incluso a la lenta velocidad que Wayne camina sobre la nieve es posible evitarlos. Otro cantar son varias razas autóctonas, algunas presentes desde el principio, cuyo aspecto no solo impresionará por tamaño, también por velocidad y daño producido, como los escarabajos, rodantes moles, o arácnidos de largas patas y decenas de metros de longitud. Mención especial para los temibles jefes finales, donde Capcom demuestra su larga experiencia en el mundo de los juegos arcade creando enemigos con rutinas de ataque sencillas de aprender pero que pondrán a prueba nuestra resistencia y puntería, puesto que todos los Akrid tienen un punto débil señalado como zona luminosa más o menos visible.
Los piratas por su parte añaden variedad ya que sus armas son como las nuestras, y no dudarán en dispararnos desde lejos, misiles incluidos, o usar los VS. Generalmente poco inteligentes (no huyen ante nuestros ataques), en grandes números son un tan peligrosos como un buen número de Akrid, incluso es posible encontrar en la misma zona ambos enemigos, una combinación letal que pondrá a prueba nuestra estrategias. Existen por suerte los típicos barriles explosivos colocados en zonas dañinas, esperando ser explosionados para crear el máximo de bajas posibles con el mínimo esfuerzo.
Hasta ahora podemos deducir que Lost Planet: Extreme Condition se muestra como un interesante juego con un modo campaña que ofrece una satisfactoria historia y una acción en la línea más clásica actualizada con las posibilidades que otorga un mundo tridimensional, pero la obra de Capcom no está libre de defectos que lo alejan de la posición de uno de los imprescindibles, y el principal punto negativo es la duración. Diez misiones lineales (consistentes en ir de un lugar a otro, y enfrentarnos con el jefe) más la batalla final llevarán algo menos de diez horas, y el ritmo de juego es algo irregular para aspirar a ser un vibrante arcade de acción; tras un enfrentamiento contra un Akrid descomunal, podemos llegar a una pequeña zona muy sencilla y con enemigos básicos, para recorrer un largo camino hasta otro momento intenso. El control también peca de lento en el personaje y algo aparatoso al utilizar los mechas; nada sorprendente por otra parte al caminar sobre nieve, pero lastra un poco la sensación de frenesí y lo acerca más a la experiencia de disparos de Resident Evil 4 que a la de un shooter en tercera persona más puro.
Lost Planet: Extreme Condition es un juego sólido pero algo corto en el modo para un jugador. ¿Qué lo hace ganar en interés? Un estupendo modo multijugador. Sin llegar a sobresalir en alguna de las dos vertientes, off-line y on-line, Capcom ha conseguido fusionarlas de forma notable en un mismo juego. La versión para PlayStation 3 se beneficia de incluir ya en el mismo disco dieciséis mapas que anteriormente se habían ofrecido para Xbox 360, algunos de pago, así como unos cuantos skins entre los que destaca Mega Man o el protagonista de Dead Rising. Los cuatro modos se mantienen intactos, incluyendo deathmatch y deathmatch por equipos, un modo de captura de puntos de control y el curioso "evasión", en el que un reducido grupo persigue a un fugitivo para intentar darle caza. El juego soporta hasta dieciséis jugadores en línea y soporte para voz. Los mapas por su parte son interesantes y cuentan con un gran número de diferentes alturas y algunos mechas, lo que facilita la distribución de los jugadores en francotiradores, buscadores de puntos de control y los encargados del armamento pesado. Las victorias personales y por equipo reportan puntos que nos irán subiendo de nivel y por tanto de clasificación ante el resto de jugadores.
