Análisis de FIFA 10 (PS3, PS2, PSP, PC, NDS, Xbox 360)

Si hace cinco años le dijeses a un fan de los Pro Evolution Soccer de PlayStation 2 que en 2009 estaría esperando ansioso el lanzamiento de FIFA, pensaría que estabas loco, que le estabas vacilando o que al fin habías conseguido aquel trabajo en Electronic Arts. Pro Evolution Soccer se había convertido en religión en España, era el juego de los futboleros, de los botellones universitarios y de las tardes lluviosas. Singstar todavía no había explotado, Buzz solo estaba en desarrollo y la Wii era poco menos que bocetos, así que el juego de salón, el juego social por antonomasia y el simulador de fútbol por excelencia era Pro Evolution Soccer.

Para los fans de los videojuegos FIFA era poco menos que el anticristo, y sus anuales intentonas de despuntar, a veces meritorias, no lograban hacer sombra a un juego que todo el mundo consideraba perfecto.

Hoy en día, pese a la fuerza que la marca Pro Evolution Soccer todavía tiene en España, FIFA ha recuperado el terreno y, dependiendo de cada jugador y de forma casi unánime entre los medios, ha adelantado por la derecha a la saga de Konami, que no ha sabido adaptarse a la nueva generación en las últimas entregas.

Desde FIFA 07 de Xbox 360, todo un borrón y cuenta nueva, Electronic Arts ha ido creando poco a poco un gran simulador de fútbol, juntando cuidadosamente los mimbres para establecerse como el referente, un paso que quieren terminar de dar con este FIFA 10. La base es la misma que la de FIFA 09, aclamado por el público y la prensa, y durante este año han seguido tres preceptos, escuchar, mejorar e innovar, para mejorar la experiencia del predecesor y no perder el ritmo de mejora: intentar perfeccionar la experiencia del juego y dotar a esa simulación de más sutilezas, de más matices, haciendo que sin perder esa precisión y ese rigor tan valorado, sea "más juego". Lo han conseguido.

FIFA 10 es una entrega continuista respecto a FIFA 09, donde a primera vista no se nota una gran evolución en comparación con el juego del año pasado. La mecánica de juego es casi la misma, lo que es una buena noticia, porque ése fue precisamente el gran éxito de 09: el motor de simulación, la inteligencia artificial general de los equipos, se ha pulido pero se parece mucho a la del juego anterior. Las mejoras se han centrado sobre todo en pequeños detalles, pero en un centenar de ellos. Desde mejorar los tiros desde lejos al sistema de faltas, pasando por la introducción de jugadas ensayadas o nuevos movimientos como hacer que el portero se quede en la portería y no salga a por el balón. Este tipo de atención al detalle, de decenas de pequeñas correcciones o ligeras innovaciones, no ha cambiado el "esqueleto" del juego, pero sí mejorado mucho su apariencia y su sensación general. Una comparación sería que FIFA 09 fue un grandísimo simulador y este FIFA 10 es un grandísimo juego.

Las novedades jugables son numerosas aunque muy dispersas en cada uno de los apartados del juego. Aparte de la mejora de la inteligencia artificial, que es todavía mejor que la del año pasado, se ha perfeccionado mucho el toque de balón, algo que comentábamos en la versión de FIFA 09. El anterior era un juego de pases, de táctica, de lograr desmarcar a nuestro jugador, que hiciese un buen centro o se internase en el área y así lograr marcar gol. Comentábamos que la parte del virtuosismo y del control del balón no estaba tan evolucionada, y en eso se han centrado en esta ocasión. Se ha implementado un control de 360 grados con el stick analógico, lo que significa que se abandonan las ocho direcciones clásicas y ahora nuestro jugador moverá el balón hacia donde le indiquemos, con muchos más grados de libertad. Esto favorece la precisión en el juego y nos permite driblar con mayor facilidad, y si nuestro jugador es de los habilidosos, se han incluido varios mecanismos más de regate, diferentes a los "trucos" del año pasado, sino más centrados en la sincronización y la habilidad con el pad.

