Análisis de JUJU PSN (PS3, PC, Xbox 360)
El nombre del estudio Flying Wild Hog comenzó a llegar a los oídos de muchos jugadores gracias al reciente reinicio de Shadow Warrior. Para quienes no lo conozcan, se trata de un juego violento y explícito en el que tendremos que luchar por salir con vida de un apocalipsis demoníaco que se ha desatado en la Tierra por culpa de una katana. Juju, el juego que nos ocupa, es prácticamente el extremo opuesto en todos los aspectos.
Como supondréis desde la primera imagen que veis de este título, Juju es un juego dirigido a un público joven, que se centra en recuperar la esencia de los desaparecidos y ligeramente reaparecidos plataformas de desarrollo bidimensional.
Muchas convenciones –quizás demasiadas– se dan la mano en un título que, con sus aciertos y errores, ofrece una experiencia a tener en cuenta.
Inspiraciones demasiado claras
El primer contacto con Juju deja claro sus intenciones: es un título de la vieja escuela, en la línea de Donkey Kong Country Returns, con plataformas, zonas secretas, enemigos que derrotar, jefes finales y "monedas" que coleccionar en cada nivel. Os podéis hacer una idea de su fórmula, que permanece prácticamente inalterada desde hace décadas.
La mención a Donkey Kong Country Returns no es gratuita, ya que calca muchas de sus mecánicas –sobre todo en lo que respecta a la interacción con el escenario– e incluso ambientaciones. Las diferencias no son lo suficientemente grandes como para no pensar en el juego de Nintendo: el efecto de las palmadas de Donkey (atontar enemigos, activar objetos) en el suelo aquí se sustituyen por un baile, los barriles-cañón toman diferentes apariencias, encontramos accesos a zonas secretas de manera muy similar, e incluso los minijuegos que nos aguardan en ellas son primos hermanos. Hasta el sistema de puntuación y la ruleta de premios al final del nivel están presentes.
Eso sí, la jugabilidad es bastante más pausada. Nuestro protagonista, Juju, ni siquiera puede correr, aunque sí saltar, planear y atacar con un movimiento acelerado hacia la dirección de turno. Esto nos obligará a jugar de manera diferente a Donkey Kong Country Returns, pero os prometemos que el primer mundo a veces parece un mod del juego de Retro Studios con otro personaje en él. Cuando cambiamos de mundo y cambia el diseño artístico de los entornos esa sensación se difumina un poco, eso sí.
Un título con un público difuso
Esta vez, nos encontramos con un juego que parece un poco destinado a ser "familiar", ya que su propuesta es un tanto infantiloide, pero si jugabilidad alcanza unos picos de dificultad importantes. Parece así un título destinado o a niños muy hábiles o, dado su modo cooperativo, a que jueguen padres e hijos, teniendo en cuenta su modo multijugador. Obviamente, cualquiera que busque una experiencia de este estilo podrá disfrutarlo siempre y cuando unos niveles iniciales muy, muy sencillos no sean un problema.
La curva de dificultad nos parece que está razonablemente bien ajustada, a pesar de que, como decimos, puntualmente puede complicarse bastante la cosa y hacernos repetir una sección demasiadas veces. La repetición también está presente en las zonas secretas, que se suceden prácticamente sin cambios ningunos y terminan por no suponer un aliciente más allá de "completacionismo". La sensación de progreso se acentúa más con los jefes –con dos encuentros por mundo–, ya que con cada victoria contra ellos ganamos una nueva habilidad que nos ayudará a progresar.
Queremos dejar claro que siempre que os guste el género podéis disfrutar de Juju independientemente de la edad, pero que dentro de ciertos márgenes os puede parecer bastante dulzón, infantil o sencillo. Eso no quita que sus mecánicas funciones y que cuente con un control que responde tal y como se le exige. Es por eso que nos habría gustado que fuese más ambicioso o hubiese intentado convertirse en un desafío mayor, ya que encontrar ese equilibrio entre el jugador "hardcore" y el "familiar" es más difícil de lo que Nintendo nos hace creer.
Otros aspectos
Como veis en las pantallas, Juju tiene un estilo muy "animado", propio de una serie de televisión infantil. Igual de inocente es su historia, en la que controlamos a Juju, una osa chamán y a Peyo, su compañero lagarto –que puede unirse a nosotros en cualquier momento aprovechando su multijugador cooperativo– intentan salvar al padre de aquélla, y de paso, al mundo. A excepción de secuencias puntuales, como el vídeo de introducción, todo se desarrolla sin hacer hincapié en la historia, siendo así muy "clásico" también en esto.
Apoyándose en el Unreal Engine, Juju luce muy bien, con buenas animaciones y un buen diseño de escenarios y personajes, similitudes aparte. Los cambios entre mundos son enormes, algo que nosotros particularmente agradecemos, y si bien los cambios entre los niveles de cada mundo no son tan grandes sí que contamos con varios matices dentro de éstos. Así, visitaremos junglas, mundos de juguete o de dulces, derrochando color y "felicidad" a cada momento.
Acompañan también las melodías, las cuales están bastante inspiradas, pero no son todo lo variadas que deberían y pueden llegar a cansar en algunos momentos. Los efectos de sonido cumplen sin alardes, haciendo su trabajo pero sin sorprender. Sobre la duración, puede dar de sí unas cinco horas si jugamos a una velocidad normal, y depende de lo hábiles que seamos o de qué porcentaje queramos conseguir, puede estirarse algo más.
Un título correcto algo falto de personalidad
Juju tiene todo lo que le podemos pedir a un juego de plataformas clásico: desarrollo en dos dimensiones, jefes finales con rutinas de ataque por descubrir, zonas secretas, unos buenos controles y demás bondades anteriormente mencionadas. Pero aparte de no destacar en ninguno de estos aspectos se enfrenta a una crisis de personalidad que lo lleva a un público un tanto difuso.
Además, son muchos los elementos que toma prestado de Donkey Kong Country Returns, y aunque está bien fijarse en uno de los mejores plataformas de los últimos años, también hace que Juju palidezca ante él. Aun así, creemos que puede ser un título ideal para jugar en cooperativo entre padres e hijos, o si queréis un plataformas sin demasiadas complicaciones –aunque recordamos que tiene momentos bastante difíciles– por lo que si estáis buscando un juego quizás para pasar las navidades con la familia, puede ser una elección acertada.