Recreando condiciones extremas
Lost Planet: Extreme Condition es un juego originalmente aparecido para Xbox 360 hace un año, y por tanto el tiempo ha repercutido algo en la espectacularidad gráfica. La versión PlayStation 3 no ha sufrido modificaciones que indiquen claramente una degradación respecto al original, pero no podemos obviar que se trata de una conversión directa y ninguna mejora se ha contemplado, a pesar del tiempo transcurrido. Y es que aún hay margen de mejora; Lost Planet: Extreme Condition es capaz de mostrar un gran apartado en áreas como las explosiones y el humo, pocas veces tan impresionantes, o la recreación de esas ventiscas y en definitiva la excelente ambientación que introduce al jugador realmente en un planeta helado. Pero por desgracia, aún se ven algunas muestras de esa producción casi temprana en la nueva generación en la cantidad de detalle de los escenarios, algo vacíos en las grandes extensiones; esto se suele compensar con la aparición de un gran Akrid, cuyos diseños siempre son atractivos y logran conseguir que nos olvidemos del segundo plano. Los interiores, ya sean fábricas o cuevas, tampoco son un derroche de complejidad pero especialmente estas últimas, los nidos de Akrid, utilizan las luces de colores y sombras de una manera muy acertada, algo que comprobaremos durante todo el juego, porque en el apartado artístico Lost Planet: Extreme Condition siempre es atractivo a los ojos; a destacar algunas zonas de ruinas urbanas que muestran lo que pudo haber sido una civilización esplendorosa.
El modo multijugador sin embargo resulta algo menos satisfactorio a nivel visual que la campaña. Cierto es que este tipo de juego on-line suele rebajar la calidad gráfica a favor de otros factores, pero Capcom no ha sabido equiparar los mapas (algunos ambientados en zonas totalmente inéditas del modo solitario) con el nivel medio del juego. No es solo el framerate (algo brusco con el máximo de jugadores), también la calidad de las texturas y algunos efectos como el agua dejan mucho que desear. Por suerte, poco tardaremos en pasar por alto estos detalles ya que la ambientación del multijugador es algo secundario, gracias al buen diseño jugable de estos mapas, algunos repletos de posibilidades y escondrijos, otros más directos y preparados para el enfrentamiento cara a cara.
La banda sonora de Lost Planet: Extreme Condition tiene gran calidad, aunque no llega a ser memorable. Especialmente durante los combates contra jefes finales, la intensidad de la partitura nos mantendrá pegados al mando, a pesar de contar con unos efectos de sonidos bastante tópicos como gruñidos para las criaturas, explosiones, ruidos mecánicos de los VS y disparos de las armas, no siempre muy contundentes.
Conclusiones
Lost Planet: Extreme Condition fue un juego recomendable tanto para Xbox 360 como PC, y lo es hoy para PlayStation 3. Mismas virtudes y defectos a nivel jugable que originalmente, lo convierten en una buena aventura de acción que ofrecerá muchas horas de diversión tras exprimir por completo el modo campaña, especialmente por su entretenido juego on-line que no es un mero añadido gratuito. El paso del tiempo y la oferta del catálogo actual hacen que quizás veamos con otros ojos algunos defectos técnicos presentes ya en la primera versión que no han sido pulidos en este tiempo, pero mantiene esa personalidad y sorpresa pocas veces conseguida cuando varias enormes criaturas se abalanzan sobre ti temblando toda la superficie.
Decisiones polémicas al margen quizás como la inclusión de una instalación obligatoria de cinco gigas (tal y como sucedió en Devil May Cry 4) que reducen al mínimo las cargas, prácticamente inexistentes una vez comienza el juego, Lost Planet: Extreme Condition para PlayStation 3 no ofrece ningún aliciente nuevo para quién ha podido disfrutar de la aventura de Wayne en los otros dos sistemas, pero sin duda es una gran alegría para los usuarios de la consola de Sony fortalecer aún más el catálogo con este notable título de Capcom en espera de los juegos más esperados del año, y a un precio sensiblemente inferior a la mayoría de lanzamientos, lo cual lo convierte en una irresistible tentación de cara a aquellos jugadores que no han disfrutado de una visita al hostil planeta perdido.