Cuando tienes un juego de equipos tan bien hecho y equilibrado y táctico, como un "hundir la flota" de pases al hueco, desmarques y cortes, es arriesgado incluir estas técnicas de desborde sin que el juego se desequilibre, pero el equipo de EA lo ha hecho lo suficientemente bien como para que sea un complemento y opción más del juego y no un reclamo para decir "ahora tenemos esto" que haga perder el equilibrio y el realismo de todo el conjunto. Es muy interesante hacerlo con Messi o Cristiano Ronaldo, por poner los ejemplos más "desbordantes", porque a veces lograremos hacer uno, otra veces dos, pero intentar el clásico "me voy a regatear a todo el equipo contrario" como si esto fuesen los FIFA de los 90, es casi imposible, aunque estamos seguros de que el juego online y Youtube nos guardan muchas sorpresas.

Más opciones en las faltas

Otro de los puntos mejorables del juego anterior eran las faltas, que en esta ocasión se han mejorado notablemente. No solo el sistema para tirarlas es mejor, también se han añadido pequeñas opciones muy agradecidas, como la de cambiar de jugador seleccionando en un menú o, en el caso de que defiendas, puedes mover la barrera a la izquierda y a la derecha. Pero sin duda la gran novedad, que quizás será pasado por alto por algunos, son las jugadas ensayadas, que podremos configurar en un menú del juego y luego intentar llevarlas a cabo en las faltas. Es la primera vez que se incluye una opción de estas características en un juego de fútbol y el resultado es bastante bueno.

La inteligencia artificial y el comportamiento del equipo

Finalmente, lo que hace grande a un simulador aparte de la física del balón: la inteligencia artificial de los equipos, y cómo se comportan dependiendo de los parámetros de ataque, defensa y organización que les marquemos, sigue a un nivel impecable, y ha mejorado todavía más. FIFA es un juego en el que los jugadores se mueven lento, pues es un simulador, pero por el constante movimiento del equipo, por cómo se posicionan constantemente para participar en las jugadas, el ritmo del juego es altísimo. En vídeos que hemos publicado se puede ver cómo los partidos son un no parar de pases, centros, robos de balón, cortes, una especie de batalla campal de movimiento entre los dos equipos, donde como siempre, hay que aprovechar los huecos y los puntos débiles de la defensa rival para atacar.

En nuestras partidas con el juego hemos tocado mucho las diferentes configuraciones de ataque y defensa de los equipos, que por defecto están determinadas de manera similar a como lo hacen los reales (el Barça, por ejemplo, presiona arriba constantemente), y hemos comprobado cómo estas configuraciones tácticas acaban cobrando casi tanta importancia como el esquema táctico que elijamos. Hablando de esto, el juego sigue teniendo ciertas carencias a la hora de configurar posiciones y roles en el equipo, especialmente en lo que se refiere a indicarnos la habilidad de un jugador en un puesto, aunque con el tiempo es fácil familiarizarse con los menús y no nos llevará mucho conocer bien nuestros equipos.

Mejora gráfica, pero no radical

Como lleva haciendo desde que la saga se reinventó, FIFA ha mejorado sus gráficos este año, no una mejora radical, sino una evolución más del motor creado ya hace unos años. Los rostros de los jugadores tienen mayor detalle que el año anterior, aunque todavía se ve que hay margen para mejorar, pero la mejora más radical este año se ha producido en las animaciones de los jugadores, especialmente cómo conducen el balón y las diferentes formas que tienen de tocarlo gracias al nuevo control de 360 grados.

Otro detalle donde las animaciones han mejorado es en la expresividad y la variedad de gestos que realizan los jugadores más allá de correr y tocar el balón. El comportamiento de los jugadores en el campo, su reacción a jugadas polémicas como fueras de juego o faltas, cómo piden el balón como se desmarcan o como celebran los goles, ha mejorado considerablemente, tanto en la variedad de las animaciones como en su calidad y, sobre todo, su naturalidad. A estas animaciones les acompañan expresiones faciales, muchas de las cuales solo se pueden apreciar si vemos la repetición de la jugada.

Pese a que el juego mantiene su camino de mejora en los gráficos, todavía tiene la asignatura pendiente de los cuerpos de los jugadores, una de las lacras de FIFA desde hace años, que sigue presente en esta edición. Es cierto que ahora hay más diferencias que el año pasado, pero siguen siendo muy nimias, y especialmente en las celebraciones de los goles se puede ver cómo resulta raro ver que personas de un tamaño tan dispar como Messi o Keita son casi igual de grandes cuando están saltando o felicitándose. Se echa en falta también algo más de personalización en la forma de jugar y moverse de los jugadores, que las estrellas estén más caracterizadas y recuerden a sus homónimos no solo en el rostro y en un par de detalles más (CR9 pone su pose de vaquero en las faltas), sino en más situaciones.

Excepcional trabajo de documentación en sonido

La banda sonora de FIFA 10 vuelve a contar con un variadísimo repertorio de temas actuales, con licencia oficial, de música electrónica, pop y alternativa. El nivel del sonido sigue siendo tan alto como al que estamos acostumbrados, y el esforzado y perfeccionista equipo de localización de EA, con la colaboración de algunos voluntarios, ha recogido centenares de muestras de sonido de los estadios, especialmente cánticos de las aficiones, lo que hace que en algunos partidos "calientes" el ambiente del estadio sea espectacular. Una vez más FIFA marca el camino a seguir en este aspecto.

Un montón de extras

Nos hemos centrado por el momento en comentar las novedades jugables de FIFA 10, cómo ha cambiado la experiencia de simulación de fútbol, pero como es habitual desde siempre, tanto en las buenas como en las malas épocas, FIFA cuenta con una abrumadora cantidad de modos de juego. Aparte de contar con selecciones y ligas de casi todo el mundo, y varias divisiones de las más importantes (hasta la Liga Adelante en España), los modos de juego son lo suficientemente variados como para que estemos jugando hasta que llegue la siguiente entrega.

A los varios tipos de competición que podemos disputar, como copas, ligas, campeonatos de selecciones, etc… se unen varios modos de juego para hacer la experiencia algo diferente. Tenemos de nuevo el modo Pro, donde jugamos con un solo jugador y lo vamos haciendo progresar con el paso del tiempo, que ahora cuenta con más opciones y se llama Virtual Pro. El sistema de progreso del jugador es ahora más equilibrado, teniendo que cumplir una serie de desafíos durante los partidos, hasta 200 diferentes, y por primera vez podremos ponerle nuestro propio rostro. Aparte, ahora podremos llevarlo a la red, compitiendo con él en el modo online 10 contra 10, y compararlo a otros grandes "yos virtuales".

El modo Manager también ha mejorado considerablemente, incluyéndose ahora más opciones, un comportamiento más realista del mercado de fichajes, y un desarrollo de los jugadores más equilibrado y progresivo. Pero las mejoras más importantes están en el modo online, el preferido de los jugadores: el sistema de selección de rivales de habilidad similar funciona mejor y tiene en cuenta la situación geográfica de los jugadores para minimizar el retardo (o lag), se han incluido muchas más opciones para configurar los partidos, y se han tomado medidas para evitar las trampas entre jugadores. Ahora los que hagan trucos para salir de un partido cuando vayan perdiendo serán penalizados, y su fiabilidad (o falta de) se indicará de forma pública a la hora de decidir si te enfrentas o no con él.

Mejora constante

FIFA 10 es uno de los ejemplos de esa nueva filosofía que Electronic Arts dice haber adoptado. Habría sido fácil hacer "lo de siempre", retocar un par de cosas del juego y aprovechar lo logrado el año pasado, tanto en calidad como en posición en el mercado, para dormirse en los laureles unos cuantos años recogiendo los réditos. Pero el equipo liderado por el cada vez más conocido David Rutter ha mantenido el ritmo de trabajo de las últimas temporadas, y ha seguido perfeccionando un simulador que cada vez tiene más adeptos.

Todavía no es perfecto, y quizás le falte esa capacidad de adicción, de generar piques entre amigos tras un par de partidos, que en su día tenían las mejores versiones de Pro Evolution Soccer para PS2. También le falta algo más de atención al detalle en las estrellas, de caracterización y de personalización de sus tiros o forma de jugar. Como simulador sigue siendo magistral, pero como juego ha progresado mucho, introduciendo todo tipo de sutilezas, más formas de jugar, y cierto carácter impredecible en algunas jugadas, lo que lo hace mucho más completo. Si te gustó FIFA 09 y te sigue gustando el fútbol, no deberías dudar en comprarlo.